¡®Par¨ªs, distrito 13¡¯: del sexo y otras cosas
El nuevo trabajo de Jacques Audiard provoca cierto morbo e intriga por saber c¨®mo va a acabar la historia, para la que el director usa primorosamente el blanco y negro, hace cre¨ªbles a sus personajes y crea atm¨®sfera
Jacques Audiard es uno de los m¨¢ximos representantes del prestigio en el cine franc¨¦s. Cada una de sus entregas crea expectativas. Va de intenso, de complejo, de inventarse argumentos, personajes y situaciones que remuevan el ¨¢nimo de los espectadores, incomoden, acaben conmoviendo. Le atrae la dureza y la turbiedad emocional, la violencia interna, la catarsis, la posibilidad de redenci¨®n. Y su c¨¢mara maneja un lenguaje poderoso, estilo, poder de fascinaci¨®n. Lo cual no garantiza que todas sus pel¨ªculas est¨¦n conseguidas. Algunas me cargan con su exceso de pretensiones, pero tambi¨¦n otras que me atraen, como Un profeta, oda a la supervivencia en un ambiente brutal, la original y simp¨¢tica Un h¨¦roe muy discreto y un w¨¦stern extra?o y con final conmovedor titulado Los hermanos Sisters.
Aparentemente, Audiard renuncia en Par¨ªs, distrito 13 a los asuntos tenebrosos. Se centra en cuatro personajes j¨®venes que viven en un barrio muy concreto, se buscan la vida en trabajos que casi siempre resultan provisionales y tienen una relaci¨®n continua y presuntamente abierta con el sexo. Una descendiente de taiwaneses que le alquila una habitaci¨®n en su casa a un chaval negro. Ellos se l¨ªan con mucho ardor, pero llegan al pacto de poder llevar a casa a sus ligues. El experimento no funciona porque los sentimientos de ambos son distintos. Y son muy modernos, creen en eso del poliamor. Y en el caso de ella, multiplica las citas para follar con desconocidos a trav¨¦s de aplicaciones (?se dice as¨ª?) de internet. La relaci¨®n de otra pareja tambi¨¦n es pintoresca. Una dama que ha emigrado a Par¨ªs huyendo de un conflictivo pasado sentimental y sexual y que pretende integrarse en la universidad es confundida con otra se?ora que realiza pornograf¨ªa en las redes. A trav¨¦s de la pantalla y mediante pago se montar¨¢n una historia perturbadora. Las ganas de darle gusto al cuerpo todo el rato, la pretendida alergia al compromiso amoroso, no evitan la zozobra, la dificultad de vivir.
Durante toda la trama de Par¨ªs, distrito 13 me ocurre lo que en los ¨²ltimos tiempos ante la inmensa mayor¨ªa de las pel¨ªculas, y es que sus personajes no me enamoran. Con excepciones, como la gente memorable que puebla Mank y Otra ronda. Pero lo habitual es que me desagraden o me desinteresen. La falta de identificaci¨®n con lo que viven o sienten impide que me apasione ni un poquito. Aunque si los creadores son inteligentes y capaces, pueden mantenerme despierto o curioso hasta el final. Jacques Audiard posee esas virtudes. Provoca cierto morbo e intriga por saber c¨®mo va a acabar la retorcida historia. Utiliza primorosamente el blanco y negro, narra con mucho estilo, hace cre¨ªbles a sus personajes, crea atm¨®sfera, le funcionan los int¨¦rpretes, est¨¢ empe?ado en convencer al receptor de que no todo es lo que parece, que existe anverso y reverso, interrogantes, certidumbres a medias, y que, aunque se disimulen, tambi¨¦n existen los latidos del coraz¨®n detr¨¢s del insaciable anhelo de carne nueva y fresca.
Y es bonito el desenlace, con los protagonistas renunciando a la conveniente m¨¢scara, haciendo visible por primera vez su vulnerabilidad, su necesidad o su ansia de amor. No sabemos c¨®mo les ir¨¢ ni cu¨¢nto durar¨¢, pero se precisa valor o mucha necesidad para dar el paso, para admitir como real lo que juzgaban convencional.
Par¨ªs, distrito 13
Dirección: Jacques Audiard.
Intérpretes: Noémie Merlant, Makita Samba, Lucie Zhang, Jenny Beth, Camille Léon-Fucien.
Género: drama. Francia, 2021.
Duración: 105 minutos.
Estreno: 8 de abril.
Babelia
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