La cantante m¨¢s bella de Francia
Marie Lafor¨ºt fue actriz y cantante. Sus discos abrieron un surco entre el folk internacionalista y las variet¨¦s galas
Las canciones tienen una larga vida en nuestra memoria: se alojan en el hipocampo y pueden reaparecer en los momentos m¨¢s inoportunos. Ando elaborando una comparaci¨®n entre la historia pop de Manchester y Liverpool, ciudades hermanas pero rivales en asuntos futbol¨ªsticos¡ y musicales. Y una melod¨ªa se interpone. No es de los Searchers ni de los Happy Mondays: se trata de Manchester et Liverpool, composici¨®n de Andr¨¦ Popp que arras¨® en 1966 en la voz anhelante de Marie Lafor¨ºt.
Manchester et Liverpool no sirve para mi reportaje. M¨¢s bien, te pone en modo sentimental: la protagonista languidece recorriendo ambos lugares, buscando los ecos de un amor pasado. S¨ª, es pegajosa, pero aqu¨ª pesa m¨¢s la cantante que la canci¨®n. Marie Lafor¨ºt se hab¨ªa iniciado en el cine y la canci¨®n hacia 1959. Irrumpi¨® con A pleno sol, donde conviv¨ªa con el resplandor animal de Alain Delon en el papel de Tom Ripley. Al poco, fichaba como cantante por el sello Festival, en el momento de apogeo del Extended Play (EP), aquellos manejables discos de 17 cent¨ªmetros que conten¨ªan cuatro temas, con funda acartonada.
Triunf¨® a lo grande en 1963, con Les Vendanges de l¡¯Amour, que incluso grab¨® en castellano, Y volvamos al amor. Pero la industria discogr¨¢fica espa?ola, con su ¨¦nfasis en los EP y los sencillos, minimiz¨® la proyecci¨®n de Marie. En sus ¨¢lbumes, ella manifestaba una querencia por el folk, con temas de Dylan o Paul Simon, compatible con sus adaptaciones de melod¨ªas sudamericanas y otros exotismos: el Paint it Black, de los Rolling Stones, se convert¨ªa en una especie de org¨ªa de cosacos. Curioso?: Manchester et Liverpool fue un ¨¦xito clandestino en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, gracias a su uso como sinton¨ªa en la informaci¨®n meteorol¨®gica de la televisi¨®n estatal.
Frente a las voces gatunas de tantas estrellas del yey¨¦, ella cultivaba un registro variado. Pod¨ªa cantar a la Virgen Mar¨ªa y luego hacer historias tan perversas como Frantz, encarnando a una criatura hedonista, que ignora a su marido agonizante para bailar con un pretendiente. Y algo sab¨ªa ella de conflictos matrimoniales: se cas¨® cinco veces.
Mi amor a distancia con Marie se agri¨® en los a?os de la Transici¨®n, cuando se anunci¨® su presencia en un mitin de Fuerza Nueva, en Madrid. No me atrev¨ª a acercarme para comprobarlo. En Francia, no parec¨ªa alardear de militancia pol¨ªtica, aunque en 2012 fue condenada a una multa simb¨®lica por discriminaci¨®n, tras publicar un anuncio buscando una persona para limpiar su apartamento parisino, con la condici¨®n de que no fuera ¡°musulmana ortodoxa¡±.
Y con todo, piqu¨¦. En los tiempos finales del Virgin Megastore de Champs-?lys¨¦es, verdadera cueva de Aladino para disc¨®filos, consegu¨ª una caja de siete CD con lo que Marie grab¨® para Festival entre 1960 y 1970, incluyendo curiosidades como versiones de sus ¨¦xitos en espa?ol, italiano, alem¨¢n, ingl¨¦s.
Todo vicio tiene su penitencia. Recientemente, ha salido una caja ¡ªno mucho m¨¢s cara¡ª verdaderamente integral, comprendiendo todo lo que hizo para diferentes compa?¨ªas: casi 400 canciones repartidas en 18 CD. No s¨¦ si mi pasi¨®n por Marie Lafor¨ºt llega hasta tanto. Aunque all¨ª est¨¢ su despedida a los Beatles (Il a neig¨¦ sur Yesterday) y el testimonio de sus directos. Hmmm.
Babelia
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