Paul Auster: ¡°Los genios precoces no existen en la literatura¡±
El escritor estadounidense publica ¡®La llama inmortal de Stephen Crane¡¯, una biograf¨ªa del autor de ¡®La roja insignia del valor¡¯, que falleci¨® en 1900 a los 28 a?os
Poeta, guionista de cine (Smoke, Blue in the Face, Lulu on the Bridge); traductor del franc¨¦s (Mallarm¨¦, Maurice Blanchot, Jacques Dupin); ensayista, autor de absorbentes libros de memorias personales (La invenci¨®n de la soledad, El cuaderno rojo, Diario de invierno, Informe del interior); impulsor de proyectos como la edici¨®n de las obras completas de Samuel Beckett; part¨ªcipe de un l¨²cido intercambio epistolar con J. M. Coetzee (Aqu¨ª y ahora); Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, 74 a?os) es por encima de todo narrador. Autor de un corpus novel¨ªstico que comprende m¨¢s de 15 t¨ªtulos entre los que se cuentan f¨¢bulas inolvidables como La trilog¨ªa de Nueva York, Leviat¨¢n, El palacio de la Luna, El pa¨ªs de las ¨²ltimas cosas, La m¨²sica del azar, El libro de las ilusiones, La noche del or¨¢culo y 4 3 2 1, su ¨²ltima novela, en la que ofrece cuatro versiones alternativas de la vida de su protagonista, Ferguson, la obra de Auster se ha traducido a una cuarentena de idiomas.
Su prosa est¨¢ impregnada de una magia contagiosa igualmente perceptible en sus obras de ficci¨®n y no ficci¨®n, como demuestra su libro m¨¢s reciente, La llama inmortal de Stephen Crane, original¨ªsimo acercamiento a la vida y obra de este polifac¨¦tico escritor (1871-1900), que seg¨²n Auster cambi¨® el curso de la literatura en su pa¨ªs antes de morir v¨ªctima de la tuberculosis con tan solo 28 a?os. La entrevista tuvo lugar el pasado mi¨¦rcoles en el brownstone (casa de piedra rojiza) de Park Slope donde Auster vive con su esposa, la escritora Siri Hustvedt, en las inmediaciones de Prospect Park, en Brooklyn (Nueva York). Es la sexta conversaci¨®n que el escritor mantiene con quien escribe esto, la primera tuvo lugar hace casi 30 a?os, con motivo de la publicaci¨®n de Leviat¨¢n (1992).
En varios momentos de este di¨¢logo intermitente, puntuado por la aparici¨®n de nuevas obras suyas, el escritor dio la impresi¨®n de estar a punto de dejar de escribir ficci¨®n, como en el caso de Viajes por el scriptorium, narraci¨®n poblada por personajes de obras anteriores de Paul Auster, y de manera particular, de la monumental 4 3 2 1, novela con la que pareci¨® dar a entender que se cerraba el impresionante c¨ªrculo de su obra narrativa. Al final de su anterior conversaci¨®n con este peri¨®dico, el escritor aludi¨® off the record, a un proyecto en ciernes: el acercamiento en profundidad a la figura de Stephen Crane, autor de dos novelas fundamentales, Maggie, una chica de la calle (1893) y La roja insignia del valor (1895). Lo que entonces no era m¨¢s que una posibilidad acaba de cristalizar con la publicaci¨®n de La llama inmortal de Stephen Crane, absorbente volumen de casi 800 p¨¢ginas tocadas por la gracia de su inconfundible estilo.
Pregunta. ?Por qu¨¦ Crane?
Respuesta. Lo le¨ª siendo muy joven y me gust¨® mucho, pero no hab¨ªa vuelto a ¨¦l en muchos a?os. Cuando termin¨¦ 4 3 2 1 estaba completamente agotado. Tras un periodo muy largo de absoluta dedicaci¨®n a la escritura, siete d¨ªas a la semana, era consciente de que me resultar¨ªa completamente imposible escribir nada en mucho tiempo, as¨ª que me dediqu¨¦ a leer libros que me hab¨ªan interesado siempre, pero a los que por un motivo u otro nunca me pude acercar, como Middlemarch, de George Eliot, o Al faro, de Virginia Woolf. Stephen Crane estaba en la lista. Ten¨ªa una antolog¨ªa de 500 p¨¢ginas. La abr¨ª al azar y lo primero con lo que me tropec¨¦ fue El monstruo, un relato de 60 p¨¢ginas del que jam¨¢s hab¨ªa o¨ªdo hablar. Su lectura me dej¨® anonadado. Devor¨¦ el resto de la antolog¨ªa y me interes¨® tanto que me hice con una edici¨®n de 1.400 p¨¢ginas de sus obras escogidas. Me parecieron tan fascinantes que me le¨ª de principio a fin los 10 vol¨²menes de sus obras completas: ficci¨®n, periodismo, poes¨ªa, piezas breves, todo. Entusiasmado, me puse a investigar acerca de su vida, que est¨¢ llena de episodios apasionantes. Decid¨ª escribir un libro sobre ¨¦l, de unas 200 p¨¢ginas, pens¨¦ cuando empec¨¦, pero al final han salido 800.
P. ?Se siente satisfecho?
R. Much¨ªsimo. Lo curioso es que no s¨¦ por qu¨¦ me met¨ª en eso. Mientras lo hac¨ªa me preguntaba: ?Pero por qu¨¦ estoy escribiendo un libro as¨ª? Nunca hab¨ªa hecho nada semejante en toda mi vida. Y lo ¨²nico que se me ocurr¨ªa era que, de manera un tanto extra?a, Crane era la continuaci¨®n de mi ¨²ltima novela, 4 3 2 1, la versi¨®n n¨²mero cinco de la vida del protagonista, Ferguson.
P. La llama inmortal de Stephen Crane es un libro dif¨ªcil de clasificar. No es ficci¨®n, pero se lee como si fuera una novela m¨¢s de Paul Auster.
R. La energ¨ªa emocional e intelectual que volqu¨¦ en ¨¦l es la misma que pongo cuando escribo una novela. No es una biograf¨ªa, ni mucho menos una obra de cr¨ªtica literaria, algo que detesto. Crane es una figura enigm¨¢tica. Su personalidad tiene facetas muy contradictorias, todas fascinantes. Me di cuenta de que si quer¨ªa comprenderlo, necesitaba filtrarlo por el tamiz de la imaginaci¨®n. Fue un proceso muy parecido al que llevo a cabo cuando creo un personaje de novela muy complejo. A medida que profundizo en ¨¦l, se vuelve cada vez m¨¢s accesible.
P. ?Qu¨¦ le interes¨® de Crane como escritor?
R. Cambi¨® las reglas del juego. Elev¨® el arte de narrar a otro plano. Liber¨® a la novela norteamericana de las convenciones que la ten¨ªan aprisionada desde hac¨ªa 150 a?os. La roja insignia del valor, por ejemplo. Es una novela de guerra, pero est¨¢ escrita de un modo que no se hab¨ªa hecho nunca, transmitiendo las sensaciones de un chico de 16 o 17 a?os que se ve envuelto en una situaci¨®n que no comprende. Crane logra traducir sus percepciones a un lenguaje crudo pero lleno de vida. Y el retrato de la pobreza que lleva a cabo en Maggie, una chica de la calle, resulta asombroso teniendo en cuenta que cuando escribi¨® esa novela ten¨ªa poco m¨¢s de 20 a?os.
P. Su libro empieza hablando de genios precoces, como Mozart, Glenn Gould, Bobby Fischer¡ En el caso de Crane hay que a?adir el detalle de que muri¨® muy joven.
R. Solo que en literatura no hay genios precoces, no es posible. Se pueden dar en m¨²sica, en artes pl¨¢sticas, en ajedrez, en matem¨¢ticas, pero en literatura no porque para dominar el lenguaje hace falta que pase mucho tiempo.
P. Lo que asombra de Crane es que a pesar de que muri¨® a los 28 a?os goz¨® de la admiraci¨®n de gigantes como Joseph Conrad o Henry James.
R. James era un genio que comprendi¨® inmediatamente que Crane era el futuro de la literatura. Y su amistad con Conrad fue muy profunda. Crane tuvo una enorme influencia en ¨¦l. Hace poco le¨ª un art¨ªculo muy brillante en el que se rastrea el impacto de Crane sobre Lord Jim, la obra maestra de Joseph Conrad. Seg¨²n el art¨ªculo, el personaje de Lord Jim se inspira en parte en la figura de Crane.
P. En su libro dice que la inmensa estatura literaria que seg¨²n usted tiene Stephen Crane se sustenta sobre media docena de obras por lo dem¨¢s muy breves.
R. Su reputaci¨®n descansa sobre La roja insignia del valor y Maggie, una chica de la calle, las dos novelas por las que es m¨¢s conocido. Son obras maestras, pero a m¨ª lo que m¨¢s me llama la atenci¨®n son los textos cortos, en especial dos relatos de unas 30 p¨¢ginas cada uno, El bote a la deriva y El hotel azul.
P. ?Puede hablar brevemente de ellos?
R. El bote a la deriva est¨¢ basado en una experiencia real de Crane, que sobrevivi¨® a un naufragio frente a las costas de Florida cuando se dirig¨ªa a Cuba como periodista. Es la cr¨®nica del d¨ªa y medio que pas¨® en alta mar con el capit¨¢n y dos tripulantes, intentando alcanzar la orilla. Aquella experiencia cambi¨® su visi¨®n de las cosas. La solidaridad entre los cuatro hombres que iban en el bote le hace ver que en el mundo impera el sinsentido. No hay un dios que lo controle todo, no hay m¨¢s fuerza que la de la naturaleza, que es completamente indiferente hacia la suerte que pueda correr la humanidad. En ese contexto, lo ¨²nico que da sentido a la existencia es la solidaridad.
P. ?Y El hotel azul?
R. Lo escribi¨® un a?o despu¨¦s y va incluso m¨¢s lejos. Es una historia enigm¨¢tica, un relato escalofriante en el que en ning¨²n momento se sabe exactamente qu¨¦ sucede ni por qu¨¦. Tiene lugar en un paisaje on¨ªrico y solitario de Nebraska. En mitad de una pradera se alza un hotel pintado de azul en el que se encuentran atrapados unos hombres que esperan a que amaine un temporal de viento y nieve jugando al p¨®quer. Al final tiene lugar un asesinato en circunstancias inexplicables. Matan al protagonista, el sueco, que est¨¢ medio loco. Uno de los personajes, contrafigura de Crane, trata de entender lo sucedido hablando con otro de los jugadores, un cowboy. Crane se asoma a los resortes m¨¢s oscuros de la conducta humana con solo 26 a?os.
P. ?Qu¨¦ cabe esperar de Paul Auster despu¨¦s de este libro?
R. He decidido volver a la ficci¨®n. Estoy escribiendo cuentos.
P. Eso es algo que nunca hab¨ªa hecho. ?Es muy diferente de escribir novelas?
R. Preg¨²ntemelo dentro de un a?o.
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