La guerra por el ¡®pissarro¡¯ del Thyssen expoliado por los nazis se enquista en los tribunales
Un tribunal federal de apelaciones revisa el caso despu¨¦s de la orden un¨¢nime del Supremo. ¡°Al insistir en no devolvernos el cuadro, Espa?a perpet¨²a el Holocausto¡±, dice el heredero de la mujer a la que se lo arrebataron los nazis
Un nuevo cap¨ªtulo (que no el ¨²ltimo) de la historia del pissarro expoliado por los nazis que cuelga desde 1993 en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, se ha escrito este lunes en un juzgado de Pasadena (California). Las partes se han visto otra vez ante el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, con jurisdicci¨®n sobre la costa Oeste de Estados Unidos, en el litigio que enfrenta desde hace 17 a?os a la fundaci¨®n espa?ola y a los herederos de Lilly Cassirer, a quien le fue arrebatada en Berl¨ªn en 1939 la obra maestra impresionista Rue Saint-Honor¨¦ por la tarde. Efecto de lluvia como impuesto revolucionario para escapar a su suerte como jud¨ªa durante el Holocausto.
La vista era la consecuencia procesal del fallo un¨¢nime del Supremo de Washington, que en enero decidi¨® devolver la causa a Pasadena, al considerar que el juez se equivoc¨® al aplicar la norma de conflicto, federal o estatal, que es la que decide qu¨¦ ordenamiento impera, si el espa?ol o el californiano, en una disputa como esta en la que hay dos en liza, dado que el demandante es estadounidense y el demandado, un Estado extranjero.
En las dos sentencias dictadas hasta ahora en el caso (por el juez John Walter, de Los ?ngeles, en 2018, y por los tres magistrados a los que este lunes les ha vuelto como un bumer¨¢n) mand¨® la federal, y por eso se aplic¨® la ley espa?ola, que da la raz¨®n al Thyssen. Ahora que el ¨¢rbitro es la norma de conflicto estatal, el tribunal de apelaci¨®n puede seguir aplicando la ley sustantiva espa?ola o cambiar el paso y optar por la californiana. Seg¨²n esta, una persona que reciba un bien mueble robado, como es el caso, no puede consolidar su t¨ªtulo de propiedad por mucho tiempo que pase. En el ordenamiento espa?ol bastan seis a?os para eso, siempre que haya prescrito el delito (tres si lo ha adquirido de buena fe).
Ante la terna de jueces han comparecido por espacio de una media hora los dos abogados principales de uno de los casos de restituci¨®n de arte m¨¢s sonados de la historia. En favor del demandante, David Cassirer, bisnieto de Lilly, ha hablado uno de los letrados m¨¢s famosos de Estados Unidos: David Boies. En su exposici¨®n, lo ha planteado como un enfrentamiento ¡°entre lo viejo¡±, el C¨®digo civil espa?ol, de 1889, y ¡°lo nuevo¡±, la ley californiana, ¡°m¨¢s acorde con las normas modernas¡±. Tambi¨¦n ha insistido en la necesidad de que el caso se env¨ªe al Tribunal Supremo californiano en lugar de que la revisi¨®n se haga en el de apelaciones, por el que ya pas¨® en su d¨ªa. Boies conf¨ªa en que una revisi¨®n integral del asunto les acabe dando la raz¨®n.
El abogado Taddheus J. Stauber, del despacho Nixon Peabody, ha hablado en favor del museo madrile?o, y ha vuelto sobre el argumento de que cuando el Estado espa?ol adquiri¨® el cuadro, lo hizo ignorante de su procedencia. Fue como parte del lote de la colecci¨®n del bar¨®n Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, por el que se pag¨® en 1993 un precio de 350 millones de d¨®lares. Stauber tambi¨¦n ha defendido que Espa?a no regrese la pintura a sus primeros due?os pese a haber firmado los compromisos internacionales en materia de devoluci¨®n de arte expoliado por los nazis: los Principios de Washington y a la Declaraci¨®n de Terezin. ¡°Ninguno de los dos son tratados, no son leyes, son m¨¢s bien orientaciones¡±, ha dicho. ¡°Y sus textos tambi¨¦n dicen que hay que respetar las leyes de otros pa¨ªses, el hecho de que existen diferentes sistemas legales, que cada pa¨ªs trae su propio trasfondo hist¨®rico¡±.
Ambos abogados han soportado el interrogatorio impaciente de los magistrados, pues todo, inevitablemente, ten¨ªa un cierto aire de d¨¦j¨¤ vu. Su presidenta, Consuelo Callahan, ha repetido en varias ocasiones que lamenta la reprimenda recibida del alto tribunal de Washington y ha dicho: ¡°Incluso por mucho que nos arrepintamos, no podemos cambiar de opini¨®n¡±. Y eso es precisamente lo que desean los abogados del Thyssen, que los mismos jueces que les dieron la raz¨®n se la den de nuevo. Tambi¨¦n conf¨ªan en que eso significar¨¢ que el cuadro se quede en Madrid.
La sentencia podr¨ªa llegar tan pronto como en enero o retrasarse m¨¢s all¨¢ de la primavera si el proceso acaba en el Supremo de California, como quiere el demandante. A este, siempre le quedar¨ªa la opci¨®n de elevar su queja de nuevo al Supremo de Washington, que podr¨ªa aceptar revisar de nuevo el tema o dejarlo estar. A David Cassirer no le preocupa que todo ello dilate el proceso. ¡°Llevamos 23 a?os con esto; esperar un poco m¨¢s no ser¨¢ tan grave¡±, explic¨® el viernes pasado en una conversaci¨®n telef¨®nica con este diario. Cassirer fij¨® como inicio el momento en el que su padre, Claude, fallecido en 2010, que fue quien comenz¨® con la cruzada, supo que el cuadro de su antepasada, que recibi¨® en los cincuenta una compensaci¨®n del Estado alem¨¢n, estaba en Madrid.
¡°Creo que a mi padre, quien, como mi bisabuela, fue un superviviente del Holocausto que casi muere en un campo de concentraci¨®n de Marruecos, le habr¨ªa hecho sentir orgulloso la publicidad que est¨¢ teniendo el caso¡±, opin¨® Cassirer. ¡°Le preocupaba mucho que los j¨®venes se olvidaran de lo que pas¨®. Y eso, ahora que ya van muriendo los ¨²ltimos testigos directos es una amenaza real. M¨¢s feliz le habr¨ªa hecho que Espa?a hubiera actuado correctamente, pero al menos nos queda la enorme publicidad¡±. Cassirer considera que el Thyssen deber¨ªa dejarse ¡°de subterfugios legales¡± y ¡°enfrentarse a la obligaci¨®n moral que tiene ante s¨ª¡±.
El demandante siempre ha cre¨ªdo que el Estado espa?ol fue consciente de que la pintura, una vista de la ciudad de Par¨ªs creada en 1897 por Pissarro que acab¨® en la galer¨ªa de otros antepasados suyos en Berl¨ªn en 1900, era ¡°fruto del expolio nazi¡±. ¡°Al negarse a devolverla, Espa?a b¨¢sicamente est¨¢ negando el Holocausto. Y eso es muy peligroso en estos momentos en Estados Unidos, con [Donald] Trump cenando con antisemitas¡±. El demandante se refiere al reciente esc¨¢ndalo de la reuni¨®n mantenida por el expresidente con Ye, el rapero antes conocido como Kanye West, y Nick Fuentes, dos notorios altavoces del creciente odio contra los jud¨ªos.
Babelia
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