El soul de Nathaniel Rateliff: tormento y curaci¨®n del alma
El deslumbrante nuevo puntal del sello Stax se sobrepone a una biograf¨ªa llena de sombras con ¡®South of here¡¯, un ¨¢lbum de vulnerabilidad y sinceridad descarnadas. ¡°La depresi¨®n es much¨ªsimo m¨¢s grande que sus oponentes¡±, afirma
Repantingado entre bambalinas en el festival MadCool, pocos minutos antes de enfrentarse a la audiencia de esta cita madrile?a bajo un sol justiciero y cruel, Nathaniel David Rateliff ¡ª hirsuto, bonach¨®n, propenso a los achuchones¡ª parece la viva estampa del sosiego. Pero la procesi¨®n, como tantas veces, va por dentro. Detr¨¢s de esa fachada de hombre amigable, sensible y hecho a s¨ª mismo late un coraz¨®n propenso al tormento, seguramente porque arrastre una biograf¨ªa rica en traumas y desvelos. Y esa colisi¨®n entre dulzura aparente y turbulencias internas acaba traduci¨¦ndose en su m¨²sica. Aunque no te hayas citado nunca con ¨¦l, una escucha atenta de South of here, el reciente (y fant¨¢stico) cuarto ¨¢lbum de Nathaniel Rateliff & The Night Sweats, permite albergar la sensaci¨®n de que conoces a este tipo razonablemente bien.
Rateliff, paradigma (como se ver¨¢) de ser humano que se sobrepone a las adversidades, abraz¨® de adolescente la fe por la m¨²sica para huir de una existencia nada alentadora. Con los a?os, y contra pron¨®stico, ha acabado convirti¨¦ndose en la gran esperanza blanca de Stax, la m¨ªtica factor¨ªa discogr¨¢fica de Memphis que sent¨® en los a?os sesenta las bases de la mejor m¨²sica negra a partir del magisterio de Otis Redding, Sam & Dave o Carla y Rufus Thomas (sugerencia enf¨¢tica: no se pierdan en ning¨²n caso, en HBO, el documental de tres cap¨ªtulos sobre la agitada historia del sello).
Los lemas promocionales siguen honrando a este grandull¨®n de Misuri como el gran guardi¨¢n contempor¨¢neo de las esencias del soul, pero los 11 cortes de su flamante nuevo elep¨¦ le muestran m¨¢s ecl¨¦ctico que nunca. Piensen en un Van Morrison (o, a¨²n mejor, Glen Hansard) contaminado no solo por el esp¨ªritu de James Brown, sino tambi¨¦n de Springsteen y de todo el g¨¦nero americana. Y as¨®mbrense a¨²n m¨¢s con el corte original, David and Goliath, un intrincado laberinto mel¨®dico en torno al piano que a nadie extra?ar¨ªa escuchar en la voz de Rick Davies, de Supertramp.
?Ecos del pop progresivo brit¨¢nico en la garganta del hombre que hered¨® los vinilos de Muddy Waters o Led Zeppelin de la colecci¨®n paterna? A Rateliff no parece hacerle especial gracia el diagn¨®stico, a juzgar por la mueca que se dibuja en su rostro. ¡°Es curioso, porque sobre esa canci¨®n tambi¨¦n me han dicho que muestra influencias de Paul McCartney o, m¨¢s en concreto todav¨ªa, de Harry Nilsson. Y no me convence ninguna de las opciones. Es, simple y llanamente, un tema que compuse yo, Nathaniel, a las tantas de la noche¡¡±.
Puede que en ese ¨¦nfasis a la hora de reivindicar la plena paternidad influya el car¨¢cter determinante que esta met¨¢fora sobre David y Goliat adquiere no ya en el conjunto del ¨¢lbum, sino a la hora de definir el momento vital por el que transita ahora mismo este caballero de 45 a?os. ¡°Hablo sobre todas las ocasiones en que me siento peque?o, muy peque?o, y habitante de un mundo equivocado¡±, aclara. ¡°Ese David de la canci¨®n soy yo. Y Goliat alude a la depresi¨®n, que siempre es much¨ªsimo m¨¢s grande que sus oponentes. Cualquiera que la haya sufrido sabe que las cosas pueden volverse gigantescas en el interior de tu cabeza¡¡±.
Y as¨ª nos adentramos, en efecto, en ese atribulado mundo de sombras y zozobras por el que nuestro protagonista lleva mucho m¨¢s de media vida caminando y sobreviviendo a trompicones. Nathaniel David conoci¨® el acoso escolar por parte de quienes se burlaban de sus humild¨ªsimos or¨ªgenes en Denver, adonde lleg¨® de ni?o desde su San Luis natal. Hijo de carpintero y dependienta en una tienda de pollos asados, perdi¨® la fe religiosa de sus progenitores tras sufrir abusos por parte de un t¨ªo. Se qued¨® hu¨¦rfano con 14 a?os cuando su padre falleci¨® en un accidente de tr¨¢fico. No tuvo ocasi¨®n de asistir a la universidad: durante a?os se gan¨® la vida como camionero, con infinitos viajes nocturnos que al menos le sirvieron para descubrir miles de canciones en las radios locales. Y, s¨ª, cay¨® en la trampa del alcohol, como tantos otros colegas de existencias poco motivadoras.
¡°Mis problemas con la salud mental provienen de entonces¡±, se sincera sin rodeos. ¡°La lucha contra esos fantasmas comenz¨® de aquella, mientras ten¨ªa 20 o 30 a?os, solo que ahora ya he conseguido no beber ni depender de ninguna medicaci¨®n. Y eso hace que los problemas de la vida los perciba de una manera m¨¢s tangible y real. Los tengo m¨¢s presentes, pero siempre estuvieron ah¨ª¡±.
Ese combate desigual con el Goliat de su canci¨®n se traduce ahora, m¨¢s que en ninguno de sus tres trabajos previos junto a The Night Sweats, en un repertorio de sinceridad descarnada y emocionante. ¡°Escribo de una manera muy personal¡±, corrobora, ¡°as¨ª que no contemplo la opci¨®n de ser pudoroso. Creo que esa vulnerabilidad m¨ªa transmite al oyente la posibilidad de ser vulnerable en torno a sus propias circunstancias personales¡±. Y la misma ¡°apertura estil¨ªstica¡±, admite, le hace m¨¢s sencillo abordar nuevas tem¨¢ticas. En el ¨¢lbum se desliza incluso un corte de aire c¨¢ndido y ac¨²stico, I would like to heal (¡°Me gustar¨ªa curar¡±) que seguramente sea lo m¨¢s tarareable y soleado que haya grabado nunca. ¡°A veces noto un proceso de sanaci¨®n interior al terminar mis canciones¡±, confirma, ¡°igual que en ocasiones se me acercan oyentes para agradecerme que les haga sentir mejor. Pero no, no me considero un terapeuta: simplemente, las canciones otorgan a quienes las escuchan la oportunidad de examinarse y conocerse mejor¡±.
Ya lo ven: tras el aspecto apacible y despreocupado lat¨ªa un cerebro en permanente ebullici¨®n. Nathaniel puede hacerte bailar con ca?onazos como Time makes fools of us all, pero sobre todo quiere propiciar la reflexi¨®n. Tambi¨¦n a nivel pol¨ªtico, desde luego. En 2017 fund¨® The Marigold Project, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro para luchar por la justicia social, y vive con pasi¨®n y nervios indisimulados el decisivo proceso electoral en el que se encuentra inmerso su pa¨ªs. Tras haber hecho campa?a en 2016 y 2020 por Bernie Sanders, representante de las sensibilidades m¨¢s a la izquierda dentro del Partido Dem¨®crata, cree que ahora ha llegado el momento de, al menos, evitar a toda costa cualquier retroceso y combatir la represi¨®n policial. ¡°En Estados Unidos todav¨ªa se dan episodios de personas negras asesinadas por miembros de las fuerzas de seguridad. Mientras sigan sucediendo cosas as¨ª, no podemos argumentar que el pa¨ªs est¨¦ cambiando. Y yo, como hombre blanco, necesito que ese cambio se produzca¡±.
Y quiz¨¢ sea por eso mismo, por su discurso personal¨ªsimo y sin pliegues, por lo que Rateliff se revuelve ante cualquier comparaci¨®n con otros artistas, por elogiosa que resulte. Acoge con indiferencia que Mojo, la biblia de la prensa musical brit¨¢nica, le saludara como ¡°el nuevo Springsteen¡±, y tampoco acepta de buen grado que Remember I was a dancer pueda recordar al Paul Simon de los a?os de Graceland. ¡°No lo creo¡±, murmura, ¡°y eso que admiro a Paul desde siempre. Incluso tuvimos oportunidad de colaborar hace un par de veranos en el Festival de Newport, aunque todo lo que sucedi¨® en aquella edici¨®n qued¨® eclipsado por la reaparici¨®n de Joni Mitchell¡¡±. Por eso, cuando avisan a Rateliff y sus Sudores Nocturnos de que deben encaminarse ya hacia el escenario ¡ªdonde abrir¨¢n con David and Goliath, por supuesto¡ª, aprovechamos para abordar la ¨²ltima cuesti¨®n delicada:
¨C En 2018 perdi¨® a su gran amigo y casi hermano Richard Swift, otro m¨²sico atribulado cuyo recuerdo vuelve a estar presente aqu¨ª con Get used to the night. A usted, ?c¨®mo le gustar¨ªa ser recordado?
Y Nathaniel David Rateliff, vulnerable y desconcertado por un momento, tarda unos segundos antes de resumir:
¨C Me agradar¨ªa que se acordaran de m¨ª como un buen hombre, un t¨ªo que procur¨® hacer cosas buenas. Pero lo mejor¡ ser¨ªa que me recuerden como un gran cantante y compositor.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.