?Apolog¨ªa ultra o retrato realista de las barriadas? ¡®BAC Nord¡¯, la pel¨ªcula que capta las angustias francesas
El filme del oto?o en Francia narra un caso real de polic¨ªas en las zonas de tr¨¢fico de droga en Marsella
Hay flores que caen como una losa, elogios que el elogiado habr¨ªa preferido no escuchar nunca. ¡°?Vayan a verla!¡±, aconsej¨® en Twitter Marine Le Pen, jefa de la extrema derecha francesa y candidata a la presidencia de la Rep¨²blica. Le Pen hablaba de la pel¨ªcula BAC Nord, trepidante thriller policial que, con m¨¢s de un mill¨®n de espectadores, se ha convertido en un fen¨®meno en Francia que va mucho m¨¢s all¨¢ de sus cualidades cinematogr¨¢ficas. Le Pen a?adi¨®: ¡°Tomen consciencia de esta terrible realidad y de la urgencia de retomar el control¡±.
Al director, C¨¦dric Jimenez, que se considera alejado de las ideas de extrema derecha y que creci¨® en los barrios de Marsella donde se desarrolla la trama, los elogios de Le Pen ¡°le afligen¡±, seg¨²n cuenta en Le Monde el columnista cultural Michel Guerrin. Pero Jimenez a?ade: ¡°No mostrar lo que yo percibo por miedo a que se me utilice ser¨ªa la peor opci¨®n¡±.
La discusi¨®n ¡ªen las calles de Marsella; en las p¨¢ginas de cr¨ªtica de las cabeceras de Par¨ªs; en los cen¨¢culos pol¨ªticos y en las charlas de sobremesa¡ª est¨¢ abierta. ?Es BAC Nord, basada en hechos reales, una apolog¨ªa de la extrema derecha? ?O se trata, en realidad, de un retrato hiperrealista de una Francia donde las bandas imponen su ley, el Estado no existe y a diario la polic¨ªa es humillada? ?Pinta una imagen distorsionada y apocal¨ªptica del pa¨ªs? ?Obliga a los franceses que desconocen los extrarradios y los guetos a mirar de cara una realidad nada placentera?
La pel¨ªcula, que fuera de Francia puede verse en la plataforma Netflix, relata la historia de tres polic¨ªas de la brigada anticriminalidad (BAC) de los quartiers nord, los barrios de bloques de viviendas baratas y degradadas en el norte de Marsella. Los polic¨ªas viven bajo la presi¨®n constante de sus superiores para obtener resultados cuantificables en sus operaciones, se incautan de droga que despu¨¦s usan para pagar a informadores, juegan al l¨ªmite de la ley hasta convertirse en peque?os delincuentes.
Jimenez muestra zonas en los quartiers nord en las que los polis tienen vetada la entrada. Las bandas de traficantes les desaf¨ªan, les impiden pasar, les insultan. ¡°No servimos para nada. Ya no servimos para nada¡±, suspira uno de los agentes. ¡°Pronto ser¨¢ demasiado tarde¡±. Todo se tuerce despu¨¦s del asalto armado a uno de estos barrios para encontrar un alijo, una escena m¨¢s propia de cine b¨¦lico que policial.
¡°Esto es Kosovo, es Beirut¡±, dec¨ªa hace unos d¨ªas un residente en un quartier de edificios de veinte plantas encaramados en los montes y los confines de Marsella. En otro barrio, Cit¨¦ Bassens, que el presidente Emmanuel Macron visit¨® a principios de septiembre, vive Nasser, aspirante a actor, de 22 a?os, que particip¨® como extra en el rodaje de BAC Nord, aunque sus escenas quedaron fuera del montaje final.
¡°Todo es err¨®neo en la pel¨ªcula. Hay una escena de cuarenta j¨®venes contra cuarenta polic¨ªas dispar¨¢ndose, golpe¨¢ndose. ?Nunca he visto esto! Es imposible hacer esto a la polic¨ªa¡±, dice Nasser. ¡°Y los j¨®venes tranquilamente en el barrio con las armas... ?Imposible!¡±. Nasser a?ade: ¡°Mire el cartel: tres polic¨ªas blancos rodeados de negros y ¨¢rabes enmascarados que les lanzan piedras. Es una imagen racista¡±.
La cr¨ªtica no se escucha solo en los barrios del norte marsell¨¦s. En la rueda de prensa posterior al estreno de BAC Nord el pasado julio en el festival de Cannes, un periodista irland¨¦s, Fiachra Gibbons, lo plante¨® sin rodeos: ¡°Es una pel¨ªcula genial, muy muy buena, pero hay algo que me ha molestado. Estamos en a?o de elecciones en Francia y yo, que veo esto un poco con la mirada de un extranjero, me digo: quiz¨¢ vote a Le Pen despu¨¦s de ver esto¡±. Lo dijo antes de que Le Pen declarase su apoyo al filme. Y se?al¨® que esta retrata a los habitantes de los barrios pobres como ¡°bestias¡±, personas sin rostro ¡ªen muchos momentos, literalmente, pues van enmascarados¡ª que por la fuerza imponen su ley.
Otra cr¨ªtica a la pel¨ªcula es que asume el punto de vista de los polic¨ªas; el resto es invisible. ¡°Me molesta este discurso que glorifica a la polic¨ªa y demasiado emp¨¢tico con los agentes¡±, dijo la cr¨ªtica Ava Cahen en Le masque et la plume, la tertulia dominical sobre cine y literatura en la radio p¨²blica France Inter. ¡°Solos los vemos a ellos, hasta el punto de que tenemos la impresi¨®n de que son los ¨²nicos habitantes de Marsella¡±.
En un caf¨¦ cerca del Vieux Port, el antiguo puerto marsell¨¦s donde en los a?os veinte y treinta del pasado siglo el dramaturgo Marcel Pagnol escenific¨® una imagen mucho m¨¢s amable y pintoresca de la ciudad, el polic¨ªa Rudy Manna, del sindicato conservador Alliance, explica que conoce de cerca a los polic¨ªas del caso real que inspir¨® BAC Nord. ¡°Es una pel¨ªcula excepcional, formidable¡±, juzga Manna, quien elogia el realismo de BAC Nord en el retrato de la vida cotidiana de unos agentes desmoralizados y atrapados entre una jerarqu¨ªa cobarde y una calle intratable. ¡°El polic¨ªa sabe que, si se enfrenta a veinte tipos y emplea medios fuertes, su carrera se acab¨®, lo echan¡±.
No, Marsella no es una zona de guerra, pese a los problemas graves que arrastra, pero el director ha tocado fibras sensibles en la Francia que se prepara para elegir a su presidente o presidenta en las elecciones de 2022: miedos at¨¢vicos y fantasmas que, reales o imaginados, explican esta sociedad. La inseguridad, las dificultades del Estado para imponerse en algunos territorios, el miedo al otro... ¡°Un grito de alarma¡±, escribe Guerrin, quien compara BAC Nord con una pel¨ªcula de 2019 que presentaba un escenario similar, pero con el punto de vista de los muchachos del extrarradio parisino: Los miserables, de Ladj Ly. BAC Nord la complementar¨ªa. ¡°Es una muy buena peli de acci¨®n¡±, dijo en Le masque et la plume el escritor ?ric Neuhoff. ¡°Y me da completamente igual si hace votar a Le Pen o no¡±.
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