Las pinturas del Abrigo de la Laja Alta rejuvenecen 5.000 a?os de golpe
Un estudio cuestiona que el arte rupestre de esta cueva gaditana, que representa un combate marino, fuesen pintadas en la prehistoria y las sit¨²a entre los siglos XII y XIV
A unos 27 kil¨®metros en l¨ªnea recta de la l¨ªnea de costa y a 370 metros de altura, dentro del Parque Natural de los Alcornocales, en el t¨¦rmino de Jimena de la Frontera (C¨¢diz), se abre una peque?a oquedad rocosa, conocida como el abrigo de Laja Alta. Esta cueva guarda un espectacular secreto: la representaci¨®n sobre sus paredes de una escena naval. En los paneles se distinguen, al menos, siete embarcaciones de remo o vela, figuras humanas, ¨ªdolos, soles y signos de dif¨ªcil interpretaci¨®n, hasta un total de m¨¢s de cincuenta motivos realizados en pigmentos de tonalidades rojizas y negras. Fue descubierta en 1978 por Salvador Corbacho Rey, un vecino de la localidad, que puso el hallazgo en conocimiento de las autoridades. Desde entonces, numerosos estudios nacionales e internacionales han intentado dar una explicaci¨®n a estos barcos tierra adentro, existiendo el consenso general de que fueron pintados en ¨¦poca prehist¨®rica (IV y III milenio a. C), dados los resultados del an¨¢lisis de carbono 14 que se practic¨® sobre uno de los motivos: un min¨²sculo ¨ªdolo negro. Otros expertos, sin embargo, retrasaban su autor¨ªa a los siglos III a. C y III d. C., debido a la avanzada tecnolog¨ªa naval que muestran y que no exist¨ªa evidentemente en la prehistoria. Pero ahora, una nueva l¨ªnea de investigaci¨®n de la arque¨®loga Ana Mar¨ªa Gomar Barea sostiene que, en realidad, los dibujos corresponden a una representaci¨®n pict¨®rica de barcos de tiempo medieval, entre los siglos XII y XIV. Afirma que el ¨ªdolo analizado no tiene ninguna relaci¨®n con el enfrentamiento. Es decir, la batalla es una representaci¨®n de la Edad Media, pero se pint¨® sobre unos dibujos prehist¨®ricos. De ah¨ª el error.
Como el carbono 14 indicaba que el ¨ªdolo negro fue trazado entre el IV y III milenio a. C. (arte rupestre), la comunidad cient¨ªfica asumi¨® que el resto de figuras ten¨ªa la misma antig¨¹edad, por lo que los barcos se consideraron los primeros veleros representados de Europa occidental. La hip¨®tesis anterior, que defend¨ªa que el friso correspond¨ªa a un encuentro entre ind¨ªgenas peninsulares y colonos orientales, posiblemente fenicios-cartagineses o romanos, entre los siglos III a. C y III d. C., fue as¨ª aparcada.
Pero Gomar rechaza todas estas premisas. En su estudio La escena naval del abrigo de la Laja Alta, una nueva propuesta cronocultural, publicado en la prestigiosa revista Zephirus, explica que desde que ¡°fueron descubiertas, ha habido un fuerte debate sobre su cronolog¨ªa, porque los barcos se alejaban notablemente de las caracter¨ªsticas conocidas del arte rupestre prehist¨®rico, donde hab¨ªan sido englobados mayoritariamente¡±. Para esta investigadora, ¡°el contexto donde se ubica la escena, un abrigo rupestre, unido a la t¨¦cnica con la que se ejecutaron las naves, pigmento rojo, ha influido para que quedaran enmarcadas conceptualmente en la categor¨ªa de la prehistoria, sesgando as¨ª las hip¨®tesis de partida de cualquier investigaci¨®n, adem¨¢s de vedar las incursiones de especialistas en otros periodos¡±.
Gomar afirma que los primeros trabajos ¨Dantes del carbono 14¨D intentaron establecer paralelos morfol¨®gicos con embarcaciones de tradici¨®n oriental procedentes de civilizaciones como la minoica, egipcia, sarda, fenicio arcaica y protohist¨®rica it¨¢lica, pero sin resultados convincentes. La arque¨®loga recuerda que ¡°la disposici¨®n de los barcos en escena, el detalle de su elaboraci¨®n, el uso de la perspectiva o el dinamismo que presentan¡± no guardan afinidad alguna ni con el arte rupestre ni con la tradici¨®n oriental. Adem¨¢s, ¡°los paneles pict¨®ricos son muy heterog¨¦neos, lo que significa que reflejan distintas fases de ejecuci¨®n. Existen superposiciones, diferentes tonalidades de pigmento, trazos de distinto grosor, variedad en las dimensiones de las figuras y muy variados estados de conservaci¨®n. Resulta tambi¨¦n significativo que algunos motivos presenten una apariencia reciente, con un color abigarrado y de aspecto extraordinariamente fresco, y habr¨ªa que plantearse si son copias o imitaciones¡±, asevera.
A Gomar le llam¨® la atenci¨®n ¡°el caso del cruciforme situado en la periferia del panel pict¨®rico, figura que comparte semejanza con ejemplos de cruces peninsulares con peana¡±, a lo que se a?ade ¡°un ins¨®lito detallismo y perspectiva de las naves, algo que dista mucho de los c¨¢nones del arte rupestre¡±. La investigadora recuerda que estos barcos incluyen elementos como aparejos, remos, timones, castillete de proa, m¨¢stiles ¨²nicos, m¨¢stiles b¨ªpedos, dobles arboladuras, diversos tipos de velas, espolones, jarcias, obenques, estayes, aplustros, gallardetes y hasta los refuerzos internos de las cuadernas del casco.
La especialista cree, por eso, que ¡°la escena naval de Laja Alta deb¨ªa ser abordada desde un enfoque que atendiese a la explicaci¨®n de todos los sistemas involucrados en su concepci¨®n y creaci¨®n, para dar una respuesta a su contexto f¨ªsico, t¨¦cnico y tipol¨®gico¡±. Para ello, realiz¨® calcos y restituciones digitales de las figuras con el fin de buscar paralelos en diferentes fuentes iconogr¨¢ficas en cualquier periodo de tiempo (prehist¨®ricas, protohist¨®ricas e hist¨®ricas) y, por ¨²ltimo, localiz¨® los elementos de tecnolog¨ªa naval susceptibles de ser identificados y datados con claridad.
Estas pruebas han confirmado ¡°el escaso deterioro de algunos barcos despu¨¦s de haber sido dibujados, ya que hay trazos de dos nav¨ªos que muestran continuidad en las costras de roca, por lo que son indicios de una fecha de ejecuci¨®n m¨¢s reciente que la prehist¨®rica¡±. En dos de las naves ¡ª las denominadas primera y sexta¡ª se ¡°aprecia, incluso, un intento de representaci¨®n axonom¨¦trica de los cascos. Se hace visible la cubierta procurando un tipo de proyecci¨®n, donde da la sensaci¨®n de que el objeto se ha girado ligeramente a lo largo de un eje con relaci¨®n al plano de proyecci¨®n, lo que sugiere un intento de dotar a las figuras de una tridimensionalidad, algo incompatible con el Arte Rupestre Esquem¨¢tico prehist¨®rico¡±.
En cuanto a lo que se conoce como ¡°obra muerta¡± ¨Delementos por encima de la l¨ªnea de flotaci¨®n¨D, se han identificado de forma clara el tipo de velas, ciertos aparejos, terminaciones de popas, espolones y banderines, todos compatibles con la tecnolog¨ªa naval medieval. Por ello, Gomar afirma que ¡°las peculiaridades observadas en los barcos de Laja Alta se ajustan a las caracter¨ªsticas de las galeras del siglo XIII: un solo ¨¢rbol con calc¨¦s (polea que corona el m¨¢stil), vela latina, alas recurvadas, popa m¨¢s elevada que la proa y ¨¦mbolo c¨®nico que en el siglo XIV dar¨¢ origen a un espol¨®n y un ¨²nico orden de remos¡±.
Adem¨¢s, los barcos que aparecen en algunos c¨®dices de entre los siglos XII y XV, junto a las representaciones de grafitos de naves, tambi¨¦n de los mismos siglos y realizados en murallas de castillos, son los m¨¢s coincidentes con los de Laja Alta. Gomar incide en que ¡°la comparaci¨®n morfol¨®gico-estil¨ªstica y la identificaci¨®n de elementos de ingenier¨ªa tambi¨¦n conducen a situar las naves en una horquilla cronol¨®gica entre los siglos XII y XIV¡±.
Y termina: ¡°Los paneles de la Laja Alta muestran una problem¨¢tica que es com¨²n a muchos enclaves rupestres prehist¨®ricos, en los que se documentan diferentes fases de ejecuci¨®n y tipolog¨ªas ins¨®litas en el arte prehist¨®rico. De hecho, en ciertos yacimientos se hace extremadamente dif¨ªcil cribar las figuras prehist¨®ricas de las hist¨®ricas, pues el realizar dibujos en estilo esquem¨¢tico es algo universal y atemporal¡±.
Babelia
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