Paula Ortiz, directora: ¡°Teresa consigue que un grupo de mujeres en silencio de clausura en un pueblo de Castilla diese pavor a la Iglesia¡±
Con dos pel¨ªculas en cartelera sobre Hemingway (¡°Fue una brecha en mi vida¡±) y Santa Teresa (¡°Es una gran pol¨ªtica porque es una gran mentirosa¡±) la cineasta habla de familia y cine
Paula Ortiz (Zaragoza, 44 a?os), la directora que se dio a conocer a lo grande en 2015 con La novia, ha estrenado con apenas un mes y medio de diferencia dos pel¨ªculas, Al otro lado del r¨ªo y entre los ¨¢rboles, una deslumbrante adaptaci¨®n de la ¨²ltima novela de Ernest Hemingway con Liv Schreiber y Matilda De Angelis como protagonistas, y Teresa, basada en la obra teatral La lengua en pedazos, de Juan Mayorga, sobre Teresa S¨¢nchez de Cepeda D¨¢vila y Ahumada, Santa Teresa de Jes¨²s, una pel¨ªcula desbordante que re¨²ne en un mano a mano a Blanca Portillo y Asier Etxeand¨ªa. Espera otra producci¨®n, Hildegart, la ni?a de laboratorio dise?ada por su madre. La directora se acomoda en la cafeter¨ªa de un hotel madrile?o y pide una cerveza que apenas probar¨¢. Est¨¢ de promoci¨®n, s¨ª, pero a veces no sabe ni de qu¨¦. Mejor empezar desde el principio.
Pregunta. ?C¨®mo se conocieron sus padres?
Respuesta. Fueron los dos profesores del instituto p¨²blico. Lo interesante es c¨®mo mi padre lleg¨® hasta all¨ª. Porque a mi padre, como mis abuelos ten¨ªan que sacar a un hijo de casa, lo metieron en un seminario a los ocho a?os.
P. ?Por qu¨¦ no pudieron hacerse cargo de ¨¦l?
R. Su familia era de un pueblo que se llama Tiermas, entre Navarra y Arag¨®n; all¨ª hicieron uno de los primeros y m¨¢s grandes embalses franquistas, y echaron a la gente. Mis abuelos se vieron desahuciados y con dos hijos, as¨ª que metieron a uno en el seminario de Jaca.
P. Duro.
R. Mi padre acab¨® en Roma estudiando Teolog¨ªa y Filosof¨ªa. En los a?os 60 se sali¨®. En Roma hab¨ªa conocido el mundo de la libertad.
P. ?Perdi¨® la fe?
R. Esto tendr¨ªas que hablarlo con ¨¦l. Es una conversaci¨®n interesante. A sus hijos [son dos] no los bautiz¨®. Yo creo que se coloca en un lugar altamente espiritual, pero no participa de la fe cat¨®lica y quiso que sus hijos, si la eleg¨ªan, la eligieran adultos.
P. ?Qu¨¦ hizo su padre al marcharse de Roma?
R. Fue a un pueblo de Teruel que actualmente tiene menos de 14 habitantes en invierno. Se llama Villahermosa del Campo. Y fue porque quer¨ªa devolverle una maleta que le dej¨® a un compa?ero de Roma. En ese pueblo viv¨ªa mi madre, y se conocieron. Luego se reencontraron en la facultad.
P. Y naci¨® usted.
R. Cuando nac¨ª, hicieron oposiciones y se fueron a un pueblo que es donde viv¨ª hasta los seis a?os, Tamarite de Litera. Fue una gran infancia: por la ventana ve¨ªa liebres corriendo. Recuerdo la escuela rural. Mi padre se iba a correr y me tra¨ªa almendrucos.
P. Y le¨ªa.
R. Mucho. Me siento cerca de Teresa porque reconozco en m¨ª a una persona que de ni?a vivi¨® m¨¢s tiempo en el terreno de la fantas¨ªa que en el de la realidad.
P. ?Y la primera pel¨ªcula que vio?
R. En el cine de Tamarite de Litera. 101 d¨¢lmatas. Y Blancanieves.
P. ?Se despert¨® alguna vocaci¨®n?
R. Empec¨¦ a ver pel¨ªculas inconscientemente. Y fue por el insomnio. Como dec¨ªa Lorca, soy mujer de mal dormir. Por ejemplo, me despertaba a las dos de la ma?ana y me pon¨ªa a ver en la tele El ¨¢ngel exterminador con 14 a?os. Y flipaba. No sab¨ªa lo que hab¨ªa visto, lo sabr¨ªa con el tiempo, pero alucinaba. Y empec¨¦ a ver Qu¨¦ grande es el cine, de Garci.
P. ?Qu¨¦ grande era!
R. Me ense?aron much¨ªsimo a mirar. Aquellos programas hicieron una labor pedag¨®gica enorme. Ah¨ª vi a Dreyer [Carl Theodor, director]. Y ellos: ¡°Mira c¨®mo este plano lleva a este, c¨®mo este significado se pega con ese otro¡±. En fin, a m¨ª la literatura me parece un refugio muy fuerte, pero el cine ten¨ªa una intensidad tan heavy.
P. El primer contacto con Teresa fue en Filolog¨ªa.
R. En la carrera ten¨ªa que leerla y estudiarla. Creo que se explica muy mal a Teresa. No s¨¦ si explicamos todo lo evocadora y grande que es nuestra literatura en la escuela. Pero en Teresa, en particular, hay mucha brocha gorda en su definici¨®n. Tambi¨¦n ha sido muy usada.
Empec¨¦ a ver pel¨ªculas inconscientemente. Y fue por el insomnio. Como dec¨ªa Lorca, soy mujer de mal dormir. Por ejemplo, me despertaba a las dos de la ma?ana y me pon¨ªa a ver en la tele El ¨¢ngel exterminador con 14 a?os¡±
P. ?C¨®mo fue su encuentro con ella?
R. Tengo una una sensaci¨®n muy n¨ªtida. Es enero, tengo los ex¨¢menes de febrero y me voy a una biblioteca de la Facultad de Filosof¨ªa y Letras de un departamento chiquitito de Geograf¨ªa. Hay mapas antiguos y entra la luz. As¨ª empiezo a leer los poemas de Teresa. De pronto descubro a una mujer que nombra ¨¢reas internas que yo no sab¨ªa ponerle nombre. Lo que hace un poeta es nombrar lo que t¨² ya conoc¨ªas y no sab¨ªas poner nombre. Por eso no me ha abandonado, porque me entr¨® f¨ªsicamente.
P. La pel¨ªcula.
R. La idea estaba ah¨ª, pero no sab¨ªa canalizarla porque Teresa es abismal, inabarcable. Es contradictoria, tiene mucha violencia interior, mucha tensi¨®n: ?qu¨¦ haces con ella? La Teresa pol¨ªtica, la Teresa te¨®loga, la Teresa mujer, la Teresa enferma, la Teresa que aplacaba su dolor tomando sustancias. Son todas a la vez. Y fue cuando le¨ª la obra de Mayorga cuando vi que pod¨ªa tirar de una espina dorsal.
P. Blanca Portillo est¨¢ incomensurable.
R. Es inconcebible la pel¨ªcula sin ella. Est¨¢ escrita para ella. Tambi¨¦n est¨¢ escrita para Asier, pero Blanca¡ Yo no puedo pensar en alguien diciendo las cosas que dice Teresa que no sea ella.
P. ?Sale usted diferente de cada pel¨ªcula?
R. Siempre. Todas las pel¨ªculas me han escupido a la cara. Teresa me ha escupido a la cara. Hemingway me ha escupido much¨ªsimas veces a la cara. Son escupitajos que considero aprendizaje: hab¨ªa que pasar por aqu¨ª. Las pelis son apisonadoras vitales.
P. Hemingway y Teresa en cartelera, dos pel¨ªculas hechas por usted. Dos personajes extremos, contrapuestos, ins¨®litos. La novia, adaptaci¨®n de Lorca. ?Sus pel¨ªculas discutir¨¢n entre ellas?
R. Discutir¨¢n todo el rato. Hemingway discutir¨¢ con Lorca. Al mismo tiempo, creo que Hemingway hubiera dado la vida por Lorca y Lorca por Hemingway, y que Teresa discutir¨ªa incendiariamente con los dos.
P. Rod¨® Al otro lado del r¨ªo y entre los ¨¢rboles en Venecia.
R. Hemingway fue una gran brecha en mi vida. Rodaje pand¨¦mico, mi hijo muy peque?o, machotes italianos mandando, jefes de Hollywood por ah¨ª pululando, un equipo maravilloso y una Venecia fantasmal e impresionante. Fue un proceso muy duro. El m¨¢s duro que he vivido. Bueno, la primera pel¨ªcula [De tu ventana a la m¨ªa] fue la m¨¢s dura, porque es cuando te enteras de c¨®mo va esto. Pero Hemingway fue una brecha. Y si no hubiera pasado por esa brecha no hubiera hecho Teresa de la forma en que rod¨¦ sin haber hecho Hemingway, ni hubiera podido dialogar con Blanca sin haber pasado por Liev Schreiber, que es un ser extremadamente exigente y muy buen actor, muy contradictorio, muy masculino. Me llev¨® contra las cuerdas en muchos casos para bien, para obligarme a expresarme de una forma que no lo hubiera hecho en circunstancias normales.
P. Fue su primera vez con Hollywood.
R. Es una peli muy independiente de bajo presupuesto, pero para el par¨¢metro espa?ol tiene un presupuesto alto. Y s¨ª que era grande porque todo lo estadounidense y su metodolog¨ªa y sus modos son grandes, m¨¢s grandes.
P. ?Repetir¨ªa la experiencia?
R. S¨ª, poniendo muchas l¨ªneas rojas en el contrato que no supe poner por ingenuidad. Cuid¨¢ndome un poco, salvaguard¨¢ndome un poco porque me dej¨¦ mucho ah¨ª, y me vi en una lucha que no era mi lucha.
P. El famoso tiempo perdido del cine.
R. El cine tiene mucho de eso, de discutir horas para rodar un minuto. La cantidad de mierda, de esfuerzo bald¨ªo que es el cine muchas veces, tapar parches todo el rato, y como compensa siempre.
P. ¡
R. Trueba dice que rodar es sufrir. Pero que sin embargo hay un momento que dura 15 segundos de un plano que est¨¢s haciendo que en el que todo el mundo va a una, y pasa algo que merece la pena. Todo lo dem¨¢s es incomprensible.
Teresa era una manipuladora enorme. Una egoc¨¦ntrica con una falsa modestia importante¡±
P. ?Por ejemplo?
R. En Al otro lado del r¨ªo hubo un momento rodando en la plaza de San Marcos a las tres de la ma?ana, un fr¨ªo de cojones, la plaza vac¨ªa; un d¨ªa de rodaje dur¨ªsimo. Discusiones de todo el mundo por aqu¨ª y por all¨¢, el ambiente muy hostil. Y de pronto Matilda De Angelis le dice a Liev Schreiber: ¡°Los hombres no pueden vivir para siempre¡±. Y ella responde: ¡°?Por qu¨¦ no?¡±. Lo dijo de tal manera que digo: ¡°Ostras, yo he hecho esta pel¨ªcula para esto, para ese momento. En una mesa frente a San Marcos, mir¨¢ndose, hablando de la guerra, del sentido de la guerra¡±.
P. Y ha rodado Hildegart. Puro frenes¨ª.
R. Soy una mujer de familia de clase trabajadora que tiene que hacer curros hasta que se levantan las pelis, y las pelis tardan much¨ªsimo en levantarse. Yo estoy en una posici¨®n privilegiada, pero tampoco puedo rodar cuando quiero. Y cuando surge, ruedas. Para Hildegart me llam¨® [la productora] Mar¨ªa Zamora hace seis a?os. Los tiempos del cine son endemoniados. Y ten¨ªa que hacerla ya: no puedo con m¨¢s superdotadas.
P. ?Qu¨¦ aborrece de Teresa?
R. Teresa era una manipuladora enorme. Una egoc¨¦ntrica con una falsa modestia importante, acompa?ada de todas las captatio benevolentiae de la ret¨®rica de su ¨¦poca, pero tambi¨¦n de esa cosa de monja que se hace la humilde y es falsa. Me parece tambi¨¦n muy fascinante, porque eso la hac¨ªa muy fuerte pol¨ªticamente. Es una gran pol¨ªtica porque es una gran estratega, una gran manipuladora, una gran mentirosa. Me encanta su parte lib¨¦rrima y su duda. Y cuando se pone beata pues no, porque creo que la parte beata es teatro. Tambi¨¦n hay mucha parte teatralizada de s¨ª misma. La estaban persiguiendo. Entonces se defiende con todo: y con todo es con todo.
P. Y de alguna manera hace historia en un momento complej¨ªsimo.
R. Es una mujer que est¨¢ en el centro de un momento del que somos hijos y no nos damos cuenta. Yo me di cuenta en Italia cu¨¢nto somos hijos de la Contrarreforma. S¨ª, somos hijos del franquismo, y somos hijos tambi¨¦n de un imperio muy oscuro que de tanta oscuridad, de tanta tensi¨®n, saca a m¨ªsticos de esta brillantez. Y salen esas brechas de luz. Pero al mismo tiempo ella es hija de su tiempo, la Contrarreforma, donde se estaba discutiendo la relaci¨®n con Dios. ?Y ella qu¨¦ propone en su reforma? Algo que daba tanto miedo, la raz¨®n por lo que la quer¨ªan quemar: ¡°Yo voy a hacer una comunidad donde voy a orar en silencio. No va a haber un cura rezando, intercediendo y yo repitiendo sus palabras¡±. Y en esa relaci¨®n directa hay un espacio de silencio y de librepensamiento. Y eso daba pavor. Mujeres en silencio encerradas en un pueblo de Castilla daban terror a la Iglesia, al sistema. Y yo digo: ¡°Qu¨¦ pasada es eso, que est¨¦s callada en una habitaci¨®n y provoques pavor. Que el silencio y la clausura provoquen tal caos¡±. Y ella hizo eso en el centro de una discusi¨®n pol¨ªtica de la que acab¨® siendo s¨ªmbolo cat¨®lico; de una discusi¨®n pol¨ªtica y espiritual y filos¨®fica de ese momento que era la relaci¨®n con Dios y, por tanto, la relaci¨®n con nuestros principios, con nuestras responsabilidades.
P. Mayorga dice que no es feminista.
R. Provoca un terremoto donde no pod¨ªa haber terremotos por ley. Encarna la defensa de las mujeres y del librepensamiento de las mujeres. Pelea por un espacio donde leer y pensar, donde tener un escudo de pensamientos, como dice ella. Eso, m¨¢s all¨¢ de lo que haya sido ella, es una conquista feminista. Mayorga dice que no es feminista en el sentido de que no existe el concepto; es una agenda pol¨ªtica nuestra, de que ella es feminista avant la lettre. Fue la primera doctora de la Iglesia. Y es muy, muy punki, Teresa. Y entiendo las lecturas punkis porque ella lo es, claro.
P. ?La acerc¨® a Dios?
R. Yo sigo igual. No encuentro una respuesta. A m¨ª me acerc¨® a esa parte del conocimiento que no es racional, que es algo innombrable. Me acerc¨® al misterio. Desde el punto de vista de Dios, sigo sin tener respuesta.
El viaje con Hemingway para conocerme a m¨ª ha sido tan importante como el de Teresa¡±
P. ?Y a qu¨¦ le acerc¨® Hemingway?
R. Al sentido de la vida, de ganar y de perder. Qu¨¦ luchas son luchas, qu¨¦ luchas no son luchas. D¨®nde empieza y d¨®nde acaba el amor, qu¨¦ es amor. Hemingway es un ser legendario que te abre las brechas de lo humano. Es terrenal, es corp¨®reo, es hedonista. Y a m¨ª me acerc¨® a las preguntas de vida y de la muerte. El viaje con Hemingway para conocerme a m¨ª ha sido tan importante como el de Teresa. Y luego esa manera de contar que, al ser tan opuesta a la m¨ªa, me ha provocado siempre una fascinaci¨®n enorme. La persona capaz de quitar el ornamento, de agarrarse a lo concreto. Yo tiendo al vuelo. Es una atracci¨®n irremisible leer a Hemingway.
P. ?Y esos anillos suyos?
R. ?Estos? [Extiende las manos] Me pongo un anillo cuando empiezo un proyecto. Y lo tiro al mar cuando estreno. Tengo el de Teresa [la entrevista se produce antes de su estreno] y el de Hildegart, el de Hemingway lo tir¨¦ al mar de Ischia. Y este... De este no te puedo hablar, y est¨¢ en el anular: es un proyecto del que llevo detr¨¢s muchos a?os.
Babelia
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