Jorge Losana, tenor: ¡°Para cantar polifon¨ªa, hace falta una gran vocaci¨®n de trabajo en grupo¡±
El conjunto Cantor¨ªa, dirigido y fundado por el joven cantante espa?ol, ha sido elegido como residente del Festival de M¨²sica Antigua de Utrecht, que comienza hoy y en el que ofrecer¨¢n tres conciertos con diferentes repertorios
Menudo, vivaz, entusiasta, de mente r¨¢pida en las respuestas y con todos los visos de ser hiperactivo, Jorge Losana (Murcia, 37 a?os) ha conseguido algo que ni siquiera un optimista como ¨¦l podr¨ªa haber imaginado. Despu¨¦s de debutar el a?o pasado en el Festival de M¨²sica Antigua de Utrecht, el m¨¢s prestigioso de su especialidad, con un programa dedicado a las Ensaladas de Mateo Flecha que cosech¨® un rotundo ¨¦xito, su grupo Cantor¨ªa va a reaparecer pocos meses despu¨¦s ¨Cy por partida triple¨C en el festival neerland¨¦s como conjunto residente, un privilegio al alcance de pocos.
Como cab¨ªa prever, sus comienzos fueron completamente diferentes de los de un tenor oper¨ªstico al uso: ¡°Desde peque?o me ha atra¨ªdo mucho el canto. Tengo v¨ªdeos con tres a?os haciendo escalas mientras jugaba con dinosaurios, y eso que en mi familia no hab¨ªa ning¨²n m¨²sico profesional ni se escuchaba m¨²sica cl¨¢sica, aunque s¨ª que se cantaba mucho en fiestas con la guitarra. Yo me sent¨ªa muy atra¨ªdo por el mundo de los coros, de las voces conjuntadas: formaba coros en Navidad con mi familia, en el colegio con mis amigos y estaba muy involucrado en los coros parroquiales. Estuve cantando much¨ªsimos a?os las canciones de misa con la guitarra y despu¨¦s la inquietud creci¨® y busqu¨¦ otros coros en la ciudad que interpretaran m¨²sica coral en todos los estilos. En el instituto form¨¦ mi primer coro ¡®oficial¡¯ y comenc¨¦ a acudir a cursos de verano antes de irme a estudiar Direcci¨®n de Coro a Alemania, aunque creo que el punto de inflexi¨®n para decidir dedicarme a esto fue mi experiencia en Taiz¨¦, una comunidad ecum¨¦nica de Francia a la que acuden j¨®venes de todas las nacionalidades y diversas creencias, en la que el canto es fundamental y con la que todav¨ªa colaboro. Cantando con gente joven de tantos pa¨ªses descubr¨ª lo que pod¨ªa significar la m¨²sica: unir a tantas personas y descubrir las emociones y la conexi¨®n especial entre sus voces, creando, con acordes y melod¨ªas, algo que trascend¨ªa la mera m¨²sica para significar mucho m¨¢s. La experiencia me dej¨® huella y con 18 a?os me fui a Mannheim a estudiar Direcci¨®n de Coro y, despu¨¦s, tambi¨¦n de orquesta¡±.
La llamada de la m¨²sica antigua, sin embargo, no tardar¨ªa en llegar: ¡°Quer¨ªa comenzar una carrera como director, pero me di cuenta de que el mundo de los coros sinf¨®nicos y la m¨²sica orquestal no estaba hecho para m¨ª, al menos en aquel momento. Me costaba trabajar con grupos formados por tantas personas con objetivos vitales y art¨ªsticos tan distintos, con unos tiempos de ensayo tan ajustados que no permit¨ªan ahondar en la m¨²sica como yo quer¨ªa. En Murcia hab¨ªa un coro aficionado de mucho nivel, Ars Mvsica, formado por aut¨¦nticos apasionados de la m¨²sica antigua. Al principio me pareci¨® algo muy lejano, personas con gustos muy extra?os, ya que yo estaba m¨¢s centrado en la m¨²sica coral rom¨¢ntica y contempor¨¢nea e, incluso, en el g¨®spel y la m¨²sica africana con la Coral de la Universidad de Murcia, que dirig¨ª durante a?os, pero poco a poco fueron descubri¨¦ndome la m¨²sica antigua. Un verano acud¨ª con algunos de ellos al famoso Curso de M¨²sica Antigua de Daroca, de donde han surgido much¨ªsimas vocaciones en nuestro pa¨ªs. All¨ª descubr¨ª no solo a Monteverdi y el Renacimiento espa?ol, que me fascin¨®, sino tambi¨¦n que la m¨²sica antigua permit¨ªa interpretaciones distintas, ¨²nicas y personales, aunque relacionadas con la historia y la investigaci¨®n. Adem¨¢s, trabajar en grupos m¨¢s peque?os dejaba espacio para una conexi¨®n m¨¢s personal, un estilo de hacer m¨²sica que se acercaba m¨¢s a lo que yo hab¨ªa vivido en Taiz¨¦ y que quer¨ªa vivir en mi d¨ªa a d¨ªa¡±.
Y pronto, claro, surgieron los modelos y las metas: ¡°Me pas¨¦ todo ese verano escuchando una y otra vez las V¨ªsperas de Monteverdi en la versi¨®n de Rinaldo Alessandrini y as¨ª es como, poco a poco, termin¨¦ adentr¨¢ndome en el mundo de la m¨²sica antigua hasta acabar especializ¨¢ndome en la ESMUC de Barcelona y la Schola Cantorum Basiliensis. Del mundo de la interpretaci¨®n hist¨®rica me interesa la posibilidad de acercarse e intentar entender y aprender de la historia, conocer la manera de pensar de entonces e intentar empatizar con la manera de sentir del pasado, pero sin quedarme solo en la contemplaci¨®n o su recreaci¨®n, sino tambi¨¦n traerla y adaptarla al presente: tener en cuenta qui¨¦nes somos, para qui¨¦n actuamos, qu¨¦ nos preocupa y qu¨¦ efecto puede tener hoy d¨ªa devolver ese pasado a la vida. Me muevo siempre en el dif¨ªcil equilibrio entre conocer y preservar el pasado al tiempo que intento darle sentido en nuestros d¨ªas, actualizarlo, hacer que resuene y que tenga impacto en la gente que lo escucha y en la sociedad de hoy¡±.
Si se habla de m¨²sica antigua espa?ola, enseguida acaba uno top¨¢ndose con uno de sus mayores misterios: el hecho de que nuestro patrimonio musical de mayor calidad (la polifon¨ªa renacentista) haya estado, y siga estando, desatendido por los int¨¦rpretes. Preguntado por las claves para entender este contrasentido, Losana aventura sus propias hip¨®tesis: ¡°En primer lugar, creo que, para cantar polifon¨ªa, hace falta una gran vocaci¨®n de trabajo en grupo. Primar el bien com¨²n sobre las voces individuales, las interpretaciones personalistas y las necesidades de cada uno, sin olvidar que todos los elementos del grupo son indispensables para que el resultado sea afinado, unificado e interesante art¨ªstica y comunicativamente. Es un trabajo que requiere mucho tiempo, mucha atenci¨®n y mucha empat¨ªa y, muy a menudo, los cantantes que estudian en los conservatorios tienen una vocaci¨®n de solistas o no quieren emprender esa b¨²squeda hacia lo grupal. Una segunda raz¨®n ser¨ªa, al igual que pasa en Italia, la poca atenci¨®n y el escaso presupuesto que dedican los teatros, los programadores y las instituciones p¨²blicas a nuestro patrimonio renacentista. Es mucho m¨¢s c¨®modo (y lucrativo) vivir como cantante de ¨®pera en los grandes teatros, que tienen enormes presupuestos, que siendo integrante de un grupo de polifon¨ªa. Es extremadamente dif¨ªcil en Espa?a vivir de la m¨²sica vocal si no es como solista, al contrario de lo que sucede en pa¨ªses como B¨¦lgica, Pa¨ªses Bajos, Alemania o Reino Unido. Y es realmente una pena, porque la polifon¨ªa renacentista espa?ola es uno de los grandes tesoros de nuestra cultura, fue ampliamente reconocido en el siglo XVI en toda Europa y a¨²n hoy lo es tambi¨¦n mucho m¨¢s fuera que dentro de nuestro pa¨ªs¡±.
M¨¢s all¨¢ de aspectos sociol¨®gicos, Losana tambi¨¦n se explaya en aspectos t¨¦cnicos: ¡°Este tipo de m¨²sica requiere una vocalidad muy diferente a la de la ¨®pera o el Lied, a veces dif¨ªcil de combinar (solo, quiz¨¢, tras mucho esfuerzo) con el bel canto o el canto l¨ªrico. En Cantor¨ªa estamos intentando encontrar una manera de cantar sana y m¨¢s cercana a la voz hablada o voz natural, no tan ¡®fabricada¡¯ como es la voz de la ¨®pera. Buscamos una t¨¦cnica que d¨¦ lo mejor de nuestras voces y que nos permita afrontar distintos repertorios, pero que mantenga el sonido caracter¨ªstico de cada voz con sus propios matices. En la m¨²sica antigua, al igual que sucede con los instrumentos hist¨®ricos, cada voz tiene un color, un sonido y una personalidad diferentes, y esto nos abre un universo nuevo, lleno de diversidad y originalidad¡±.
Tradicionalmente, los mejores abogados de nuestra polifon¨ªa, tanto musicol¨®gica como interpretativamente, han sido los brit¨¢nicos. Cuando se le anima a valorar su contribuci¨®n, a Losana no le duelen prendas en reconocer que ¡°fueron ellos quienes devolvieron a la vida, y en ocasiones salvaron, la m¨²sica conservada en muchos de los archivos de las catedrales espa?olas, poniendo nuestra m¨²sica en el mapa e interpret¨¢ndola con unas altas cotas de calidad que los grupos espa?oles todav¨ªa no pod¨ªan alcanzar. A m¨ª, de peque?o, me influy¨® mucho escuchar sus discos e ir a los conciertos que ofrecieron en Murcia grupos como el Hilliard Ensemble, los Tallis Scholars o asistir a los cursos de verano con Harry Christophers (el fundador de The Sixteen). A pesar de este papel fundamental, sus discos y sus interpretaciones me llegaban siempre como una m¨²sica muy lejana, plat¨®nica de alguna manera, con sonidos ideales, armon¨ªas perfectas y voces celestiales, que quedaban muy lejos de mi manera de sentir, de hablar y de entender la m¨²sica. En Cantor¨ªa, de hecho, lo que estamos intentando hacer es bajar esa m¨²sica a la tierra o interpretarla de una manera m¨¢s mediterr¨¢nea, relacionada con nuestra manera de hablar y de expresarnos. Queremos impregnar esa m¨²sica de la espontaneidad y la extraversi¨®n que caracteriza a nuestra cultura y ofrecer una interpretaci¨®n con la que, sin ser mejor ni peor, podamos sentirnos m¨¢s identificados¡±.
Jorge Losana no oculta su entusiasmo cuando se le pregunta sobre el gran salto adelante que ha supuesto pasar del debut del a?o pasado en Utrecht a ser elegido casi a rengl¨®n seguido grupo residente para la edici¨®n de este a?o: ¡°Es un verdadero honor para nosotros y nos sentimos muy agradecidos de que un festival tan importante como el de Utrecht nos haya brindado esta oportunidad. De alguna manera, lo entendemos como un s¨ªmbolo de aquello en lo que se ha convertido Cantor¨ªa, como la consolidaci¨®n de nuestra carrera. Sentimos que hemos pasado de ser un grupo joven y prometedor a obtener el reconocimiento de festivales como los de Peralada, Ambronay o Santander y cantar en salas como el Muziekgebouw de ?msterdam o el Wigmore Hall de Londres. Esta residencia en Utrecht significa para nosotros el inicio de una aventura internacional con la que esperamos seguir poniendo en valor la m¨²sica ib¨¦rica por todo el mundo¡±. Y aquel concierto con las Ensaladas de Mateo Flecha, con cuatro voces cantando en solitario en la Pieterskerk, lo recuerda v¨ªvidamente ¡°con una mezcla de excitaci¨®n, seguridad, curiosidad y nerviosismo. Era nuestro debut despu¨¦s de haber pasado como grupo joven por el Fringe (sin cobrar) y no sab¨ªamos c¨®mo se recibir¨ªa nuestra propuesta. Interpret¨¢bamos un estilo ¨Clas ensaladas¨C con el que ya hab¨ªamos recorrido gran parte de Europa y grabado un disco que hab¨ªa tenido una gran acogida, as¨ª que nos sent¨ªamos muy seguros y legitimados para cantar una m¨²sica en la que llev¨¢bamos profundizando desde hac¨ªa a?os¡±.
Para abordar algunos de los repertorios que interpretar¨¢, Cantor¨ªa ha tenido necesariamente que crecer en n¨²mero de cantantes (el festival lo ha rebautizado por su cuenta y riesgo como Cantor¨ªa XL), pero Losana tiene claros sus or¨ªgenes: ¡°Cantor¨ªa surgi¨® como un cuarteto y hemos profundizado en la m¨²sica espa?ola a cuatro voces durante muchos a?os. Sin embargo, vamos abriendo nuestras posibilidades y cada vez son m¨¢s los festivales que nos piden abordar repertorios que requieren la presencia de m¨¢s m¨²sicos. Nuestra idea es mantener un n¨²cleo estable de voces para abordar nuevos repertorios, como la polifon¨ªa sacra espa?ola, villancicos del Barroco espa?ol, los madrigales de Monteverdi o incluso compositores del Barroco alem¨¢n como Heinrich Sch¨¹tz o Dieterich Buxtehude. Creo que hemos encontrado nuestra propia personalidad art¨ªstica y las interpretaciones de Cantor¨ªa se diferencian no solo por las personas que conforman el grupo, que son muy importantes, sino tambi¨¦n por nuestra manera de cantar y comunicarnos con el p¨²blico¡±.
Al igual que sucede, por ejemplo, en los cuartetos de cuerda, que sufren un aut¨¦ntico desgarro cuando uno de sus miembros decide abandonar el grupo, Cantor¨ªa ya ha experimentado el dolor de estas amputaciones: ¡°Efectivamente, cambiar a un miembro de un grupo tan peque?o desencadena siempre un proceso muy complicado tanto en el plano musical como en el personal. Por un lado, hay que pensar que pasamos muchas horas juntos en las giras, en los ensayos, en los conciertos¡ Para nosotros, Cantor¨ªa no es solamente un trabajo m¨¢s como freelancers, sino todo un proyecto de vida art¨ªstico y profesional y cada cambio comporta siempre una fase compleja que, sin embargo, puede tambi¨¦n ayudar a que el grupo evolucione y siga creciendo. Cantor¨ªa empez¨® cuando est¨¢bamos en primero de carrera en Barcelona y las metas individuales de cada uno de nosotros han ido cambiando de manera natural. Como director, cada nuevo m¨²sico que se incorpora me hace replantearme las decisiones art¨ªsticas y nuestras posibilidades como grupo¡±.
Aunque muy rezagada respecto a las grandes potencias hist¨®ricas (Gran Breta?a, Pa¨ªses Bajos, Francia, B¨¦lgica, Italia), la m¨²sica antigua empieza por fin a reverdecer y a consolidarse en nuestro pa¨ªs: ¡°Para m¨ª, Espa?a est¨¢ viviendo un momento excelente, gracias, por supuesto, a todos los m¨²sicos que llevan d¨¦cadas cultivando nuestra m¨²sica, pero tambi¨¦n a los grupos j¨®venes que est¨¢n surgiendo y dando mucho que hablar por toda Europa, ofreciendo nuevas visiones e ideas. Gracias al Festival ECOS de Sierra Espu?a, del que soy director, tengo la suerte de compartir ideas con programadores y directores de otros pa¨ªses y me doy cuenta de que Europa tiene una percepci¨®n del mundo de la m¨²sica antigua espa?ola mucho mejor de lo que tendemos a pensar. Por otro lado, creo que la m¨²sica antigua tiene un grand¨ªsimo potencial, como hemos hecho en el Festival ECOS y como se hace en otros lugares, para poner en valor el patrimonio y generar un tipo de turismo sostenible, dinamizando social y culturalmente nuestros pueblos¡±.
Las cosas, sin embargo, no son f¨¢ciles m¨¢s all¨¢ de peque?os oasis como el de este festival murciano que se desarrolla en enclaves ins¨®litos y que este a?o inicia su andadura exactamente el mismo d¨ªa que la gran cita de Utrecht: ¡°Faltan m¨¢s oportunidades para que los m¨²sicos que nos dedicamos profesionalmente a estos repertorios podamos desarrollar una carrera en nuestro pa¨ªs. Nosotros, como Cantor¨ªa, queremos dedicarnos a cantar y dar a conocer nuestra m¨²sica en Espa?a, pero no tenemos otra opci¨®n que trabajar principalmente en B¨¦lgica, Francia y Alemania, que son los pa¨ªses en los que se valora m¨¢s lo que hacemos y que cuentan con un mayor respaldo p¨²blico. Lo que falta y lo que s¨ª que tienen otros pa¨ªses es la base para sustentar este ecosistema musical. En Espa?a, el panorama que se encuentran los estudiantes cuando terminan su formaci¨®n es descorazonador y los m¨²sicos tienen que aprender a ser ¨Co este fue al menos mi caso¨C no solo artistas e int¨¦rpretes, sino tambi¨¦n gestores, agentes, comunicadores, divulgadores, contables, profesores, gerentes, administrativos¡ Esto hace que se pierda much¨ªsimo talento y que una gran parte de los m¨²sicos no puedan vivir de la m¨²sica ni mostrar todo aquello que podr¨ªan ofrecer¡±.
Preguntado sobre si llegaremos alg¨²n d¨ªa a poder escuchar regularmente nuestra polifon¨ªa renacentista a grupos espa?oles estables y de calidad, Losana tiene claro cu¨¢l es el camino: ¡°Creo que lo mejor que podemos hacer es fijarnos en los pa¨ªses que son un referente en este sentido, y se me ocurren dos ejemplos de ¨¦xito en la puesta en valor del patrimonio nacional. Por un lado, en B¨¦lgica, tenemos la Fundaci¨®n Alamire en Lovaina, que es un centro de investigaci¨®n y laboratorio de la polifon¨ªa, que all¨ª consideran como uno de sus grandes tesoros y se?as de identidad, a la altura del flamenco en Espa?a. La formaci¨®n y la educaci¨®n tambi¨¦n es fundamental y existen instituciones como el Centro de M¨²sica Barroca de Versalles, que est¨¢ especializado en ese repertorio y ha conformado una escuela propia que genera much¨ªsimos cantantes e int¨¦rpretes de alt¨ªsimo nivel, ofreciendo much¨ªsimos conciertos que atraen a un turismo de calidad y brindando una fant¨¢stica formaci¨®n para cantantes interesados en la m¨²sica barroca francesa. En Espa?a es muy complicado, ya que no existe todav¨ªa un centro educativo en el que aprender a cantar nuestra polifon¨ªa con calidad y de manera especializada¡±. Convicci¨®n y ganas no le faltan a Jorge Losana para mejorar las cosas. Sus tres actuaciones en Utrecht (y, entre la segunda y la tercera, un concierto en el prestigios¨ªsimo festival Laus Polyphoniae de Amberes el pr¨®ximo d¨ªa 30) parec¨ªan impensables hace pocos meses y ah¨ª van a estar, abanderando la nutrida representaci¨®n de m¨²sicos espa?oles de esta edici¨®n y ense?ando a quienes quieran emular su ejemplo el camino a seguir.
Babelia
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