El ¡®Eugene Onegin¡¯ m¨¢s ¡°¨ªntimo¡± llega al Teatro Real
La obra de Chaikovski, con la direcci¨®n esc¨¦nica de Christof Loy, que ya pas¨® por la ¨®pera de Oslo y por el Liceo de Barcelona, se estrena en Madrid bajo la batuta de Gustavo Gimeno
Cuando Chaikovski decidi¨® convertir en ¨®pera Eugene Onegin, la novela en verso de Pushkin, ya en la cima de la tradici¨®n literaria rusa, lo hizo pensando en trasladar la misma funci¨®n ¨ªntima y sutil que, como reconoci¨® en una carta a su hermano, lo hab¨ªa ¡°hechizado¡± y ¡°atra¨ªdo irresistiblemente¡±, de los versos a la m¨²sica. Decidi¨® estrenarla, en 1879, en el Conservatorio de Mosc¨², con las interpretaciones de j¨®venes estudiantes. Y su intenci¨®n era mantenerla alejada de los divos del momento, de quienes desconfiaba, y tambi¨¦n de los grandes teatros de ¨®pera. Pero la potencia emocional de la partitura que cre¨® hizo que alcanzara un lugar igualmente exaltado que el de la obra de Pushkin ¡ªtanto que el p¨²blico lleg¨® a aceptarla como una sustituci¨®n de los versos¡ª y no pudo evitar que el Bolsh¨®i de Mosc¨² la presentara apenas dos a?os despu¨¦s de su estreno. Desde entonces, la ¨®pera del compositor ruso es considerada una de las obras maestras del repertorio oper¨ªstico. A 250 a?os de su nacimiento, el Teatro Real de Madrid la presenta con 10 funciones, entre el 11 de enero y el 18 de febrero, en una versi¨®n de Christof Loy ¡ªasiduo del Real¡ª y bajo la batuta de quien a partir de la pr¨®xima temporada se convertir¨¢ en el director musical del coloso madrile?o, Gustavo Gimeno.
Para Loy, seg¨²n ha contado este martes en la presentaci¨®n del espect¨¢culo en el teatro madrile?o, Eugene Onegin ¡°tom¨® una direcci¨®n equivocada¡± con el ¨¦xito. ¡°A Chaikovski entonces le molestaba todo el mundo de la ¨®pera, quer¨ªa algo m¨¢s ¨ªntimo, yo quiero volver a ese origen¡±, ha dicho el director de escena alem¨¢n. Lo hace con una propuesta, que ya pas¨® por la ?pera de Oslo y el Liceo de Barcelona, con quienes el Real coproduce, convertida en un doble retrato de la soledad y con un gran ¨¦nfasis en la direcci¨®n actoral. Loy reestructura los tres actos originales de la obra en dos: uno, como el director ha explicado, ¡°realista y cinematogr¨¢fico¡±, ambientado en la Rusia del siglo XIX, que se centra en la psicolog¨ªa de las ¡°v¨ªctimas de Onegin¡±; y otro ¡°que se cuenta de manera m¨¢s abstracta y con un gran cambio en la est¨¦tica¡±, frente a una gran pared blanca, centrada en los pensamientos del protagonista. Rescata con ello los conflictos internos de los personajes escondidos en una trama sencilla: Tatiana se enamora de Onegin, un dandi, seductor y eg¨®latra, que la rechaza, seduciendo a su hermana Olga, para a?os despu¨¦s reencontrarse con ella, expresarle su amor tard¨ªo, y ser ¨¦l el rechazado.
Gustavo Gimeno, director musical de la obra, ha dicho que el montaje esc¨¦nico de Loy ¡°tiene sentido¡±, y lo ha ayudado en su propio proceso de trabajo. ¡°Nunca hab¨ªa visto un trabajo esc¨¦nico tan milimetrado y tan preciso. He podido, m¨¢s que nunca, entender los frutos que puede dar el trabajo con una direcci¨®n esc¨¦nica para dar soluci¨®n musical a muchas cosas¡±, ha contado. Un trazo esc¨¦nico que pretende corresponder a la composici¨®n de Chaikovski, ¡°una m¨²sica de aparente simplicidad, muy sim¨¦trica, delineada, ¨ªntima y con econom¨ªa de gestos; una especie de mosaico donde nada es fortuito¡±, como ha contado Gimeno.
La propuesta tambi¨¦n convence a Iurii Somoilov, int¨¦rprete del papel principal. ¡°Esa segunda parte viene completamente de la cabeza de Onegin, me permite ser libre y ser yo¡±, ha contado el bar¨ªtono ucranio. Conoce al personaje desde que lo debut¨® hace 17 a?os ¡ªa sus 19¡ª y que, desde entonces, lo ha acompa?ado en distintos momentos de su trayectoria y con quien encuentra muchas similitudes: ¡°Onegin es tan cercano a como soy yo como persona. Es muy serio y fr¨ªo, ¡ªaunque estoy trabajando en ello¡ª¡±. El elenco lo completan Kristina Mkhitaryan, en el papel de Tatiana; Bogdan Volkov, en el de Lenski, Victoria Karkacheva, en el de Olga; y Maxim Kuzmin-Karaveav, encarnando al pr¨ªncipe Gremin.
Joan Matabosch, director art¨ªstico del Teatro Real, reconoce que el montaje ¡°es distinto a lo que se ve de Eugene Onegin, pero es lo que realmente debe ser¡±. Un trabajo que, para ¨¦l, ¡°es exactamente lo que quer¨ªa Chaikovski: es direcci¨®n de actores, son gestos, son miradas. No es el gran aparato¡±. Representado, eso s¨ª, sobre las tablas del importante teatro que dirige.
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