El relato de monta?a crece, se diversifica y engancha
Documentales, pel¨ªculas, c¨®mics y literatura cl¨¢sica relanzan un g¨¦nero que indaga en las motivaciones m¨¢s profundas de los alpinistas
La literatura de monta?a siempre ha movido monta?as. Interiores. Si un bal¨®n improvisado en cualquier lugar del globo hizo del f¨²tbol una religi¨®n, los mejores libros de alpinismo fabricaron un batall¨®n de fan¨¢ticos, tanto que muchos siguen dando su vida por imitar a los h¨¦roes de papel que tanto les deslumbraron. La determinaci¨®n furiosa de escalar monta?as sigue, pese a todo, resultando inexplicable. Por eso existe tanta literatura de monta?a fallida: aquella que no acierta a dar respuestas, a explicar por qu¨¦ hombres y mujeres se atreven a asumir la posibilidad muy real de no regresar jam¨¢s. ?Para qu¨¦? ¡°Para ser valiente¡±, dir¨ªa Marc Andr¨¦ Leclerc, desaparecido en 2018 a los 25 a?os de edad, tras invertir casi toda su corta vida en igualar a los h¨¦roes de esos libros de alpinismo que le regal¨® su madre y que dieron sentido a una vida marcada por un trastorno por d¨¦ficit de atenci¨®n e hiperactividad.
Leclerc, que viv¨ªa como un mendigo y sin necesidad alguna de reconocimiento aun siendo el alpinista m¨¢s brillante del siglo XXI, accedi¨® a ser el protagonista del documental The Alpinist, estrenado en 2021: ¡°Si a m¨ª me inspiraron los libros, puede que alg¨²n joven se inspire en este documental¡±, concedi¨®, harto de tratar de esquivar a la productora que estuvo dos a?os siguiendo sus pasos. El trabajo, firmado por Peter Mortimer, es una obligaci¨®n en la agenda de cualquiera en posesi¨®n de un m¨ªnimo de sensibilidad. Poco importa que no tenga intenci¨®n de pisar jam¨¢s una monta?a. Y conviene no perderse dos trabajos m¨¢s del mismo Mortimer: The Dawn Wall (2018) y Valley Uprising (2014). Este ¨²ltimo recoge la historia de la escalada en el valle californiano de Yosemite, con su imponente pared del Capit¨¢n, mientras que el primero es la disecci¨®n de una obsesi¨®n futurista: la del escalador Tommy Caldwell en el mismo escenario. De 2018 es el ¨²nico documental de monta?a que ha ganado un Oscar: Free solo (2018), con Alex Honnold y sus escalofriantes escaladas sin cuerda como reclamo.
Festivales espa?oles como el Bilbao Mendi Film Festival o el Festival de Torell¨® son el nicho genuino del cine de monta?a, citas que atraen a una enorme cantidad de p¨²blico, si bien ni mucho menos son todos alpinistas. La curiosidad, las ganas de entender, llenan las salas que proyectan, cada vez m¨¢s, trabajos estupendos que llegan hasta plataformas como Netflix. Ah¨ª pueden verse joyas como La cumbre de los dioses (2021), basada en el c¨®mic hom¨®nimo del dibujante de culto japon¨¦s Jiro Taniguchi: puro arte y sensibilidad. Ante la duda sobre qu¨¦ elegir, no estar¨¢ de m¨¢s leer la obra y ver su pel¨ªcula. Tambi¨¦n en esta plataforma podemos dar con Jurek (2014), un documental ¨¢spero y bello sobre el polaco Jerzy Kuluzcka, el segundo hombre que escal¨® los 14 ochomiles.
Los c¨®mics nacionales tambi¨¦n se suman a la generosa oferta literaria: Hermanos I?urrategi (2020), de Ram¨®n Olasagasti y C¨¦sar Llaguno, capta con sencilla maestr¨ªa el sentimiento de una cordada en el mundo del alpinismo y lo explica en una frase: ¡°Uno no llega a uno; dos son dos y medio¡±. El dibujante C¨¦sar Llaguno y el escritor Juanjo Garbizu se unen para entregar Aire, una historia que arranca con la pasi¨®n por las monta?as y se ve alterada por el paso acelerado del tiempo o el consumismo que todo lo impregna.
Pero todo empez¨® con los libros. Si el alpinismo naci¨® oficialmente el 8 de agosto de 1786 con la primera ascensi¨®n del Mont Blanc, la literatura de monta?a qued¨® estrenada un a?o despu¨¦s con Relation abr¨¦g¨¦e d?un voyage ¨¤ la cime du Mont Blanc (Relaci¨®n abreviada de un viaje a la cima del Mont Blanc), firmada por Horace B¨¦nedict de Saussure. Cuando la investigaci¨®n y la exploraci¨®n dejaron paso al disfrute y la pasi¨®n de escalar monta?as, la literatura de monta?a se vio abocada no solo a narrar los hechos, sino a tratar de justificarlos. Pocos t¨ªtulos resultan m¨¢s evocadores de la dificultad de explicar lo aparentemente absurdo (subir y bajar monta?as) que Los conquistadores de lo in¨²til (1961), obra de Lionel Terray. Estamos ante uno de esos textos imprescindibles, f¨¢brica verdadera de alpinistas: tipos que ante semejante relato deseaban no solo ser enormes escaladores, sino elevarse tambi¨¦n como personas. Que lo lograsen o no es otra historia.
Casi cada icono del alpinismo tiene su libro, casi siempre una autobiograf¨ªa que alimenta y planta los cimientos de la literatura cl¨¢sica de monta?a: ah¨ª est¨¢n, por ejemplo, los numerosos t¨ªtulos de Reinhold Messner, tan fr¨ªos como las monta?as que acometi¨®. Las obras del primer hombre que escal¨® los 14 ochomiles son did¨¢cticas, una disecci¨®n de la b¨²squeda de imposibles¡ pero hay que buscar en otro lugar las emociones. Por ejemplo, pueden hallarse en el controvertido best seller de Maurice Herzog Annapurna, primer ochomil (1979), posiblemente el relato de monta?a que m¨¢s alpinistas ha fabricado con permiso de sir Leslie Stephen (el padre de la escritora Virginia Woolf) y su ineludible The playground of Europe (El patio de recreo de Europa, 1871), una de las primer¨ªsimas obras que defienden el monta?ismo no solo como lugar de estudio sino como espacio de recreo y diversi¨®n. Herzog narra la pulsi¨®n nacionalista de la conquista del primer ochomil, en 1950, epopeya de ¨¦xito, tragedia y dolor que hoy en d¨ªa muchos contemplan como pura propaganda.
El otro gran superventas del siglo XX llegar¨ªa en 1997 de la mano del estadounidense Jon Krakauer: Mal de altura. Narra los entresijos dram¨¢ticos de la llamada ¡°tragedia del Everest¡±, donde una serie de errores en cadena de los responsables de dos poderosas agencias de gu¨ªas causaron la muerte de ocho alpinistas en 1996. Escritor de renombre, Krakauer fue contestado en otro libro por el gu¨ªa ruso Anatoly Boukreev, quien ofrece en su obra Everest 1996 (1998) una versi¨®n radicalmente diferente de los hechos.
En la l¨ªnea de los relatos autobiogr¨¢ficos, conviene no dejar atr¨¢s Monta?as de una vida (1995), del italiano Walter Bonatti, para muchos el alpinista de mayor talento que ha existido. A los 35 a?os dej¨® las cimas y se reinvent¨® como reportero de la revista Epoca, una de las de m¨¢s peso en la Italia de los a?os sesenta. Solo alguien con mucha clase puede vivir dos vidas en una. Tampoco desmerece Ascensiones (2003), de la francesa Catherine Destivelle, tambi¨¦n conocida como Su Majestad de la roca. A su talento hay que sumar su elocuencia a la hora de explicar sus sentimientos, su pasi¨®n.
El vizca¨ªno Juanjo Sansebasti¨¢n es el autor de una de las obras m¨¢s sinceras y conmovedoras que cabe leer: Cita con la cumbre (2000). Durante el descenso de la cumbre del K2, una avalancha le separa de su amigo Atxo Apellaniz: eligi¨® ayudarle¡ asumiendo las consecuencias.
Un libro cl¨¢sico es I choose to climb (Elijo escalar), publicado por primera vez en 1966, en el que el monta?ista brit¨¢nico Chris Bonington describe sus inicios en la escalada durante su adolescencia y repasa sus mayores ¨¦xitos alrededor del mundo. Al Alvarez, c¨¦lebre escritor y apasionado del deporte, reconstruye en Alimentar a la bestia (2020) su amistad con el carism¨¢tico Anthoine, con el que comparti¨® su afici¨®n por la escalada. El relato de alguna de sus m¨¢s ¨¦picas expediciones acerca al lector a la pasi¨®n desinteresada que mueve a los aut¨¦nticos aventureros. El franc¨¦s de origen griego Georges Livanos transmiti¨® con humor sus experiencias y el placer por la escalada en Au-del¨¤ de la verticale (M¨¢s all¨¢ de la vertical, 1958): ¡°Para m¨ª, lo ideal es empezar desde abajo, llegar arriba y volver a bajar. Y no demasiado r¨¢pido¡±. Y el tambi¨¦n franc¨¦s Gast¨®n R¨¦buffat relat¨® en Estrellas y borrascas (1954) su ascensi¨®n en las seis caras norte m¨¢s famosas de los Alpes: el Dru, las Grandes Jorasses, el Eiger, el Cervino, el Piz Badile y la Cima Grande di Lavaredo.
Las monta?as de la mente (2005), de Robert Macfarlane, indaga en las motivaciones de los grandes alpinistas en su b¨²squeda y en los or¨ªgenes de su motor: la curiosidad. Imprescindible. Primero fue un libro, y a?os despu¨¦s una excelente pel¨ªcula: Tocando el vac¨ªo (1988), de Joe Simpson, permanece en lo m¨¢s alto de la lista de libros de supervivencia en monta?a y est¨¢ escrito con maestr¨ªa. A su lado podr¨ªa figurar El ogro (2017), de Doug Scott, o c¨®mo escapar de una monta?a de siete mil metros, en mitad de la tormenta y con ambos tobillos fracturados. Toda lista de recomendaciones resulta tremendamente injusta y arbitraria. Afortunadamente, un buen libro lleva a otro y este a otro. Como los que coleccionan cimas.
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