Justicia po¨¦tica para Pedro Almod¨®var
Pese a todos sus ¨¦xitos internacionales, el director a¨²n no ten¨ªa el premio principal de un gran festival europeo. La distinci¨®n en Venecia recompensa a un cineasta al que ya solo le falta la Palma de Oro
Es nuestro director m¨¢s internacional, m¨¢s profeta fuera que dentro, premiado y apreciado en todo el mundo menos en Espa?a, donde su cine y su figura siguen despertando recelos. Son los lugares comunes que suelen acompa?ar al nombre de Pedro Almod¨®var, el visionario venerado en el extranjero, pero no siempre en su casa. Ni una cosa ni la otra son del todo ciertas. La realidad cuenta una versi¨®n un poco distinta: al director le cost¨® 20 a?os ganarse el respeto internacional, cuando ya era un nombre de culto en Espa?a, y su relaci¨®n con los cert¨¢menes europeos no siempre ha sido f¨¢cil. El Festival de Cannes, que lo acab¨® encumbrando como uno de los grandes genios del cine actual, tambi¨¦n le reserv¨® ciertos reveses. En su d¨ªa, el certamen franc¨¦s rechaz¨® algunas de sus pel¨ªculas m¨¢s conocidas, como Mujeres al borde de un ataque de nervios, ?tame y Tacones lejanos. ¡°No sab¨ªan si era buen cine o una petardada¡±, cont¨® Almod¨®var en 2019. Cannes no le abri¨® sus puertas hasta Todo sobre mi madre, pocos meses antes de que ganara con ella su primer Oscar.
Pese a todos sus ¨¦xitos en todo el mundo ¡ªotro Oscar por Hable con ella, dos Globos de Oro, cuatro Baftas y tres C¨¦sar, entre muchos otros¡ª, los festivales europeos han sido esquivos con Almod¨®var y han tendido a favorecer el trabajo de sus int¨¦rpretes, m¨¢s que el suyo. Tal vez porque la singularidad y la exuberancia de su cine no siempre han jugado a su favor a la hora de crear consensos en jurados formados por personas con gustos divergentes. Almod¨®var tiene un premio al mejor director en Cannes por Todo sobre mi madre y otro al mejor guion por Volver, pero es uno de los pocos grandes nombres del cine internacional sin la Palma de Oro o el Gran Premio del Jurado, y se fue con las manos vac¨ªas del festival franc¨¦s con Los abrazos rotos, La piel que habito y Julieta.
Los festivales hab¨ªan tendido a favorecer el trabajo de sus actores, m¨¢s que el suyo. Tal vez porque la singularidad de su cine no juega a su favor a la hora de crear consensos
Desde el desenga?o de Dolor y gloria, cuando todo el mundo dio por hecho que la Palma de Oro era suya hasta que lleg¨® Par¨¢sitos, Almod¨®var no ha vuelto a Cannes con ninguna de sus pel¨ªculas, salvo para presentar el corto Extra?a forma de vida en 2023, al margen de la competici¨®n. Como si fuera un peque?o castigo a un mal novio, Almod¨®var se hab¨ªa refugiado en la Mostra, un festival que ya hab¨ªa aplaudido Entre tinieblas en 1983 ¡ªrebautizada en Italia con el t¨ªtulo bu?uelesco de El indiscreto encanto del pecado¡ª y premiado a Mujeres al borde de un ataque de nervios, adem¨¢s de concederle un Le¨®n de Honor en 2019. Desde entonces, Almod¨®var ha sido fiel a Venecia. En la edici¨®n pand¨¦mica de 2020, present¨® La voz humana. En 2021, inaugur¨® el festival con Madres paralelas, que se fue con una Copa Volpi a la mejor actriz para Pen¨¦lope Cruz.
Este crescendo veneciano concluye con un premio que sirve de reparaci¨®n simb¨®lica para un director al que ya solo le falta, ahora s¨ª, la Palma de Oro. La acogida ha sido estelar, salvo por una parte de la prensa anglosajona, tal vez estupefacta al descubrir el artificio asumido de un cine que nunca pretendi¨® ser naturalista. Desde Julieta, con la que La habitaci¨®n de al lado guarda algunos parecidos ¡ªese debi¨® ser su primer proyecto en ingl¨¦s, protagonizado por Meryl Streep¡ª, el cine de Almod¨®var se ha ido ti?endo de luto. El director ha entrado en una fase de madurez cl¨¢sica, una etapa austera y crepuscular, casi protestante, dominada por temas como la soledad y la muerte. Desde Hable con ella, su primera pel¨ªcula tras despedir a su madre, ya se hab¨ªa ido despojando de los colores y las canciones para hablar, cada vez m¨¢s, de la finitud.
En La habitaci¨®n de al lado, una mujer agoniza en un mundo agonizante, en una casa campestre de un pa¨ªs pospand¨¦mico en el que los abrazos est¨¢n prohibidos, para evitar posibles acciones legales, y la humanidad se ha dado cuenta, por fin, de su obsolescencia programada. La eutanasia ser¨¢ legal, dice un magn¨ªfico John Turturro en la pel¨ªcula, cuando el sistema sanitario colapse por completo. Todo apunta que est¨¢ al caer, en la ficci¨®n y m¨¢s all¨¢, insin¨²a Almod¨®var. Y que los afectos ser¨¢n, ante esa perspectiva, la forma m¨¢s sana de supervivencia, por poco que esta vaya a durar. La pel¨ªcula es un estilizado melodrama con grandes actrices, pero tambi¨¦n un documento existencial sobre el presente. No es extra?o que Venecia haya sucumbido esta vez.
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