La novela desenmascara la trastienda de la pol¨ªtica contempor¨¢nea
Proliferan los libros en que autores como David Trueba, Mario Cuenca Sandoval, Claudia Pi?eiro o Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz desentra?an a partidos y candidatos volcados en las redes sociales y que cosifican al electorado
La literatura en espa?ol ha empezado a desenmascarar el interior de la pol¨ªtica, de los partidos y de la sociedad en edad de votar. El gran fresco sobre esa realidad desde la trastienda, las estrategias con que trabajan o se construyen los candidatos, sus campa?as y sus partidos tienen nueva visibilidad gracias a escritores como David Trueba y Mario Cuenca Sandoval en Espa?a; Claudia Pi?eiro, Reynaldo Sietecase y Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, en Argentina; Daniel Krauze, en M¨¦xico; Alberto Barrera Tyszka, en Venezuela, y Sergio Ram¨ªrez, en Nicaragua.
Lo que ha motivado a estos autores a tratar de desentra?ar ese universo misterioso, m¨¢s presente en el cine y la televisi¨®n, ha sido la vor¨¢gine de informaci¨®n en las redes sociales que escenifica el deterioro progresivo de la pol¨ªtica y su metamorfosis en espect¨¢culo, la polarizaci¨®n, la corrupci¨®n, la cosificaci¨®n del electorado y las inquietudes ante acciones que minan la democracia.
¡°La clave reside en que la sociedad juzga por encima del hombro a los pol¨ªticos, sin darse cuenta de que son un reflejo exacto de sus demandas e intereses¡±, explica David Trueba autor de Queridos ni?os (Anagrama). ¡°La campa?a electoral es siempre el mejor retrato de una sociedad, porque delata lo que hay que hacer para seducir a la gente¡±. El escritor, guionista y cineasta a?ade que por eso su novela ¡°no es tanto una cr¨ªtica a los pol¨ªticos como una cr¨ªtica a la sociedad en democracia que no es consciente de que el sistema le exige preparaci¨®n, implicaci¨®n y rigor¡±.
Recordar la responsabilidad ciudadana en esta situaci¨®n es clave para Trueba porque ¡°esa soberbia existe, que la gente se cree mejor que los pol¨ªticos, y es err¨®nea¡±. Los ciudadanos ¡°no reparan en que unos son resultado de los otros. El protagonista de Queridos ni?os lo cuestiona, compar¨¢ndolo con el amo y el perro; el votante y el candidato funcionan igual, ya nadie sabe qui¨¦n se parece a qui¨¦n¡±.
La pol¨ªtica influye permanentemente en todos, asegura Claudia Pi?eiro, autora de Las maldiciones (Alfaguara) y guionista junto a Marcelo Pi?eyro de la exitosa serie televisiva El reino, sobre c¨®mo en plena campa?a a la presidencia de argentina uno de sus candidatos es asesinado y debe sucederlo quien aspiraba a la vicepresidencia. ¡°Los ciclos latinoamericanos est¨¢n muy vivos, con muchos conflictos y situaciones de distinto tipo, como en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Brasil, Argentina y Chile¡±.
La situaci¨®n mexicana la recrea Daniel Krauze en Tenebra (Seix Barral). El escritor y guionista cuenta que no habla de c¨®mo se gesta una alianza entre partidos, ¡°sino de c¨®mo viven los pol¨ªticos, en qu¨¦ gastan su dinero, c¨®mo se divierten¡±. A veces, recuerda Krauze, ¡°para encontrar informaci¨®n ni siquiera ten¨ªa que ir en busca de entrevistados: bastaba meterme a Instagram y mirar las cuentas de j¨®venes pol¨ªticos, viajando y gastando por el mundo entero. ?Qu¨¦ mejor prueba del cinismo y la impunidad con la que operan?¡±.
El estado de las cosas en Am¨¦rica Latina no ha cambiado mucho, seg¨²n Reynaldo Sietecase, autor de obras como No pidas nada (Alfaguara). Seg¨²n el periodista y narrador argentino, ya en 1982 Garc¨ªa M¨¢rquez, en su discurso de aceptaci¨®n del Premio Nobel de Literatura, ¡°hizo referencia expl¨ªcita a que los escritores en Am¨¦rica Latina deb¨ªan limitarse a contar lo que ve¨ªan porque la realidad de nuestro continente es tan delirante que no precisa mucho m¨¢s¡±. En su caso, sus tres novelas atraviesan el territorio de la pol¨ªtica desde la ficci¨®n porque, asegura, ¡°la novela negra es un espejo extraordinario para conocer una sociedad¡±. Sietecase se pregunta ¡°c¨®mo detener ese tren de violencia, impunidad y proceso de olvido en Latinoam¨¦rica¡±.
Esta cartograf¨ªa literaria de la trastienda de la pol¨ªtica y el poder no solo incluye a los partidos tradicionales. El auge y algunas de las estrategias de los populismos de la ultraderecha los aborda Mario Cuenca Sandoval en LUX (Seix Barral). Una novela que escribi¨® ¡°desde la perplejidad y la inquietud por un clima pol¨ªtico que se estaba enrareciendo en Espa?a a pasos agigantados, por la proliferaci¨®n de discursos exaltados y palabras gruesas en la escena pol¨ªtica y tambi¨¦n en lo que se ha llamado el enjambre digital¡±. Todo ello produce en Cuenca Sandoval ¡°una impresi¨®n de deterioro progresivo del debate p¨²blico, arrastrado por un caudal de violencia sorprendente¡±.
Lo que busca LUX no es tanto escribir sobre el autoritarismo, sino sobre sus pre¨¢mbulos, ¡°sacar a la luz los mecanismos psicol¨®gicos en los que basan sus preparativos: los discursos de cosificaci¨®n del otro, el blanqueamiento de prejuicios contra los que ya nos cre¨ªamos suficientemente vacunados¡±, lamenta.
No todo es ficci¨®n inspirada en la realidad. Hay un libro reci¨¦n salido que es un ¨¢lbum de toda clase de dirigentes del mundo: Pol¨ªtico animal (Sexto Piso), del escritor Juan Pablo D¨ªaz Chorne y el ilustrador David de las Heras. Un libro-artefacto que no solo puede resultar gracioso, sino que ¡°busca suscitar un debate y para pensarnos como sociedad¡±, se?ala D¨ªaz Chorne. La intenci¨®n es ¡°analizar el lugar desde donde habla el poder y c¨®mo este suele hablar de lo normal o de la falta de un discurso ideol¨®gico cuando precisamente esa ideolog¨ªa es hegem¨®nica o dominante¡±.
La perplejidad ante el rumbo de la pol¨ªtica se aprecia en todo el mundo, coinciden varios de los escritores. Una crisis casi existencial que a Juan Pablo D¨ªaz le recuerda la frase del fil¨®sofo Antonio Gramsci: ¡°El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos¡±.
Toda esta literatura y su inter¨¦s por parte de los lectores se debe, seg¨²n De las Heras, al auge de las redes sociales, ¡°y su mayor uso por parte de los pol¨ªticos, que ha hecho que la sociedad se haya interesado m¨¢s por sus figuras¡±. El ilustrador argentino no duda en asegurar que ¡°internet ha convertido, como antes hizo la radio o la televisi¨®n, pero esta vez de manera exponencial, a los pol¨ªticos en personajes virales y presente en nuestros m¨®viles¡±.
Del seguimiento a las peripecias de esos pol¨ªticos en ese ¨¢mbito y en otros naci¨® el inter¨¦s de Trueba al escribir Queridos ni?os y hacerlo ¡°desde la perspectiva de un asesor de vuelta de todo, bastante c¨ªnico y desenga?ado, que llama a los votantes ¡®queridos ni?os¡¯ porque juegan con la seducci¨®n y los impactos, sin apenas profundidad y acrecentando la confrontaci¨®n y la sumisi¨®n de la gente a su propia burbuja de comodidad¡±.
La literatura cumple en estas obras su funci¨®n m¨¢s all¨¢ del entretenimiento. D¨ªaz siempre ha pensado que ¡°para construir ciudadanos dignos de ese nombre en las escuelas, m¨¢s que acumular acr¨ªticamente datos e informaciones habr¨ªa que ense?ar justamente a leer, entre l¨ªneas, un peri¨®dico, un telediario, un post de una red social¡±. La literatura, agrega el autor, ¡°con ese potencial de imaginar otra realidad o de empatizar con otra forma de ver las cosas siempre ha sido un terreno muy f¨¦rtil para la reflexi¨®n pol¨ªtica¡±.
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