Paola Cortellesi, directora del taquillazo italiano sobre violencia de g¨¦nero: ¡°Esto va por la ¡®nonna¡¯ a la que hac¨ªan sentir inferior¡±

Nadie, ni siquiera su directora, imagin¨® que el sonoro bofet¨®n con el que se inicia Siempre nos quedar¨¢ ma?ana tendr¨ªa un eco de esta magnitud, pr¨¢cticamente s¨ªsmico. El debut como cineasta de la conocida actriz y guionista italiana Paola Cortellesi (Roma, 50 a?os) se ha convertido en el ¨²ltimo fen¨®meno social del cine italiano. Desde su estreno en octubre de 2023, ha recaudado 40 millones de euros y ha sido vista por m¨¢s de cinco millones de espectadores, superando en taquilla a fen¨®menos como Barbie y Oppenheimer.

Con 19 nominaciones a los premios David de Donatello ¡ªlos Goya italianos¡ª, el debate que ha generado esta ficci¨®n ha traspasado los corrillos cin¨¦filos y alcanzado la palestra pol¨ªtica. Hasta la primera ministra de Italia y l¨ªder del ultraderechista Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, se vio acorralada para posicionarse sobre la pel¨ªcula (¡°Muestra mucho coraje¡±, dijo) y se vio obligada a comprometerse a reunirse con la l¨ªder de la oposici¨®n, Elly Schlein, para llegar a un acuerdo para que la violencia de g¨¦nero se explique en los colegios e institutos. ?Qu¨¦ tiene esta pel¨ªcula para que se obrara tal milagro? ¡°Que pone el foco sobre un problema que no podemos ignorar m¨¢s¡±, explica su directora, guionista y protagonista acomodada en un hotel de Barcelona a su paso por el Barcelona Film Fest y a pocos d¨ªas de su estreno oficial en salas espa?olas (26 de abril) y su conquista definitiva en Europa, porque este mismo viernes se estrenar¨¢ en 16 pa¨ªses m¨¢s.

Rodada en blanco y negro y ambientada en Roma entre mayo y junio de 1946, Siempre nos quedar¨¢ ma?ana ¡ªuna frase trascendental que se entonar¨¢ en un momento de la pel¨ªcula¡ª narra el despertar de conciencia de Delia (Paola Cortellesi). Esta resuelta esposa, madre de tres hijos, nuera entregada, vecina c¨®mplice y pluriempleada (en negro) es ninguneada por casi todas las personas que la rodean. Su marido le pega palizas por deporte. Su hija, ciega ante los abusos de su novio, la desprecia por comportarse ¡°como un felpudo¡± con su padre. Su jefe paga el doble a un chaval inexperto e in¨²til solo ¡°porque es un hombre¡±. Su suegro, al que asea y vac¨ªa el orinal cada ma?ana, cree que ¡°deber¨ªa callarse la boca¡±. Solo una amiga confidente y un soldado americano que se convertir¨¢ en un inesperado aliado reconocen su val¨ªa.

?C¨®mo puede reconocer sus opresiones una mujer pobre que apenas sabe escribir y que, cuando le preguntan por qu¨¦ no se va de esa casa horrible, solo puede responder ¡°pero ?a d¨®nde quieres que vaya?¡±. Con un giro final empoderador que busca empapar pa?uelos y que explica el porqu¨¦ de esos d¨ªas clave en la Italia de 1946, Cortellesi firma una ficci¨®n que, pese a mirar el pasado, genera debate en el presente.

¡°En realidad, esta es una pel¨ªcula muy contempor¨¢nea porque seguimos con una mentalidad distorsionada. En Italia las relaciones de amor todav¨ªa se entienden como una posesi¨®n. ¡®Eres m¨ªa¡¯, dicen. Eso lleva a situaciones de abusos, violencia y, en algunos casos, homicidios¡±, explica la directora, que ha visto c¨®mo su pel¨ªcula ahora se programa en cinef¨®rums en institutos por todo su pa¨ªs. ¡°Yo no he rodado una pel¨ªcula biogr¨¢fica porque no fue la vida de mis abuelas, ni sufrieron esos abusos espec¨ªficos. Pero creo que si ha generado tanta identificaci¨®n entre los italianos es porque s¨ª refleja las de muchas otras abuelas. Esto va por la nonna a la que hac¨ªan sentir inferior, pero logr¨® haza?as silenciosas¡±, defiende.

Cortellesi ha querido alejarse del melodrama en una ficci¨®n que revisita los c¨®digos de la commedia all¡¯italiana que tantas tardes disfrut¨® en su infancia y juventud en su sof¨¢ junto a su padre. ¡°Quer¨ªa hacer una pel¨ªcula como aquellas con las que crecimos todos los de mi generaci¨®n, esas que nos han dejado huella sentimental. Es lo que ve¨ªamos en [Luigi] Comencini, en [Ettore] Scola, en [Mario] Monicelli. Lo que me gusta de ellas es su realismo espec¨ªfico, uno que pasa por muchos registros y te permite re¨ªrte de la tragedia. Esas pel¨ªculas no solo son drama o comedia, tienen muchas capas y hay mucha cr¨ªtica en ellas. Es como la vida: ni es solo una cosa, ni es la otra¡±, cuenta.

Aunque en su pa¨ªs esta cineasta era muy conocida por una vis c¨®mica muy marcada en sus mon¨®logos y en su faceta de actriz ¡ªha protagonizado muchas de las pel¨ªculas de su marido, el director Riccardo Milani¡ª, su voluntad con esta ¨®pera prima, cuenta, era la de dignificar los papeles femeninos de la cinematograf¨ªa italiana. ¡°La protagonista no cae bien, no resulta agradable desde un principio y eso es algo a lo que no estamos acostumbrados en el cine cl¨¢sico. Quer¨ªa presentar una figura distinta, que rompiera con el rol de ¡®madre de¡¯, ¡®novia de¡¯ o la guapa del barrio, la que todo el mundo adora por su gracia. Quer¨ªa una mujer que no estuviera marcada por el papel que desempe?a¡±, enfatiza. Esa mujer maltratada por todos encontrar¨¢ su particular emancipaci¨®n tomando sus propias decisiones en un momento clave de su pa¨ªs. ¡°Como muchas, hab¨ªa normalizado e interiorizado la obediencia durante toda su vida. La suya no ser¨¢ una toma de conciencia pol¨ªtica como la de las grandes mujeres de nuestro pa¨ªs que escribieron la Constituci¨®n, no es una revolucionaria, pero algo se despierta en ella, y es gracias al instinto de amor y de protecci¨®n a su hija. Ese instinto materno la ayudar¨¢ a reconocer sus derechos¡±, aclara la cineasta.

Con casi un 45% de p¨²blico masculino entre los espectadores de la cinta, fue la propia Cortellesi quien, desde la portada de la edici¨®n italiana de la revista Vanity Fair, pidi¨® a Meloni y Schlein que se reunieran para educar en violencia de g¨¦nero a los chavales y chavalas en los institutos. ¡°No es suficiente con tener a una mujer en el Gobierno y a una en la oposici¨®n. Que esas dos l¨ªderes est¨¦n ah¨ª no supone una causa-efecto: que gobierne una de nosotras no significa que vaya a hacer cosas buenas por las mujeres por puro esencialismo¡±, cuenta. Aunque reconoce que en su pa¨ªs se ha endurecido la legislaci¨®n con la violencia de g¨¦nero, cree que es insuficiente. ¡°Ped¨ª que pusieran fin a sus divergencias porque desde el gobierno se puede educar a las nuevas generaciones para que se visibilice la violencia de g¨¦nero. Todos tenemos que esforzarnos para cambiar las cosas¡±, sentencia.