Las 40 peores decisiones de la m¨²sica espa?ola
No todo en una carrera van a ser ¨¦xitos y parabienes. En la ya larga vida de canciones que ha regalado el pop espa?ol han acontecido algunos notorios errores de c¨¢lculo. Por aqu¨ª desfilan estrellas como Bunbury, Alejandro Sanz, Dover, Marta S¨¢nchez o Nacha Pop
La m¨²sica pop en espa?ol lleva camino de las siete d¨¦cadas. Podemos fechar su inicio a finales de los a?os cincuenta, con la irrupci¨®n del primer fen¨®meno pop, el ¨¦xito arrollador del D¨²o Din¨¢mico. Han pasado muchas cosas desde entonces, la mayor¨ªa buenas. Y, sobre todo, los artistas espa?oles est¨¢n dejando un legado plagado de estupenda m¨²sica. Pero tambi¨¦n ha habido decisiones desastrosas. Estas son algunas de las m¨¢s relevantes.
El disco de Alejandro Sanz del que ni ¨¦l quiere hablar
En 1989 Alejandro Sanz era un chico de 20 a?os con una obsesi¨®n: triunfar en el mundo de la m¨²sica. A cualquier precio. Incluso uno del que renegar¨¢ toda su vida. Su primer disco se edit¨® con el nombre de Alejandro Magno y con el t¨ªtulo de Los chulos son pa¡¯ cuidarlos. Tal cual. Producido por Luis Migu¨¦lez, experto en petardeo pop, Sanz/Magno aparece en la portada con una chaquetilla de torero y con una pegatina de un Smiley ravero (ya saben). El disco es tal disparate que resulta adictivo. Un pop sint¨¦tico mamarracho con alguien gimiendo por ah¨ª cosas como: ¡°Los chulos son pa¡¯ cuidarlos. / Y t¨² no lo haces as¨ª. / Los chulos son pa¡¯ cuidarlos. / No me tengas porque s¨ª¡±. El ¨¢lbum se ha convertido en una pieza codiciada que llega a costar unos cientos de euros en el mercado del coleccionismo. Preguntado por este artefacto en una entrevista con EL PA?S en 2015, Sanz respondi¨®: ¡°No me veo reflejado en ¨¦l. No sab¨ªa ni lo que significaba el t¨ªtulo. Ten¨ªa 17 o 18 a?os [cuando lo grab¨®, algo m¨¢s cuando se public¨®]. Me cogi¨® gente de la industria y decidi¨® ese t¨ªtulo. Pero es que escogieron a la persona equivocada: habr¨¢ gente que defienda ese t¨ªtulo con orgullo, pero yo¡¡±.
Operaci¨®n Triunfo se carga a la industria musical
Los datos. La gala del primer Operaci¨®n Triunfo, donde se proclam¨® vencedora Rosa L¨®pez por delante de David Bisbal y Bustamante, fue vista por 13 millones de personas. Era febrero de 2002. Por comparar: el ¨²ltimo Eurovisi¨®n, el de 2024, sum¨® 4,8 millones de espectadores. En 2002, de los 10 discos m¨¢s vendidos en Espa?a, seis llevaban la firma del concurso, empezando por el primero, Coraz¨®n latino, de David Bisbal, y continuando por los debuts de Bustamante, Manu Tenorio, Rosa o Chenoa. Las empresas espa?olas de fabricaci¨®n de compactos no daban abasto y hubo que recurrir a las de B¨¦lgica, Holanda¡ Casi todo el resto de la m¨²sica espa?ola desapareci¨® (resistieron Amaral, Caf¨¦ Quijano, ?lex Ubago y poco m¨¢s) engullida por el fen¨®meno OT impulsado por la televisi¨®n p¨²blica. El desconcierto fue tremendo. Un veterano como Manolo Garc¨ªa comand¨® la protesta. El fundador de El ?ltimo de la Fila aprovech¨® que en un programa alg¨²n concursante realiz¨® una versi¨®n de un tema suyo para se?alar: ¡°Me hubiera gustado que se me preguntara si quer¨ªa formar parte de este, perdonen pero es lo que a m¨ª me parece, circo. Que nadie se llame a enga?o. Esto no es una versi¨®n en un programa de m¨²sica, es solo una pieza m¨¢s en una m¨¢quina de hacer churros, o sea dinero, perfectamente orquestada. Eso y solo eso. Para m¨ª la m¨²sica es otra cosa¡±. As¨ª estaban las cosas en 2002. Luego lleg¨® el top manta, la pirater¨ªa digital, Spotify¡ Y la industria musical en formato f¨ªsico desapareci¨®.
Cuando se ignoraron tres obras maestras: Veneno, La leyenda del tiempo y Omega
¡°Nadie hac¨ªa ni puto caso al disco. O no sal¨ªa en prensa o se le criticaba negativamente. Era muy frustrante ver c¨®mo te abandonaba la escena. Est¨¢bamos en plena explosi¨®n del indie, decidimos abrirnos para experimentar y lleg¨® la indiferencia¡±. El que habla es Antonio Arias, cabecilla de Lagartija Nick, y se refiere a Omega, el ¨¢lbum que firm¨® el grupo granadino junto a Enrique Morente en 1996. Esa incomprensi¨®n e indiferencia (cuando no fustigamiento) tambi¨¦n la padecieron Veneno (1977), el trabajo que compartieron Kiko Veneno y los hermanos Amador, Rafael y Raimundo (luego Pata Negra); y La leyenda del tiempo (1979), de Camar¨®n de la Isla. Tres trabajos valientes, vanguardistas, rompedores e inspirados: el flamenco como arte vivo que fecunda otros g¨¦neros. En la ¨¦poca en la que se editaron resultaron tres fracasos comerciales y de cr¨ªtica. A?os m¨¢s tarde, est¨¢n considerados como obras maestras y en las primeras posiciones de las listas de los mejores ¨¢lbumes de la m¨²sica espa?ola. Est¨¢ claro que el (buen) arte incomoda, escarba en las entra?as y tarda un tiempo en trascender, pero seguramente los protagonistas de estos tres discos habr¨ªan agradecido un poco de m¨¢s comprensi¨®n y cari?o en el momento en el que difundieron sus obras.
El rock urbano quiere ser moderno
Hacia 1980 el rock urbano espa?ol, que relat¨® musicalmente el desencanto social de la juventud durante la Transici¨®n, perdi¨® la cabeza. Los sonidos urgentes y plastificados de la nueva ola dominaban el pop y a alg¨²n productor con autoridad (un Teddy Bautista a¨²n sin ambiciones de gesti¨®n) se le ocurri¨® que todo deb¨ªa llevar sintetizadores, hab¨ªa que vestirse con traje y corbata y sonar lo m¨¢s parecido posible a The Police. Cayeron en la trampa, entre otros, Topo (solo hay que escuchar Pret a porter: ya solo el t¨ªtulo¡), Le?o (M¨¢s madera) o Cucharada, que despu¨¦s de un disco social y rockero como El limpiabotas que quer¨ªa ser torero editaron la ligera Quiero bailar rock and roll, que acab¨® con su carrera. De Cucharada sali¨® Manolo Tena para formar Alarma!!!, esta vez s¨ª, fant¨¢stica banda y lo m¨¢s parecido que tuvimos por aqu¨ª a The Police. El caso es que eran buenas canciones, pero deficientemente producidas, como se puede escuchar en M¨¢s madera. ¡°Ten¨ªamos mucho respeto al Teddy, por el tema de Los Canarios y tal, y nos dejamos asesorar; pero el sonido no es bueno, no¡±, declar¨® d¨¦cadas despu¨¦s Rosendo Mercado sobre aquel segundo disco de Le?o.
Pensar que la edad de oro del pop-rock espa?ol comenz¨® en los ochenta
Existe un relato bastante aceptado que fija en los ochenta la d¨¦cada dorada del pop espa?ol. Totalmente falso. Quiz¨¢ se confunde industria con planteamientos art¨ªsticos. Puede que en los ochenta el sector musical se asentara como un rentable modelo de negocio, pero se pusieron las bases antes y, si juzgamos por calidad y cantidad, ah¨ª est¨¢n los sesenta. Y por esp¨ªritu aventurero, que para eso fueron los pioneros. Desde el primer fen¨®meno pop protagonizado por el D¨²o Din¨¢mico a finales de los cincuenta hasta la gran cosecha de los sesenta. ?Ejemplos? Los Brincos, Los Bravos, Los Canarios, Los Salvajes, Los S¨ªrex, Miguel R¨ªos, Micky y Los Tonys, Bruno Lomas, Lone Star, Los ?ngeles, Los Pekenikes, Los Pop-Tops, Los M¨®dulos¡ Y muchos m¨¢s que pusieron la base de lo que es hoy la m¨²sica espa?ola. Permanecen sus discos, llenos de entusiasmo y calidad, para el que quiera comprobar el aut¨¦ntico primer gran periodo del pop-rock de aqu¨ª.
El desastre del traslado de Primavera Sound a Madrid
¡°El objetivo es crecer, expandir la experiencia Primavera Sound a Madrid¡±, dijeron los responsables del festival, que quer¨ªan demostrar su m¨²sculo en la capital en 2023 despu¨¦s de una veintena de ediciones en Barcelona. Contaban con el apoyo del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Pero eligieron mal. O mejor dicho: eligieron lo ¨²nico que vieron viable, la Ciudad del Rock, en Arganda del Rey, a casi 40 kil¨®metros del centro de Madrid. Un p¨¢ramo en medio de ninguna parte que se embarr¨® debido a las lluvias y acab¨® suspendiendo la primera de las tres jornadas. Las otras dos se celebraron, pero con el ¨¢nimo deca¨ªdo y un plan de movilidad resquebrajado. Hubo gente que tard¨® cuatro horas en llegar a su casa, a pocos kil¨®metros del recinto. Un 10 para el civismo y la paciencia de estos espectadores. Y Primavera Sound Madrid se qued¨® en una sola edici¨®n y dej¨® una lectura nada optimista para los pr¨®ximos a?os: las dificultades para encontrar un recinto c¨®modo para realizar un festival masivo en la principal ciudad espa?ola. Que se lo pregunten a Mad Cool...
Los insultos a Paco de Luc¨ªa en el entierro de Camar¨®n
¡°Camar¨®n ha sido el artista m¨¢s grande que ha dado el flamenco. Cuando le escuch¨¦ cantar por primera vez, cuando ¨¦l ten¨ªa 17 a?os, aquello fue como la llegada del Mes¨ªas¡±. Esta reflexi¨®n la expuso Paco de Luc¨ªa en docenas de entrevistas. Por eso y por la relaci¨®n tan pura que tuvieron los dos genios resultaron injustos los improperios que recibi¨® el guitarrista (¡°ladr¨®n¡±, le llegaron a chillar) en julio de 1992, en San Fernando, en el entierro de Camar¨®n. La cosa se enred¨® los ¨²ltimos meses de la vida del cantaor. Desde el entorno del de La Isla comenz¨® a calar la teor¨ªa de que el cantaor figuraba en muy pocos temas en Autores. Y se se?alaba al guitarrista como beneficiario de esas regal¨ªas. Falso. Hab¨ªa una pr¨¢ctica que se toleraba en la SGAE: se permit¨ªa que se firmasen cantes que eran del ¨¢mbito ¡°tradicional¡±, sin adjudicatario. Es verdad que el padre de Paco de Luc¨ªa, el productor Antonio S¨¢nchez, que se encarg¨® de los primeros trabajos de Camar¨®n, firm¨® temas populares. ?Podr¨ªa haberlo hecho tambi¨¦n Camar¨®n? Seguramente, pero por desconocimiento o pereza, no lo hizo. Lo que est¨¢ claro es que Paco de Luc¨ªa no tuvo nada que ver. Incluso el guitarrista vivi¨® en sus propias carnes casos mucho m¨¢s sangrantes: la mitad de los derechos de autor de Entre dos aguas, su tema m¨¢s popular, fueron a parar a manos de un tal Jos¨¦ Torregrosa, cuya ¨²nica labor fue transcribir las partituras. Paco no se escondi¨® en el entierro de su amigo, port¨® el f¨¦retro y aguant¨® los arbitrarios y desagradables abucheos de algunos aficionados.
Bunbury no acredita los versos de poetas que incluye en sus letras
Todo comenz¨® con el disco Hellville de Luxe (2008), el quinto ¨¢lbum en solitario de Enrique Bunbury tras su paso triunfal por H¨¦roes del Silencio. En las letras de ese trabajo se descubrieron frases de poetas como Pedro Casariego o Joseba Sarrionand¨ªa. El m¨²sico no citaba en los cr¨¦ditos a ninguno de los citados. En 2020, en plena pandemia, lleg¨® la bomba: El m¨¦todo Bunbury, un estudio realizado por el poeta vallisoletano Fernando del Val donde se pon¨ªan hasta 37 canciones bajo sospecha, tanto de la ¨¦poca de H¨¦roes del Silencio como de su periodo en solitario. Hasta 539 versos realizados con fragmentos de autores como Mario Benedetti, Felipe Ben¨ªtez Reyes, Francisco Arrabal, Charles Bukowski, Fernando S¨¢nchez Drag¨®, Blas de Otero, Michel Houellebecq, Gabriel Celaya¡ Bunbury se defendi¨® de la primera acusaci¨®n de plagio, en 2008, as¨ª: ¡°No es ni plagio ni nada. Es lo que hacemos los escritores en todos los ¨¢mbitos: recoger frases de la calle, de los peri¨®dicos, de los bares y, por supuesto, de los poetas. La acusaci¨®n es una chorrada. Y si no que le pregunten a Dylan¡±. Y ya. Desde entonces, el m¨²sico ha vetado a alg¨²n periodista al que considera inc¨®modo y solo accede a encuentros complacientes.
Tomarnos en serio (musicalmente hablando) el actual Eurovisi¨®n
Muchos se quejan de que en la televisi¨®n generalista en Espa?a la m¨²sica desapareci¨®. ¡°Solo se habla de m¨²sica cuando llega Eurovisi¨®n¡±, argumentan. Pues se equivocan: Eurovisi¨®n tampoco es m¨²sica. Es un espect¨¢culo televisivo. Pero en Espa?a seguimos teniendo encendidos debates sobre si esta canci¨®n es mejor que la otra. Los m¨¢s mayores se acordar¨¢n de aquella orquesta sensacional que arropaba a Mocedades, Julio Iglesias o Raphael. La eliminaci¨®n de esta orquesta, all¨¢ por 1999, fue el primer paso. Luego ha habido otros, como que la famosa puesta en escena (la mayor¨ªa de las veces pirot¨¦cnica) pese tanto. O que los int¨¦rpretes sean un prodigio en el baile. La conclusi¨®n es una abundancia de sonido mimetizado y procesado. Cuidado, que el noble arte de unir corcheas con semicorcheas haya desaparecido no significa que pueda resultar un concurso divertido. Pero, por favor, no nos tomemos en serio (al menos en lo musical) este festival.
Bebe intenta reinventarse¡ pero no
Nacida en Valencia pero de sangre extreme?a, Mar¨ªa Nieves Rebolledo desembarc¨® como un torbellino en el pop espa?ol de autor en 2004 con Pafuera telara?as, ¨¢lbum muy afortunado y popular¨ªsimo en el que Bebe se desenvuelve con esp¨ªritu mestizo, reivindicativo, ocurrente, lenguaraz y provocador, soltando verdades como pu?os (Malo, Ella) en un tiempo en el que a¨²n no sab¨ªamos qu¨¦ era eso del empoderamiento. Fue una l¨ªnea que explor¨® y mejor¨® con Ypunto (2009), disco de po¨¦tica insinuante y canalla que aplaudi¨® la cr¨ªtica, pero obtuvo una acogida mucho m¨¢s tibia que su antecesor. Y por ello, ?ay!, la autora de Que nadie me levante la voz intent¨® reformularse en 2012 como una rockera enfurru?ada con Un pokito de rocanrol, un ¨¢lbum que intentaba parecer fiero, agudo y provocador, pero se qued¨® en solo sonrojante. Seguro que no recuerdan ya Mi guapo, Yo fumo o K.I.?.R.E.M.E., pero, por su propio bien, no se tomen la molestia de refrescarse la memoria en Spotify. Bebe ha firmado desde entonces trabajos importantes como actriz, pero seguimos echando de menos a aquella cantautora capaz de cautivar.
Los festivales amenazan con acabar con las salas de conciertos
Dinero privado, dinero p¨²blico, fondos de inversi¨®n¡ Llegan billetes por todos los frentes para apoyar y organizar festivales de m¨²sica. Nunca en Espa?a se hab¨ªa vivido un furor tan grande por asistir a estas concentraciones musicales masivas. Alguien puede pensar: ?cu¨¢l es el problema?; todos salen ganando, ?no? Pues no. Las salas de conciertos, donde nacen y crecen los grupos que luego actuar¨¢n en los festivales, se quejan de que este bum festivalero est¨¢ acabando con ellos: se ve mermado el apoyo institucional y privado en beneficio de los festivales. ¡°La constante actividad de las salas y su programaci¨®n incesante durante el a?o permite a los m¨²sicos desarrollarse en el directo y percibir ingresos de forma ininterrumpida. Al contrario de lo que ocurre con el car¨¢cter estacional de los festivales y macrofestivales de verano. Un hecho que sit¨²a a las salas como el motor econ¨®mico fundamental para el sustento de la escena¡±, dicen desde la asociaci¨®n Madrid en Vivo. Si no se apoya a los clubes (tambi¨¦n el aficionado), mal negocio estamos haciendo y se pone en peligro la salud de la m¨²sica en directo. Pero qu¨¦ importa el futuro si te puedes forrar con el presente¡
C¨¢novas, Rodrigo, Adolfo y Guzm¨¢n no hacen gira de Se?ora azul
En 1974 ya eran cuatro m¨²sicos avezados y reconocidos, y su confluencia art¨ªstica hac¨ªa presagiar un acontecimiento para el pop espa?ol. Aquel Se?ora azul herman¨® a Juan Robles C¨¢novas (ex de Franklin), Adolfo Rodr¨ªguez (cantante de Los ?beros), Rodrigo Garc¨ªa y Jos¨¦ Mar¨ªa Guzm¨¢n, ambos integrantes de Solera. Los cuatro eran tipos brillant¨ªsimos y hoy se reconoce de manera un¨¢nime aquel ¨¢lbum entre los cinco o 10 mejores de la historia de este pa¨ªs, pero la Espa?a de hace medio siglo no estaba preparada para unos Crosby, Stills, Nash & Young ¡°a la ib¨¦rica¡± y la repercusi¨®n fue solo discreta. Los primeros en no apostar por la excelencia de ese proyecto fueron ellos mismos, porque obras maestras como Se?ora azul, Solo pienso en ti, El vividor o Si pudieras ver jam¨¢s desembarcaron en los escenarios. Rodrigo prefiri¨® enrolarse en la gira de Karina (con la que adem¨¢s manten¨ªa un v¨ªnculo sentimental) y los CRAG no volvieron a reunirse hasta 10 a?os m¨¢s tarde, con un disco, Queridos compa?eros, que tampoco sacaron de gira. Todo muy triste.
Los discos malos de Russian Red
El advenimiento de la madrile?a Lourdes Hern¨¢ndez fue una de las primeras grandes sensaciones de la m¨²sica espa?ola del nuevo siglo. Su estreno discogr¨¢fico como Russian Red, I Love Your Glasses (2008), la convirti¨® en estandarte de una nueva generaci¨®n de mujeres j¨®venes y de aires ac¨²sticos (Anni B Sweet, Zahara¡), as¨ª que la todopoderosa Sony la fich¨® para un ¨¢lbum de consagraci¨®n, Fuerteventura (2011), grabado en Escocia junto a varios m¨²sicos de Belle & Sebastian. Lourdes era un talento puro y en eclosi¨®n, un lujazo renovador para nuestra escena. Pero a partir de ese momento solo se ha sucedido¡ la nada. Por mucho que se fuera a grabar a Los ?ngeles, Agent Cooper (2014) era un disco tan err¨¢tico y endeble, y tan mal defendido en directo, que el p¨²blico lo recibi¨® m¨¢s ofuscado que decepcionado. Y con las musas de vacaciones, Russian Red hubo de contentarse con un disco de versiones, Karaoke (2017), antes de un prolongado silencio roto este a?o con sus primeras canciones en castellano, Volverme a enamorar¡ que tampoco invitan a nada parecido al optimismo.
Rosendo Mercado se retira cuando m¨¢s se le necesita
En diciembre de 2018 Rosendo Mercado ofreci¨® conciertos en Madrid y Barcelona. Los de su despedida. En el del WiZink Center, al final, cuando el rockero de Carabanchel se desped¨ªa con una sonrisa humilde (como siempre ha sido), alguien del p¨²blico grito: ¡°Rosendo, no te vayas, que viene Vox¡±. Aquel aficionado design¨® al m¨²sico como baluarte de una actitud aut¨¦ntica y unos principios obreros como los de antes: cuando alguien de un barrio de currelas solo pod¨ªa ser de izquierdas. Bien, un a?o despu¨¦s de aquel recital, el partido de extrema derecha consegu¨ªa el 15,09 % de los votos y 52 diputados en el Congreso. Estaba claro que ¡°ven¨ªa Vox¡±. El fundador de los queridos Le?o se march¨® como es ¨¦l, con un concierto sin apenas concesiones al emotivo momento, un recital m¨¢s de la gira. La licencia sentimental fue llevar a su hijo (Rodrigo, tambi¨¦n m¨²sico) de telonero. Y poco m¨¢s. ¡°Me duele tener que parar, pero la vida es esto¡±, dijo al final. Y no podemos estar m¨¢s en desacuerdo en este caso: m¨¢s que nunca se necesitan tipos puros como Rosendo, al¨¦rgicos al postureo y con unas letras que detestan poltronas y mamoneos. Rosendo, vuelve, que ya no solo est¨¢ Vox, sino que asoman sombras tenebrosas incluso m¨¢s a la derecha.
Mocedades entra en combusti¨®n
En todas las bandas estallan peleas en un momento dado. ?Tambi¨¦n en Mocedades, ese grupo afable que gusta a todo el mundo? Tambi¨¦n, y virulentas. 1973, Eres t¨² y Eurovisi¨®n. No ganaron (quedaron segundos), pero en el imaginario colectivo parece que s¨ª, porque su Eres t¨² les dispar¨®. A mediados de los ochenta lleg¨® la primera fractura: su voz solista, Amaya Uranga, se march¨® para iniciar una carrera en solitario y luego formar El Consorcio. Sin su voz principal, el grupo sobrevivi¨® con galas aqu¨ª y all¨¢. En 2014, m¨¢s turbulencias: Izaskun Uranga y Javier Garay (dos de los hist¨®ricos de Eurovisi¨®n) se pelean y se separan. Desde entonces existen dos Mocedades, m¨¢s El Consorcio. Los tres repiten muchas canciones en sus conciertos. El a?o pasado se cumplieron 50 a?os de su fecha m¨¢s famosa, su participaci¨®n en Eurovisi¨®n, y la guerra se recrudeci¨®. Actualmente, los tres grupos act¨²an por su cuenta y se arrogan el ¡°aut¨¦ntico legado¡± de Mocedades.
Los musicales de Nacho Cano
De acuerdo, puede que no te caiga demasiado bien Nacho Cano, sobre todo si has le¨ªdo alguna de esas entrevistas recientes en las que ejerce el cu?adismo del ¡°en Espa?a antes hab¨ªa libertad y ahora ya no¡±, pero admitamos lo evidente: Mecano son parte consustancial de nuestra historia y muchos de sus mayores ¨¦xitos llevaban su firma. Incluso tras la separaci¨®n del tr¨ªo desliz¨® alg¨²n artefacto pop de atractivo razonable, desde Sube, sube a, sobre todo, Vivimos siempre juntos. Ahora bien, todo cambi¨® el d¨ªa en que el autor de Me col¨¦ en una fiesta se crey¨® pariente cercano de Andrew Lloyd Webber. Hay que tener buena memoria (y mucho disco libre en la masa gris) para recordar A, su musical de 2008 sobre el cambio clim¨¢tico. Al menos su hilo argumental era loable y adelantado a la ¨¦poca; en cambio, el actual Malinche, que ¨¦l mismo reconoce como ¡°un blanqueamiento del imperialismo espa?ol¡±, obliga a una digesti¨®n todav¨ªa m¨¢s pesada. Pero a las sucesivas presidentas regionales del PP parece encantarles su trabajo, oiga, as¨ª que¡ todos contentos. Bueno, todos excepto los sindicatos policiales, at¨®nitos ante la verborrea quinqui-chuleta-tabernaria de Cano, tan mim¨¦tico con el deje cheli de sus amigas, ahora que los juzgados se han puesto a investigar sus f¨®rmulas de contrataci¨®n.
Que Triana siga en la carretera sin ninguno de los tres fundadores
Puede que este verano se tropiece en su lugar vacacional con un cartel de un concierto de¡ Triana. ?Triana? ?Pero no desaparecieron en 1983 con la muerte de Jes¨²s de la Rosa? Efectivamente, el gran tr¨ªo de rock andaluz decidi¨® disolverse el d¨ªa que falleci¨® en accidente de tr¨¢fico a los 35 a?os su cantante y letrista. Pero en 1994, Tele Palacios, el baterista, le pidi¨® al guitarrista Eduardo Rodr¨ªguez si pod¨ªa salir de gira como Triana ¡°porque necesitaba dinero¡±. As¨ª lo hizo, hasta que en 2002 Tele falleci¨® de un aneurisma. No m¨¢s Triana, entonces. Pues no: el grupo que tocaba con Tele, comandado por Juan Reina, continu¨®. ?C¨®mo es posible, si no hab¨ªa ninguno de los tres miembros originales? Tele hab¨ªa registrado el nombre del grupo y ahora pertenec¨ªa a su viuda y sus dos hijos, que decidieron que Juan Reina continuara ofreciendo conciertos¡ a cambio de un porcentaje. Durante los ¨²ltimos tiempos Eduardo Rodr¨ªguez (¨²nico superviviente del tr¨ªo) ha puesto varias demandas a los que siguen actuando bajo el nombre de Triana. Pero de momento no hay manera de pararlo, porque legalmente poseen la propiedad del nombre. Si Jes¨²s de la Rosa levantara la cabeza¡
Presuntos Implicados sigue con nueva cantante tras la marcha de Sole Gim¨¦nez
?C¨®mo se llamaba la cantante de Presuntos Implicados? Sole Gim¨¦nez, en efecto: parece la respuesta instant¨¢nea para una de esas preguntas muy facilonas ¡°por la ese¡± en el Pasapalabra. Pero habr¨ªa otra contestaci¨®n posible en la figura de Lydia Rodr¨ªguez, la mujer que ocup¨® el centro del escenario desde 2008 hasta el comunicado de disoluci¨®n definitiva de la banda, en febrero de 2021. Nadie llor¨® demasiado esa despedida porque para entonces (casi) nadie guardaba el nombre de Presuntos en sus oraciones. El divorcio fraternal entre los hermanos Gim¨¦nez ¡ªSole y Juan Luis, guitarrista y compositor principal¡ª termin¨® siendo desfavorecedor para ambas partes en t¨¦rminos de popularidad. Sin embargo, Sole ha conservado un nicho de p¨²blico que a¨²n le profesa respeto y simpat¨ªa, mientras que localizar a alg¨²n aficionado que recuerde con nitidez Ser¨¢ (2008), el reestreno del tr¨ªo junto a Lydia ¡ªla representante espa?ola en la Eurovisi¨®n de 1999¡ª, nos obligar¨ªa a un ejercicio de periodismo de investigaci¨®n.
El desprecio del poder y los medios por el rock y los cantautores en favor de la Movida y el pop
¡°Todos aquellos que me ensalzaban, una vez muerto Franco, decidieron que nuestra m¨²sica ya no ten¨ªa raz¨®n de ser. Y nos ponen una etiqueta de t¨ªos aburridos, barbudos con una simple guitarra¡±. Son palabras que ha repetido el cantautor extreme?o Luis Pastor cuando ha recordado los a?os ochenta. Adem¨¢s de los barbudos habr¨ªa que sumar a los melenudos del rock: Topo, Asfalto, Le?o, ?u, Bloque¡ Los rockeros y los cantautores (adem¨¢s de Pastor podemos citar a Hilario Camacho, Rosa Le¨®n. Labordeta, Pablo Guerrero, Suburbano¡) fueron b¨¢sicos durante los a?os setenta, con los estertores del franquismo y la llegada de la Transici¨®n. Su tenacidad, su lucha por la libertad, sus ganas de acabar con los autoritarismos ayudaron a la ciudadan¨ªa a crear una conciencia social y a disfrutar de una cultura libre. Pero llegaron los ochenta, las fuerzas progresistas ganaron las elecciones¡ y se olvidaron de ellos. Eran hasta inc¨®modos, porque denunciaban las injusticias de estos primeros a?os democr¨¢ticos. Fueron ignorados por los grandes medios y por el poder, que prefiri¨® contratar con el dinero p¨²blico propuestas musicales m¨¢s fr¨ªvolas y supuestamente modernas. Algunos de aquellos luchadores tuvieron que cambiar de profesi¨®n y otros resistieron a duras penas. Pocas injusticias tan flagrantes en la m¨²sica espa?ola.
Camilo Sesto regresa con Mola mazo
¡°Cuando llegamos al estudio de grabaci¨®n y vimos ese t¨ªtulo en las partituras, Mola mazo, nos miramos los unos a los otros pensando: no puede ser verdad¡±. Lo explicaba de esta manera tan gr¨¢fica Andrea Bronston, corista de Camilo Sesto y una de las personas de su m¨¢s estrecho c¨ªrculo de confianza. Corr¨ªa el a?o 2002 y el autor de Algo de m¨ª o Vivir as¨ª es morir de amor, en las horas m¨¢s bajas de su trayectoria, intentaba llamar la atenci¨®n de un p¨²blico m¨¢s joven apelando a una expresi¨®n entonces en auge entre la chavaler¨ªa. Como no pod¨ªa ser de otra manera, nadie, ni joven ni mayor, se crey¨® aquella conversi¨®n al colegueo. El de Alcoi seguir¨¢ siendo por siempre uno de los vocalistas m¨¢s asombrosos que ha conocido la m¨²sica espa?ola, adem¨¢s de un ejemplo de osad¨ªa y audacia (ese montaje temerario de Jesucristo Superstar, esa interpretaci¨®n may¨²scula de Getseman¨ª). Pero no hubo nadie lo bastante piadoso como para persuadirle de que abortara el disparate del molamazismo. La canci¨®n son¨® mucho¡ pero con la ¨²nica intenci¨®n de caricaturizar o ridiculizar a su firmante. Una tristeza.
El repudio p¨²blico a Teddy Bautista
Lo de Teddy Bautista es una pena. Pocos m¨²sicos ha conocido este pa¨ªs tan revolucionarios, brillantes y adelantados a su tiempo como este grancanario capaz de hacer al frente de Los Canarios lo que ning¨²n otro artista espa?ol habr¨ªa so?ado, ya desde su deslumbrante ¨¦poca soul (Get on your knees era una barbaridad a escala no espa?ola, sino planetaria) y hasta la osad¨ªa de convertir Las cuatro estaciones es un prodigioso delirio sinf¨®nico (Ciclos, 1974). Cuando orill¨® el arte por la gesti¨®n, entr¨® en una SGAE anquilosada y funcionarial (1983) y la convirti¨® en una entidad moderna y eficiente¡ hasta que empezaron las decisiones megal¨®manas avaladas por una camarilla complaciente. Y de ah¨ª llegamos al Caso Saga, con la entrada de la Guardia Civil en la sede central de la SGAE el 1 de julio de 2011 y la detenci¨®n de Bautista por presunto desv¨ªo de fondos. Pintaba feo, pero, tras una instrucci¨®n extenuante, Teddy y el resto de los acusados resultaron absueltos de todos los cargos en 2021. Completamente limpios. ?Alg¨²n m¨²sico, ilustre o no tanto, alz¨® la voz para disculparse? ?Alguien le ha pedido p¨²blicamente perd¨®n? ?Ha restituido la historia del pop espa?ol el buen nombre del firmante de Free yourself o el memorable Judas de Jesucristo Superstar? Por favor, un respeto: Bautista no se supo manejar ante su prolongado idilio con el poder, e incluso cometi¨® torpezas tan terribles como confiar en un brazo derecho que se fundi¨® 40.000 euros de la Visa corporativa en prost¨ªbulos, pero su contribuci¨®n a la historia de la m¨²sica en Espa?a es imprescindible.
La formaci¨®n original de Bar¨®n Rojo se re¨²ne en 2010, y se pelean desde el minuto uno
Bar¨®n Rojo ha sido la mejor banda espa?ola de rock duro. Incluso la competencia (otros grupos) no ponen en duda esta afirmaci¨®n. Sus discos y sus conciertos de los primeros a?os ochenta se antojan inalcanzables para cualquier otra agrupaci¨®n. Pero su final fue triste, con dos bandos (los hermanos de Castro, por un lado, y Sherpa y el bater¨ªa Hermes Calabria, por otro) irreconciliables. En 1989 Sherpa y Calabria se marcharon. En 2010, con las heridas todav¨ªa palpitantes (y mira que hab¨ªa pasado tiempo) se reunieron, evidentemente por el dinero (muy l¨ªcito, por otra parte), para celebrar el 30 aniversario de su nacimiento. Entraron al local de ensayo peleados y siguieron esa l¨ªnea, incluso ascendente. La gira no fue todo lo exitosa que se esperaba: en Madrid, su ciudad, arrancaron en La Riviera, una sala con una capacidad de 2.000 personas, una audiencia mucho menor de la esperada. Sin ilusi¨®n y sin ganas de ponerse de acuerdo, la reuni¨®n fue languideciendo. Ni siquiera canciones tan brutales como Resistir¨¦ o Los rockeros van al infierno pudieron con tanto rencor. Y as¨ª sigue la cosa¡
Jos¨¦ Luis Perales graba Que canten los ni?os
Jos¨¦ Luis Perales figura entre los m¨¢s grandes, y ahora ya nadie se ruboriza a la hora de proclamarlo (en sus tiempos, los modernos eran m¨¢s pudorosos para estas cosas). Adem¨¢s, para que conste, el autor de Te quiero, Celos de mi guitarra o Un velero llamado Libertad es tan bella persona que incluso se tom¨® con resignaci¨®n y buen humor el bulo veraniego de 2023 que le daba por fallecido. Pero en un cat¨¢logo de casi 700 canciones con su r¨²brica siempre se cuela alg¨²n rengl¨®n torcido. Lo del Baila con el hula-hoop (1979) habr¨¢ que perdon¨¢rselo (a rega?adientes) como una canci¨®n utilitarista para aquel bailecito con aro a la cintura que popularizaron Enrique y Ana, como recordar¨¢n con cierto bochorno los boomers. Pero Que canten los ni?os, su almibarado ¨¦xito de 1986 con aparatoso coro infantil, ya no tiene justificaci¨®n posible, ni siquiera su car¨¢cter ben¨¦fico a favor de Aldeas Infantiles. La balada es tan ?o?a, repipi y contraindicada para los niveles de az¨²car en sangre que nadie, tras escucharla, puede quit¨¢rsela ya de la cabeza. No te lo perdonaremos jam¨¢s, Jos¨¦ Luis.
Incapaces de organizar unos Premios de la M¨²sica
?Cu¨¢ntos intentos ha habido? Los Premios de la M¨²sica, los Amigo, los Ode¨®n¡ No hay forma de organizar unos galardones del sector que den lustre y repercusi¨®n a la m¨²sica espa?ola. El ¨²ltimo intento ha sido este mismo a?o, con los Premios de la Academia de la M¨²sica. Empieza la cosa regular, con los pecados de siempre: cero transcendencia, reparto de galardones entre los artistas de las multinacionales, ¨ªnfima presencia en la gala de m¨²sicos de fuste¡ Se mira con envidia al cine, a los Goya, pero se carece de uni¨®n, ilusi¨®n y esp¨ªritu de renovaci¨®n.
Jos¨¦ Mar¨ªa Cano se lanza en solitario como Josecano
Se supone que era el sensible de los Cano, el ensimismado, el de la vis po¨¦tica. Frente al perfil estruendoso de Nacho, siempre propenso a las canciones m¨¢s sintetizadas, explosivas, comerciales y, para qu¨¦ negarlo, tontorronas, el hermano mayor asum¨ªa un perfil m¨¢s intelectual, introspectivo y balad¨ªstico: L¨ªa o Hijo de la luna salieron de su pluma. Ahora bien, tras la primera disoluci¨®n de Mecano (1992) se enfrasc¨® en la composici¨®n y producci¨®n de una ¨®pera, Luna, que le cost¨® cinco a?os de trabajo y un descalabro econ¨®mico. As¨ª que en el a?o 2000 quiso regresar al redil del pop con el nombre art¨ªstico de Josecano y un ¨¢lbum encabezado por el sencillo Y ahora tengo un novio, una canci¨®n dedicada a su peque?o hijo Daniel. Sus intenciones ser¨ªan loables, pero tanto el tema estrella como el resto del disco han sido devorados por el olvido. Y casi mejor as¨ª. Jos¨¦ Mar¨ªa no ha vuelto a la m¨²sica y anda enfrascado ahora en su faceta de artista visual.
Miguel Bos¨¦ dinamita su carrera
El declive musical de Miguel Bos¨¦ no camina acompasado al estallido de la pandemia, donde el cantante se convirti¨® en motivo de preocupaci¨®n y chiste (ambas son compatibles) por la difusi¨®n de teor¨ªas disparatadas y una cerril actitud negacionista. Pero, como decimos, los bajos niveles art¨ªsticos vienen de antes. Su ¨²ltimo disco de estudio es el discret¨ªsimo Amo, de 2014, hace ya 10 a?os. Bos¨¦ nos ha regalado una d¨¦cada (de mediados de los ochenta a mediados de los noventa) de m¨²sica atrevida, innovadora, personal, comprometida con la vanguardia pop y al mismo tiempo comercial. Discos como Bandido, Salamandra o Los chicos no lloran son obras relevantes. Con eso ya ha cumplido y es l¨®gico asumir un descenso en la intensidad compositiva. Pero sus ¨²ltimos y extra?os a?os, ausentes de significaci¨®n art¨ªstica, han abierto un boquete en su carrera.
El disco sinf¨®nico de Los Secretos
Perder a un genio como Enrique Urquijo en noviembre de 1999, tan joven y con tanta m¨²sica a¨²n por delante, fue una de las mayores pu?aladas que nos ten¨ªa reservadas el destino en la historia del pop espa?ol. Pero su hermano ?lvaro ha sabido sobreponerse al dolor de manera encomiable, preservar el legado de una banda decisiva que ¨¦l tambi¨¦n fund¨® y ampliar su legado con algunos nuevos ¨¢lbumes de estudio bien apreciables, aunque de impacto muy inferior al de sus antecesores. Eso s¨ª, en su empe?o por reinventar y revalorizar los cl¨¢sicos hist¨®ricos de la banda, puede estar incurriendo en redundancias innecesarias, cuando no contraproducentes. Son comprensibles las antolog¨ªas, inevitables las reediciones conmemorativas, agradecidas las nuevas versiones en formato ac¨²stico (Con cierto sentido, 2003), justificables los ¨¢lbumes en directo a ra¨ªz de citas sonadas (Gracias por elegirme, inmortalizado en 2008 en la Plaza de Las Ventas). Hasta podemos transigir, desde el escepticismo, con el truco del disco de versiones (Algo prestado, 2015). Pero Sinf¨®nico (2012) se le atragant¨® a la parroquia, por m¨¢s que la banda intentase buscar la complicidad del pop decant¨¢ndose por una orquesta joven, la de la Universidad de Valladolid. ?Arreglos sinf¨®nicos para D¨¦jame, Ojos de gata, Pero a tu lado? Entran ganas de recurrir a otro de los t¨ªtulos reinventados: ¡°Hoy no¡±.
La retirada de Esclarecidos
Argumentaron que ya lo hab¨ªan dicho todo. Que nunca fueron un grupo al uso, con aspiraciones de pervivencia ni de profesionalizaci¨®n plena. Que el ciclo transcurrido entre M¨²sica para convenios colectivos, su pintoresco single de 1982, y la experimentaci¨®n electr¨®nica y conceptual de La fuerza de los d¨¦biles (1996) bastaba para cerrar todo ese discurso de pop intelectual, po¨¦tico, de un impresionismo evocador y una imaginaci¨®n tan lib¨¦rrima que admite pocas comparaciones en la historia de la m¨²sica espa?ola. Si alguien confiaba en que la disoluci¨®n fuese una desafecci¨®n pasajera de Alfonso P¨¦rez, fabuloso letrista de la banda y alto directivo de la discogr¨¢fica Warner, estaba muy equivocado. Pero casi tres d¨¦cadas despu¨¦s seguimos a?orando a Esclarecidos, m¨¢s a¨²n si tenemos en cuenta que coletazos posteriores, como el proyecto Lliso (1998) o el lind¨ªsimo elep¨¦ en solitario de la cantante Cristina Lliso (Si alguna vez, 2012), avalan la tesis de que a aquella aventura minoritaria pero fascinante a¨²n le quedaban balas en la rec¨¢mara.
Calamaro defiende a Luis Rubiales (entre otras muchas declaraciones)
No es que Andr¨¦s Calamaro sea verborreico, que s¨ª. Ni que pongamos en duda la libertad de expresi¨®n, que solo faltaba. Pero la habilidad del art¨ªfice de Los Rodr¨ªguez y de ¨¢lbumes como Alta suciedad u Honestidad brutal (s¨ª, los dos primeros de su segunda etapa solista: el resto es infinitamente menos reivindicable) para dilapidar por s¨ª solo su credibilidad y legado no conoce parang¨®n. Desde demasiados a?os a esta parte, cada vez que toma la palabra para pronunciarse sobre alg¨²n asunto de actualidad provoca una inc¨®moda mezcla de l¨¢stima, estupor, bochorno y verg¨¹enza ajena. La ¨²ltima, al menos hasta que lea este art¨ªculo y reincida en su torpe arte del despotrique, fue cuando se mostr¨® condescendiente con el beso no consentido de Luis Rubiales, expresidente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, procesado por agresi¨®n sexual y coacciones a la jugadora Jenni Hermoso. Un asunto que el argentino encontr¨® risible: ¡°Vuelvo, volvemos el d¨ªa que Rubiales y Jennifer puedan acercarse a menos de 200 metros¡¯', anot¨® al final de un concierto en M¨¦rida. Y a?adi¨®, puestos a disparar en todas las direcciones: ¡°Volveremos con Eva de Amaral mostrando las peras¡±. Todo muy triste y desagradable. Tanto como para recordar aquel dicho popular sobre lo guapo que algunos est¨¢n callados¡
El ¨¢lbum de regreso de Golpes Bajos
Los vigueses Germ¨¢n Coppini y Teo Cardalda solo fueron capaces de entenderse musicalmente entre 1983 y 1985, un periodo en el que lograron registrar un elep¨¦ y dos minielep¨¦s. Son un total de apenas 20 canciones, pero muchas de ellas tan fabulosas (en particular, Malos tiempos para la l¨ªrica y No mires a los ojos de la gente) que pervivir¨¢n durante d¨¦cadas en la memoria colectiva. Ahora bien, las presiones para reflotar la banda se tradujeron en 1998 en un ¨¢lbum y documental en directo dirigido por Juanma Bajo Ulloa, Vivo, que, lejos de revivir glorias pasadas, solo transmite falta de qu¨ªmica y hasta un poco de mal rollo. Empezando por la decisi¨®n de prescindir del guitarrista original de Golpes Bajos, Pablo Novoa (¡°pensaron que, habiendo menos entre los que repartir, tocar¨ªan a m¨¢s¡±), todo parec¨ªa forzado, inducido, poco sincero. Recordar esta reaparici¨®n de un grupo tan encomiable solo deja mal sabor de boca, agudizado por el dolor de que perdi¨¦ramos a Coppini tan pronto: el d¨ªa de Nochebuena de 2013, con solo 52 a?os.
Nacha Pop se re¨²nen en 2007
Incluso la fecha era inopinada: 19 a?os despu¨¦s de su separaci¨®n, Nacha Pop regresaron en 2007. Bueno, volvieron dos de los cuatro, sus l¨ªderes, Antonio Vega y Nacho Garc¨ªa Vega. ?ete (bater¨ªa) y Carlos Brooking (bajista) quedaron fuera por diferentes circunstancias. Una gira de unos cuatro meses con final en Madrid. El proyecto no descarril¨® porque la s¨®lida banda que los acompa?¨® soport¨® la base del sonido. Pero dol¨ªa ver el contraste: la euforia desmedida de Nacho y la pesadumbre de Antonio, cabizbajo, con un deterioro f¨ªsico importante (fallecer¨ªa un a?o y medio despu¨¦s, en 2009). Los conciertos en solitario de la ¨²ltima etapa de Antonio acontec¨ªan en locales peque?os, donde a pesar de las malas condiciones f¨ªsicas del protagonista eran frecuentes los momentos de magia, debido precisamente a esa fragilidad poderosa que ten¨ªa el madrile?o y que le permit¨ªa renacer en el momento m¨¢s inesperado. Sin embargo, en grandes recintos, la distancia que separaba el ¨¢nimo entre los primos era insalvable. Si se busca en YouTube la interpretaci¨®n de V¨ªstete de esa gira se ver¨¢ perfectamente esta polarizaci¨®n.
Marta S¨¢nchez se inventa una letra para el himno de Espa?a
La letra se le ocurri¨® en su casa de Miami y un d¨ªa de 2018. En un escenario tan castizo como el madrile?o Teatro de la Zarzuela, Marta S¨¢nchez cant¨® su himno de Espa?a. Seg¨²n el Real Decreto 1560/1997 publicado en el BOE, el himno de Espa?a no tiene letra. Pero siempre existen personalidades audaces que reescriben la historia¡ M¨¢s all¨¢ de la osad¨ªa, lo que chirr¨ªa en esta ocurrencia de la que fuera cantante de Ol¨¦ Ol¨¦ es una letra tan sonrojante. ¡°Rojo, amarillo, colores que brillan en mi coraz¨®n y no pido perd¨®n. / Te amo, Espa?a. / A Dios le doy las gracias por nacer aqu¨ª, honrarte hasta el fin¡±, dice la letra. El cl¨ªmax se alcanz¨® cuando Marta S¨¢nchez la interpret¨® junto a Pl¨¢cido Domingo. No pod¨ªa ser en otro lugar que en festival Starlite de Marbella.
La Cabra Mec¨¢nica hace el anuncio de la ONCE
A veces, paradojas de la vida, el ¨¦xito se vuelve contraproducente o se revuelve contra su propio beneficiario. Lo sabe bien Miguel ?ngel Hernando, alias Lichis, que en 2001 celebraba el enorme ¨¦xito de su tercer elep¨¦ al frente de La Cabra Mec¨¢nica, Vestidos de domingo, cuando recibi¨® una de esas ¡°ofertas irrechazables¡± que acaban resultando envenenadas. La Organizaci¨®n Nacional de Ciegos le propuso que escribiera una nueva canci¨®n que habr¨ªa de servir como sinton¨ªa para la nueva campa?a del cuponazo de esta instituci¨®n ben¨¦fica y Lichis respondi¨® a tan tentadora oferta con No me llames iluso (2003), que son¨® hasta la extenuaci¨®n, en todas partes, durante meses. Y no es que la canci¨®n fuese regulera y, de tan repetida, estomagante; lo peor fue que dilapid¨® la credibilidad de Hernando como un autor callejero, ocurrente y librepensador. Ha seguido escribiendo algunas cosas estupendas (recuperen su disco Modo avi¨®n, de 2014), pero de manera intermitente y con una acogida injustamente marginal.
Tierra para bailar, el disco de nuevas versiones de Radio Futura
No hay duda: los Auser¨®n y compa?¨ªa encabezaron una de las aventuras m¨¢s apasionantes que ha conocido el pop espa?ol de todos los tiempos, con cuatro discos de estudio, entre La ley del desierto / La ley del mar (1984) y Veneno en la piel (1990), sencillamente para enmarcar. Pero esta historia ser¨ªa perfecta si no fuera por la poca ma?a de sus protagonistas con el pr¨®logo y el ep¨ªlogo. Las serias divergencias entre Santiago y Luis Auser¨®n y su mentor original, el gafotas Herminio Molero, lastr¨® para siempre el debut oficial de la banda, M¨²sica moderna (1980), del que los hermanos prefieren ni mencionar cuando hacen balance de sus carreras. Y cuando la qu¨ªmica remiti¨® y Santiago quiso emprender el vuelo en solitario como Juan Perro, la despedida consisti¨® en un recopilatorio algo sui g¨¦neris, con ¡°versiones actualizadas m¨¢s desenfadadas y bailables¡± de algunos de sus grandes ¨¦xitos. Llevaba por t¨ªtulo Tierra para bailar, vio la luz en 1992 y desde entonces seguimos buscando a alg¨²n seguidor que prefiera alguna de estas lecturas a las primigenias.
Que los m¨²sicos solo aparezcan por televisi¨®n para hacer de jurados
Salvo casos aislad¨ªsimos (como Un pa¨ªs para escucharlo, edificante espacio de La 2 conducido por Ariel Rot), la m¨²sica lleva a?os desaparecida de las cadenas de televisi¨®n tradicionales. Algunos responder¨¢n: y Benidorm Fest y Eurovisi¨®n, qu¨¦. Bueno, estos son espect¨¢culos televisivos con la m¨²sica pregrabada, as¨ª que descartados. El caso es que se cuentan muchos m¨²sicos desfilando por las pantallas, casi ocupando m¨¢s minutos que nunca. Pero todos sin entonar una sola nota. Son coach, o sea, entrenadores, y jurados que eval¨²an, lloran, cuentan chistes y montan la de dios mientras deciden si Asier canta mejor que Ainhoa (nombres ficticios). Se produce m¨¢s m¨²sica que nunca, se calcula que en Spotify se publican 30.000 canciones ?al d¨ªa! y los conciertos y los festivales agotan las entradas. ?Qu¨¦ reflejo tiene todo esto en televisi¨®n? A Antonio Orozco diciendo: ¡°Tu voz tiene una magia especial¡±.
M-Clan triunfan con Carolina, una canci¨®n que odian
Eran rockeros de verdad, de los que han escuchado a Led Zeppelin y a los Allman Brothers hasta en sue?os, pero la mano m¨¢gica de Alejo Stivel en la producci¨®n les llev¨® a alcanzar en 1999 al gran p¨²blico con su tercer elep¨¦ (Usar y tirar) sin renunciar ni a los guitarrazos ni a la prodigiosa garganta ¨¢spera de Carlos Tarque. Para exprimir el momento dulce, M-Clan se plante¨® un ¨¢lbum ac¨²stico en directo, a la manera de los Unplugged de la MTV, aglutinando temas ya publicados e in¨¦ditos, y, ante la insistencia discogr¨¢fica de contar con un buen single, accedieron a incluir el de inmediato celeb¨¦rrimo Carolina. ?El problema? La canci¨®n era muy pegadiza, pero no se ajustaba en absoluto al esp¨ªritu de los murcianos, por no mencionar que su argumento, el acoso a ¡°la dulce ni?a Carolina¡±, que ¡°no tiene edad para hacer el amor¡±, es algo m¨¢s que grimoso. Carolina lleg¨® al n¨²mero 1 de Los 40 y dispar¨® la popularidad de la banda hasta el infinito, pero Tarque y Ricardo Ruip¨¦rez ya se encargan de tocarla lo menos posible.
Los grupos indies espa?oles se empe?an en cantar en ingl¨¦s
Fue una pandemia que dur¨® bastante. El indie-rock de los noventa (y m¨¢s all¨¢) espa?ol prefer¨ªa cantar en ingl¨¦s. O en algo parecido al ingl¨¦s. Como confes¨® a?os m¨¢s tarde Fran Fern¨¢ndez, guitarrista y vocalista de Australian Blonde, la letra de Chup, Chup (1993), primerizo himno del indie patrio, ¡°no habla de nada: est¨¢ escrita en spanglish¡±. Dover, El Inquilino Comunista, Manta Ray (la banda de Nacho Vegas), Lord Sickness, Sexy Sadie; m¨¢s tarde Deluxe (el grupo de Xoel L¨®pez) o Sidonie. Todos comenzaron sus carreras expres¨¢ndose en ingl¨¦s. ?La justificaci¨®n? Porque solo escuchaban m¨²sica en ese idioma. La realidad: complejo de inferioridad con el castellano. Lo llamativo es que la mayor¨ªa no se defend¨ªa en ingl¨¦s. Jota, vocalista de Los Planetas, ha reconocido con d¨¦cadas de retraso que ¨¦l enterraba su voz (esta s¨ª, en castellano) porque estaba mal visto cantar en espa?ol. Luego todos maduraron, la vida les dio un par de revolcones y ya contaron con material para elaborar sus historias.
El disco africano de Dover
A las hermanas Llanos (Cristina y Amparo) se las recordar¨¢ siempre por aquel Devil Came to Me (1997) que las convirti¨® en una sucursal del grunge en Majadahonda, despach¨® la friolera de 900.000 ejemplares y les reserv¨® una p¨¢gina en la historia tanto a ellas como a su discogr¨¢fica, Subterfuge. Pero tras una serie de movimientos entre audaces y titubeantes, a la altura del s¨¦ptimo disco pareci¨® sec¨¢rseles el tarro de las esencias. Y en esas se sacaron de la manga I ka ken¨¦ (2010), un disco de inspiraci¨®n africana, m¨¢s espec¨ªficamente maliense, que parec¨ªa nacido a partir de un par de consultas en Wikipedia y una tarde de documentales de La 2. El cuarteto madrile?o quiz¨¢ lleg¨® a so?ar con que las comparaciones apuntasen hacia Graceland (Paul Simon) o Rei momo (David Byrne), pero solo obtuvieron calificativos como ¡°afrochunguito¡±. Un desdichado disparate del que ya nunca lograron reponerse.
Los villancicos de Raphael
?De verdad necesitamos explicar esto, m¨¢s all¨¢ del titular? Raphael es un artistazo de pies a cabeza, un ni?o prodigio que sigue impartiendo lecciones y dej¨¢ndose la piel durante m¨¢s de tres horas sobre el escenario incluso ahora, ya octogenario (?cosecha del 43, oigan!). Tiene un vozarr¨®n privilegiado, ha ido siempre por delante de casi todo hijo de vecino, se ha reivindicado digan lo que digan, ha jugado a la ambig¨¹edad y el desconcierto, es h¨¢bil busc¨¢ndose aliados y compositores (ese t¨¢ndem con Manuel Alejandro es una fundici¨®n como no se conoc¨ªa desde la fragua de Vulcano), ha triunfado en lugares ins¨®litos (pregunten en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica), nos defendi¨® en Eurovisi¨®n por dos veces con una canci¨®n maravillosa y otra maravillos¨ªsima, ha acabado concitando el consenso incluso entre los m¨²sicos j¨®venes que empezaron tom¨¢ndoselo a chiste¡ Pero ?esa fijaci¨®n por los villancicos? ?Esas navidades pavorosas en La 1, un a?o tras otro? Si el turr¨®n a menudo se atraganta, el Tamborilero es garant¨ªa de un severo ardor de est¨®mago.
Carmen Par¨ªs se pone a cantar jotas¡ en ingl¨¦s
Nos encanta Carmen Par¨ªs, la gran jotera del siglo XXI. Es brillante. Talentosa. Transgresora. Revolucionaria. Tiene un vozarr¨®n que utiliza para emocionar, no para avasallar. Y solo ella ha sido capaz de sacar la jota aragonesa de las ferias tradicionales y redimensionarla como un artefacto de la modernidad, en especial con los ¨¢lbumes Pa¡¯ mi genio (2002) y Jotera lo ser¨¢s t¨² (2005), brillantes desde sus propios t¨ªtulos. Pero con EJazz con jota (2013) se pas¨® un pel¨ªn de frenada. Lo de aliarse con la Concert Jazz Orchestra y poner rumbo a Boston para la grabaci¨®n parec¨ªa muy buena idea, pero¡ ?qu¨¦ necesidad hab¨ªa de convertir Entre tus manos en Between your hands o que Cadenica de oro llegase a nuestros o¨ªdos como Little chain of gold? Tenemos que hacer pi?a ante la Unesco para la declaraci¨®n de la jota como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, pero no intentemos persuadir a nadie en la sede central de Par¨ªs de que Noble y brav¨ªa resulta m¨¢s veros¨ªmil si do?a Carmen nos la canta en su adaptaci¨®n Noble & brave.
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