Joana Mallwitz, directora de orquesta: ¡°La autoridad se consigue con el respeto mutuo¡±
La alemana es la persona m¨¢s joven en asumir una de las principales orquestas berlinesas, lanzar¨¢ su primer disco en DG en agosto y debutar¨¢ en Espa?a con la Orquesta Nacional en octubre
Con Joana Mallwitz (Hildesheim, 38 a?os) ya no es noticia que una mujer sea la directora de una gran orquesta. Es lo m¨¢s natural del mundo. Su extraordinaria capacidad sobre el podio nunca se ha visto ensombrecida por el sexismo. Y conf¨ªa en una sociedad donde la autoridad no est¨¢ re?ida con el respeto mutuo. No por casualidad, ha seguido el tradicional Ochsentour de tantos directores alemanes, como Herbert von Karajan, comenzando su carrera en teatros de provincias, como ?rfurt y N¨²remberg, antes de llegar a una de las principales orquestas de la capital berlinesa.
Su concierto inaugural como titular del Konzerthausorchester Berlin, a finales de agosto pasado, coincidi¨® con una intensa campa?a en vallas publicitarias por toda la capital berlinesa. Hablamos de la tercera gran orquesta de la ciudad alemana, tras la Filarm¨®nica y la Staatskapelle, donde ha sucedido a Christoph Eschenbach. Pero tambi¨¦n de la persona m¨¢s joven en asumir la direcci¨®n musical de una de las principales orquestas berlinesas, adem¨¢s de la primera mujer.
Mallwitz ha llegado a Berl¨ªn avalada por una s¨®lida trayectoria en Ertfurt y N¨²remberg, con producciones de calidad y nuevos formatos de concierto. Pero tambi¨¦n ha desembarcado en la capital alemana tras triunfar al frente de la Filarm¨®nica de Viena en el Festival de Salzburgo de 2020 o, m¨¢s recientemente, al frente de la Concertgebouw de ?msterdam.
En mayo de 2023 firm¨® como artista exclusiva de Deutsche Grammophon y lanzar¨¢ su primer disco, The Kurt Weill Album, el pr¨®ximo 2 de agosto. Pero su imagen puede verse ahora en muchos cines alemanes, tras el estreno de Joanna Mallwitz ¨C Momentum, un filme de G¨¹nter Atteln que narra los dos a?os anteriores a su llegada a Berl¨ªn. Y una pel¨ªcula que muestra la trastienda de su trabajo y su vida personal junto a su marido, el tenor Simon Bode, y el hijo de ambos que naci¨® en 2021.
Mallwitz atendi¨® a EL PA?S por zoom desde su despacho en el Konzerthaus berlin¨¦s. Un encuentro para comentar su pr¨®ximo lanzamiento discogr¨¢fico, y tambi¨¦n su debut, en octubre, al frente de la Orquesta Nacional de Espa?a. Pero donde la directora alemana habla, adem¨¢s, de su admiraci¨®n hacia Leonard Bernstein como director y divulgador musical, de c¨®mo los cambios en la sociedad se reflejan en su trabajo, de la capacidad comunicativa que precisa la direcci¨®n orquestal, de sus exitosos Conciertos de expedici¨®n con el p¨²blico berlin¨¦s, o de su parecido f¨ªsico con Cate Blanchett, la protagonista de T¨¢r. No ser¨ªa sorprendente que estemos ante la pr¨®xima titular de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn o la primera mujer en dirigir el Concierto de A?o Nuevo.
Pregunta. En su 13? cumplea?os le regalaron una partitura de la Sinfon¨ªa Inacabada, de Schubert, donde escribi¨® a l¨¢piz: ¡°Esta es mi primera partitura y, con suerte, tambi¨¦n la primera pieza que dirigir¨¦ alguna vez¡±. ?Ya sab¨ªa que ser¨ªa directora de orquesta?
Respuesta. Apenas sab¨ªa nada acerca de conciertos sinf¨®nicos o de direcci¨®n orquestal. Ni siquiera era consciente de que dirigir pudiera ser un trabajo. Tocaba el piano y el viol¨ªn desde muy peque?a, y no pertenec¨ªa a una familia de m¨²sicos. Pero con esa edad ingres¨¦ en un programa especial de la Universidad de M¨²sica de Hannover, donde tuve como compa?ero de clase al pianista Igor Levit, y pude desarrollar mi pasi¨®n. Trabajamos esa sinfon¨ªa de Schubert junto a otras partituras de Wagner y Stravinski. Y decid¨ª que dedicar¨ªa mi vida a estudiarlas. Entonces me dijeron que tendr¨ªa que aprender a dirigir. Y as¨ª empec¨¦.
P. ?Tuvo ¨ªdolos y modelos?
R. No ten¨ªa modelos, pues estaba empezando en este mundo. Pero recuerdo que cuando era adolescente nombraron a Simone Young directora en la ?pera Estatal de Hamburgo. Y saber que una mujer australiana vendr¨ªa a Alemania para dirigir todas las grandes ¨®peras fue muy inspirador para m¨ª. Ahora, pasado el tiempo, he llegado a conocerla y es una colega muy querida.
P. ?Y los tiene ahora?
R. Hay muchos m¨²sicos que admiro. Pero si tuviera que elegir un ¨ªdolo me quedar¨ªa con Leonard Bernstein. Le dar¨¦ tres razones. La primera es su capacidad como m¨²sico, pues fue un director, pero tambi¨¦n un pianista y adem¨¢s un compositor. La segunda es su estilo de direcci¨®n, que parece instintivo y espont¨¢neo, pero implica un profundo estudio de las partituras; la m¨²sica sale de su cabeza y llega a su cuerpo a trav¨¦s del coraz¨®n. Y la tercera es su forma de tratar de iguales a su p¨²blico, tanto a los ni?os como a los adultos, con esa capacidad para comunicar y transmitir su pasi¨®n por la m¨²sica.
P. ?C¨®mo ha cambiado la direcci¨®n orquestal desde Bernstein?
R. No creo que haya cambiado. La direcci¨®n orquestal consiste en lograr el mayor poder expresivo con autenticidad.
P. ?Y no aprecia cambios en las relaciones, por ejemplo, entre el director y los m¨²sicos?
R. S¨ª, pero lo que ha cambiado es nuestra sociedad. Ahora importa mucho la manera en que nos comunicamos y la autoridad se consigue con el respeto mutuo. Eso es muy positivo y ojal¨¢ prosiga. Pero dirigir una orquesta sigue siendo la manera m¨¢s r¨¢pida y compleja de comunicarse. Todo va muy deprisa y no puede reducirse a palabras. Debes tener una idea clara y disponer de m¨²sicos capaces para realizarla. Involucrarse completamente y dejar el ego a un lado. Abrirse a la energ¨ªa que te aporta una orquesta para poder gestionarla.
La direcci¨®n orquestal consiste en lograr el mayor poder expresivo con autenticidad¡±.
P. A usted tambi¨¦n le interesa ahondar en su relaci¨®n con el p¨²blico. Y ha desarrollado esta temporada, en Berl¨ªn, nuevos formatos de concierto, como los llamados Expeditionskonzerten (Conciertos de expedici¨®n). ?Cu¨¢l es su objetivo?
R. Los conciertos de expedici¨®n los empec¨¦ hace ya diez a?os en ?rfurt. Partieron de mi intenci¨®n de acompa?ar al p¨²blico, pues cada concierto pasamos por composiciones que podemos ver como una aventura y un viaje. Tambi¨¦n los hice en N¨²remberg y ahora los he tra¨ªdo a Berl¨ªn.
P. Hablamos de conciertos de una hora y media centrados en una obra muy conocida (la Sinfon¨ªa Italiana de Mendelssohn, La consagraci¨®n de la primavera de Stravinski, etc.), donde toca el piano, explica la m¨²sica e ilustra sus comentarios con la orquesta. Y, al final, interpreta completa la obra explicada.
R. Es una forma de combatir el miedo que tienen algunas personas a venir a una sala de conciertos. Piensan que no saben lo suficiente, que no podr¨¢n valorar lo que van a escuchar. Pero no tienen que saber nada, tan solo venir y dejarse llevar por la m¨²sica. Aspiro a que nuestro p¨²blico sea m¨¢s curioso y abierto a la experimentaci¨®n. Tenemos un mont¨®n de nuevos espectadores, pero tambi¨¦n vienen los habituales que de alguna manera descubren algo diferente.
P. Como directora de tradici¨®n germana, me sorprende que nunca haya dirigido una sinfon¨ªa de Anton Bruckner.
R. Necesito sentir que es el momento correcto para cada obra. Y con Bruckner todav¨ªa no me ha pasado. Quiz¨¢ suceda en el futuro. No descarto nada.
P. Pero tengo entendido que una de las partituras que m¨¢s ha estudiado es la ¨®pera Trist¨¢n e Isolda, de Richard Wagner, que tampoco ha dirigido nunca.
R. La estudi¨¦ d¨ªa y noche sin descanso. Y fue como un dulce envenenado que no pod¨ªa parar de comer. Me gustar¨ªa dirigirla dentro de algunos a?os cuando tenga una vida m¨¢s relajada, pues esta pieza es un monstruo. Te vuelve irracionalmente loca.
P. Ha centrado su debut discogr¨¢fico en Deutsche Grammophon en las composiciones m¨¢s berlinesas y europeas de Kurt Weill, con sus dos sinfon¨ªas y Los siete pecados capitales, su ¨²ltima colaboraci¨®n con Bertolt Brecht. ?Qu¨¦ le atrae de la m¨²sica de Weill?
R. Weill ha conseguido algo reservado a los grandes compositores: tener un sonido reconocible. Cualquier cosa suya que escuches tiene un borde armonico y una articulaci¨®n inconfundibles. Pero tambi¨¦n es una m¨²sica ¨¢spera y honesta que representa la rapidez, modernidad y melancol¨ªa del Berl¨ªn de la Rep¨²blica de Weimar, con ese trauma reciente de la Primera Guerra Mundial y la sensaci¨®n de lo que vendr¨ªa despu¨¦s. Se puede comprobar en el primer movimiento de la Sinfon¨ªa n¨²m. 2, que es una obra maestra, donde escuchamos esas l¨ªneas cantables con ritmos afilados por debajo donde las notas parecen tener dientes.
P. La pr¨®xima temporada tendr¨¢ varios debuts importantes, como la Metropolitan Opera de Nueva York o la Filarm¨®nica de Berl¨ªn. Pero tambi¨¦n, en octubre, con la Orquesta Nacional de Espa?a, donde dirigir¨¢ un programa similar al de Berl¨ªn con la obertura de Guerra y Paz, de Prokofiev, la sinfon¨ªa de Mat¨ªas el pintor, de Hindemith, y La valse, de Ravel. ?Qu¨¦ conexi¨®n tienen estas piezas?
R. Son obras donde la historia y la sociedad se reflejan en el arte. En la sinfon¨ªa de Hindemith aparece el artista frente a la represi¨®n y en Ravel las traum¨¢ticas experiencias de la guerra. En Prokofiev el tema es el mismo. Me interesa apelar al poder m¨¢gico de la m¨²sica para guiarnos en tiempos dif¨ªciles y acercar al p¨²blico a emociones de diferentes ¨¦pocas, ya sean de 100 o 200 a?os atr¨¢s o incluso con el futuro. Son tres obras que conectan personas y cuentan historia sobre personas.
Me interesa apelar al poder m¨¢gico de la m¨²sica para guiarnos en tiempos dif¨ªciles y acercar al p¨²blico a emociones de diferentes ¨¦pocas, ya sean de 100 o 200 a?os atr¨¢s o incluso con el futuro¡±.
P. Esta temporada ha pasado desde N¨²remberg a Berl¨ªn, como titular de la Konzerthausorchester, una ciudad con siete grandes orquestas y tres teatros de ¨®pera, donde trabajan colegas como Kirill Petrenko y Christian Thielemann. ?C¨®mo ha sido el cambio y qu¨¦ relaci¨®n tiene con sus colegas?
R. Me encanta estar en Berl¨ªn, y participar un poco en su incre¨ªble vida musical. Es una ciudad maravillosa donde tienes cosas ¨²nicas y tambi¨¦n mucho donde elegir. Y conozco personalmente tanto a Petrenko como a Thielemann y los admiro mucho. He estado en conciertos de ambos y cuando Petrenko dirig¨ªa la ?pera Estatal de Baviera fui muchas veces a ver sus ensayos.
P. Ha confesado que es usted una persona muy privada a la que intimida una sala llena de gente. Pero su trabajo le ha llevado a una importante exposici¨®n p¨²blica. Comenz¨® esta temporada apareciendo en vallas publicitarias por todo Berl¨ªn y el documental que ha filmado G¨¹nter Atteln sobre usted se exhibe en decenas de cines de toda Alemania. ?C¨®mo compagina algo as¨ª?
R. Siempre es estresante la exposici¨®n p¨²blica, pues soy una persona de naturaleza introvertida y reflexiva. Pero eso es bueno para una directora de orquesta. Mi labor principal consiste en estudiar partituras en soledad, leo m¨²sica durante muchas horas en silencio y todo sucede dentro de mi cabeza. Y, al mismo tiempo, mi trabajo implica estar en espacios enormes con muchas personas. Pero me ayuda mucho la energ¨ªa del p¨²blico. Intento interiorizarla y trato de conectarla con la m¨²sica. Es una experiencia incre¨ªble, pero al final siempre termino agotada.
P. ?Ha visto el documental?
R. S¨ª, por supuesto. G¨¹nter Atteln es un director de cine que conozco bien y conf¨ªo mucho en su trabajo. Por eso ha sido posible que me acompa?ara durante tres a?os con su c¨¢mara.
P. ?Y la pel¨ªcula T¨¢r? A comienzos de la temporada, las comparaciones (completamente err¨®neas desde mi punto de vista) entre usted y la protagonista del filme de Todd Field fueron muy numerosas.
R. Cate Blanchett me parece una gran actriz y siempre me han dicho que nos parecemos un poco en el pelo. Pero no he podido ver todav¨ªa la pel¨ªcula.
Babelia
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