L¨¢grimas y loas en la capilla ardiente de Antonio Gala en C¨®rdoba
La ciudad andaluza rinde homenaje al escritor que tanto le cant¨® y donde pidi¨® expresamente que reposaran sus cenizas
Dibuja Antonio Gala (Brazatortas, Ciudad Real, 1936 - C¨®rdoba, 2023) en la obra teatral S¨¦neca o el beneficio de la duda a un personaje tan humano como contradictorio, bajando al fil¨®sofo del pedestal y enfrent¨¢ndolo a sus miedos. Y es as¨ª como ha despedido este lunes de mayo ¡ªmayo en C¨®rdoba ya podr¨ªa ser todo un g¨¦nero¡ª la ciudad adoptiva del poeta al hombre que fue querido como un vecino pero que tambi¨¦n aspir¨® a revalidar a S¨¦neca, a Averroes, que quiso ser Boabdil en El manuscrito carmes¨ª, y recogi¨® todo el saber de la C¨®rdoba cl¨¢sica para reivindicarla desde su pasado para el presente.
Son las cuatro de la tarde de un lunes postelectoral y no cabe un alfiler en la capilla ardiente instalada en el convento del Corpus Christi, sede de la Fundaci¨®n Antonio Gala, donde descansan, antes de su incineraci¨®n, los restos del popular escritor, fallecido en la madrugada del pasado domingo: los representantes institucionales y medios de comunicaci¨®n apenas aciertan a tomar el protagonismo en un acto del que, literalmente, se han apropiado los vecinos, que se acercan por decenas en una manifestaci¨®n silenciosa, pero tambi¨¦n los amigos ¡ªde C¨®rdoba y los llegados de Madrid¡ª, alumnos de la Fundaci¨®n, familiares y todo aquel en la ciudad andaluza que siente su memoria indisolublemente unida a la del poeta.
¡°Cuando yo era chiquito, Gala era el escritor de C¨®rdoba que sal¨ªa en la tele, que estrenaba con ¨¦xito sus obras de teatro en Madrid, pero, sobre todo, el que llevaba nuestra ciudad en los labios y nos emparentaba de una manera bastante gloriosa con nuestro pasado. Muy al principio, cuando C¨®rdoba fue reivindicada desde el discurso andaluz del proceso auton¨®mico, es Gala el que encuentra ese parentesco, esa naturaleza mestiza de Andaluc¨ªa y de la ciudad, desde Grecia y Roma a la Andaluc¨ªa musulmana, y lo convierte en una se?a de identidad para nuestra proyecci¨®n social¡±. Lo cuenta el poeta, tambi¨¦n cordob¨¦s, Joaqu¨ªn P¨¦rez Aza¨²stre, que ha llegado en AVE desde Madrid para despedir al que fuera primero un referente, despu¨¦s un maestro y, finalmente, un amigo.
¡°Antonio Gala nos ense?a a construir un territorio nuevo. En el momento de la germinaci¨®n de la Andaluc¨ªa auton¨®mica, puso las bases para que nos reencontr¨¢ramos con nuestro pasado. Fue el escritor que necesitaba ese tiempo y esa Andaluc¨ªa: Gala es la uni¨®n escritor-tiempo-territorio¡±, refuerza Aza¨²stre en medio de un abrazo continuo con la C¨®rdoba que desfila por la capilla ardiente y que le puso en suerte al poeta cuando ten¨ªa 18 a?os.
Sin rubores, pero desde la discreci¨®n, C¨®rdoba est¨¢ literalmente llorando. Derraman l¨¢grimas personas que quiz¨¢s no lo hayan tratado ¡ªo s¨ª¡ª y que tampoco tienen asientos reservados en la peque?a capilla que sirve para despedir al poeta en una ceremonia laica que, sin embargo, podr¨ªa confundirse con un rito profundamente religioso. ¡°Hoy hay una sensaci¨®n de extra?eza en la ciudad, me he estado cruzando con un mont¨®n de amigos que, a pesar de que sab¨ªamos o pod¨ªamos intuir el desenlace, no nos imagin¨¢bamos en el trance del d¨ªa de hoy¡±, explica Aza¨²stre .
La cantidad de personas que han ido acerc¨¢ndose a despedir a Antonio Gala da ¡°una medida bastante objetiva del cari?o que todo el mundo le ha tenido desde siempre: se ha ido el hombre, pero el escritor se queda con nosotros porque, efectivamente, su obra va a permanecer aqu¨ª. Le ha dejado al mundo, a toda Espa?a, a toda Andaluc¨ªa y tambi¨¦n a C¨®rdoba, su fundaci¨®n, que est¨¢ muy viva, que se despierta todas las ma?anas, se alimenta y acoge y seguir¨¢ acogiendo a centenas de j¨®venes creadores que vendr¨¢n a esta ciudad a tener una oportunidad¡±, ha explicado emocionado Jos¨¦ Mar¨ªa Gala, sobrino del poeta y secretario de la Fundaci¨®n desde sus inicios.
¡°El olvido no existe. La belleza / se a?ora sin cesar y se persigue: / memoria y profec¨ªa de s¨ª misma. / La belleza es un sino, lo mismo que la muerte. / Ten¨ªamos once a?os / y la palabra abril significaba / igual para los dos¡¡±. Ha sido el poema elegido para abrir la ceremonia de despedida, que se titula precisamente Sierra de C¨®rdoba. Suenan los compases de la cantante Clara Montes, que llev¨® a la m¨²sica la poes¨ªa de Antonio Gala, y se suceden lecturas, loas y un sentimiento de pertenencia a la ciudad que se ha consolidado rec¨ªprocamente.
Un bast¨®n sobre el ata¨²d y una sobriedad sobrecogedora, quiz¨¢s en contraste con la personalidad hiperb¨®lica de Antonio Gala, han sido los distintivos de una escueta despedida, en el mismo silencio de esa C¨®rdoba callada de Manuel Machado que el poeta nunca dej¨® de recordar: la casa se?orial en la calle Nueva, de estilo modernista, a la que se mud¨® con nueve a?os desde Ciudad Real cuando su padre, m¨¦dico, fue trasladado a la ciudad andaluza; las tertulias literarias por las que el hijo del galeno comenz¨® muy pronto a pasearse y en las que, se quejaba, s¨®lo hab¨ªa ¡°flamencos y toreros¡±; los poetas del grupo C¨¢ntico ¡ªPablo Garc¨ªa Baena, Ricardo Molina, Juan Bernier, Julio Aumente¡¡ª, con los que su padre prefer¨ªa que no simpatizara; su Testamento andaluz, un poemario musicado por Manolo Sanl¨²car; y, c¨®mo no, la c¨¦lebre conferencia de inauguraci¨®n del Congreso de Cultura Andaluza que se celebr¨® en la Mezquita de C¨®rdoba en 1978, tan vigente en muchos de sus p¨¢rrafos y que termin¨® con ese m¨ªtico ¡°Viva Andaluc¨ªa viva¡± que pronto se convirti¨® en el clamor con el que la regi¨®n se reivindic¨® a Espa?a y al mundo en su proceso de construcci¨®n auton¨®mica.
Gala, sin embargo, se ha ido calladamente, recuperando ese esp¨ªritu silente del que fuera cartujo durante un breve periodo de su vida. Tras muchos a?os en Madrid y a pesar de los largos periodos que pas¨® en su finca La baltasara, en Alhaur¨ªn El Grande (M¨¢laga), el poeta ha fallecido, como quiso, en C¨®rdoba. Queda su Fundaci¨®n en el coraz¨®n de la ciudad, su sobrino Jos¨¦ Mar¨ªa y el presidente Francisco Moreno; su secretario Luis C¨¢rdenas, todos al servicio de un proyecto de residencia de artistas que, en el d¨ªa a d¨ªa, se comporta como una familia. ¡°Cuando yo muera, mis cenizas, junto con las de la dama de oto?o, servir¨¢n para fertilizar los jardines de mi Fundaci¨®n. Yo me quedar¨¦ en C¨®rdoba¡±, asegur¨® Antonio Gala en 2012 al recoger el III Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija. Y as¨ª ser¨¢ a partir de hoy.
Babelia
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