El cine espa?ol vuelve al atentado del Bataclan
El director Isaki Lacuesta termina de rodar en Par¨ªs ¡®Un a?o, una noche¡¯, que adapta la historia de Ram¨®n Gonz¨¢lez, superviviente del ataque yihadista de 2015 en el que murieron 130 personas
La escena es nocturna y funesta, pero en ella brillan los puntos de luz. Los emiten las sirenas de las ambulancias, que giran con aparente descontrol, sumadas a los reflejos irisados de las mantas isot¨¦rmicas que cubren las espaldas de decenas de figurantes, esparcidos por toda la calzada de un amplio bulevar parisiense. El director Isaki Lacuesta los ha convocado para convertirlos en supervivientes de un simulacro de atentado, aunque tan realista que desentierra de inmediato un sinf¨ªn de recuerdos reprimidos de aquella noche tr¨¢gica: la del 13 de noviembre de 2015, cuando el Estado Isl¨¢mico atent¨® contra los asistentes de un concierto en la sala Bataclan, en el que murieron 130 personas. Es una de las secuencias con las que concluye, tras ocho semanas, el rodaje de Un a?o, una noche, nuevo proyecto del director de Los pasos dobles y Entre dos aguas, que ha terminado esta semana en distintas localizaciones de Par¨ªs y Normand¨ªa.
La pel¨ªcula se inspira en el libro Paz, amor y death metal (Tusquets), testimonio novelado de Ram¨®n Gonz¨¢lez, superviviente manchego del Bataclan, que ten¨ªa 30 a?os en el momento de los hechos. Lacuesta lo descubri¨® cuando el productor Ram¨®n Campos (detr¨¢s de series tan exitosas como Velvet, Gran Hotel o Fari?a) le propuso llevarlo al cine. Reconoce que su primera reacci¨®n fue de rechazo. ¡°Me daba respeto abordar el tema¡±, admite Lacuesta. Tras una cena en Par¨ªs con el autor y su pareja, cambi¨® de opini¨®n. ¡°Ella, que siempre ha mantenido el silencio y no ha querido ser tratada como v¨ªctima, relat¨® cosas que ni siquiera Ram¨®n sab¨ªa¡±, recuerda. ¡°Me interes¨® lo dif¨ªcil que es compartir una experiencia como esa. Ni siquiera dos personas que la han vivido juntas la experimentan igual. Eso romp¨ªa con el estereotipo de la comunidad de las v¨ªctimas. En realidad, cada persona es un mundo¡±, afirma el director.
Gonz¨¢lez tambi¨¦n era reticente a ver su vida en pantalla grande, pero dio su visto bueno al saber qui¨¦n se colocar¨ªa tras la c¨¢mara. ¡°Cuando supe que era Isaki, me tranquiliz¨® mucho. Supe que ser¨ªa alguien que iba a tratar el tema con seriedad, primero, y de manera art¨ªstica, que casi era lo m¨¢s importante¡±, relata por tel¨¦fono el autor del libro, confinado en un pueblo franc¨¦s de las Cevenas.
La pel¨ªcula narra la historia de Ram¨®n y C¨¦line, versi¨®n ficticia y francesa de la pareja del escritor (en realidad, es argentina), que logran escapar del Bataclan, aunque al salir ya no sean los mismos. A trav¨¦s de constantes saltos temporales, Lacuesta alternar¨¢ el relato de la noche del propio atentado con su dif¨ªcil digesti¨®n a lo largo del a?o posterior. Un a?o, una noche es el proyecto de mayor envergadura que afronta Lacuesta, con seis millones de euros de presupuesto, muy por encima de sus pel¨ªcula anteriores, que apenas superaban el mill¨®n. Un cambio de escala que no le da miedo. ¡°En lo creativo, me he encontrado con un respeto total. El ¨²nico peligro era tratar un asunto tan delicado¡±, sostiene el director, que se enfrent¨® a ciertos recelos. ¡°Me preguntaban qu¨¦ hac¨ªa un espa?ol hablando de un tema franc¨¦s. En realidad, no creo que pertenezca a un pa¨ªs o a una patria, porque nos concierne a todos. En el atentado de Niza de 2016, por ejemplo, murieron personas de 52 nacionalidades¡±, apunta. ¡°No podr¨¦ evitar que alguien se sienta ofendido, pero es una pel¨ªcula hecha con y por las v¨ªctimas y supervivientes¡±.
Exterior, d¨ªa. Tres d¨ªas despu¨¦s, el equipo rueda en el parque Buttes-Chaumont, el m¨¢s escarpado de Par¨ªs, pulm¨®n verde del noreste de la capital donde, en una radiante ma?ana primaveral, abundan los adeptos al footing. La secuencia es m¨¢s ligera. Los protagonistas, Nahuel P¨¦rez Biscayart, el actor argentino de 120 pulsaciones por minuto, y la francesa No¨¦mie Merlant, a quien Lacuesta descubri¨® en el filme de ¨¦poca l¨¦sbico Retrato de una mujer en llamas, intentan mantenerse erguidos sobre unos patines en l¨ªnea. ¡°Durante toda la pel¨ªcula, ¨¦l se apoya en ella, pero aqu¨ª ser¨¢ al rev¨¦s, porque ella no sabe patinar. Las met¨¢foras funcionan cuando tocan de pie en el suelo¡±, asegura Lacuesta entre toma y toma. Completan el reparto Quim Guti¨¦rrez, Natalia de Molina, Enric Auquer, y el m¨²sico C. Tangana, que interpreta al hermano del protagonista. ¡°Hace tiempo que le sigo y que lo quer¨ªa filmar. Me enamor¨® su talento¡±, dice Lacuesta. Los present¨® Refree, que firma la banda sonora de la pel¨ªcula.
Sin af¨¢n documental
Pese a la fidelidad de su recreaci¨®n, Lacuesta insiste en que su cine no tiene af¨¢n documental. ¡°Es un equ¨ªvoco que arrastrar¨¦ toda la vida. Si alg¨²n d¨ªa dirijo una entrega de Jurassic World, dir¨¢n que es un documental de animales¡±, ironiza. ¡°Lo que busco es la sensaci¨®n de verdad, intentar que una frase no parezca escrita. Pero esta es una pel¨ªcula de ficci¨®n, con guion y con actores, inspirada en hechos reales que he transfigurado para poder contar con un arco dram¨¢tico propio de un relato ficticio¡±. Aun as¨ª, extrem¨® las precauciones. ¡°Hemos sido muy respetuosos y me he asesorado mucho. He consultado a expertos en el tema racial, porque la pel¨ªcula, igual que el libro, hablar¨¢ del miedo de los supervivientes a volverse antimusulmanes. Tambi¨¦n con la polic¨ªa judicial y los sanitarios. Algunos figurantes de la pel¨ªcula trabajaron misma noche¡±, relata Lacuesta, que no dud¨® en pedirles que corrigieran todo lo que no se ajustase a la realidad.
¡°En Par¨ªs, el recuerdo sigue vivo, porque todo el mundo conoce a alguna v¨ªctima. No hay una herida en la Rambla. En el Bataclan, s¨ª la hay¡±
En cambio, rodar en el escenario real de la matanza nunca fue una de sus aspiraciones. ¡°No se nos pas¨® por la cabeza. Desde el principio decidimos reproducir el Bataclan en otro sito. Hubiera estado en el l¨ªmite de lo obsceno¡±. Los exteriores de la sala ser¨¢n reales, retocados en posproducci¨®n para adecuarlos al aspecto que ten¨ªa la fachada en 2015, pero los interiores del concierto se rodaron en la sala Apolo de Barcelona. ¡°Visitamos una docena de lugares y era, por volumetr¨ªa, el que se le parec¨ªa m¨¢s¡±. M¨¢s tarde, Lacuesta descubri¨® que deb¨ªa ser el siguiente escenario en la gira de Eagles of Death Metal, la banda que tocaba en el Bataclan aquella noche. El grupo no participar¨¢ en la pel¨ªcula, pero ha cedido una de sus canciones para una escena crucial. ¡°Fue como asistir al concierto que no se hizo, al concierto imposible¡±, dice Lacuesta. El propio Gonz¨¢lez, que no ha vuelto a la sala de la que logr¨® escapar en 2015, decidi¨® participar en el rodaje de esa escena. Se present¨® con la misma ropa que el d¨ªa del atentado. ¡°Parecer¨¢ muy po¨¦tico, pero solo fue porque llevo a?os sin comprarme ropa de rockero. Fui con la misma camisa y camiseta porque el resto de mi armario se ha vuelto m¨¢s formal¡±, bromea el escritor.
El rodaje, dividido entre Barcelona y Par¨ªs, permiti¨® que Lacuesta comparase c¨®mo cada sociedad ha afrontado las secuelas de sus respectivos atentados. ¡°En Par¨ªs, el recuerdo sigue muy vivo, tal vez porque todo el mundo conoce a alguna v¨ªctima, entre las que hab¨ªa muchos j¨®venes de la ciudad. En Barcelona, la mayor¨ªa eran turistas y se pas¨® p¨¢gina muy r¨¢pido. No hay una herida en la Rambla. En el Bataclan, en cambio, s¨ª la hay¡±, responde el cineasta. Esta coproducci¨®n con Francia deber¨ªa estar a punto para el primer semestre de 2022, tal vez apuntando a los grandes festivales internacionales. ?Tiene Cannes en el punto de mira? ¡°Ya veremos qu¨¦ festivales existen entonces¡¡±, esquiva Lacuesta, a punto para la siguiente toma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.