Archiveros y archivos: los ¡®due?os¡¯ de la memoria
Profesionales b¨¢sicos para preservar la memoria de un pa¨ªs, su trabajo ha servido para sacar a la luz datos esenciales olvidados o perdidos
Tiempos de memoria. En 2022, el Ministerio de Cultura compr¨®, por m¨¢s de 29 millones de euros, el archivo Lafuente, que pas¨® a formar parte del Museo Reina Sof¨ªa, comandado en aquel momento por Manuel Borja-Villel. El 15 de diciembre de 2023, Manuel Segade, quien sustituye a Borja-Villel, destin¨® 98.600 euros a la adquisici¨®n del fondo de la galerista Juana de Aizpuru, y pocas semanas despu¨¦s el Archivo Hist¨®rico Nacional (AHN) incorporaba, tras abonar 240.000 euros, el legado de la escritora Concha Zardoya (1914-2004), quien vivi¨® muchos a?os en el exilio en Estados Unidos impartiendo literatura espa?ola. La autora fue protegida de la premio Nobel chilena Gabriela Mistral (1889-1957) y tuvo una gran proximidad con la generaci¨®n del 27. En su casa madrile?a se acumulan m¨¢s de 7.000 cartas. En este caso, palabras que escriben tesoros.
¡°Los archivos espa?oles son extraordinarios y tambi¨¦n el trabajo (vocacional) que efect¨²an bibliotecarios y archiveros. Bastantes veces en condiciones dif¨ªciles¡±. Este es el titular que encabeza todas las entrevistas realizadas para este reportaje.
¡°En la caja novecientos [para ah¨ª, no revela el n¨²mero concreto] es donde se encuentra el legajo de los jesuitas que da la pista sobre el lugar en el que se hundi¨® el barco, con sus esmeraldas, que us¨® Arturo P¨¦rez-Reverte para escribir la novela La carta esf¨¦rica (Alfaguara)¡±, narra Juan Ram¨®n Romero, director del AHN. Estamos a unos 15 grados, en uno de sus dep¨®sitos ¡ªel archivo tiene siete niveles¡ª, recorriendo 45 kil¨®metros de estructuras que albergan libros y papel, e infinidad de joyas. Una colecci¨®n de 200.000 pergaminos medievales (solo superada por los Archivos Vaticanos) o cuatro fragmentos (el documento escrito m¨¢s antiguo que conserva Espa?a) de ¨¦poca visigoda (696). Extractos de la identidad del pa¨ªs. Todo en un ritmo inmenso de anaqueles sim¨¦tricos.
En miles de cajas de cart¨®n se extiende un oc¨¦ano de recuerdos. El AHN es su custodio. ¡°Una sociedad sin memoria no puede aspirar a ser transparente ni democr¨¢tica¡±, avisa Juan Ram¨®n Romero. Falta espacio. Sobre todo porque, adem¨¢s, conservan los documentos de la Administraci¨®n General del Estado. La estrategia es aumentar la capacidad del archivo de Alcal¨¢ de Henares. Pero el nuevo espacio llevar¨¢ una d¨¦cada. ?Y mientras? ?Qu¨¦ ocurre con la memoria normal y tecnol¨®gica que se genera hoy? La Administraci¨®n carece de una Ley de Archivos. ¡°Faltan las actas de las deliberaciones de los Consejos de Ministros de los a?os cuarenta, cincuenta y sesenta de la dictadura. Dependen de Presidencia. ¡°?Qu¨¦ hay que esconder? ?Que la familia Carceller [falangistas que se hicieron multimillonarios] eran lo que eran? ?Qu¨¦ hab¨ªa connivencia con los nazis? ?Son documentos que tendr¨ªan que estar protegidos ya aqu¨ª!¡±, exclama.
Y que a nadie se le ocurra ir al archivo a preguntar por el 23-F (1981). Est¨¢ en manos del secretario del Tribunal Supremo. ¡°En 2033 deber¨ªan ser de acceso p¨²blico al cumplir medio siglo. Mientras est¨¦n all¨ª resulta imposible consultarlos¡±, avisa. Y de expresidentes solo conservan el de Adolfo Su¨¢rez (1932-2014) ¡ªpor mandato judicial¡ª, aunque tampoco es p¨²blico. ¡°Alg¨²n antiguo ministro se ha jactado ante m¨ª de poseer documentos clasificados¡±, critica. Nos enfrentamos, dir¨ªase, con ladrones de memoria.
Los archiveros resultan esenciales y sufren demasiados palos en una rueda que gira en beneficio de la sociedad. Entran por oposici¨®n (historiadores, ling¨¹istas, qu¨ªmicos y tecn¨®logos, a los que m¨¢s cuesta fichar) pero les conduce, sobre todo, la pasi¨®n por conservar ese patrimonio.
Juan Ignacio Panizo es uno de esos nombres que cuidan del oc¨¦ano de memoria. Fue el archivero ¡ªdurante 20 a?os¡ª responsable de la Secci¨®n de la Inquisici¨®n del AHN, ahora es jefe de secci¨®n del archivo de la Biblioteca Nacional. Juan Ignacio introduce a Isabel Ruiz de Elvira, directora del departamento de manuscritos, incunables y raros. Es una ma?ana de diciembre de neblina y fr¨ªo en Madrid. Aunque, de s¨²bito, surge algo radiante. Han recibido los archivos de los escritores Rafael S¨¢nchez Ferlosio y Luis Mateo D¨ªez. La conversaci¨®n y la fotograf¨ªa ocurre en la sala restringida Cervantes, donde se protegen las donaciones de Ram¨®n G¨®mez de la Serna, Mu?oz Molina o Leopoldo Mar¨ªa Panero. ?Recuerdan el documental El desencanto (1961): la demolici¨®n de la familia de origen falangista Panero? Leopoldo escribe: ¡°La poes¨ªa destruye al hombre. / Las palabras destruyen al hombre/¡±. Nunca en este caso. Las conservan. Decenas de archivos personales y cerca de 60 archiveros. ¡°La correspondencia se ha puesto de moda y es uno de los temas m¨¢s solicitados¡±, subraya Ruiz de Elvira. ¡°Los fondos personales de escritores son much¨ªsimos [Juan Benet, Jorge Guill¨¦n, Jaime Gil de Biedma] pero lo valioso es que revelan su proceso creativo¡±, admite Juan Ignacio. Desde el robo de la obra de Galileo Galilei en 2021 la seguridad es exponencial. C¨¢maras individuales vigilan a cada investigador que consulte un original valioso.
Arcadia de archivos
Espa?a es una arcadia de archivos. Por antig¨¹edad ser¨ªa algo as¨ª: Palma de Mallorca, Reino de Arag¨®n, Real Chancilleria de Valladolid, Simancas, Archivo de Indias y AHN. Bastante cerca, en el Cas¨®n del Buen Retiro, ya han digitalizado los archiveros y bibliotecarios 1.600.000 p¨¢ginas. ¡°Y la idea es concluir pronto otras 500.000. Unas 5.500 cajas en total¡±, estima Mar¨ªa Luisa Cuenca, jefa del ¨¢rea de biblioteca, documentaci¨®n y archivo. Un mundo sobre lienzo. El primer documento que se conserva (1826) es la compra de El Cristo de Vel¨¢zquez. M¨¢s historia. La fallida adquisici¨®n de El entierro del conde de Orgaz de El Greco o la donaci¨®n (1941) por Francisco Camb¨® (1876-1947) de dos botticelli. Tambi¨¦n, gracias al micromecenazgo, se incorpor¨® (1920) La Virgen del caballero de Montesa, de Paolo de San Leocadio.
M¨¢s lejos, en la zona norte de Madrid, brilla la ciencia. El CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas) tiene 19 archivos. Adem¨¢s cuidan los del Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Jard¨ªn Bot¨¢nico y el del Centro de Ciencias Humanas y Sociales. El espacio, fundado en 1939, es, entre otros, custodio del legado de la bi¨®loga molecular Margarita Salas, el fil¨®sofo Jos¨¦ Luis Aranguren o el fot¨®grafo Luis Llad¨®, seg¨²n detalla Agn¨¨s Ponsati, directora de la Unidad de Recursos de Investigaci¨®n Cient¨ªfica. Los archivos guardan la memoria de quienes fuimos: un espejo que refleja raz¨®n y monstruos.
Secretos art¨ªsticos revelados en bancos y galer¨ªas
El país europeo que más patrimonio cultural posee es Italia. Incluso abundan aficionados que buscan sus particulares tesoros en archivos. Han descubierto, algunos datos, relacionados, entre otros, con Leonardo da Vinci. En Nápoles, el más importante y rico, recuerda Nicola Spinosa, gran experto en Ribera, es el Archivo Histórico del Banco di Napoli. Un dato caravaggesco ignorado. Durante siglos no se supo quién había atacado en esa ciudad al genio lombardo hasta casi matarlo porque los legajos que conservaban los nombres de los agresores habían sido, oportunamente, tachados. En 2002, el estudioso maltés, Keith Sciberras, pasó el libro que se guardaba en Malta por rayos X. ¡Ahí estaban!
El arte, también, es sorpresa y comercio. La galería Colnaghi de Londres (una de las más importantes en Maestros Antiguos) tiene unos 300 metros de archivos. “Es un tesoro, sobre todo, para estudiar la Edad Dorada (1870-1890), cuando los clientes eran multimillonarios como Isabella Stewart Gardner, Henry Clay Frick o Andrew Mellon”, apunta Jeremy Howard, responsable de investigación, archivos y proyectos académicos. El equipo cuenta con tres archiveros. Los depósitos (que contienen, por ejemplo, correspondencia entre los pintores Constable y Delacroix) se encuentran cerca de Aylesbury (Inglaterra) y el archivo empresarial empieza en 1894. Es de acceso público. Encontrarán una frase profética de Mellon: “No existe mayor fracaso en la vida que morir rico”.
Babelia
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