La teor¨ªa de que la tumba de Tutankam¨®n oculta c¨¢maras secretas se convierte en materia de novela
El escritor canario Antonio Cabanas se hace eco de la hip¨®tesis en una muy documentada ficci¨®n sobre el joven rey que coincide con el centenario hoy del hallazgo de su sepultura
La discutida y apasionante hip¨®tesis de que la tumba de Tutankam¨®n, de cuyo hallazgo se cumple hoy, 4 de noviembre, exactamente un siglo y se celebra con diferentes actos en Egipto, esconde c¨¢maras secretas acaba de llegar por primera vez a la ficci¨®n como parte de la nueva novela de un popular especialista espa?ol en la narrativa sobre el viejo pa¨ªs del Nilo, Antonio Cabanas. En su libro reci¨¦n aparecido, El sue?o de Tutankam¨®n (Ediciones B), una ficci¨®n ambientada en el reino del joven fara¨®n, Cabanas (Las Palmas, 68 a?os) describe c¨®mo la sepultura del rey, descubierta por Howard Carter en 1922 y numerada KV 62, la n¨²mero 62 hallada en el Valle de los Reyes (King Valley, KV), es s¨®lo la reutilizaci¨®n de una parte de la que se construy¨® para su madrastra, la c¨¦lebre reina Nefertiti. Las dependencias de esta habr¨ªan quedado ocultas detr¨¢s del muro que cierra la c¨¢mara funeraria del monarca. Es la del novelista canario una plasmaci¨®n literaria de la impactante teor¨ªa del egipt¨®logo brit¨¢nico Nicholas Reeves, que lleva desde 2015 planteando que la tumba de Nefertiti, todav¨ªa por descubrir, se halla en realidad a continuaci¨®n de la de Tutankam¨®n, para lo que expone argumentos arqueol¨®gicos e iconogr¨¢ficos. La teor¨ªa, aunque la mayor¨ªa de los egipt¨®logos y las autoridades egipcias en general la consideren poco menos que descabellada, no ha acabado de ser descartada y los que creen en ella reclaman que se realicen pruebas concluyentes en la tumba.
¡°Hay oquedades tras las paredes, y grietas que apuntan a que hay puertas; me parece que la teor¨ªa de Reeves, con el que he hablado varias veces, es bastante plausible y hasta National Geographic empieza a darle cr¨¦dito¡±, se?ala Cabanas, de visita en Barcelona para presentar su libro en el Museo Egipcio de la ciudad. ¡°Si crea pol¨¦mica, estupendo; hay que ser valientes y me pareci¨® que una novela era una buena forma de explorar el asunto¡±. El autor es consciente de que las investigaciones pueden volver la teor¨ªa obsoleta, pero recalca que lo suyo es una novela.
A la pregunta obvia de por qu¨¦ Carter, que pas¨® diez a?os vaciando la tumba, no se habr¨ªa percatado de su verdadera extensi¨®n, el novelista responde ¡°era f¨¢cil que no se diera cuenta, con todo lo que ten¨ªa ante sus ojos¡±. Cabanas, que manifiesta una gran simpat¨ªa por Carter, por su tes¨®n y la seriedad de su trabajo, sigue a Reeves en la idea de que no s¨®lo la tumba contin¨²a tras el muro norte sino que existe otra c¨¢mara por descubrir en la pared oeste.
La tumba, en la que aparecieron objetos que hoy son grandes iconos de Egipto, como la m¨¢scara de oro, la capilla can¨®pica o los ata¨²des del rey (hay que recordar que Tutankam¨®n no estaba solo en la tumba: se enterraron con ¨¦l en peque?os sarc¨®fagos las momias de sus dos hijas nonatas) es hoy el centro de las celebraciones del centenario, a las que est¨¢ previsto que acudan familiares del mecenas de Carter, Lord Carnarvon (esperemos que les vaya mejor que a su antepasado). Del programa se han ca¨ªdo algunas cosas previstas, como el anuncio que pensaba hacer el egipt¨®logo Zahi Hawass de que ha identificado la momia de Nefertiti (paree que hay problemas de ¨²ltima hora con el ADN) y el estreno de la ¨®pera del propio egipt¨®logo sobre Tutankam¨®n, que se retrasa.
Se da la circunstancia de que la narrativa hist¨®rica espa?ola ha sido pionera tambi¨¦n en alumbrar este a?o del aniversario una novela sobre Carter y Lord Carnarvon que imagina que la muerte del segundo (que dio pie a la leyenda de la maldici¨®n de Tutankam¨®n) fue un asesinato (La conjura del Valle de los Reyes, de Luis Melgar, La Esfera de los Libros, publicada el verano pasado). El premio Edhasa de novela hist¨®rica ha reca¨ªdo ese a?o asimismo en una obra que, aunque centrada en Nefertiti, aparece Tutankam¨®n (La faraona oculta, de Abraham Ju¨¢rez). La ficci¨®n no es la ¨²nica conexi¨®n literaria espa?ola con el centenario. Han aparecido varios ensayos sobre el descubrimiento, entre ellos el interesant¨ªsimo dedicado a la estancia de Carter en Madrid, sus conferencias en la capital y su amistad con el Duque de Alba (Tutankham¨®n, Howard Carter en Espa?a, de Myriam Seco, que excava el templo funerario de Tutmosis III en Luxor, y Javier Mart¨ªez Bab¨®n, con pr¨®logo de Zahi Hawass, Almuzara 2022).
Cambiazo de sepultura
El sue?o de Tutankam¨®n es la historia de la vida de un pescador egipcio de misteriosos or¨ªgenes, Nehebkau, que traba una intensa amistad con Tutankam¨®n. La relaci¨®n le sirve al autor para describir los principales acontecimientos de la corta existencia del rey y de la turbulenta ¨¦poca de Amarna, dominada por la personalidad del fara¨®n hereje, Akenat¨®n, considerado de manera bastante un¨¢nime como el padre de Tutankam¨®n.
En la novela, cuando muere Tutankam¨®n le hacen un cambiazo de sepultura: la que estaba siendo construida para ¨¦l se la apropia su sucesor, el visir Ay (la tumba denominada WV23, la 23 en el adyacente Valle Oeste, West Valley, o Valle de los Monos), y al joven difunto le apa?an una parte del sepulcro de Nefertiti, reutilizando parte del ajuar de esta y de otros personajes muertos de la familia real (es cierto que una buena proporci¨®n de los m¨¢s de cinco mil objetos enterrados con Tutankam¨®n no estaban destinados a ¨¦l; eran de segunda mano por as¨ª decirlo). ¡°Todo en aquella tumba era un remiendo¡±, deplora el protagonista de la novela, que se?ala las ¡°chapuzas¡± realizadas.
Cabanas describe, y esto excitar¨¢ a muchos fans de la egiptolog¨ªa y sus misterios, c¨®mo el superintendente de la necr¨®polis y los obreros rompen los sellos de la tumba de Nefertiti, derriban la puerta (la misma por la que entrar¨¢ m¨¢s de tres mil a?os despu¨¦s Carter sin imaginar las cosas maravillosas que hab¨ªan pasado en el recinto) y reacondicionan la sepultura. Tutankam¨®n quedar¨¢ as¨ª instalado en lo que ser¨ªa en realidad, y de ah¨ª su peque?ez, s¨®lo el tramo inicial de la tumba de Nefertiti, esta s¨ª de tama?o normal para un fara¨®n (la reina habr¨ªa reinado como tal, primero como corregente de su marido Akenat¨®n y luego en solitario con el nombre de Smenkhara, el misterioso rey de las listas que ser¨ªa en realidad ella). En la novela, que recoge todas estas teor¨ªas modernas, se describe incluso c¨®mo un artista modifica las pinturas (y los textos) que representan a Nefertiti para que el que aparezca sea Tutankam¨®n (tambi¨¦n parte de la hip¨®tesis de Reeves).
En la narraci¨®n de Cabanas, en la que asistimos como observadores privilegiados al entierro de Tutankam¨®n, la manipulaci¨®n de la tumba sirve adem¨¢s para que el enterramiento de Nefertiti quede oculto y por tanto protegido de la inquina de los que odian a la reina por su papel en la herej¨ªa atoniana. Todo eso lo orquestar¨ªa Ay, tenido por padre de Nefertiti. El novelista hace cuadrar con mucha habilidad las teor¨ªas de Reeves, dotando a su novela de un poder de convicci¨®n grande.
El misterio de la madre
No es ni mucho menos el ¨²nico inter¨¦s egiptol¨®gico de El sue?o de Tutankam¨®n: la reconstrucci¨®n de la vida y la muerte del fara¨®n (a causa de un accidente de carro cazando un oryx en el desierto, que se suma a la mala salud cr¨®nica del rey, debilitado por la malaria y por discapacidades cong¨¦nitas) es muy buena ,y Cabanas utiliza la ficci¨®n ¨Djunto a los ¨²ltimos descubrimientos¡ª para ofrecer imaginativas respuestas a muchas de las preguntas que plantea la historia del joven rey, aunque no a una de las cuestiones clave, qui¨¦n era la madre de Tutankam¨®n, algo en lo que prefiere no aventurar un nombre. A destacar en el retrato del fara¨®n en la novela que se lo presente como un joven idealista y con coraje, pese a que todo le juega en contra. Cabanas hasta le regala un momento de gloria militar, montado en su carro de electro disparando flechas contra los hititas y aguant¨¢ndose de milagro con su pie in¨²til (por eso habr¨ªa tantos bastones en la tumba). ¡°En esto, en la revalorizaci¨®n de Tutankam¨®n, estoy bastante de acuerdo con las opiniones de Hawass, con el que he conversado varias veces; Tutankam¨®n era un pobre hombre, pero un gran hombre¡±.
El relato parece deudor de Sinuh¨¦ el egipcio, el gran cl¨¢sico de Mika Waltari: la amistad del fara¨®n y un s¨²bito (aunque all¨ª el rey era Akenat¨®n y Sinuh¨¦ un m¨¦dico), la identidad secreta de este y su infelicidad existencial, la p¨¦rdida del amor, el criado respond¨®n, la cortesana lasciva y malvada¡ Parece haber ecos tambi¨¦n de Noches de la Antig¨¹edad, de Norman Mailer, especialmente lo referente al culto a los excrementos del fara¨®n y el funcionario responsable del ano del rey, que ya es cargo. ¡°En lo de Sinuh¨¦ no hab¨ªa ca¨ªdo, libro de Mailer lo he le¨ªdo tambi¨¦n, y era cochinito, s¨ª, pero lo del encargado del ano es absolutamente cierto, exist¨ªa el t¨ªtulo, y la funci¨®n¡±.
Un aliciente extra de la novela es que el protagonista tiene ¡ªy esto lo convierte en alguien admirado y respetado y facilita su acceso a la corte¨D una extra?a capacidad de comunicarse con las serpientes, especialmente con las cobras, tan relacionadas con el descubrimiento de la tumba de Tutankam¨®n, de forma que se vuelven d¨®ciles bajo sus manos. ¡°Eso me permit¨ªa adem¨¢s explorar la relaci¨®n de los antiguos egipcios con la magia, que les obsesionaba¡±. Cabanas ha estudiado a fondo las cobras, con las que ha tenido varios encuentros espeluznantes.
Destaca tambi¨¦n en El sue?o de Tutankam¨®n el ardor con que est¨¢n descritas las abundantes escenas er¨®ticas y la atenci¨®n a los usos sexuales de la civilizaci¨®n egipcia, como por ejemplo el inmenso har¨¦n de un millar de esposas de Amenofis III, incluidas algunas especialistas en servicios inusuales, como el empleo del l¨¢tigo. ¡°Soy una persona apasionada, creo en el poder del amor, y eso se traslada a mis novelas, aparte de que en las editoriales siempre te ruegan que en una novela egipcia haya sexo¡±, apunta; ¡°pero evito lo soez y lo vulgar¡±. Defiende la recurrente expresi¨®n ¡°miembro de granito¡± como ¡°una referencia cl¨¢sica a la solidez del hermano peque?o¡±. Hay varios encuentros muy subidos de tono con una princesa que recuerda en su intensidad a Nefernefernefer, la n¨¦mesis de Sinuh¨¦ y que lleva al autor a una reflexi¨®n que parafrasea sin quererlo las famosas l¨ªneas de Anck-Su-Namun en La momia sobre el cuerpo como templo.
Un pasaje de la novela relaciona la religi¨®n atoniana con la masturbaci¨®n, ?masturb-At¨®n? ¡°Est¨¢ documentado que hab¨ªa un fuerte componente er¨®tico-religioso en la religi¨®n de Akenat¨®n, y lo de la mano del dios At¨®n es significativo. No me he atrevido a ir mucho m¨¢s all¨¢¡±.
Cabanas, autor de novelas anteriores como El ladr¨®n de tumbas, La conjura del fara¨®n, Los secretos de Osiris o Las l¨¢grimas de Isis, ha sido durante a?os piloto de aviaci¨®n comercial y ha llevado a mucha gente a Egipto antes de trasportarla con su ficci¨®n. ?Ha volado alguna vez con una momia, como hizo la egipt¨®loga Christiane Desroches Noblecourt al llevar a Rams¨¦s II a Par¨ªs? ¡°Jajaja, no¡±, r¨ªe el novelista, ¡°pero he conseguido alguna vez llevar a mis pasajeros por encima de las pir¨¢mides en pleno espect¨¢culo de luz y sonido, una visi¨®n inolvidable¡±.
Babelia
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