¡®Unicorn Wars¡¯: la nueva joya de la animaci¨®n para adultos es una guerra s¨®rdida de ositos amorosos contra unicornios
El segundo largometraje de Alberto V¨¢zquez indaga en la sinraz¨®n de los conflictos b¨¦licos y el uso de la religi¨®n como arma de manipulaci¨®n a trav¨¦s de un enfrentamiento entre iconos infantiles
¡°Honor, dolor, mimos¡±. El lema que se lee en el portal¨®n del Campamento Coraz¨®n articula la historia de Unicorn Wars, de Alberto V¨¢zquez (A Coru?a, 42 a?os), francotirador de la animaci¨®n espa?ola y triple ganador del premio Goya (dos con cortos, otro con su primer largo). Las guerras a las que se refiere el t¨ªtulo de la pel¨ªcula enfrentan a un pelot¨®n de osos amorosos, tan achuchables en su f¨ªsico como el de Mimos¨ªn como turbios en su comportamiento, contra los unicornios que se quedaron con su bosque, terreno que Dios, seg¨²n un oso sacerdote, ten¨ªa reservado a los ¨²rsidos por ser su pueblo elegido. Como hizo en Psiconautas (2015), V¨¢zquez cuenta una historia de adultos, a caballo entre La chaqueta met¨¢lica, Platoon y Apocalypse Now, pervirtiendo iconos infantiles y aportando matices espa?oles: religi¨®n cat¨®lica, un alter ego de Mill¨¢n-Astray y guerras civiles entre hermanos. Unicorn Wars se estrena hoy en salas comerciales espa?olas devenida, tras su paso por varios festivales previos, en una joya de la animaci¨®n que ejemplifica que los dibujos animados son una t¨¦cnica, no un g¨¦nero: con ellos se puede hablar de todo.
¡°A m¨ª me interesaba contar un enfrentamiento familiar dentro de una guerra santa¡±, describe su creador, que ha estado diez a?os con el proyecto, nacido primero como historia corta de c¨®mic en 2009 y que se asom¨® al cine en 2013 como cortometraje: Sangre de unicornio. ¡°La idea del bullying entre dos hermanos [los osos Azul¨ªn y Gordi, miembros de uno de los batallones m¨¢s in¨²tiles del cine b¨¦lico] enfrentados por el amor de una madre quise expandirla en una pel¨ªcula de guerra. Y ten¨ªa claro que asomar¨ªan mis intereses m¨¢s profundos: la religi¨®n como manipulaci¨®n y las historias m¨ªticas y ¨¦picas. Es un c¨®ctel de conceptos bastardos¡±.
Unicorn Wars es oscura, salvaje, hostil. Como sus personajes, no toma prisioneros. ¡°No he tenido ninguna censura, y por suerte mis productores me entienden. Lo que yo hago es raro, no hay cosas parecidas en la animaci¨®n europea. S¨ª en el c¨®mic, medio del que provengo, que es m¨¢s rompedor, permite trabajos m¨¢s locos¡±, asegura V¨¢zquez. Y sobre el pesimismo habitual en sus obras, apunta: ¡°En este caso hablo de la guerra, y de ella poco bueno se puede sacar. Ahora estoy con otra historia y esta vez no ser¨¢ tan negativa¡±.
V¨¢zquez es hijo ¨²nico y asegura que se lleva muy bien con sus hermanastros. ¡°Por suerte, no tengo ese conflicto fratricida¡±, r¨ªe. Pero s¨ª fue a un colegio cat¨®lico. ¡°De ah¨ª viene mi inter¨¦s por la religi¨®n, en concreto por la Biblia y m¨¢s a¨²n por el Antiguo Testamento. Vivo una relaci¨®n de amor-odio con el catolicismo, porque me fascina el arte religioso, las iglesias y los c¨®dices, a los que me gusta calificar de c¨®mics rompedores¡±, apunta. ¡°Las guerras son a¨²n peores si hay un fanatismo detr¨¢s¡±. Los ositos son carne de ca?¨®n en manos de oficiales chusqueros y un capell¨¢n castrense, profeta de un triunfo imposible y de la imperiosa obligaci¨®n de morir por la causa. ¡°Siempre he cre¨ªdo que bajo cada historia hay que contar algo m¨¢s, a?adir contextos sociales y ecol¨®gicos. En Psiconautas apuntaba c¨®mo la droga arras¨® con la Galicia de los a?os ochenta. Debemos usar la alegor¨ªa y la met¨¢fora para hablar de problemas actuales. Los protagonistas de Unicorn Wars son animales antropom¨®rficos, con aroma a personajes infantiles, y gracias a ello regateo cualquier reprobaci¨®n. Como es un cuento...¡±, reflexiona.
Unicorn Wars bebe tanto de La chaqueta met¨¢lica, Senderos de gloria y Apocalypse Now como tambi¨¦n de la novela que adapt¨® Coppola, El coraz¨®n de las tinieblas, de Joseph Conrad, y de toda la imaginer¨ªa de la guerra de Vietnam: sexo, racismo y drogas. En este caso, los ositos devoran gusiluces para obtener el subid¨®n antes de encarar el combate. ¡°Cuando empec¨¦ con el guion, di por hecho que las guerras que vivir¨ªamos ser¨ªan tecnol¨®gicas o econ¨®micas, y justo ahora asistimos a una de invasi¨®n, la de Ucrania. De repente, Unicorn Wars tiene una lectura actual inesperada. Pens¨¦ que la pel¨ªcula ser¨ªa una visi¨®n par¨®dica, que ahondar¨ªa en el origen com¨²n de los conflictos b¨¦licos, en esas sociedades militarizadas y religiosas que tienen sometida a la opini¨®n p¨²blica con dirigentes que imponen su relato¡±. Y confiesa un mandamiento que ha seguido a rajatabla: ¡°Hitchcock le dec¨ªa a Truffaut en el famoso libro de entrevistas que las pel¨ªculas pod¨ªan nacer de un clich¨¦, pero nunca acabar con ¨¦l. Unicorn Wars arranca con Bambi en un falso Vietnam para despu¨¦s coger su propio camino¡±.
Si Psiconautas se hizo con un mill¨®n de euros (algo realmente asombroso, por lo exiguo, en la animaci¨®n), Unicorn Wars ha costado tres veces m¨¢s. ¡°En esto he notado que ha habido m¨¢s medios, que el camino ha sido m¨¢s sencillo porque soy m¨¢s conocido, que encima cont¨¢bamos con un equipo hecho que hab¨ªa aprendido de la experiencia previa¡±, desgrana V¨¢zquez, que por lo dem¨¢s a¨²n sigue habitando un quinto piso sin ascensor en el barrio coru?¨¦s de Monte Alto.
?Es V¨¢zquez de verdad un cineasta ¨²nico en Europa? Para Nicol¨¢s Matji, productor de la saga Tadeo Jones y presidente de Diboos, la federaci¨®n que agrupa a las productoras de animaci¨®n, ¡°desde luego¡±. Y explica: ¡°La animaci¨®n para adultos es un contenido muy minoritario que, eso s¨ª, cada vez va a m¨¢s. No se la desprecia, aunque el p¨²blico general, acostumbrado al 3D, no se siente tan atra¨ªdo por el 2D cl¨¢sico. En Espa?a salen a cuentagotas. Por otro lado, la animaci¨®n generalista espa?ola disfrutar¨¢ una avalancha de t¨ªtulos entre este a?o y el que viene. Por fin habr¨¢ continuidad¡±. Menos optimista es Manuel Crist¨®bal, productor de Arrugas o Bu?uel en el laberinto de las tortugas: ¡°El sistema actual de ayudas es intrusivo. Y tenemos talento, desde luego: Alberto Mielgo, que gan¨® el Oscar; Alberto V¨¢zquez, que es un tesoro; y grandes como Salvador Sim¨®, Sergio Pablos y otros. Sin embargo, no hay dinero, y la animaci¨®n lo necesita. El resultado es que son espa?oles, pero algunos est¨¢n ahora con producciones extranjeras para dejar atr¨¢s presupuestos demasiado ajustados¡±. En el debate V¨¢zquez aporta un matiz: ¡°Estoy cansado de repetir que el cine de animaci¨®n es cine, y que no es solo para ni?os. Est¨¢ claro que en Espa?a la animaci¨®n se considera algo residual... Y, sin embargo, los telespectadores aman esas series de dibujos para adultos. Mi generaci¨®n es hija de Los Simpson¡±.
El recorrido de Unicorn Wars acaba como un bucle en su inicio: Bambi y Walt Disney. ¡°Soy muy fan del Disney m¨¢s cl¨¢sico, el que llega hasta los sesenta. Esos fondos maravillosos, ese arte del que me he apropiado... Ahora, me repele el Disney retr¨®grado y vac¨ªo, el del amor rom¨¢ntico¡±, asegura el dibujante. ¡°Con todo, Disney corre por las venas de la cultura occidental¡±.
Babelia
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