Vicky Pe?a: ¡°En un escenario siento que sirvo algo a la sociedad¡±
La actriz protagoniza ¡®Todos p¨¢jaros¡¯, una obra de Wajdi Mouawad que dirige Mario Gas
Despu¨¦s de cuatro semanas de ensayos, trabajando en un personaje de la obra Todos p¨¢jaros, se produjo un peque?o cataclismo. El abandono por enfermedad de N¨²ria Espert oblig¨® a Vicky Pe?a (Barcelona, 70 a?os) a asumir el personaje de la abuela en la obra de Wajdi Mouawad, el dramaturgo canadiense de origen liban¨¦s, figura central de la dramaturgia internacional. Dirigida por Mario Gas, Todos p¨¢jaros, una sobrecogedora e intrigante historia de amor en medio del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª, que indaga en la identidad y la violencia, se estrena hoy viernes en los Teatros del Canal de Madrid, donde se representar¨¢ hasta el pr¨®ximo d¨ªa 29. Enfermera diplomada y ciudadana comprometida, Premio Nacional de Teatro en 2009 y reciente Medalla de las Bellas Artes, Vicky Pe?a se abre a hablar de todo en un encuentro, en el Teatro Espa?ol, donde la temporada pasada coincidi¨® con N¨²ria Espert en La isla del aire, al d¨ªa siguiente del primer ensayo con p¨²blico de Todos p¨¢jaros.
Pregunta. ?C¨®mo se asume ese cambio repentino de personaje?
Respuesta. Con disgusto, porque supon¨ªa la renuncia a la presencia de N¨²ria Espert, con susto y con mucha responsabilidad. Tambi¨¦n reconozco que sent¨ª cierto deleite y placer.
P. De la madre a la abuela, un cambio significativo a nivel interpretativo ?Lo ve usted as¨ª?
R. Tienen densidades dram¨¢ticas muy distintas, adem¨¢s de lo que supone pasar de una generaci¨®n a otra. Es un cambio muy sustancial.
P. Una abuela que esconde un secreto sobrecogedor.
R. Yo me dejo llevar por la pauta de suspense que plantea el autor en la obra. El autor va desvelando, dando peque?as dosis de informaci¨®n que al espectador le pueden sorprender al principio, luego mosquearle y finalmente ofrecerle un mosaico completo de cual es la verdad. En esta funci¨®n, el autor escribe casi como si tratara de una novela negra.
P. Sustituir a N¨²ria Espert no supone ninguna tonter¨ªa. ?Aument¨® su grado de responsabilidad?
R. Sin duda. Cada montaje, cada premio supone un mayor grado de responsabilidad. Sustituir a N¨²ria e interpretar un personaje como este es algo muy serio. La obra tiene aspectos sociales, hist¨®ricos, familiares y tambi¨¦n humor¨ªsticos. Es un texto muy potente.
P. Ayer, N¨²ria Espert asisti¨® al ensayo y aplaudi¨® con pasi¨®n al finalizar la representaci¨®n. ?Fue algo especial para usted?
R. A N¨²ria la aprecio de una manera extraordinaria. He tenido pocas posibilidades de trabajar con ella. Lo hice en Do?a Rosita la soltera y la temporada pasada en La isla del aire. N¨²ria es una gran maestra de vida, de actitud ante el teatro. Su saber hacer, su discurrir tranquilo por el texto, la interpretaci¨®n, es muy aleccionador. Que estuviera ayer fue muy estimulante, muy acojonante y muy gratificante. Ella es el coraz¨®n de esta compa?¨ªa y la echamos mucho de menos.
P. Viendo su trayectoria m¨¢s reciente, parece que no le falta trabajo. ?Se imaginaba llegar a los 70 a?os as¨ª?
R. Parece que no me falta el trabajo, pero paso temporadas sin hacer nada. Sale todo de golpe y se solapan las apariciones p¨²blicas. He tenido la suerte de que las cosas que hago se ven mucho y se aprecian, por eso puede parecer que estoy siempre en el candelero, pero no es as¨ª. En todo caso, no me quejo en absoluto. En este trabajo nos morimos de hambre o nos morimos de sue?o. Siempre ha sido as¨ª.
P. ?No tiene ganas de jubilarse?
R. Yo estoy jubilada administrativamente, porque he cotizado a la Seguridad Social como trabajadora del espect¨¢culo. Mientras existan papeles y yo tenga capacidad y gusto por hacerlos, ah¨ª estar¨¦. Esta profesi¨®n me resulta nutritiva an¨ªmicamente. En un escenario siento que sirvo para algo en la sociedad. Mientras pueda pienso seguir al pie del ca?¨®n.
P. Pero estar tres horas diarias sobre un escenario no es ninguna tonter¨ªa.
R. No, claro que no, pero m¨¢s duro es trabajar en una mina o ser una kelly haciendo camas con horarios infames. Reconozco que la interpretaci¨®n es una profesi¨®n complicada. El tipo de concentraci¨®n y dedicaci¨®n emocional que te requiere la interpretaci¨®n en directo es realmente muy exigente. Disfruto mucho, pero tambi¨¦n sufro.
P. ?Se considera una actriz disciplinada y obediente?
R. Creo que s¨ª. Soy exigente o estricta, pero muy disciplinada si se me dan buenas razones. A veces, me parece que soy un poco respondona o cr¨ªtica, porque considero que lo que se me pide no se ajusta, equivocadamente tal vez, a lo que yo creo del personaje.
P. ?Incluso con un director como Mario Gas, al que tan bien conoce y con el que ha trabajado tantas veces?
R. Sobre todo con ¨¦l. A veces soy una marisabidilla porque est¨¢ claro que donde hay confianza da asco. Tengo conocimiento pleno de su gran sabidur¨ªa teatral y me pongo en sus manos.
P. ?Ha cambiado mucho el teatro desde que usted comenz¨®?
R. Mucho. El teatro sigue siendo lo que es, un lugar de convocatoria de gente que se une para escuchar una misma historia y encontrar un eco que circula entre ellos. Pero hay muchas cosas que han cambiado. Cuando yo empec¨¦ hab¨ªa muy pocos teatros p¨²blicos. Hab¨ªa empresarios de compa?¨ªa y empresarios de paredes, aquellos que ten¨ªan edificios teatrales. Ahora, hay teatro privado y p¨²blico que ejercen entre s¨ª una competencia que podr¨ªa ser positiva, pero que, a mi modo de ver, no lo es. El teatro privado est¨¢ asumiendo terrenos que deber¨ªan de ser del teatro p¨²blico y el teatro p¨²blico est¨¢ como relegado o intentando emular aquello que hace el privado. Hoy en d¨ªa se escribe mucho teatro. Hay alguna autor¨ªa muy interesante, pero tambi¨¦n mucho que yo califico de teatro del ombligo, con muy poca trascendencia. Hay como una ansiedad generacional e individual que creo que tiene un vuelo muy corto. Los bares de los teatros est¨¢n desapareciendo y por tanto desaparecen esos momentos de reflexi¨®n y de sentirte en com¨²n con los espectadores o tus propios compa?eros. Hay teatros hoy en d¨ªa que pod¨ªan ser un gimnasio o un banco o una multinacional de chocolatinas y eso me parece terrible. A mi me gustan los teatros con sus terciopelos oscuros.
P. ?Qu¨¦ le pide al teatro p¨²blico?
R. Le pido responsabilidad y repertorio, que est¨¦ atento a la tradici¨®n y a la actualidad. Tambi¨¦n le pido que sea c¨¢lido y acogedor para el p¨²blico y los trabajadores. Los montajes de un teatro p¨²blico como es el Centro Dram¨¢tico Nacional que yo pago viviendo en Barcelona, igual que lo paga un vecino de Aranda de Duero o de Tolosa, no llegan a nuestras ciudades. Igual pasa con el Teatro Cl¨¢sico o el de la Zarzuela que tambi¨¦n pagamos entre todos los espa?oles. Los teatros nacionales deber¨ªan de tener la obligaci¨®n de girar, de hacer repertorios y funciones con 20, 30 o 40 int¨¦rpretes, sobre todo despu¨¦s de la pandemia que fue devastadora para nuestra profesi¨®n, y as¨ª dar trabajo a mucha gente, t¨¦cnicos incluidos. Siguen haciendo espect¨¢culos para uno o dos actores en salas grandes y esto me parece fatal.
P. Todos p¨¢jaros es un espect¨¢culo pegado a la realidad que, adem¨¢s, coincide con la violencia actual en el conflicto israel¨ª-palestino. ?Lo vive usted as¨ª sobre el escenario cada tarde?
R. Claro y, adem¨¢s, se vive con la conciencia de que algunas de las cosas que anuncia Mouawad en el texto, estrenado en 2017, que suenan como amenazas, son reales y se est¨¢n cumpliendo.
P. ¡°No estamos hechos para conocernos y vivir juntos¡±, se escucha en la obra. ?Es un conflicto sin soluci¨®n?
R. Mouawad as¨ª lo sostiene. Lo que ocurre en Palestina es insostenible ?C¨®mo hemos llegado hasta esta situaci¨®n? ?C¨®mo ha ido creciendo de un modo terrible? ?C¨®mo Israel se ha convertido en un pa¨ªs genocida? Se est¨¢ acabando con el pueblo palestino ante nuestra impasibilidad, impidiendo que llegue comida y medicamentos. Se est¨¢n muriendo ni?os de hambre, de hambre. Esto no es antisemitismo. Mi respeto y amor por el pueblo jud¨ªo, su religi¨®n, por el horror que sufrieron en el Holocausto, pero eso no les da derecho a hacer esta barbaridad. Me conmueve y me horroriza que no nos estemos echando a la calle y movilizando como s¨ª hicimos por la guerra de Irak. ?Qu¨¦ co?o est¨¢ pasando ahora para que no nos movilicemos? La respuesta est¨¢ en el dinero, dinero y dinero. Yo, ante eso, vomito.
P. ¡°La verdad es un juguete atronador¡±. Es otra de las frases que se escucha en la funci¨®n. ?Es cada vez m¨¢s dif¨ªcil encontrar la verdad?
R. Creo que no. La verdad es muy poli¨¦drica. Hoy en d¨ªa hay algunas pautas. La ciencia, la veracidad, el documentarse bien, saber a qu¨¦ fuentes fiables acudes es importante, pero los cantos de sirena son muy potentes. Nos hemos vuelto perezosos a la hora de pensar. Tener criterio propio es dif¨ªcil y para ello hace falta el caldo de cultivo que es la cultura y la educaci¨®n. Por eso hay tanto inter¨¦s por parte del mal, por as¨ª decirlo, en eliminar la cultura y someter la educaci¨®n, diluir la sanidad. Hoy en d¨ªa, una de las trincheras de la lucha de clase es luchar a favor de lo p¨²blico frente a lo privado. Lamentablemente, estamos viendo que por mucho que elijamos a nuestros representantes pol¨ªticos democr¨¢ticamente es cada vez m¨¢s relativo. Quienes marcan las pautas hoy son las grandes multinacionales y las grandes fortunas.
P. Se present¨® en la lista de Ada Colau para las elecciones municipales de 2023. ?C¨®mo vive la pol¨ªtica en Espa?a?
R. Con dolor y perplejidad. Estamos asistiendo a un asalto a la raz¨®n y a la verdad. Es una chuler¨ªa insoportable y complicada de gestionar. La gesti¨®n econ¨®mica en nuestro pa¨ªs va bien, los indicadores econ¨®micos son positivos, pero la sociedad se est¨¢ sintiendo cada vez m¨¢s achuchada. El problema de la vivienda es acuciante y pertenece a ese asalto a la raz¨®n y al humanismo. Espero que la propia sociedad reaccione y que haya una regulaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n porque los bulos que propagan muchos de estos medios son infames. No podemos dejar irse de rositas a determinados personajes que est¨¢n causando un da?o estructural muy grande.
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