¡®Gladiator 2¡¯: los rinocerontes en la arena demostraban el poder de Roma sobre el mundo
Estos animales, africanos o asi¨¢ticos, pudieron ser vistos a menudo en el Coliseo, en batallas contra toros o abatidos por el emperador C¨®modo
Los emperadores romanos se dedicaron a trasladar dos cosas a lo largo de miles de kil¨®metros solo para demostrar que no hab¨ªa nada imposible para su poder: obeliscos egipcios, que pesaban toneladas, y animales ex¨®ticos tan grandes como elefantes y tan feroces como leones o tigres, capturados en ?frica o la India. En primer tr¨¢iler de Gladiator 2, que se difundi¨® esta semana aunque la pel¨ªcula no se estrena hasta el 22 de noviembre, aparece un rinoceronte en el Coliseo, un animal bastante com¨²n en los violentos espect¨¢culos circenses con los que los emperadores deleitaban al pueblo y con los que, sobre todo, pretend¨ªan demostrar la capacidad de Roma para dominar el mundo.
El d¨ªa en que el emperador mat¨® un rinoceronte se titula el libro de Jerry Toner, que ha publicado recientemente Siruela en traducci¨®n de Victoria Le¨®n, en el que el profesor de cl¨¢sicas de Cambridge relata las claves para entender el circo romano. La secuencia del tr¨¢iler ¡ªque parece una r¨¦plica de la batalla de la primera parte, en la que M¨¢ximo encabeza a un grupo de gladiadores que se enfrentan a un rival mucho m¨¢s poderoso¡ª muestra a un gigantesco rinoceronte entrando en la arena ante un grupo de convictos, l¨®gicamente atemorizados ante la magnitud de la bestia, sobre la que aparece otro gladiador subido.
¡°La presencia de un rinoceronte era lo que aseguraba la grandeza de los juegos¡±, escribe Toner en su ensayo. Relata que Pompeyo Magno ofreci¨® un ejemplar en sus juegos del a?o 55 antes de nuestra era y que ¡°el emperador Tito hab¨ªa llevado un rinoceronte a los juegos con los que celebr¨® la inauguraci¨®n del Coliseo, en el a?o 80¡å. El animal, al principio, se qued¨® paralizado, pero luego carg¨® de manera brutal contra un toro, que lanz¨® al aire entre los aplausos de una multitud anonadada. Augusto tambi¨¦n mostr¨® uno en los juegos del a?o 29, celebrados en honor a Julio C¨¦sar. Pero el rinoceronte m¨¢s famoso fue el que trajo C¨®modo, el emperador psic¨®pata, obsesionado con los juegos, y el malo del primer Gladiator de Ridley Scott.
¡°Los l¨ªderes romanos parecen haber tenido fijaci¨®n por matar animales ex¨®ticos¡±, escribe Toner. ¡°Con una piel de casi cinco cent¨ªmetros de grosor en algunos lugares, un rinoceronte no es un animal que resulte f¨¢cil de matar ni siquiera con un rifle moderno. Imaginemos la cantidad de flechas o lanzas o la ayuda de otros que C¨®modo debi¨® de necesitar para abatir a la pobre bestia¡±.
Si ahora ver un rinoceronte en un zoo, por no hablar de un ejemplar en libertad, resulta inolvidable, es dif¨ªcil imaginarse la impresi¨®n que deb¨ªa causar en el p¨²blico romano, pese a que su presencia en los mosaicos fuese bastante habitual. No era, en absoluto, un animal desconocido, pero ten¨ªa algo de criatura m¨ªtica. Marcial, el poeta sat¨ªrico romano del primer siglo de nuestra era, le dedic¨® los siguientes versos en El libro de los espect¨¢culos: ¡°C¨¦sar, la arena ocupaba / el rinoceronte armado / y, aunque por fuerte estimado, / nunca tanto se esperaba: / ?oh, / cu¨¢n terrible se altera, / y en sus iras arde el fuego / haciendo del toro juego / como si pelota fuera!¡± (edici¨®n de V¨ªctor Su¨¢rez Capalleja).
Una investigadora espa?ola, Mar¨ªa Engracia Mu?oz-Santos, ha publicado uno de los estudios m¨¢s completos sobre este tema, Animales in Harena. Los animales ex¨®ticos en los espect¨¢culos romanos (Confluencias). ¡°Seg¨²n Plinio, los animales con un cuerno, refiri¨¦ndose a los rinocerontes, ¡®eran vistos frecuentemente¡¯, as¨ª que podemos deducir que los ejemplares asi¨¢ticos eran bastante utilizados en los espect¨¢culos¡±, escribe esta investigadora valenciana.
Sin embargo, el animal que aparece en Gladiator 2 es claramente africano, que se distingue de sus parientes asi¨¢ticos por la presencia de dos cuernos. Mu?oz-Santos se?ala que los primeros ejemplares de esta especie de los que hay constancia en Roma se remontan a la ¨¦poca de Domiciano (81-96), el ¨²ltimo de los miembros de la dinast¨ªa Flavia a la que siguieron los Antoninos, la dinast¨ªa que protagoniza Gladiator 2: C¨®modo fue su ¨²ltimo representante. Tras la guerra civil del llamado A?o de los cinco emperadores, en 193, lleg¨® al poder la dinast¨ªa Severa, a la que pertenecen los emperadores Geta y Caracala, que tendr¨¢n un papel importante en Gladiator 2.
El problema no resid¨ªa solo en matar o en manejar en el circo a un rinoceronte, sino en capturarlo en una ¨¦poca en la que no exist¨ªan dardos tranquilizantes. ¡°De todas estas manifestaciones art¨ªsticas, los mosaicos son los que quiz¨¢s nos ofrezcan una mayor informaci¨®n sobre la fase de captura del animal¡±, escribe la investigadora. El apresamiento comenzaba seguramente con un encargo para organizar un espect¨¢culo por parte de alguien poderoso y los cazadores eran una combinaci¨®n de nativos y legionarios. ¡°Hay evidencias de la participaci¨®n de soldados romanos. Probablemente, se tratase de parte del deber de un soldado o de su formaci¨®n¡±.
Se utilizaban seguramente redes y diferentes trampas o, en el caso de los felinos, se llenaban charcos con vino para emborracharlos. Para cualquiera que haya visto Hatari!, la pel¨ªcula de Howard Hawks sobre un grupo de aventureros que viven de atrapar animales para un zoo, la captura de un rinoceronte en la antig¨¹edad se antoja como un trabajo entre ¨¦pico y suicida.
M¨¢s all¨¢ de la violencia
Pero todo este esfuerzo ten¨ªa un sentido que iba mucho m¨¢s all¨¢ de la violencia y el espect¨¢culo. Adem¨¢s, no todo el mundo disfrutaba de la brutalidad de los juegos: emperadores como Marco Aurelio y fil¨®sofos como S¨¦neca no dudaron en mostrar su desagrado ante la salvajada de lo que ocurr¨ªa en la arena. Mary Beard escribe en su ¨²ltimo ensayo, Emperador de Roma (Cr¨ªtica, Traducci¨®n de Silvia Furi¨®), que ¡°los animales m¨¢s raros y m¨¢s notorios que se exhib¨ªan evocaban los lugares m¨¢s rec¨®nditos y peligrosos del mundo natural, que Roma estaba destinada (c¨®mo sin duda cre¨ªan muchos de los presentes en el p¨²blico) a conquistar o domesticar¡±. ¡°Por m¨¢s placer visceral y personal que pudieran sentir, o no, los espectadores ante la violencia, las actuaciones operaban tambi¨¦n como met¨¢fora del poder romano. Por el simple hecho de estar sentados con vestimenta formal presenciando el espect¨¢culo, los asistentes experimentaban el dominio de Roma y de los romanos y se sent¨ªan part¨ªcipes del poder¡±, agrega la c¨¦lebre experta en la antigua Roma, autora tambi¨¦n de un libro sobre el Coliseo.
Los juegos, como todo en la antigua Roma, eran una cuesti¨®n de poder. Y dominar una criatura como un rinoceronte era la expresi¨®n m¨¢xima de lo que Roma pod¨ªa hacer con cualquier pueblo que se cruzase en su camino. Mientras tanto, tendremos que esperar a noviembre para ver como acaba la nueva batalla campal en el Coliseo.
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