¡®Dos chicas a la fuga¡¯: descifrado mi enigma sobre los hermanos Coen

Me llev¨® tiempo caer derretido ante algunas pel¨ªculas de los hermanos Coen, cuando sus fans eran tan entusiastas como incondicionales desde la primera, aquella olvidable Sangre f¨¢cil, con la que adquirieron el t¨ªtulo de hijos posmodernos y superdotados del cine de Hitchcock. De acuerdo en que crearon un estilo, alternando las caricaturas, un humor desorbitado y muy personal, socarroner¨ªa con toque destroyer, capacidad para crear intriga. Y su fraternidad tambi¨¦n era art¨ªstica.

Firmaban juntos los guiones, la producci¨®n y la autor¨ªa. Y no recuerdo exactamente desde que t¨ªtulo Joel Coen apareci¨® en solitario, responsabiliz¨¢ndose de la direcci¨®n. Han hecho pel¨ªculas que encuentro admirables como Muerte entre las flores, El gran Lebowski, Fargo, Valor de ley y No es pa¨ªs para viejos. Me gustan un poco menos las inquietantes y retorcidas Barton Fink y El hombre que nunca estuvo all¨ª. Hay otras que encuentro demasiado raritas y algunas inmediatamente desechables, aunque la personalidad de sus creadores siempre flote en la atm¨®sfera, para bien y para mal.

Pero aunque los dos hermanos parezcan siameses haciendo cine y su relaci¨®n familiar sea tan fuerte como irrompible, a veces me he preguntado qu¨¦ le corresponde en su obra a cada uno de ellos. Se me ha despejado las dudas viendo Dos chicas a la fuga.

No s¨¦ si ha existido el divorcio creativo entre ellos, o se trata simplemente de una pausa en su conjunta carrera. La escribe y la dirige Ethan Coen. El guion le pertenece a Ethan y a Tricia Cooke, que es la esposa de Ethan. ?Y el resultado? Para mis gustos, tan rancios ellos, es una de las pel¨ªculas m¨¢s tontas e inanes que he sufrido en mucho tiempo. Y eso que los tiempos son dif¨ªciles, que tengo que buscar con lupa para encontrar pel¨ªculas hermosas. Se esfuerza todo el rato por ser graciosa y corrosiva, pero no conseguir¨ªa re¨ªrme con ella aunque aparecieran Groucho Marx y Buster Keaton. Y aunque hiciera notables esfuerzos, no conseguir¨ªa recordar algo interesante en sus personajes, sus di¨¢logos, las supuestamente hilarantes y libertarias aventuras que viven sus protagonistas.

Es una road movie, g¨¦nero que fue muy prestigioso, aunque Easy Rider, que simboliz¨® su esplendor, sea muy mala, excepto cuando aparece Jack Nicholson. ?Y qu¨¦ pasa en la carretera que se ha inventado Ethan Coen? Pues nada que despierte mi atenci¨®n. Dos chicas lesbianas, una presuntamente explosiva e introvertida y fr¨¢gil la otra, recorren el pa¨ªs perseguidas por unos killers que responden a la peor caricatura. Una, tirando a apocada, descubre el sexo mientras que la otra, vitalista y aguerrida, viene de vuelta. Se cruzan en su aguerrido camino con personajes que pretenden ser pintorescos y con mujeres que comparten su sexualidad. Y cualquier historia puede funcionar si est¨¢ bien narrada.

En la sala donde vi su proyecci¨®n, algunos espectadores, muy pocos, exhib¨ªan jocosas, hist¨¦ricas y regocijadas risas en momentos puntuales. Lamento no poseer su sentido del humor para conectar con lo que hacen y dicen los personajes de Ethan Coen. Solo le reconozco una virtud de agradecer a Dos chicas a la fuga: que solo dura 84 minutos, en una ¨¦poca en la que el metraje de un mont¨®n de pel¨ªculas in¨²tiles se acerca o supera las tres horas. Espero que los hermanos Coen vuelvan a trabajar juntos. Y si no es as¨ª, seguirle la pista a Joel.