Paulo Branco: ¡°El productor es un creador sin coraje¡±
El cineasta portugu¨¦s es uno de los ¨²ltimos representantes de la estirpe cl¨¢sica de productores independientes, con m¨¢s de 250 pel¨ªculas a sus espaldas
Fue uno de los miles de portugueses clandestinos que emigr¨® a Par¨ªs en aquellos a?os de tristeza y dictadura en Lisboa. La Revoluci¨®n de los Claveles le pill¨® trabajando para un sal¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter. Paulo Branco (Lisboa, 72 a?os) volvi¨® a casa para sumarse a la fiesta. Desde entonces ha vivido con un pie en Francia y otro en Portugal, al igual que las empresas que ha creado y las m¨¢s de 250 pel¨ªculas que ha producido. Est¨¢ detr¨¢s de algunos t¨ªtulos de Wim Wenders, David Cronenberg, Pedro Costa, Alain Tanner, Felipe Vega, Agust¨ª Villaronga o Manoel de Oliveira. Es tambi¨¦n el segundo distribuidor de cine en Portugal y especialista en financiar proyectos complejos como la adaptaci¨®n de la trilog¨ªa sobre Jes¨²s de J. M. Coetzee, en la que est¨¢ embarcado. Este a?o estrenar¨¢ en salas La sibila, inspirada en la novela de Agustina Bessa-Lu¨ªs, y da vueltas a la adaptaci¨®n de una obra de Juan Carlos Onetti, Los adioses. A finales de 2022 le concedieron el Premio Luso Espa?ol de Arte y Cultura, que otorgan los ministerios de Cultura de ambos pa¨ªses y le ser¨¢ entregado este a?o. Es uno de los ¨²ltimos mohicanos que entiende el cine como aventura y riesgo.
Pregunta. ?Qu¨¦ es un productor: un director frustrado, un hombre de negocios?
Respuesta. Para m¨ª, es el principio de la realidad de los creadores, aquel que puede transformar un proyecto en una realidad. A veces tambi¨¦n tiene la intuici¨®n para iniciarlos y proponer a alguien que los realice. Al mismo tiempo, el productor es un creador sin coraje para dar el paso. La creaci¨®n que hace es a trav¨¦s de los otros. Son aquellos que con el tiempo desaparecer¨¢n porque lo que deja huella son las pel¨ªculas y los directores. A?os despu¨¦s nadie sabe qui¨¦n es el productor. En la historia del cine siempre ha sido as¨ª. Lo que me apasiona es poder participar en la creaci¨®n a trav¨¦s de otros de una manera muy diferente. Se establece una relaci¨®n creativa con cada uno, pero es muy distinto trabajar con Cronenberg, Oliveira o Monteiro. No debemos imponer demasiado y tampoco no intervenir. Hay siempre una relaci¨®n muy fascinante.
P. Es una relaci¨®n de poder.
R. M¨¢s que de poder, es una relaci¨®n de juego. El director tiene el poder, sobre todo en el cine europeo tiene la ¨²ltima palabra, pero al mismo tiempo no se aprovecha de eso. El productor puede decidir que la pel¨ªcula no se distribuya. Hay una especie de juego de ajedrez permanente. La mayor parte de las veces nos entendemos y avanzamos a la par. Lo m¨¢s importante es que los proyectos sean lo m¨¢s cercanos a lo que el director ha imaginado, pero no se puede intentar repetir reglas o soluciones, cada pel¨ªcula, incluso del mismo director, es diferente.
P. De todos los directores con los que ha trabajado, ?con qui¨¦n se ha sentido m¨¢s c¨®modo?
R. Con Oliveira trabaj¨¦ desde 1979 hasta 2000. ?ramos amigos, ten¨ªamos un respeto mutuo muy grande a pesar de la diferencia generacional. Me ense?¨® mucho. Con Ra¨²l Ruiz hab¨ªa m¨¢s igualdad en la edad y tuvimos una amistad profunda, tambi¨¦n con Jo?o C¨¦sar Monteiro o con Alain Tanner. Tengo una relaci¨®n cercana a Wim Wenders, aunque pasen a?os sin que hagamos cosas juntos.
P. Le¨ª esta descripci¨®n suya: ¡°Tiene un perfil raro. Es diferente de todos los dem¨¢s productores. Es un aventurero¡±. ?Se identifica?
R. Producir solo tiene sentido si hay riesgo. Un director arriesga siempre art¨ªsticamente y nosotros tambi¨¦n tenemos que arriesgar. He tenido la suerte de producir en una ¨¦poca en la que el riesgo era posible, ahora ya no. Todo est¨¢ muy definido. Cuando arriesgabas en el pasado, te admiraban. Ahora es lo contrario. Si arriesgas, eres un gilipollas. Yo tengo una relaci¨®n con las pel¨ªculas que no se limita a la producci¨®n porque en m¨¢s del 90% de los filmes me he ocupado de la distribuci¨®n internacional y de las ventas. Siempre me he ocupado de la visibilidad de las pel¨ªculas. No concibo ser productor sin esa segunda parte. Hay pocos que lo hagan ahora.
Cuando arriesgabas en el pasado, te admiraban. Ahora eres un gilipollas
P. ?Sobrevivir¨¢n los productores independientes?
R. Te voy a contar una historia. Cuando empec¨¦ a producir conoc¨ª a Serge Silberman, el productor de los ¨²ltimos filmes de Luis Bu?uel. ?l estaba al final de su vida y le dije que le admiraba mucho. Cuando le cont¨¦ que intentaba ser productor, me respondi¨® ¡°eso ya no existe¡±. Eso ocurri¨® al inicio de los ochenta. Toda mi vida he intentado demostrar lo contrario y sigo haci¨¦ndolo. Es cierto que cada vez hay menos espacio porque el poder de decisi¨®n cambi¨® de lugar con las plataformas y las televisiones. El espacio para que un productor sea creativo es cada vez m¨¢s peque?o. El problema es la cesi¨®n al gusto y al formato que le interesa a cierta industria.
P. ?Qu¨¦ riesgos tiene este modelo hacia el que se avanza?
R. El cine se vuelve casi repetitivo y pierde su esencia, que es esa parte de descubrimiento de terrenos nuevos y de creaci¨®n art¨ªstica para convertirse solo en puro entretenimiento y producir siempre el mismo tipo de im¨¢genes. Venimos de una ¨¦poca en la que aparecieron Almod¨®var, Moretti, Oliveira, Monteiro y otros grandes cineastas que empezaron con pel¨ªculas casi marginales y tuvieron la posibilidad de demostrar que pod¨ªan hacer pel¨ªculas que interesaban a todo el mundo. Ese espacio se ha reducido. No va a desaparecer porque las plataformas tambi¨¦n necesitan nuevos ¡°genios¡±. Por eso no creo que el espacio para la producci¨®n independiente desaparezca del todo.
P. ?Y tampoco desaparecer¨¢n las salas de cine?
R. Yo pienso que son absolutamente necesarias. Antes ten¨ªan una fuerza enorme. Tambi¨¦n hab¨ªa cr¨ªticos con capacidad para ver cosas que a los dem¨¢s nos pasaban desapercibidas porque sab¨ªan de cine. Ahora cada vez hay menos espacio para la cr¨ªtica, no solo la cinematogr¨¢fica. Es una batalla mantener espacios de Cultura en los peri¨®dicos. En algunos est¨¢n desapareciendo. Cuando empezamos ¨¦ramos minoritarios, est¨¢bamos en la resistencia, nos gusta eso y por lo tanto no nos importa mucho lo que ocurra. Lo que veo ahora es que seguir¨¦ estando siempre en la resistencia, con lo cual no ha cambiado mucho.
P. Y de todos los momentos de riesgo de su carrera, ?el m¨¢s exagerado fue el de El valle de Abraham, de Manoel de Oliveira, cuando hipotec¨® su casa?
R. Corr¨ª riesgos mayores que todav¨ªa estoy pagando. A veces no es solo una pel¨ªcula, sino varios proyectos que no funcionan financieramente. Es un modo de vida el estar siempre en riesgo. Cada d¨ªa no s¨¦ lo que pasar¨¢ al siguiente, eso es mi profesi¨®n y mi vida. Es una elecci¨®n, solo s¨¦ vivir as¨ª. No puedo culpar a nadie, aunque con el tiempo he aprendido a ver donde pongo los pies. Me impongo el principio de la realidad.
P. ?Su peor experiencia fue con Terry Gilliam para el proyecto del ¡®Quijote¡¯?
R. Es una experiencia triste. No me gusta mucho hablar de ella. Fue una pura estupidez, nada m¨¢s. Y el principal culpable fui yo. Es un cap¨ªtulo cerrado. Estoy contento de que mi nombre no aparezca en ese proyecto.
P. Ha producido La sibila, que adapta la obra de Agustina Bessa-Lu¨ªs.
R. Como sabe, Oliveira tuvo una relaci¨®n muy particular con Agustina y con su obra. M¨®nica, la hija de Agustina, me pidi¨® que hiciera la adaptaci¨®n. Me emocion¨® mucho, pero tambi¨¦n fue un desaf¨ªo. Se ha proyectado dos d¨ªas y ha gustado much¨ªsimo. Se estrenar¨¢ a finales del centenario de Agustina en salas porque antes quiero llevarla a festivales internacionales.
P. ?Hay algo que una al cine europeo, siendo tan diverso en sus creaciones?
R. Nunca me ha gustado hablar de cine europeo o cine de autor. Hay buen y mal cine. Hay directores que abren las perspectivas y revolucionan el lenguaje¡ se habla de cine europeo y cine americano. Yo creo que el cine americano es, en su mayor¨ªa, de autor: Coppola, Scorsese, Paul Newman, que es un director fant¨¢stico¡ Despu¨¦s hay entretenimiento, como Marvel, salvo cuando Tim Burton o Christopher Nolan imponen su visi¨®n art¨ªstica a esas m¨¢quinas infernales. El cine ser¨¢ siempre para m¨ª, sea el hecho casi sin dinero o por 100 millones, un cine de autor.
Babelia
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