Furia femenina: un desaf¨ªo literario a los est¨¢ndares de la rabia de las mujeres
Una nueva generaci¨®n de escritoras explora otra dimensi¨®n de la igualdad de g¨¦nero: ellas pueden ser tan violentas como ellos
¡°Mi vida ha sido ¡ªun Fusil cargado¡ª¡±, escribi¨® Emily Dickinson en 1863. Ella era el arma, y su furia interior, la bala que nunca dispar¨®. Pero en una sola frase se encapsulan la desesperaci¨®n y la rabia que, ahora, han sido recuperadas por una nueva generaci¨®n de escritoras, como Gillian Flynn, ...
¡°Mi vida ha sido ¡ªun Fusil cargado¡ª¡±, escribi¨® Emily Dickinson en 1863. Ella era el arma, y su furia interior, la bala que nunca dispar¨®. Pero en una sola frase se encapsulan la desesperaci¨®n y la rabia que, ahora, han sido recuperadas por una nueva generaci¨®n de escritoras, como Gillian Flynn, Ottessa Moshfegh o Chelsea G. Summers, cuyas obras pueden englobarse en un g¨¦nero literario del que se est¨¢n escribiendo aun sus primeras p¨¢ginas y que se populariza con las etiquetas anglosajonas de feminine fury o female rage (furia femenina o rabia femenina). Es la respuesta a los retratos de mujeres como ¨¢ngeles del hogar creados por los hombres. ¡°El g¨¦nero desaf¨ªa los est¨¢ndares sobre la feminidad y ofrece una mirada macabra a la experiencia de la mujer¡±, resume Nuria del Mar Torres, doctora y profesora de Filolog¨ªa inglesa en la Universidad de Almer¨ªa. Abortos, asesinatos, depresi¨®n, alcoholismo y relaciones tormentosas son algunas de las manifestaciones de este g¨¦nero, que explora otra dimensi¨®n de la igualdad entre sexos: las mujeres pueden ser tan violentas como los hombres.
Libros extra?os para mujeres extra?as, protagonistas complejas o personalidades obsesivas haciendo cosas ilegales y perturbadoras. De todo eso hay en los t¨ªtulos marcados con las etiquetas feminine fury o female rage en TikTok, Goodreads o Pinterest. Las selecciones de t¨ªtulos en estas redes sociales, que siempre incluyen Mi a?o de descanso y relajaci¨®n, de Ottessa Moshfegh (Alfaguara, 2019), y Bunny, de Mona Awad (Beetruvian, 2019), son infinitas, pero tienen el mismo punto de partida: manifestaciones violentas y destructivas de sus protagonistas ¡ªque han cruzado el umbral de lo considerado como femenino¡ª, dirigidas hacia un tercero.
Las protagonistas de estos libros son la ant¨ªtesis de la hero¨ªna tradicional. Abusivas y autodestructivas, ¡°se revelan como personajes subversivos dentro de hilos argumentales considerados inapropiados para la feminidad tradicional debido a su sordidez y controversia¡±, afirman Fernando Cand¨®n R¨ªos, doctor en literatura por la Universidad de C¨¢diz, y Leticia de la Paz de Dios, doctora en Traducci¨®n e Interpretaci¨®n por la de Granada, en su art¨ªculo acad¨¦mico Narradoras, actantes y arquetipos. Y Moshfegh es experta en crear a estas antihero¨ªnas a partir de una narraci¨®n en primera persona.
En una entrevista para EL PA?S en 2021, la novelista estadounidense afirm¨®: ¡°Esas narrativas [los thrillers] me hacen pensar que si una mujer aparece asesinada en un bosque, instant¨¢neamente se imagine que es joven y la mat¨® un hombre¡±. Sin embargo, en su libro Mi nombre era Eileen (Alfaguara, 2015) la que mata es una joven solitaria marcada por un padre alcoh¨®lico, por fantas¨ªas perturbadoras y que pasa sus d¨ªas acosando a su crush, (amor plat¨®nico) un guardia de seguridad en el reformatorio donde trabaja. Y en Mi a?o de descanso y relajaci¨®n, Moshfegh crea a una mujer antisocial, alienada y sin nombre que, aparentemente, lo tiene todo (belleza, juventud, un ¨¢tico en Manhattan y libertad), pero que decide pasar un a?o durmiendo (a base de f¨¢rmacos) porque considera que despu¨¦s de ese tiempo todas sus c¨¦lulas se habr¨¢n renovado y, entonces, se despertar¨¢ convertida en una nueva persona.
El bum del feminine fury se ha dado, por el momento, en el mundo anglosaj¨®n. Pero tambi¨¦n se encuentra en espa?ol. El cielo de la selva (Lava, 2023), de Elaine Vilar Madruga, y Chamanes el¨¦ctricos en la fiesta del sol (Random House, 2024), de M¨®nica Ojeda, pueden incluirse tambi¨¦n en este g¨¦nero. Vilar presenta en su novela un matriarcado de violencia, delirio y pobreza en medio de la selva donde las protagonistas (una abuela que te cuida y manda degollar y una madre que lo ejecuta) no esconden su esencia monstruosa. Y el libro de Ojeda se conforma como una gran oda a la violencia donde sus protagonistas femeninas se someten a una madre naturaleza vengativa y sin compasi¨®n.
En las novelas de este g¨¦nero, tras la depresi¨®n, drogadicci¨®n, alcoholismo, acoso, canibalismo, asesinato, venganza o suicidio, subyace una reivindicaci¨®n feminista que Amy Silverberg, doctora en escritura creativa y literatura por la Universidad del Sur de California, muestra tomando como ejemplo a Dorothy Daniels, protagonista de Un hambre insaciable (Alpha Decay, 2020), de Chelsea G. Summers, y escritora gastron¨®mica de ¨¦xito que, adem¨¢s, es una asesina en serie que se come a los hombres a los que mata. ¡°?Por qu¨¦ se ha mantenido a las mujeres fuera de tantas industrias, incluidos los asesinatos en serie? Porque, tal y como piensa Dorothy, la gente no quiere creer que las mujeres puedan hacerlo¡±, afirma Silverberg ilustrando su argumento con una frase de Daniels: ¡°El feminismo llega a todas las cosas, pero llega m¨¢s lentamente a reconocer la rabia homicida¡±.
¡°Vives en el cuerpo de una mujer. Eres vulnerable¡±. Con estas palabras describe Eliza Clark a su antihero¨ªna, Irina, despu¨¦s de tratar, sat¨ªricamente, su depresi¨®n y drogadicci¨®n en Boy Parts: Los pedazos de un chico (Plata, 2020). Para la periodista Leyla Yilmaz, de The Stanford Daily, esta f¨¢bula retorcida subvierte las din¨¢micas de g¨¦nero y retrata a una protagonista obsesionada con fotografiar a modelos masculinos. Incluso, de acuerdo con Yilmaz, Clark va m¨¢s all¨¢: ¡°A trav¨¦s de una asesina exagerada cuyos cr¨ªmenes pasan, sorprendemente, desapercibidos, tambi¨¦n resalta la sensaci¨®n de invisibilidad que sienten las mujeres que se definen a s¨ª mismas m¨¢s all¨¢ de los roles de g¨¦nero¡±.
La protagonista femenina abusiva y perversa que, en apariencia, es indefensa no es poco com¨²n. En una de las novelas de iniciaci¨®n a la ¡°furia femenina¡±: Perdida (Reservoir Books, 2012), de Gillian Flynn, este tipo de personaje es quien sostiene la trama. El thriller ¡ªg¨¦nero asociado tradicionalmente a la masculinidad¡ª se construye gracias a que su protagonista, Amy Adams, teje una enrevesada tela de ara?a para atrapar a su marido dejando dos preguntas en el aire: ?es Nick capaz de matar a su mujer? y ?hasta d¨®nde puede llegar la rabia, la obsesi¨®n y la decepci¨®n de una mujer herida? La segunda pregunta la responde Marian Keyes en Un tipo encantador (Plaza & Janes Editores, 2008), donde un grupo de mujeres, v¨ªctimas de abuso sexual por el mismo hombre, se re¨²nen para destruirlo empleando cualquier medio a su alcance. Estas dos novelas muestran c¨®mo para las nuevas protagonistas femeninas la ¨²nica salida ante el dolor y el sufrimiento es una venganza desesperada y descontrolada.
En Bunny, Mona Awad explora la amistad femenina y las din¨¢micas de popularidad cl¨¢sicas de los institutos. La sinopsis de la novela puede sugerir que este libro no puede clasificarse como furia femenina. Sin embargo, l¨ªnea a l¨ªnea, las protagonistas concatenan acciones violentas que llegan a adquirir tintes surrealistas.
Pero bajo la etiqueta ¡°furia femenina¡± no se limita a autoras contempor¨¢neas. Tambi¨¦n se utiliza para revisitar escritoras anteriores que exploraron esa rabia, como la poetisa estadounidense Sylvia Plath, ¡°la furia en persona¡±, en palabras de Torres L¨®pez, y su novela de autoficci¨®n La campana de cristal (Edhasa, 1963). Violencia, depresi¨®n e intentos de suicidio se encapsulan en lo que Esther Greenwood, protagonista de la obra, se plantea tras una sesi¨®n de electrochoques en el centro psiqui¨¢trico en el que est¨¢ encerrada: ¡°Me pregunt¨¦ qu¨¦ cosa tan terrible hab¨ªa hecho¡±. No obstante, en este libro se observa una diferencia fundamental respecto a los t¨ªtulos m¨¢s recientes. ¡°Plath viv¨ªa en una sociedad muy distinta a la nuestra, donde no pod¨ªa manifestar su ira y su angustia de la misma manera¡±, explica Nuria del Mar Torres, cofundadora de la Asociaci¨®n Pandora, especializada en estudios literarios feministas y pensamiento contempor¨¢neo. ¡°Su ira, en las cuatro paredes en las que estaba encerrada, solo pod¨ªa ir dirigida contra ella misma¡±, a?ade. Plath se suicid¨® un mes despu¨¦s de la publicaci¨®n de la novela.
La ira y la violencia parece que dominan todas las creaciones literarias englobadas bajo esta etiqueta. Sin embargo, la identidad, el poder y la resiliencia, a partir de una escritura personal y subjetiva, son lo que realmente subyace en este g¨¦nero que ha venido para quedarse. Y en este g¨¦nero, en palabras de la investigadora y ensayista Fernanda Balangero Muso: ¡°la lectura y escritura se transforman en un acto pol¨ªtico, examinando las representaciones, las relaciones de poder y reevaluando las experiencias, haciendo evidente la base ideol¨®gica de interpretaciones literarias can¨®nicas o supuestamente neutrales¡±.