El observatorio que no se puede observar
La Academia de San Fernando exige desenterrar las grandes escaleras de acceso del Astron¨®mico de Madrid, tapadas hace 80 a?os bajo toneladas de ¡°tierra y escombros¡±
En 1790, Carlos IV le hizo un encargo al arquitecto Juan de Villanueva: en el parque madrile?o del Retiro, sobre un escapado cerrillo llamado de San Blas, quer¨ªa levantar el Real Observatorio Astron¨®mico, al estilo de lo que ya hab¨ªan hecho otras importantes capitales europeas. El alarife cumpli¨® los deseos reales, aunque durante la Guerra de la Independencia las obras de urbanizaci¨®n del entorno tuvieron que ser interrumpidas y el edificio no qued¨® ordenado tal y como lo concibi¨® su autor. Su orgulloso telescopio Herschel fue, adem¨¢s, destruido por las tropas napole¨®nicas. La Comisi¨®n de Monumentos y Patrimonio de la Real Academia de las Bellas Arte de San Fernando acaba de hacer p¨²blico un informe donde denuncia ¡°la expoliaci¨®n por parte de quienes tienen [actualmente] la responsabilidad de la custodia¡± del monumento, ya que la escalera de acceso se encuentra, desde los a?os treinta del siglo pasado, ¡°oculta bajo toneladas de tierras y escombros¡±. Exigen que se desentierre, restaure y se recupere el aspecto original del este edificio porticado de estilo neocl¨¢sico, entre la calle de Alfonso XII y la glorieta de Atocha.
Esta edificaci¨®n cruciforme, que solo est¨¢ abierta unas horas al p¨²blico los fines de semana y con cita previa, se levant¨® siguiendo milim¨¦tricamente los ejes norte-sur y este-oeste. La academia lo considera ¡°uno de los ejemplos m¨¢s representativos de la arquitectura neocl¨¢sica en Espa?a¡±. Pero su construcci¨®n se enfrent¨® a un gran problema: los fuertes desniveles del cerro en sus lados oeste [calle de Alfonso XII y sur [hacia la glorieta de Atocha]. Por eso, Villanueva dise?¨® una gran escalera que los salvase y que permitiese el acceso directo a la plataforma donde se asienta el edificio principal.
Pero todo, como documentan distintos dibujos y grabados de los siglos XVIII y XIX, qued¨® enterrado por una sucesiva acumulaci¨®n de escombros, hasta tal punto que la monumental escalera desapareci¨® literalmente. En la actualidad, las laderas del cerro est¨¢n cubiertas por pinos y maleza.
¡°Resulta totalmente sorprendente e inadmisible¡±, afirman los acad¨¦micos de San Fernando, ¡°que un elemento perteneciente al proyecto original de este monumento contin¨²e en esta situaci¨®n y, en opini¨®n de esta comisi¨®n, totalmente inadecuado que no se d¨¦ prioridad a la recuperaci¨®n de este elemento como base de la ordenaci¨®n del entorno del edificio del Observatorio¡±.
Los acad¨¦micos reclaman, por tanto, un ¡°proyecto previo global y se priorice, en lo posible, el desenterramiento y recuperaci¨®n de la escalera construida por Villanueva¡± para devolver la integridad a todo lo realizado del proyecto del arquitecto ilustrado¡±.
Los actuales responsables de Real Observatorio proyectan construir una plataforma-mirador para los visitantes en el lado oeste del edificio [calle de Alfonso XII], pero los acad¨¦micos la rechazan porque ¡°entrar¨ªa en rivalidad con la ya mencionada escalera [lado sur, hacia Atocha], rest¨¢ndole protagonismo al eje principal de la composici¨®n y enfatizando el eje transversal al que Villanueva apenas dio relevancia¡±.
¡°La necesidad del mirador parece superflua¡±, se?alan los acad¨¦micos, ¡°pues la contemplaci¨®n de la ciudad, de muy discutible inter¨¦s paisaj¨ªstico, se puede hacer perfectamente desde el borde, bien ordenado, de la plataforma en que se asienta el Observatorio. La visi¨®n hacia el oeste no es de mayor calidad que la que se contemplar¨ªa hacia el sur si se eliminara la actual barrera vegetal all¨ª existente. Lo que merece la pena potenciar no son las visiones desde el Observatorio hacia la ciudad, de muy dudoso inter¨¦s, como se ha dicho, sino las del Observatorio desde la ciudad, y en ese sentido, la plataforma que se proyecta s¨ª perturbar¨ªa la vista del edificio neocl¨¢sico desde la calle de Alfonso XII¡±.
Desde el a?o 1995, el observatorio est¨¢ declarado Bien de Inter¨¦s Cultural con categor¨ªa de monumento, lo que incluye tambi¨¦n el invisible cuerpo de escaleras. ¡°Era la decorosa puerta de entrada a las altas cotas sobre las que se eleva el Observatorio. Su existencia era y es, sin duda alguna, consustancial con el edificio, inseparable del monumento en su integridad. Su estado actual puede ser entendido como una forma denunciable de expoliaci¨®n por parte de quienes tiene la responsabilidad de su custodia, salvaguarda y gesti¨®n. Salvarlo de esa tumba para devolverle su sentido, que potencialmente conserva ¨ªntegro, es una obligaci¨®n p¨²blica, es un imperativo inaplazable¡±, concluyen.
Este peri¨®dico no ha logrado obtener en los ¨²ltimos d¨ªas la versi¨®n de los responsables de la instituci¨®n astron¨®mica.
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