¡®Madama Butterfly¡¯ regresa al Liceu con un gran reparto y una sorpresa en el foso
La diva b¨²lgara Sonya Yoncheva y la direcci¨®n musical del chileno Paolo Bortolameolli fueron lo m¨¢s destacado en la cuarta reposici¨®n de la producci¨®n de Leiser y Caurier que conmemora en el teatro barcelon¨¦s el centenario de la muerte de Puccini
Giacomo Puccini le explic¨® al director de orquesta Luigi Mancinelli en una carta de 1903, pocos meses antes del estreno de Madama Butterfly, la clave de su nueva ¨®pera: ¡°El primer acto es explosivo, colorista, lleno de acci¨®n y divertido. El segundo es conmovedor, apasionante, amable y tierno¡±. Entre ambos actos median tres a?os en los que la jovenc¨ªsima geisha Cio-Cio-San ha visto c¨®mo, tras renunciar a su religi¨®n, a su cultura y a su familia, se siente abandonada por el oficial estadounidense Pinkerton, con un hijo que su padre no conoce y en graves dificultades econ¨®micas.
Esas diferencias entre los dos actos casi exigen dos tipos diferentes de soprano protagonista. La ingenua adolescente de quince a?os del primer acto pide una voz m¨¢s l¨ªrica, delicada y a¨¦rea frente al fraseo m¨¢s efusivo, dram¨¢tico y envolvente del segundo; el tercer acto, que prosigue sin ning¨²n salto temporal, ahondar¨¢ en el perfil spinto y dram¨¢tico del personaje.
La soprano estrella Sonya Yoncheva, un poco m¨¢s conocida en Espa?a tras su reciente aparici¨®n en el talk show de RTVE La revuelta, opt¨® por la contenci¨®n vocal frente a una verdadera caracterizaci¨®n global del personaje. La diva b¨²lgara fue la gran triunfadora del regreso de Madama Butterfly al Liceu, el pasado 9 de diciembre, con quince funciones y tres excelentes repartos, en conmemoraci¨®n del centenario de la muerte del compositor.
En su primera aparici¨®n, mientras cantaba entre bastidores y envuelta en el ensue?o del coro de sus amigas con una orquesta et¨¦rea, la cantante evit¨® terminar con el re bemol sobreagudo optativo. El resto del primer acto se mantuvo muy contenida hasta el d¨²o final con Pinkerton, donde se aferr¨® a los pasajes m¨¢s dram¨¢ticos y culmin¨® con valent¨ªa en el do sobreagudo. Pero el segundo acto marc¨® su verdadero ascenso vocal, especialmente despu¨¦s de la famosa aria Un bel d¨¬, vedremo, muy aplaudida aunque m¨¢s controlada que emotiva. Justo despu¨¦s, Yoncheva convirti¨® Che tua madre dovr¨¤, donde confiesa que se matar¨¢ si no regresa su marido, en el primer cl¨ªmax de la velada. Y prosigui¨® con un imponente tercer acto, en el que ofreci¨® una desgarradora interpretaci¨®n de Tu, tu piccolo Iddio! Una gran actuaci¨®n levemente empa?ada por alg¨²n agudo en pian¨ªsimo destemplado y una pronunciaci¨®n irregular del italiano.
Pinkerton fue interpretado por Matthew Polenzani, al igual que en el Teatro Real hace cinco meses. El tenor estadounidense resolvi¨® el personaje sin espontaneidad y con el mismo tono poco atractivo, aunque aport¨® destellos musicales en el manejo de las medias voces, como en su Addio fiorito asil del ¨²ltimo acto. El bar¨ªtono norteamericano Lucas Meachem tambi¨¦n interpret¨® al c¨®nsul Sharpless en el Teatro Real y result¨® igualmente convincente en un personaje tan poco agradecido. Pero en el Liceu se a?adi¨® la lujosa Suzuki de Annalisa Stroppa, que regresaba al teatro barcelon¨¦s casi una d¨¦cada despu¨¦s. La mezzosoprano italiana combin¨® idealmente la ligereza del d¨²o de las flores con el dramatismo del tercer acto, donde elev¨® el tr¨ªo con Pinkerton y Sharpless. Entre los secundarios, destac¨® el buen casamentero Goro del tenor asturiano Juan Noval-Moro, aunque ni Carlos Cos¨ªas encontr¨® el matiz ir¨®nico del pretendiente Yamadori ni David Langares son¨® atronador como el t¨ªo Bonzo. Y una menci¨®n destacada para el Coro del Gran Teatre del Liceu que cant¨® en et¨¦reo y compacto piano el coro a boca cerrada que cierra el segundo acto.
La sorpresa de esta reposici¨®n de Madama Butterfly ha sido la excelente direcci¨®n musical del chileno Paolo Bortolameolli. Debut¨® en el Liceu, en junio de 2022, asumiendo las dos ¨²ltimas funciones de La flauta m¨¢gica, como asistente de Gustavo Dudamel. Pero ahora vuela en solitario y dej¨® bien claras sus credenciales en el estreno con detalles de clase en cuanto a color orquestal y flexibilidad en el manejo del tempo. Al frente de una brillante Orquesta Sinf¨®nica del Gran Teatre del Liceu, manej¨® con buen tino dram¨¢tico la amplia paleta de motivos de la ¨®pera y subray¨® las referidas diferencias entre los dos primeros actos. Acert¨® al conectar los dos ¨²ltimos, tal y como quiso Puccini en la primera versi¨®n de la ¨®pera, y elev¨® el ambicioso preludio del acto final, donde pareci¨® evocar todo lo que se le pasa por la cabeza a Cio-Cio-San durante su vigilia nocturna.
La coproducci¨®n de Moshe Leiser y Patrice Caurier, que se estren¨® en 2003 en Londres y dos a?os despu¨¦s en el Liceu, se ha repuesto en tres ocasiones en Barcelona, por lo que el p¨²blico la conoce bien. Es una propuesta fiel al libreto de la ¨®pera y cuenta con una sencilla escenograf¨ªa de Christian Fenouillat con paneles m¨®viles que representan la casa de Pinkerton. Se abren para mostrar im¨¢genes de la bah¨ªa de Nagasaki, sirven para proyectar la silueta amenazadora de la esposa de Pinkerton y desaparecen puntualmente para subrayar momentos dram¨¢ticos. La efectiva iluminaci¨®n de Christophe Forey y el vestuario de Agostino Cavalca redondean una brillante propuesta muy cercana al japonismo. Sin embargo, el conjunto no aprovecha el dinamismo ni los detalles divertidos del primer acto, ni contrarresta el estatismo del segundo. Por lo dem¨¢s, la fiel reposici¨®n de Daisy Evans no ahonda en la direcci¨®n de actores, algo especialmente necesario en el acto final. En todo caso, el equipo esc¨¦nico de esta reposici¨®n recibi¨® id¨¦nticos aplausos que el resto del reparto.
Madama Butterfly
Música de Giacomo Puccini. Libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa. Sonya Yoncheva, soprano (Cio-Cio-San), Annalisa Stroppa, mezzosoprano (Suzuki), Matthew Polenzani, tenor (F.B. Pinkerton), Lucas Meachem, barítono (Sharpless), Juan Noval-Moro, tenor (Goro), Carlos Cosías, barítono (El príncipe Yamadori), David Lagares, bajo-barítono (El tío bonzo), Montserrat Seró, mezzosoprano (Kate Pinkerton), entre otros. Coro y Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu. Dirección musical: Paolo Bortolameolli. Dirección de escena: Moshe Leiser y Patrice Caurier. Reposición: Daisy Evans.
Gran Teatre del Liceu, 9 de diciembre. Hasta el 28 de diciembre.
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