¡®Let It Be¡¯, rehabilitada: la pel¨ªcula maldita de los Beatles se vuelve luminosa
En el contexto de 1970, el filme de Lindsay-Hogg era la cr¨®nica de una banda en descomposici¨®n. Disney+ estrena una versi¨®n restaurada por el equipo de Peter Jackson, que hoy se ve como una exhibici¨®n de talento
A diferencia de su idolatrado Elvis Presley, los Beatles nunca detuvieron su fecunda carrera musical para hacer cine. Ellos daban prioridad a trabajar en el estudio para subir el nivel en cada ¨¢lbum. Pero, aun as¨ª, dejaron un pu?ado de pel¨ªculas: dos comedias ligeras (A Hard Day¡¯s Night y Help!), una fantas¨ªa de dibujos animados (Yellow Submarine), en la que no se implicaron demasiado; un desconcertante telefilme psicod¨¦lico (Magical Mystery Tour). Y Let It Be, la pel¨ªcula maldita, el documental que fue visto en su tiempo como la cr¨®nica de su descomposici¨®n.
Let It Be se grab¨® durante las sesiones que realiz¨® la banda en Londres en enero de 1969, que fueron muy estresantes para los cuatro de Liverpool, inc¨®modos al ser filmados a todas horas. Qued¨® en un caj¨®n. Y no se public¨® (como disco y como pel¨ªcula) hasta mayo de 1970, cuando Paul McCartney ya hab¨ªa anunciado (justo un mes antes) el final de la banda. El largometraje se recibi¨® con amargura, y el espectador de entonces no pod¨ªa dejar de verlo desde la conmoci¨®n del abrupto final. Tampoco la apoy¨® ninguno de los cuatro beatles, que ya ten¨ªan a punto sus discos en solitario: cuando fue galardonada con el Oscar a mejor banda sonora, encargaron a Quincy Jones, director de la orquesta de la ceremonia, que lo recogiera. El disco no tuvo mejor fortuna: McCartney reneg¨® de ¨¦l, disconforme con la producci¨®n de Phil Spector que cre¨ªa excesiva, y en 2003 lanz¨® una edici¨®n Naked, desnuda, sin la huella del creador del muro de sonido.
La leyenda negra de Let It Be ha sido tan duradera que al inicio de la era digital la pel¨ªcula desapareci¨® de los cat¨¢logos. No estaba en ninguna plataforma de televisi¨®n, los coleccionistas buscaban rastro de viejos DVD y los fans ten¨ªan que recurrir al pirateo. Hasta ahora. Este mi¨¦rcoles, Disney+ estrena el filme que dirigi¨® Michael Lindsay-Hogg, remasterizado por Park Road Post Production, el equipo de Peter Jackson (El se?or de los anillos). Jackson dedic¨® el tiempo de la pandemia a trabajar en las cintas originales de la pel¨ªcula, 60 horas de v¨ªdeo y 150 de audio, para realizar el imponente documental Get Back, estrenado en 2021 y tambi¨¦n en Disney. Get Back emple¨® las m¨¢s avanzadas tecnolog¨ªas y algo de inteligencia artificial para dar brillo a ese metraje, y result¨® en casi ocho horas de documental, en tres cap¨ªtulos, repleto de interesante material in¨¦dito. Una versi¨®n extendida (muy extendida) de Let It Be, que solo dura 80 minutos. El siguiente paso era rehabilitar este filme maldito. Y, con ojos de hoy, el resultado es mucho m¨¢s luminoso de lo que se recordaba.
La calidad de imagen ha mejorado notablemente (algunos objetan cierto abuso colorista); el sonido se ha limpiado de ruido y resulta esplendoroso. Lo m¨¢s valioso, lo que no tienen sus dem¨¢s pel¨ªculas, es que nos encerramos en el estudio con cuatro chicos que no han cumplido los 30, que tienen una creatividad desbordante y a los que se les caen las canciones de los bolsillos. Sigue habiendo qu¨ªmica entre John Lennon y Paul McCartney, y es George Harrison el que se rebela contra su rol secundario. De esas sesiones aparentemente ca¨®ticas sali¨® el ¨¢lbum Let It Be, pero tambi¨¦n gran parte de los temas de Abbey Road (su siguiente proyecto, su verdadera despedida, que terminaba con The End). Pero Abbey Road se lanz¨® en noviembre de 1969, y tuvo muy buena aceptaci¨®n, mientras que Let It Be tard¨® seis meses m¨¢s y lleg¨® a las tiendas en mal momento. De aquellas tres semanas de trabajo tambi¨¦n salieron algunos temas lanzados luego en sus carreras en solitario, y un mont¨®n de otras que fueron descartadas (es el caso de la rockera y festiva Suzie Parker).
La nueva versi¨®n de Let It Be incluye, al inicio, un breve di¨¢logo entre Lindsay-Hogg y Jackson (quien no aparece en los cr¨¦ditos m¨¢s que en los agradecimientos). El director de la cinta original explica que lo que ¨¦l iba a hacer era un documental sobre el regreso de los Beatles a los escenarios. Los Fab Four llevaban sin actuar ante su p¨²blico desde 1966: no hab¨ªan querido distraerse de lo mucho que estaban innovando en el estudio. Esta vez pretend¨ªan reaparecer a lo grande, para lo que manejaron ideas fara¨®nicas: la m¨¢s ambiciosa era embarcar con el p¨²blico en Inglaterra y tocar en un anfiteatro romano en Libia. El director filmaba las sesiones de las que saldr¨ªan las canciones de ese bolo pensando que eso ser¨ªa material secundario, que lo central ser¨ªa el concierto. Jackson no puede evitar expresarle su envidia: ¨¦l mismo trabaj¨® con ese material conociendo bien todas esas canciones, pero Lindsay-Hogg hab¨ªa tenido el privilegio de presenciar c¨®mo las creaban delante de sus c¨¢maras.
Los Beatles quemaban etapas muy r¨¢pido: cuando otros llegaban a donde hab¨ªan se?alado, ellos ya estaban en otra cosa. Al empezar 1969 hab¨ªan dado por terminada la experimentaci¨®n psicod¨¦lica y su ¨¢lbum blanco del a?o anterior marcaba su regreso al rock b¨¢sico. Eso hac¨ªa m¨¢s f¨¢cil retomar el contacto con el p¨²blico. Se percibe en la pel¨ªcula que sienten cierta necesidad de volver a los or¨ªgenes: tocan viejos temas suyos (rescatan One After 909, escrita por Lennon con ?15 a?os!) y de los maestros del rock and roll; hasta versionan B¨¦same mucho, una de las que tocaban en sus inicios. Tratan de recuperar el esp¨ªritu de Hamburgo o The Cavern, donde se foguearon con muchos conciertos antes de catar la fama.
Cuando mont¨® Let It Be, Lindsay-Hogg se ahorr¨® buena parte del material sobre la intimidad de la banda y dio prioridad a mostrarlos haciendo m¨²sica. Get Back, en sus casi ocho horas, tiene mucho m¨¢s espacio para dar a conocer la historia, o el cotilleo seg¨²n se mire: es m¨¢s parecido a un Gran Hermano, y se entiende que se hartaran del experimento. La producci¨®n de Jackson en 2021 tiene otro atractivo que apenas se sugiere aqu¨ª: entender el proceso creativo de cada canci¨®n, desde que uno tararea su idea hasta que cuaja en un tema perfecto.
Por eso, Let It Be est¨¢ m¨¢s dirigida a que el espectador disfrute de la m¨²sica, y es m¨¢s asumible por quien no sea tan incondicional de la banda como para dedicarles ocho horas. El filme recoge tambi¨¦n, pero en dosis comedidas, improvisaciones en el estudio, ensayos y algunas conversaciones entre ellos, en las que se observa cierta tensi¨®n. Queda claro que Paul ha tomado las riendas ante un John menos implicado. Hay momentos ic¨®nicos, como el vals que bailan Lennon y Yoko Ono (omnipresente y siempre silenciosa) mientras Harrison canta I Me Mine. Se les ve pas¨¢ndoselo muy bien en alguna jam session (muy entusiasta la que da lugar a Dig It a partir de Like a Rolling Stone de Dylan). Y hay una breve discusi¨®n que parece anticipar la ruptura, cuando Harrison planta cara a McCartney por sus ¨®rdenes: ¡°Tocar¨¦ lo que quieras que toque, o no tocar¨¦ si no quieres que toque. Har¨¦ lo que digas para complacerte¡±. Despu¨¦s de ese choque (eso ya no se cuenta en Let It Be, pero s¨ª y con todo el detalle en Get Back), Harrison desapareci¨® durante seis d¨ªas. Ni en la pel¨ªcula ni en la serie posterior es f¨¢cil entender qu¨¦ piensa de todo esto Ringo Starr, refugiado en un rol secundario. Otra diferencia: en Get Back se subraya m¨¢s el papel clave que desempe?¨®, para encauzar el proyecto, el teclista Billy Preston, que concursa al disputado t¨ªtulo de quinto beatle con m¨¢s m¨¦ritos que otros.
La irritaci¨®n de Harrison con el experimento de Let It Be acab¨® de dar al traste con la idea de tocar en un anfiteatro de Libia. Pero Lindsay-Hogg hab¨ªa ido a filmar el making of de un concierto. As¨ª que al final ten¨ªa que haber uno, que result¨® mucho m¨¢s modesto pero igualmente hist¨®rico. Es el famoso concierto sorpresa en la azotea de los estudios de Apple Corp de Londres, bien filmado desde arriba y desde abajo. Al principio, cuando el sonido atruena desde el tejado, en la calle apenas paran algunos curiosos. Algunos parecen preguntarse: ?de verdad ser¨¢n ellos?, porque no se conoc¨ªan esas canciones reci¨¦n compuestas. Otras personas se las apa?an para subir a otras azoteas cercanas y no dan cr¨¦dito. Ya hab¨ªa una buena muchedumbre en las aceras cuando termina la actuaci¨®n, de solo 42 minutos, bajo la tensa mirada de agentes de la polic¨ªa. Lennon se despide en nombre de la banda con su sarcasmo habitual: ¡°Esperamos haber aprobado la audici¨®n¡±. ?Intu¨ªa que era su ¨²ltima actuaci¨®n juntos? John, que hab¨ªa sido el fundador, nunca perdon¨® que fuera Paul quien anunciara la ruptura.
M¨¢s de medio siglo despu¨¦s, se puede ver Let It Be sin pena porque se acaben de separar esos talentos prodigiosos. Se disfruta de una banda de una creatividad inigualable, que se mete el estudio sin tener un plan y sale con material para m¨¢s de dos ¨¢lbumes, repleto de canciones emblem¨¢ticas. El nivel musical sigue siendo alt¨ªsimo, aunque la cohesi¨®n del grupo acusara el desgaste de ocho a?os de ¨¦xito desmedido. Apuntaban un camino interesante, el de los Beatles que habr¨ªan sido en los setenta, pero decidieron recorrer el siguiente trayecto cada uno por su cuenta.
Disney avanza as¨ª en su plan de explotar la franquicia The Beatles como hace con Marvel o Star Wars. Vienen m¨¢s proyectos sobre el cuarteto de Liverpool: Sony ha anunciado, para 2027, cuatro biopics, uno por cada uno de sus miembros, dirigidos todos por Sam Mendes (el cineasta de 1917). La industria sabe que es muy dif¨ªcil que quienes aman a los Beatles lleguen a hartarse de ellos.
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Babelia
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