El Mundodisco, la saga de fantas¨ªa que sedujo a medio planeta, cumple 40 a?os en plena forma
Terry Pratchett public¨® en 1983 el primer t¨ªtulo de la divertid¨ªsima serie de la que se han vendido m¨¢s de 100 millones de ejemplares
En alg¨²n momento de 1983, el mundo se dividi¨® entre aquellos que conoc¨ªan Ankh-Morpork y los que no tardar¨ªan en hacerlo. Ankh-Morpork es la ciudad m¨¢s grande del Mundodisco, el planeta literario que invent¨® un por entonces crecido ni?o con gafas que no hab¨ªa dudado en escribirle a J. R. R. Tolkien despu¨¦s de leer El se?or de los anillos ¡ªy hab¨ªa recibido respuesta¡ª, que se hab¨ªa convertido en, primero, ayudante improvisado de biblioteca y, luego, autor publicado a los 15, fervoroso reportero local ¡ªal que enviaron a entrevistar a un poco conocido y lac¨®nico Roald Dahl¡ª y finalmente jefe de prensa de la Junta Central de Generaci¨®n de Electricidad. S¨ª, por la ¨¦poca en que el Mundodisco empez¨® t¨ªmidamente a conquistar lectores ¡ªhoy, su suma es estratosf¨¦rica: se han vendido m¨¢s de 100 millones de ejemplares en todo el mundo¡ª, sir Terry Pratchett iba cada d¨ªa a la oficina. Es decir, a¨²n planeaba novelas ante la m¨¢quina de caf¨¦.
En realidad, lo hac¨ªa en la sala com¨²n y ante un tablero de Dungeons & Dragons. Pratchett, por entonces un habitual de las convenciones de ciencia ficci¨®n ¡ªhab¨ªa conocido a sus ¨ªdolos, Larry Niven, J. G. Ballard, Michael Moorcock¡ª como suerte de prometedor exni?o prodigio, hab¨ªa empezado a probar los juegos de rol con los compa?eros de trabajo. Algunos sab¨ªan que era escritor. Otros no. Aunque era evidente que se le daba bien crear todo tipo de disparatadas historias. Lo relata Rob Wilkins en Terry Pratchett. Una vida con notas al pie, su biograf¨ªa oficial reci¨¦n publicada en espa?ol y catal¨¢n por la editorial Mai M¨¦s y escrita, con su inconfundible y devorable estilo, por el que fue su asistente personal durante a?os a partir de la ingente cantidad de notas que el propio Pratchett empez¨® a tomar despu¨¦s de que se le diagnosticara el alzh¨¦imer que acab¨® con su vida en ocho a?os, reci¨¦n cumplidos los 66.
Hab¨ªa publicado tres novelas por entonces. La primera, La gente de la alfombra, se tiene a d¨ªa de hoy como suerte de prehist¨®rico Mundodisco; despu¨¦s de todo, era gente, en aquel caso, diminuta, haciendo frente a todo tipo de infortunios en un mundo plano. Pero ninguna hab¨ªa acabado de llamar la atenci¨®n. Tras descubrir a Douglas Adams y su Gu¨ªa del autoestopista gal¨¢ctico, le dijo a su buen amigo Dave Busby que, como Adams, ¨¦l era un escritor ¡°humor¨ªstico¡± y eso era lo que iba a ser. Decidido, se puso a escribir, con una pareja protagonista en mente ¡ªsimilar a la que forman Arthur Dent y Ford Prefect: el mago torpe Rincewind y el iluso turista Dosflores¡ª, la primera historia del Mundodisco, el planeta plano que recorre el espacio a lomos de cuatro elefantes que a su vez est¨¢n subidos al caparaz¨®n de una gigantesca tortuga estelar, la hoy m¨ªtica Gran A¡¯Tuin. No pod¨ªa ni imaginar de qu¨¦ manera iba a dar en el blanco.
Este a?o hace 40 que Colin Smythe Limited, su peque?a editorial de la ¨¦poca, puso en circulaci¨®n apenas 500 ejemplares del primer t¨ªtulo del Mundodisco, El color de la magia. Y no, no se agotaron al instante. La serie, que llegar¨ªa a tener 41 t¨ªtulos ¡ªel ¨²ltimo publicado el mismo a?o de la muerte de Pratchett, 2015¡ª y se escribir¨ªa, por momentos, a un ritmo de dos por a?o, empez¨® siendo poco m¨¢s que una llamativa rareza. ?Qu¨¦ la impuls¨®? Una serializaci¨®n radiof¨®nica que se insert¨® en Woman¡¯s Hour, un programa dirigido a mujeres que no tard¨® en interesar a cualquiera que se cruzara en su camino. ¡°El p¨²blico de Pratchett, como cuenta Wilkins, ha sido siempre de lo m¨¢s heterog¨¦neo. Todos somos potencialmente lectores del Mundodisco. ?Mi madre se le¨ªa los libros antes que yo!¡±, cuenta Sergio P¨¦rez, editor de Mai M¨¦s, sello que se ha lanzado (con ¨¦xito) a traducir el Mundodisco al catal¨¢n, uno de los pocos idiomas en que no estaba disponible.
Fue la editorial Mart¨ªnez Roca la que trajo la serie a Espa?a, y Cristina Mac¨ªa, hoy una de las tres responsables del festival Celsius 232 e insigne traductora ¡ªde, por ejemplo, Juego de tronos¡ª, la encargada de trasladarlo al espa?ol. Recuerda aquellos primeros d¨ªas como ¡°largas noches tomando chupitos de whisky tratando de inventar juegos de palabras que estuviesen a la altura de los del original¡±. Lo hac¨ªa a menudo en la librer¨ªa donde trabajaba, Gigamesh. Hab¨ªa crecido leyendo c¨®mics y ediciones en ingl¨¦s de cl¨¢sicos de ciencia ficci¨®n. ¡°Cuando al fin conoc¨ª a Pratchett, le vi palidecer al o¨ªrme pronunciar lo que fuera que dijese en ingl¨¦s. ?Por entonces hablar se me daba fatal!¡±, apunta. De aquellos a?os, y las visitas de Pratchett a Barcelona, recuerda que ¡°le chiflaba la horchata¡±: ¡°La buscamos por toda la ciudad montados en taxi cuando una vez vino en febrero¡±. Adem¨¢s, ¡°siempre se sub¨ªa a una atracci¨®n que simulaba ser una alfombra m¨¢gica en el Tibidabo¡±.
Por entonces, plena d¨¦cada de los noventa, Pratchett ya vend¨ªa tres millones de libros al a?o, pero trataba de que los adelantos de los nuevos t¨ªtulos no fuesen millonarios por si acaso no cumpl¨ªa despu¨¦s las expectativas [habitualmente el autor no cobra por la venta de los libros hasta que el sello haya recuperado precisamente el adelanto], por m¨¢s que las tiradas iniciales superasen los 300.000 ejemplares. El ¨¦xito no ten¨ªa ¨²nicamente que ver con el humor. Para Ian Watson, escritor y amigo ¡ª¡±¨ªbamos juntos a las convenciones y nuestras hijas montaban lo que ellas llamaban fiestas de ascensor, por las que luego nos rega?aban a nosotros¡±, recuerda¡ª, ¡°el Mundodisco satiriza nuestro mundo y convierte al lector en protagonista, porque la sensaci¨®n es que est¨¢s ah¨ª, que podr¨ªas ser cualquiera de ellos¡±. ?Lleg¨® a ser Pratchett, que hab¨ªa publicado aquel primer t¨ªtulo a los 33 y ten¨ªa al menos una docena de argumentos pendientes a su muerte, esclavo del ¨¦xito? Watson dice que s¨ª, que lleg¨® a pensar en dejarlo. ¡°Pero la editorial le puso un cami¨®n de dinero en la puerta de casa para que no lo hiciera¡±, sentencia.
?Y qu¨¦ ocurre hoy? ¡°Pues que 40 a?os despu¨¦s la serie sigue en plena forma¡±, asegura Alix Leveugle, su editora en Plaza & Jan¨¦s, que apunta que, en espa?ol, se han vendido alrededor de un mill¨®n de ejemplares en todos estos a?os ¡ªcasi todos en Espa?a, pues, dice, ¡°en Latinoam¨¦rica nunca ha acabado de despegar¡±¡ª, y que en los ¨²ltimos tiempos ha dado el salto al audiolibro: ya est¨¢n disponibles los primeros seis t¨ªtulos, y este a?o se lanzar¨¢n los tres siguientes. Que acabe de estrenarse El asombroso Mauricio, la adaptaci¨®n al cine de la entrega 28 de la serie ¡ªla que le vali¨® la medalla Carnegie¡ª, no cuenta como celebraci¨®n de aniversario, pues los actos oficiales est¨¢n a¨²n por concretar. A buen seguro habr¨¢ alg¨²n gui?o al cl¨¢sico de Kenneth Grahame, El viento en los sauces, el libro sin el que Terry Pratchett, ¡°de todos los autores muertos del mundo, el m¨¢s vivo¡±, como dijo el escritor John Lloyd, no habr¨ªa existido.
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