Las 31 artistas que convirtieron a Peggy Guggenheim en pionera del feminismo
La Fundaci¨®n Mapfre recrea en Madrid una de las exposiciones m¨¢s importantes de la mecenas estadounidense
Pr¨®xima a cumplir 40 a?os, la mecenas y marchante Peggy Guggenheim (Nueva York, 1898 - Camposampiero, Italia, 1979) decidi¨® abrir en 1942 una galer¨ªa de arte contempor¨¢neo. La llam¨® The Art of This Century Gallery y estaba situada en el n¨²mero 30 de la calle 57. La multimillonaria recurri¨® a los grandes artistas para darse a conocer como marchante. La galer¨ªa fue dise?ada por el arquitecto Frederick Kiesler y por sus salas desfilaron los grandes nombres que entonces romp¨ªan el canon art¨ªstico. Uno de sus asesores fue su gran amigo Marcel Duchamp, cuyas opiniones ella sol¨ªa respetar. Pero entre las muchas exposiciones que le dio tiempo a montar antes de trasladarse a Venecia en 1947, hay una que el paso del tiempo le ha dado una importancia crucial. Se titul¨® 31 Women (31 mujeres) y estuvo protagonizada por artistas m¨¢s o menos conocidas en la ¨¦poca.
Todas ellas est¨¢n representadas en la muestra 31 mujeres. Una exposici¨®n de Peggy Guggenheim, que entre el 19 de septiembre y el 5 de enero se puede ver en la sede madrile?a de la Fundaci¨®n Mapfre. Las obras han sido prestadas por la Fundaci¨®n 31 Women Collection, creada en 2020 por la empresaria Jenna Segal. La fundaci¨®n busca empoderar a las mujeres dentro del mundo de las artes pl¨¢sticas, el cine y el teatro. Mapfre ha presentado tambi¨¦n otras dos exposiciones: Weegee, autopsia del espect¨¢culo y Paul Durand-Ruel y los ¨²ltimos destellos del impresionismo.
Durante un minucioso recorrido por la exposici¨®n, la comisaria Patricia Mayayo explica que esta muestra, producci¨®n de Mapfre, quiere ser un homenaje a Peggy Guggenheim por la osad¨ªa que demostr¨® al atreverse a montar una exposici¨®n exclusivamente protagonizada por mujeres. Reconoce que hubo otras iniciativas m¨¢s o menos oficiales o m¨¢s o menos rompedoras, pero nadie se arriesg¨® a una apuesta comercial como Guggenheim.
?Era feminista o una marchante con olfato que supo ver que sus elegidas se acabar¨ªan convirtiendo en cotizadas figuras (Frida Kahlo, Leonora Carrington, Djuna Barnes)? ¡°Era una mujer muy contradictoria¡±, responde Mayayo. ¡°No creo que pueda decir que era una feminista tal como hoy entendemos la palabra. Pero es cierto que dio un innegable impulso al arte hecho por mujeres. Entre sus primeros objetivos estaba poner en valor la contribuci¨®n de las artistas, despreciadas muchas veces por la mirada patriarcal de la ¨¦poca, como musas, imitadoras o acompa?antes de famosos artistas hombres¡±.
En la lista de artistas elegidas para participar en aquella exposici¨®n hab¨ªa nombres famosos y una gran parte de lo que ahora llamar¨ªamos talentos emergentes. Proven¨ªan de Europa y Estados Unidos, y estaban vinculadas, en su mayor¨ªa, al surrealismo o al arte abstracto. ¡°Cuando abre la galer¨ªa¡±, cuenta Mayayo, ¡°ella viene de Europa huyendo de la guerra. Pero su experiencia como marchante en Londres y sus intensas relaciones con todos los surrealistas en Par¨ªs la hab¨ªan convertido ya en alguien prestigioso en el mundo del arte. Breton, Duchamp o Max Ernst tuvieron mucho que ver en ese prestigio que ella consigui¨®¡±.
En las vitrinas y paredes se recoge informaci¨®n abundante sobre aquella exposici¨®n. No se conserva el texto ¨ªntegro escrito por la galerista para la prensa, pero est¨¢ claro que indica que con la exposici¨®n quer¨ªa cuestionar los prejuicios de su ¨¦poca acerca de las mujeres artistas.
Se sabe que la exposici¨®n fue un ¨¦xito en ¨¢mbitos art¨ªsticos. En lo econ¨®mico, no se sabe a ciencia cierta qu¨¦ es lo que se vendi¨® o qu¨¦ es lo que se guard¨® la coleccionista. En la vitrina se expone un folio escrito a m¨¢quina con los nombres de las artistas y alguna referencia a su obra, pero no hay t¨ªtulo ni precios. Lo cierto es que en la exposici¨®n original no hab¨ªa fotograf¨ªa y aqu¨ª se puede ver un retrato de la baronesa y artista Elsa von Freytag-Loringhoven en su apartamento del Village, en 1915, y un retrato de Leonor Fini, realizado por Dora Maar en 1934. La comisaria a?ade que artistas como las dos retratadas son un ejemplo de lo que hac¨ªan las mujeres para escapar a las expectativas sociales y los roles de g¨¦nero de su ¨¦poca. Para ello usaban espectaculares disfraces y maquillajes extravagantes que luc¨ªan tanto en su vida diaria como cuando le lanzaban a interpretar performances improvisadas.
Peggy Guggenheim ten¨ªa relaci¨®n personal con casi todas las 31 artistas de la exposici¨®n. Entre ellas hab¨ªa muchos lazos familiares o amistosos. Sin ir m¨¢s lejos, Peggy incluy¨® cuadros de su hija Pegeen Vail Guggenheim, pese a la terrible relaci¨®n que tuvieron entre ambas y tambi¨¦n de su hermana, Barbara Hazel Guggenheim. Otro nombre llamativo es Jacqueline Lamba, a quien Breton, su pareja, le neg¨® el pan y la sal como artista. Exponen juntas amigas tan relevantes como Hedda Sterne, Dorothea Tanning y Meret Oppenheim o Xenia Cage, quien junto a su marido, John Cage, ilumin¨® las muchas reuniones de artistas que Peggy Guggenheim organizaba en su casa de Nueva York.
A la hora de valorar el poso que esta exposici¨®n dej¨® en el feminismo, la comisaria no duda en afirmar que la iniciativa fue muy positiva para las mujeres artistas porque se abri¨® un camino que hasta entonces ten¨ªa v¨ªas muy estrechas. Es parte de la historia, pero la repercusi¨®n pudo ser mayor: ¡°Se publicaron informaciones y cr¨ªticas y la gente fue y compr¨®. Pero el cr¨ªtico de The New York Times, por ejemplo, declin¨® su asistencia pretextando que no ten¨ªa tiempo que perder para ver obras solo hechas por mujeres¡±.
Babelia
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