Carme Chaparro: ¡°Me daba pavor volver a la televisi¨®n y que me viesen como una se?ora¡±
Su personalidad arrolladora camufla algunos miedos irracionales y profundos. La escritora reflexiona sobre los prejuicios de la ¨¦lite literaria, la sororidad en el trabajo, el sensacionalismo o la autoexigencia: ¡°Evaluarse todo el rato agota mentalmente¡±
Es el primer d¨ªa que se enfunda en unos vaqueros ce?idos, con la camisa por dentro, desde que volvi¨® a presentar. Tras dos a?os desaparecida de la pantalla de Telecinco, Carme Chaparro (Salamanca, 51 a?os) hab¨ªa pospuesto este momento por miedo. Terror a que los espectadores la notasen diferente por haber engordado unos kilos. La menopausia de la que tan poco se habla. Pero, muchas veces, es ella quien se escudri?a, se critica y se boicotea injustamente. Secuelas del acoso escolar que sufri¨® cuando ten¨ªa la edad de sus hijas. En pie desde las tres de la madrugada para preparar el informativo matinal y con el port¨¢til siempre bajo el brazo, vuelca estos y otros miedos en los protagonistas de sus novelas. La ¨²ltima, el thriller Castigo (Espasa, 2024).
Pregunta. Periodista, escritora superventas, madre... Y ahora, por si fuera poco, acaba de terminar un m¨¢ster sobre inteligencia artificial generativa.
Respuesta. Ten¨ªa muchas ganas de hacerlo porque me fascinan la ciencia, el espacio, la f¨ªsica... Lo que m¨¢s me jode de morirme es no saber qu¨¦ depara el futuro a la humanidad. El m¨¢ster me ha dado muchas ideas para mi siguiente novela. Creo que necesito comprender el mundo porque si no me ahogo. Soy muy agon¨ªas, me agobio mucho, pero al nivel de que me entran v¨®mitos y todo.
P. ?Tantos temores tiene?
R. Ya no tantos, pero me arrepiento de no haber sabido pasar estos ¨²ltimos a?os sin miedo. Por estad¨ªstica me queda menos por vivir de lo que ya he vivido, pero, desde que tengo perro, soy m¨¢s feliz. Me obliga a salir sin un prop¨®sito. Pasear solo por pasear. El placer por el placer. Descansar por descansar. Me da tranquilidad y me ha hecho ver las cosas de otra forma.
P. Hay comunicadores que, en los ¨²ltimos a?os, han tenido que alejarse de la televisi¨®n...
R. S¨ª, pero muy poca gente es tan valiente como para dejarlo porque engancha mucho estar delante de la c¨¢mara. Es muy complicado decir: ¡°Hasta aqu¨ª, me planto, lo dejo, ya no puedo m¨¢s¡±.
P. ?Somos periodistas porque buscamos que nos quieran?
R. Tiene mucho que ver con eso. No lo hab¨ªa pensado nunca, pero es as¨ª. Yo sufr¨ª acoso escolar y era del grupo de los marginados. Toda la vida he arrastrado la sensaci¨®n de querer agradar. Estoy todo el rato evalu¨¢ndome, pensando si le estar¨¦ gustando a la persona que tengo enfrente, si caer¨¦ bien... Y eso agota mentalmente. Creo que tiene que ver con lo que me pas¨® en el colegio. Salir por la tele hace que me sienta m¨¢s querida y no deber¨ªa ser as¨ª.
Sufr¨ª acoso escolar y toda la vida he arrastrado la sensaci¨®n de querer agradar¡±
P. ?Siente tambi¨¦n la presi¨®n est¨¦tica?
R. En estos dos a?os, he engordado m¨¢s de 10 kilos, pero una buena amiga de la tele me dijo: ¡°Qu¨ªtatelo de una vez de la cabeza. Eres tu profesionalidad, tu criterio y la manera en la que miras a los ojos al espectador. Si te vas a agobiar, no te mires¡±. Y he decidido que no quiero que el realizador me pinche en el monitor antes del directo. Ha sido la manera de conseguir la confianza que necesitaba para volver a hacer pantalla. Me daba pavor volver a televisi¨®n y que el p¨²blico dijera: ¡°?Se ha convertido en una se?ora de repente!¡± [Suena el m¨®vil, lo coge y manda un audio en catal¨¢n a su hija Laia]. Perd¨®n, ?por d¨®nde ¨ªbamos?
P. La presi¨®n est¨¦tica...
R. Ah, s¨ª. La presi¨®n est¨¦tica. Al final, nos la metemos nosotras mismas porque somos as¨ª de gilipollas. Yo no soy mi peso, soy c¨®mo le cuento las noticias a la gente. Pero creo que no me hubiera atrevido si no hubiese sido por esta compa?era que me puso las pilas bien puestas.
P. En la novela acu?a el concepto pormihuevismo para definir la intransigencia de algunos hombres que ocupan puestos de responsabilidad. En televisi¨®n, ?mejor ellas o ellos liderando equipos?
R. Hay jefas mujeres horribles y jefes hombres horribles, pero es cierto que solo una mujer puede entender esos procesos internos e inseguridades sobre el f¨ªsico, como me ha pasado a m¨ª. Entre nosotras cada vez nos da menos verg¨¹enza exhibir esa conexi¨®n que antes pens¨¢bamos que nos hac¨ªa d¨¦biles.
P. ?Por qu¨¦ ha renunciado a ser jefa?
R. Porque implica tener que re?ir, tomar decisiones complicadas, despedir a alguien o ponerle en un horario chungo... Y yo me muero. No podr¨ªa. Gestiono muy mal los conflictos y no me gusta nada discutir.
P. Otra sombra del acoso escolar...
R. S¨ª, ese bajar la cabeza... Puede ser. La infancia es cuando los cerebros se moldean.
Entre las mujeres cada vez nos da menos verg¨¹enza exhibir esa conexi¨®n que antes pens¨¢bamos que nos hac¨ªa d¨¦biles¡±
P. La protagonista de Castigo, Berta, es la presentadora de un exitoso programa que desoye lo que le dicen por el pinganillo y se planta contra el sensacionalismo... ?Y esa autocr¨ªtica?
R. Porque los periodistas nos equivocamos y vamos aprendiendo. A veces, por las prisas, hay cosas que podr¨ªan ser mejorables. En informativos intentamos ir con mucho tacto y no incluir detalles innecesarios o que puedan hacer da?o a los familiares de las v¨ªctimas.
P. ?No la han mirado raro por los pasillos de Mediaset?
R. De momento, no. ?No me han querido asesinar! [suelta una carcajada]. Pero, pongo una mano en el fuego por mis compa?eros que hacen sucesos en los programas. Porque si contaran todo lo que saben, entonces, la gente s¨ª que dir¨ªa: ¡°?Vaya morbo!¡±.
P. En el libro, tambi¨¦n hace un homenaje al Caso Wanninkhof. Un crimen que se convirti¨® en un circo medi¨¢tico por el tratamiento que se le dio...
R. Fue un caso tremendo, de una misoginia horrorosa. Yo estaba en la redacci¨®n el d¨ªa en el que nos enteramos de qui¨¦n hab¨ªa sido el verdadero asesino de Roc¨ªo Wanninkhof. Recuerdo el momento de conmoci¨®n entre los compa?eros. Nos preguntamos: ¡°?Qu¨¦ hemos estado haciendo? ?C¨®mo hemos puesto tan r¨¢pido a esta mujer [Dolores V¨¢zquez] en la picota?¡±.
P. ?Nunca le han ofrecido irse a otra cadena?
R. S¨ª, una vez hace a?os y dije que no. Era un proyecto muy ambicioso...
P. ?Y por qu¨¦ volvi¨®, otra vez, a renunciar?
R. Me qued¨¦ por miedo.
P. ?De verdad?
R. S¨ª, es as¨ª. Podr¨ªa decirte una milonga, pero no. Me qued¨¦ por miedo a hacer algo que no ten¨ªa nada que ver con lo que hac¨ªa, por miedo a cambiar a una empresa nueva... Por miedo al fracaso.
P. Sin embargo, en pocos a?os, ha pasado de ser una presentadora que escribe libros a una de las autoras de thriller m¨¢s vendidas...
R. ?Ha sido un boom! En las colas de las firmas, hablan de m¨ª como escritora y no como presentadora. La gente me valora por las novelas y no solo compran el libro por ser una cara conocida. Los lectores son muy listos. No se gastan el dinero as¨ª como as¨ª.
Hay una cultura elitista que prejuzga tu novela por ser presentadora¡±
P. ?Merece la pena o ser conocida dificulta que la tomen en serio?
R. Cuando publicas la primera novela hace el proceso m¨¢s f¨¢cil, pero todav¨ªa hay una cierta cultura elitista que, por el prejuicio de salir en televisi¨®n, prejuzgan tu novela sin haberla le¨ªdo.
P. ?Se?oros del mundillo literario?
R. S¨ª, la llamada ¡°prosa cipotuda¡±. F¨ªjate, despu¨¦s de ganar el Premio Primavera de Novela en 2017, en la fiesta de presentaci¨®n, me viene un escritor mayor y me dice: ¡°Si quieres que te tomen en serio en esto de la novela negra, no te puedes arreglar tanto¡±. Llevaba una copa de vino blanco y me dieron ganas de tir¨¢rsela encima, pero no quise arruinarle la fiesta a mi familia y a mis amigos. Lo dej¨¦ pasar.
En las colas de las firmas hablan de m¨ª como escritora y no como presentadora¡±
P. ?D¨®nde encuentra inspiraci¨®n para imaginar formas de matar tan truculentas?
R. Como periodista tengo muchas fuentes y las llamo cuando necesito determinados detalles porque escribo a lo loco y sin guion. Un m¨¦dico, una amiga polic¨ªa... [Despu¨¦s de la entrevista viene a buscarla esa amiga, experta en psicolog¨ªa criminal]. Pero, tambi¨¦n, me inspiran libros o documentales. Lo voy anotando todo y luego lo recupero.
La inteligencia artificial es como los psic¨®patas, no tiene empat¨ªa¡±
P. En los ¨²ltimos meses, se han viralizado deepfakes (v¨ªdeos falsos generados con inteligencia artificial) de periodistas como Pedro Piqueras o Jos¨¦ Ribagorda. ?Le preocupa?
R. S¨ª, es un gran problema. Porque a m¨ª me pueden sacar diciendo una barbaridad que puede da?ar mi reputaci¨®n, pero ?y si sacan a Putin diciendo una barbaridad que tenga consecuencias pol¨ªticas? Hace falta una legislaci¨®n urgente, pero en la Uni¨®n Europea tenemos suerte porque es muy proteccionista con sus ciudadanos.
P. ?La inteligencia artificial sustituir¨¢ alg¨²n d¨ªa a los presentadores?
R. Yo creo que no. Ni a los presentadores, ni a los periodistas, ni a los pintores. Porque la inteligencia artificial es como los psic¨®patas. No tiene empat¨ªa, no tiene manos, no tiene piel, no besa, no sufre cuando le han roto el coraz¨®n. Y, por lo tanto, no puede entender los sentimientos de los humanos. Por eso nunca va a poder reemplazar a una persona que hable, que escriba un libro, que est¨¦ al otro lado del tel¨¦fono¡ porque eso se hace con la emoci¨®n.
P. Dec¨ªa antes que le obsesiona el futuro... ?Qu¨¦ tiene preparado para Carme Chaparro?
R. Me gustar¨ªa seguir teniendo esta imaginaci¨®n. ?ltimamente, me defino como cuentista porque me gusta contar historias reales y de ficci¨®n. ?El futuro? No s¨¦. No puedo manejar hasta cu¨¢ndo seguir¨¦ haciendo pantalla en televisi¨®n porque no es una decisi¨®n que dependa de m¨ª, pero s¨ª puedo manejar hasta cu¨¢ndo seguir¨¦ escribiendo libros. No me puedo quejar. Siempre digo: ¡°Virgencita, virgencita, que me quede como estoy¡±.
Babelia
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