Tiago Rodrigues, el teatro portugu¨¦s que conquista Europa

Tiago Rodrigues (Lisboa, 44 a?os) es el dramaturgo que un d¨ªa escribe sobre su abuela de Tr¨¢s-os-Montes y otro ensaya un ch¨¦jov con Isabelle Huppert en Par¨ªs. El estudiante que dud¨® de su futuro como actor cuando se formaba siguiendo un itinerario convencional en la Escuela Superior de Teatro y Cine de Lisboa explosion¨® como uno de los renovadores de la escena europea unos a?os despu¨¦s. Encontr¨® su camino con la compa?¨ªa belga tgStan y, cuando regres¨® a casa, fund¨® con Magda Bizarro en Lisboa Mundo Perfeito, a la que no le gusta llamar compa?¨ªa sino estructura. Desde 2014 es el director art¨ªstico del Teatro Nacional Dona Mar¨ªa II, al que dio una sacudida vanguardista que le ha convertido en un socio cortejado para numerosas coproducciones europeas. Hace teatro org¨¢nico, donde lo importante, como en la vida, es la carretera. ¡°Cuando empiezo no tengo necesariamente una visi¨®n de lo que ser¨¢ la obra, tengo una visi¨®n de lo que ser¨¢ el proceso¡±, aclara durante una entrevista por tel¨¦fono, unos d¨ªas antes de que se presente en Madrid su versi¨®n de la tragedia hist¨®rica de Shakespeare, Antonio y Cleopatra. Lo que se ver¨¢ en el Centro Conde Duque entre este viernes 11 y el domingo 13 es un montaje desnudo sin ninguno de los aditivos escenogr¨¢ficos que el Bardo ide¨®.

A diferencia de la dramaturgia cl¨¢sica, Rodrigues espolea las paternidades art¨ªsticas compartidas. Sus montajes se van haciendo de forma colectiva y a menudo exploran rincones intimistas. Lo mismo concede todo el protagonismo a una de las ¨²ltimas apuntadoras del mundo, como ocurri¨® en Sopro (Soplo), que dirige a la Royal Shakespeare Company en una adaptaci¨®n de Jos¨¦ Saramago (Blindness and Seeing), pendiente de estreno en Londres tras la cancelaci¨®n que forz¨® en 2020 la pandemia. Le quieren en todas partes.

Si esta vez no viaja a Madrid con Antonio y Cleopatra es porque la cita coincide con la representaci¨®n en M¨¦rtola (Portugal) de By Heart, el ejercicio l¨ªrico que construy¨® a partir de la lucha de su abuela contra la ceguera, donde sale a escena Rodrigues, que antes que director se siente actor. En Avi?¨®n, adem¨¢s, le aguardan los ¨²ltimos ensayos de El jard¨ªn de los cerezos, que abrir¨¢ el festival el 5 de julio en el escenario principal del Palacio de los Papas con dos m¨²sicos y 10 actores, encabezados por Isabelle Huppert. Si algo comparten todas estas obras, ya sean indagaciones po¨¦ticas en escenarios peque?os como M¨¦rtola o versiones de cl¨¢sicos en uno de los templos de la dramaturgia europea, es la curiosidad. ¡°No pienso mucho en hacer teatro de una determinada manera para hacer una pieza como las que hago yo, tampoco s¨¦ lo que es eso. Me gusta aprender, intentar algo nuevo y trabajar con gente con la que no he trabajado¡±, explica.

Con Antonio y Cleopatra satisfizo todos los requisitos. La obra se mont¨® en 2014 en colaboraci¨®n con sus dos protagonistas, Sofia Dias y V¨ªtor Roriz, core¨®grafos y bailarines, que nunca hab¨ªan hecho teatro. Rodrigues escogi¨® su tragedia shakespeariana predilecta para trabajar con dos actores que eran tambi¨¦n pareja en la calle. La liberaron de grandilocuencia esc¨¦nica: la cuarentena de personajes se redujeron a dos y las m¨²ltiples escenograf¨ªas se cambiaron por un espacio austero donde solo hay un equipo de m¨²sica y una suerte de gigantesco m¨®vil colgante. Antonio y Cleopatra est¨¢n sin estar. El montaje consigue que los protagonistas vivan en la imaginaci¨®n del p¨²blico a trav¨¦s del relato de los actores. ¡°No ten¨ªamos mucho dinero para hacer la obra. Antonio y Cleopatra es la tragedia m¨¢s compleja y dif¨ªcil de montar de Shakespeare desde el punto de vista t¨¦cnico, y pensamos en hacer lo contrario, algo muy basado en el poder de evocaci¨®n del teatro que no muestra, pero evoca y en el poder de imaginaci¨®n del p¨²blico que no ve, pero imagina y completa el vac¨ªo¡±, sostiene el dramaturgo.

El negativo de Shakespeare

Tras este punto de partida, la obra, que ya pas¨® por el Temporada Alta en 2016, acabar¨ªa construida con las improvisaciones de Sofia Diaz y V¨ªtor Roriz tras una lectura de la tragedia. ¡°Cuando volvimos a vernos y les ped¨ª que me contaran la historia de la pieza que hab¨ªamos le¨ªdo unos d¨ªas antes, pas¨® algo muy hermoso, completaban las frases uno del otro, lo hac¨ªan casi en performance, intentaban construir una imagen juntos, me pareci¨® una idea interesante que dos cuerpos intentan recordar una pareja hist¨®rica y monumental y al hacerlo se transforman poco a poco en esa pareja. Empiezan como actores, pero terminan como Antonio y Cleopatra¡±.

En esa reescritura de la obra de Shakespeare (¡°irresponsable¡±, se autocritica el director, ¡°ya sabes que lo vas a hacer peor que ¨¦l¡±) se logra m¨¢s cercan¨ªa y, sobre todo, m¨¢s intimidad. ¡°Hacemos como el negativo de Shakespeare, que lo hizo muy p¨²blico, con personajes que siempre son mirados por otros y aqu¨ª son dos personajes que siempre est¨¢n solos¡±, compara. Lo que encuentra vigente es la definici¨®n de amor que hizo Plutarco, que inspirar¨ªa a Shakespeare: ¡°Dice que a partir de Cleopatra y Antonio el amor pas¨® a ser la capacidad de mirar el mundo a trav¨¦s de la sensibilidad del otro. Eso me pareci¨® muy rom¨¢ntico pero tambi¨¦n muy pol¨ªtico: el amor como la capacidad de colocarse en la piel del otro¡±.

Si Shakespeare y Ch¨¦jov siguen interpelando hoy es porque sus dilemas les han sobrevivido. Tanto miedo ante el futuro como el de los protagonistas de El jard¨ªn de los cerezos existen hoy en cualquier hogar de clase media. ¡°Es una obra que habla de cambios sociales profundos y como nos comportamos ante la incertidumbre del futuro. Son cosas muy pr¨®ximas a nosotros. Es un retrato del final de una ¨¦poca y el comienzo de otra que todav¨ªa no sabemos c¨®mo ser¨¢¡±, reflexiona a prop¨®sito de su primer ch¨¦jov. Rodrigues cree que, desde antes del gran confinamiento, se vive una encrucijada hist¨®rica, ¡°con una Europa con sociedades muy divididas. Yo creo que eso tambi¨¦n lo sab¨ªa la gente tras el final de la guerra¡±. ¡°Nos esperan a?os de recuperaci¨®n y reconstrucci¨®n por delante¡±, a?ade sobre la pandemia, ¡°los grandes desaf¨ªos pr¨®ximos hay que tomarlos en serio y tener estrategias para fortalecer el sector de las artes¡±. Algo que, en su opini¨®n, no se hizo al comienzo de la crisis en Portugal para ayudar a la cultura.