Palma de Oro emocionante e incontestable para ¡®Anora¡¯, de Sean Baker

Anora, la inolvidable pel¨ªcula del estadounidense Sean Baker (Nueva Jersey, 53 a?os) sobre una trabajadora sexual que vive un falso cuento de hadas junto a un ni?ato ruso rico, ha logrado con absoluta justicia la Palma de Oro de la 77? edici¨®n del festival de Cannes. Desde su primera proyecci¨®n, el entusiasmo fue un¨¢nime: Anora es una pel¨ªcula transformadora, como record¨® la presidenta del jurado, Greta Gerwig; rebosante de humanidad, una obra llena de esperanza que al jurado, como a la mayor¨ªa de los profesionales acreditados en Cannes, les ¡°rompi¨® el coraz¨®n¡±.

La historia de Anora es la de una trabajadora sexual de Astoria (Queens) que se ve envuelta en una disparatada epopeya cuando el hijo de un oligarca ruso se encapricha de ella. Con unos personajes para el recuerdo, Anora circula por varios g¨¦neros: de la pel¨ªcula nocturna desenfrenada al thriller urbano junto a las mafias rusas de Coney Island, del screwball comedy a una vuelta de tuerca final tan emocionante que Baker ¡ªque les dedic¨® el premio a ellas, ¡°a las trabajadoras sexuales de antes, de ahora y de siempre¡±¡ª convierte a su personaje principal, interpretado por una incre¨ªble Mikey Madison, en una hero¨ªna eterna.

El trabajo de Madison y el del actor ruso Yuriy Borisov, en la piel de un lac¨®nico y rom¨¢ntico ¨¢ngel de la guarda, contribuyen a que Anora sea una Palma de Oro perfecta y muy emocionante, porque consagra a un cineasta independiente (?la pel¨ªcula est¨¢ dedicada al director espa?ol Jes¨²s Franco y a la actriz Soledad Miranda!) que lleva mucho tiempo filmando realidades marginales sin sordidez ni moralina, con una mirada llena de empat¨ªa y sabidur¨ªa hacia las personas que retrata. Baker es un director que no se pone por encima de lo que narra, como demostr¨® con su otra gran obra, The Florida Project (2017), que, como Anora, es de esas pel¨ªculas con el poder de cambiar al espectador.

Baker recogi¨® la Palma de Oro haciendo un alegato a favor de las salas de cine ¡ª¡±el futuro del cine est¨¢ exactamente en el mismo lugar en el que empez¨®: en una sala¡±¡ª y recordando a dos de sus h¨¦roes, Francis Ford Coppola y David Cronenberg, ambos este a?o en el concurso. Coppola fue adem¨¢s el encargado de darle durante la ceremonia de clausura la Palma de Honor a su amigo George Lucas, en un emotivo encuentro entre los dos veteranos cineastas.

El segundo galard¨®n en importancia, el Gran Premio del Jurado, fue para All We Imagine as Light, la primera pel¨ªcula india que concursa en 30 a?os en Cannes, y el segundo largometraje de la joven directora Payal Kapadia, que debut¨® en 2021 con otra joya, A Night of Knowing Nothing. Otra vez el jurado fue impecable. La historia de tres mujeres, dos de ellas compa?eras de piso, que trabajan como enfermeras en Mumbai es un precioso y delicado relato de sororidad y amistad. La manera en que Kapadia capta la vida de estas mujeres ¡ªen el hospital, en el transporte p¨²blico nocturno o en la casa¡ª muestra una intimidad que, alejada de clich¨¦s sobre su pa¨ªs, se abre a una mirada muy po¨¦tica, ¨ªntima y sensual. Kapadia es una cineasta mayor y Cannes lo ha confirmado este s¨¢bado.

El jurado tambi¨¦n otorg¨® un Premio Especial a Mohammad Rasoulof por The Seed of the Sacred Fig (La semilla del higo sagrado), un premio pol¨ªtico a una pel¨ªcula valiente, que desaf¨ªa a la teocracia iran¨ª a trav¨¦s de un drama familiar en el que tres mujeres, dos hijas y la madre, empiezan a tomar conciencia de la realidad a trav¨¦s de las revueltas que empezaron en 2022 por la muerte de la joven Masha Amini, golpeada y arrestada por llevar mal puesto el velo.

El premio al mejor director fue para el portugu¨¦s Miguel Gomes por Grand Tour, autor de este arrebatador e inolvidable viaje a Oriente que se merec¨ªa estar en el palmar¨¦s por su manera de moverse entre el azar y el tiempo con un misterio y una belleza al alcance de muy pocos. Grand Tour confirma al director de Tab¨² (2012) como un cineasta capital capaz de configurar un melanc¨®lico mundo propio, situado entre realidad y ficci¨®n, entre documento e imaginaci¨®n.

Emilia P¨¦rez, el narcomusical queer de Jacques Audiard, se llev¨® el Premio del Jurado y el Premio a Mejor Actriz para el conjunto de int¨¦rpretes femeninas de esta pel¨ªcula: la espa?ola Karla Sof¨ªa Gasc¨®n, Zoe Salda?a, Selena G¨®mez y Adriana Paz. El mejor actor fue Jesse Plemons por su magn¨ªfico trabajo en la vacua Kinds of Kindness. Mientras Plemons no asisti¨® a la ceremonia, Gasc¨®n ofreci¨® un volc¨¢nico y atropellado discurso en franc¨¦s y espa?ol. Le dedic¨® el premio, el primero en Cannes a una actriz trans, a su hija y a su mujer: ¡°Por aguantarme las locuras¡±. Tambi¨¦n: ¡°a todas las personas trans que sufrimos putadas todos los d¨ªas¡±. Y a?adi¨®: ¡°Ma?ana esta noticia estar¨¢ llena de comentarios de gente terrible diciendo cosas terribles de nosotras. Todos tenemos la oportunidad de cambiar a mejor. As¨ª que, a ver si cambi¨¢is, cabrones¡±.

La ceremonia arranc¨® con el galard¨®n al mejor gui¨®n para The Substance, la pel¨ªcula escrita y dirigida por la francesa Coralie Fargeat, que ha ideado una divertid¨ªsima pel¨ªcula de body horror y humor negro sobre el p¨¢nico a envejecer. Una revisi¨®n feminista de El retrato de Dorian Gray en la que la actriz Demi Moore lo da todo como una veterana estrella de Hollywood enfrentada a s¨ª misma.

Esta edici¨®n de Cannes, que ha subido puntos en las ¨²ltimas jornadas, quedar¨¢ en el recuerdo por un palmar¨¦s que hace bastante justicia a las pel¨ªculas del concurso. Una edici¨®n con grandes momentos, como el Napole¨®n restaurado de Abel Gance o el mediometraje de Leos Carax C¡¯est pas moi, que reflexionaba con esa mezcla suya de intensidad l¨ªrica y humor extra?o sobre qu¨¦ es el cine, su pasado y su futuro. En esta pieza que le encarg¨® el Centre Pompidou a Carax para un proyecto que acab¨® descartado, hay un momento que ser¨¢ dif¨ªcil olvidar. En ¨¦l, el cineasta habla de la importancia de pesta?ear, de fundir en negro nuestros ojos para as¨ª humedecerlos. Si se secan, se cegar¨ªan para siempre. Ese es el mal actual del cine, dice Carax, que las im¨¢genes ya no nos dejan respirar, est¨¢n ah¨ª, sin permitirnos pesta?ear, un aluvi¨®n que nos est¨¢ nublando la mirada. Por fortuna, Anora o Grand Tour son todo lo contrario: de esas pel¨ªculas que no imponen nada y vuelven a empezar en el momento en el que acaban.