Trece novelas negras que te atrapar¨¢n en verano
En la mejor ¨¦poca para leer ficci¨®n negrocriminal, analizamos ¡®thrillers¡¯, historias de esp¨ªas, ¡®cozy crime¡¯ y cl¨¢sicos recuperados para ofrecer una lista con opciones para todos los gustos

Ya estamos totalmente inmersos en el verano y aqu¨ª van unas propuestas de novela negra para llenar de acci¨®n, misterio, oscuridad y emoci¨®n las horas del est¨ªo. En un g¨¦nero tan vivo y prol¨ªfico, las novedades se suceden sin descanso, por lo que esta lista es una peque?a muestra de lo que hay en el mercado. Eso s¨ª, le¨ªdos con atenci¨®n y analizados con esmero. Tambi¨¦n es heterog¨¦nea, con la idea de que todo el mundo tenga algo de su gusto.
En un a?o en el que hemos tenido grandes satisfacciones lectoras llegadas de manos de algunos de los mejores (La mujer fugitiva, de Alicia Gim¨¦nez Bartlett o Golpe de gracia, de Dennis Lehane, por poner un par de ejemplos) dos factores la definen: en este caso hemos apostado por grandes nombres del g¨¦nero (bien por su dilatada carrera, bien por triunfos recientes) y, como siempre, son obras que encontrar¨¢n en todas las librer¨ªas.
Dos maestras en plena forma

El fuego purificador, Donna Leon (Seix Barral, traducci¨®n de Maia Figueroa). El caudal creativo de esta autora parece inagotable: Venecia, su belleza, la maldad y la moral alimentan sus historias, a las que sus seguidores entramos porque amamos c¨®mo escribe sobre estos temas y porque el comisario Guido Brunetti es uno de los nuestros. ?l, y su mujer Paola, y la comisaria Griffoni, y la signorina Elettra y todos los dem¨¢s. Ah, s¨ª, el argumento: pues tenemos unos j¨®venes violentos que tienen por afici¨®n quedar para darse palizas y alterar el orden de la ciudad, un carabinero h¨¦roe de la guerra de Irak que igual no es quien dice ser y un caso de amenazas. Todo, claro, acabar¨¢ teniendo relaci¨®n pero, por el camino, nos pasamos un rato impagable con Brunetti en otra historia plagada de buenos di¨¢logos (maravillosos tambi¨¦n sus silencios), humor fino y dosis acertadas de alta cultura. Los habituales de las historias de Leon ya saben de qu¨¦ les hablo. Quienes no, pueden acercarse a esta novela y disfrutar, por ejemplo, del maravilloso encuentro entre Bocchese, m¨ªtico forense, y Brunetti: una conversaci¨®n sobre la belleza de unas figuras de bronce que Bocchese colecciona y el contraste que supone con el trabajo que los dos llevan a cabo, toda una lecci¨®n de vida. Para la temporada que viene les prometo una gu¨ªa completa de Brunetti. Mientras, pueden ir abriendo boca con esta entrega, la trig¨¦simo tercera, en la que est¨¢ mejor que nunca. Larga vida, se?ora Leon.
Pistas: Brunetti come bien (como Montalbano, por ejemplo) y es un gran conversador (con una inteligencia parecida a la de Simenon). Ideal, en cualquier caso, para los amantes de la novela negra de estilo mediterr¨¢neo.
El cazador, Tana French (AdN, traducci¨®n de Antonio Lozano). El embaucador Johnny Reddy regresa a Ardnakelty, un pueblo de la Irlanda profunda, con la idea de propagar por all¨ª una nueva fiebre del oro y forrarse con el invento. Johnny es un buscavidas, pero tambi¨¦n el padre de Trey, una ni?a que en los cuatro a?os de ausencia de su padre ha crecido y se ha transformado, sobre todo en virtud de su amistad con Cal Hooper, polic¨ªa de Chicago retirado a esas tierras en busca de paz. Quienes hayan le¨ªdo la estupenda El explorador conocen a Trey y a Cal y a Lena, la novia del expolic¨ªa, y a las gentes de este pueblo, y sus paisajes, y su clima, todo igual de traicionero. As¨ª que ya saben lo que les espera aunque parezca que no pasa nada en las primeras 100 p¨¢ginas (?por Dios!). Y los que no la hayan le¨ªdo, que no se muevan del asiento porque est¨¢n, de nuevo, porque as¨ª es la se?ora French, ante una de las novelas negras del a?o, una rural y con un polic¨ªa retirado y convertido en carpintero y la joven Trey, un personaje como ha habido pocos en los ¨²ltimos a?os, alguien con quien sufres, te emocionas, empatizas, te desesperas. Es lo que tiene la buena literatura. Su construcci¨®n de personajes es sobresaliente, su capacidad para pasearse por las sendas m¨¢s diversas del g¨¦nero (primero, policial m¨¢s cl¨¢sico; despu¨¦s, thriller psicol¨®gico y ahora esto) resulta ¨²nica. ?Qu¨¦ nos deparar¨¢ la pr¨®xima?
Pistas. French est¨¢ siguiendo un camino muy particular, pero les gustar¨¢ si buscan novelas centradas en personajes complejos y en huir de los convencionalismos.
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Adrenalina en estado puro
La hora del lobo, Toni Hill (Grijalbo). En esta continuaci¨®n de El ¨²ltimo verdugo podemos disfrutar de la maldad con la que el autor va poniendo las piezas del puzle en nuestro camino. Avanzamos en un presente lleno de viveza y de la mano de un narrador omnisciente que juega con nosotros sin que nos importe. Hay excesos propios del g¨¦nero (atentos a la sesi¨®n de espiritismo o la historia del culto secreto) pero todo tiene encaje, funciona y est¨¢ puesto al servicio de un objetivo: entretener, y mucho. ?C¨®mo caen las p¨¢ginas! Sigue en un papel destacado la crimin¨®loga Lena Mayoral, herida despu¨¦s de la anterior aventura, pero retratada como un personaje s¨®lido, de lo mejor de la novela. Y detr¨¢s, desde la c¨¢rcel, la sombra de Charlie Brodmann, El Verdugo, y su agobiante presencia. En este caso la contrata la familia de una mujer muerta en una casa en el valle del Bo¨ª. El lector sabe m¨¢s que Lena porque desde el principio el narrador nos lleva al crimen, luego con un grupo de chavales fascinados con lo que pas¨®, y tambi¨¦n al rito de una t¨¦trica secta. No adelanto m¨¢s. Solo decir que la primera entrega, que ya nos gust¨®, crece tras la lectura de esta. De seguir as¨ª, con la tercera podr¨ªa cerrar una trilog¨ªa estupenda. Los mimbres est¨¢n puestos en las p¨¢ginas finales de La hora del lobo.
La isla maldita, Adrian McKinty (Planeta, traducci¨®n de Milo J. Krmpoti?). Algunos recordamos con mucho cari?o las novelas de Sean Duffy, un polic¨ªa muy particular, y cat¨®lico, en una Irlanda incendiada (Cold, Cold Ground y Oigo sirenas en la calle, en Alianza). Pero, al parecer, esa literatura no daba de comer a McKinty, que prob¨® con algo radicalmente distinto: el thriller pasap¨¢ginas puro y duro. De ese giro surgi¨® el eficaz La cadena (Planeta, best-seller internacional) que bordeaba el precipicio pero resist¨ªa y divert¨ªa, a la que ahora sigue esta novela que traemos hoy. Y, ?saben qu¨¦? Funciona. Les cuento: tenemos una familia perfecta pasando sus vacaciones en una isla australiana (el autor vivi¨® por la zona en su d¨ªa). Todo id¨ªlico hasta que llega el desastre: La Holandesa es una isla dominada por un clan muy muy rencoroso y algo en el pasado les hace odiar a esta familia. Es mejor no seguir m¨¢s all¨¢ porque aqu¨ª s¨ª estamos ante un thriller que no se deja nada en el tintero: se utiliza cada recurso, cada posibilidad de sorprender, cada faena posible a los protagonistas disponible en el amplio cat¨¢logo del g¨¦nero. Igual a final a?o, o a final de verano, ya no la recuerdan (como s¨ª seguimos haciendo algunos con las novelas que escribi¨® el autor en otra vida), pero el buen rato lo tienen garantizado.
Dos de esp¨ªas
Estaci¨®n Damasco, David McCloskey (Salamandra, traducci¨®n de Jofre Homedes Beutnagel). Estamos ante una novela de esp¨ªas en estado puro. Empieza con un planteamiento pormenorizado (aqu¨ª se ve el conocimiento de primera mano del autor, ex agente de la CIA) con detalles muy jugosos de la vida y los procedimientos de un agente de campo. Cuando el lector llega a la p¨¢gina 160 sin darse cuenta, se encuentra con que todas esas semillas plantadas dan el primer fruto. En la 200, con la historia de amor entre el agente Sam Joseph (muy buen protagonista en su papel de h¨¦roe al l¨ªmite) y la funcionaria siria Mariam Haddad ya a pleno rendimiento, una venganza en ciernes y todos los elementos en el escenario de la Siria convulsa de la guerra civil, la narraci¨®n adquiere una intensidad que no abandonar¨¢ hasta el final. La historia de amor puede parecer un poco acaramelada a veces, eso ya es cuesti¨®n de gustos, pero nada que desmerezca el tono general y el ritmo sin descanso. Y ah¨ª est¨¢ la jefa Procter ¡ªun personaje con car¨¢cter, personalidad y agresividad, una mujer que merecer¨ªa una serie ella sola¡ª, para equilibrar. En la cuarta parte, la aparici¨®n de los rusos y el manejo del juego de lealtades y traiciones entre los protagonistas eleva la apuesta. El escenario, el Damasco que est¨¢ a punto de caer en manos de los islamistas o castigado sin piedad por los aliados occidentales (algo que nunca lleg¨® a ocurrir), est¨¢ descrito de maravilla. Envidio a los lectores que la puedan leer en una hamaca o bajo una sombrilla.
Pistas: les gustar¨¢, y mucho, si han le¨ªdo y disfrutado de Charles Cumming, por ejemplo.

El coleccionista, Daniel Silva (Harper Collins, traducci¨®n de Victoria Horrillo). Lectores y no lectores de una de las grandes series de la historia del espionaje pueden andar un poco perdidos con el inicio: ?el protagonista es un restaurador de arte en Venecia?, ?pero esto no iba de esp¨ªas? Pero Silva viene al rescate: pronto sabemos que Gabriel Allon es ¡°el esp¨ªa m¨¢s famoso del mundo¡± (sic) y que, aparte de un maestro de la restauraci¨®n, fue El ¨¢ngel vengador de Israel: un agente de ¨¦lite y un asesino implacable. Solo el oficio de Silva permite que todo esto sea m¨¢s o menos veros¨ªmil. Ahora vive retirado en Venecia, con su joven y maravillosa esposa Chiara y sus hijos, pero no deja de llevar encima su Beretta 92FS y las cicatrices de toda una vida de acci¨®n, secretos y muerte. El tema va de arte, s¨ª, porque Silva incluye en el centro de la trama una de las piezas de Vermeer sustra¨ªdas en la fundaci¨®n Isabella Stewart Gardner, el robo de arte sin resolver m¨¢s famoso de la historia. Los juegos entre realidad y ficci¨®n no afectan a la verosimilitud, pero quien tenga dudas puede acudir a la parte final, donde el autor aclara todos estos aspectos (Atenci¨®n: no es aconsejable leerlo antes de acabar, hay destripes). A partir de aqu¨ª, la receta esencial de Silva: acci¨®n, escenarios internacionales, conspiraci¨®n y un protagonista greater than life, que dir¨ªan los estadounidenses. A?adan a los ingredientes la guerra de Ucrania, oligarcas rusos, un cient¨ªfico nuclear sudafricano y m¨¢s. ?C¨®mo funciona todo esto? Pues a veces es complicado de explicar (y fracasa en ocasiones: v¨¦ase, por ejemplo, La orden) pero esta es la vigesimotercera entrega y no desfallece. Prueben, eng¨¢nchense desde la comodidad de la tumbona y enam¨®rense de Allon. Si se quedan con ganas, ah¨ª van otras dos excelentes entregas de la serie, tambi¨¦n en Harper Collins: La viuda negra (la n¨²mero 16) y La chica nueva (19?).
Pistas: si quieren algo estilo Misi¨®n: imposible en libro, este es su esp¨ªa.
Tres novelas s¨®lidas con toque cl¨¢sico
El mundo silencioso de Nicholas Quinn, Colin Dexter (Siruela, traducci¨®n de Pablo Gonz¨¢lez-Nuevo). El planteamiento inicial de esta novela (la tercera que Siruela publica de la serie del inspector Endeavour Morse) es toda una declaraci¨®n de intenciones: asistimos a las disputas del Sindicato Internacional de Ex¨¢menes, una instituci¨®n de Oxford encargada de difundir la idiosincrasia brit¨¢nica por el mundo. Tarda en aparecer nuestro admirado Morse, que aqu¨ª est¨¢ distinto: tengan en cuenta que la serie televisiva es una precuela y que en las novelas lo encontramos m¨¢s maduro, menos tr¨¢gico y m¨¢s extrovertido; tambi¨¦n con la visi¨®n de las mujeres que ten¨ªan los hombres y las novelas de su tiempo (con raz¨®n, el fiel Lewis piensa que Morse pod¨ªa llegar a ser ¡°innecesariamente vulgar¡±). No tiene prisa Dexter en hacer aparecer al detective porque el contexto y la atm¨®sfera oxoniense son tan importantes para ¨¦l como el h¨¦roe. Metidos ya en materia, Morse tiene que investigar la muerte de Nicholas Quinn, un hombre sordo que accede a un puesto codiciado por otros en la organizaci¨®n acad¨¦mica y que poco despu¨¦s es hallado muerto. Hay bastantes sospechosos (ya les dije, el juego aqu¨ª respeta las reglas cl¨¢sicas) y un delicioso transcurrir de la investigaci¨®n: primero establecen el cu¨¢ndo; luego, el c¨®mo y terminan con el qui¨¦n. Por el camino, unos di¨¢logos estupendos, un juego cl¨¢sico entre Morse y Lewis (que ser¨ªa el Sancho, el Watson, el Bisc¨²ter) y otro mont¨®n de personajes bien trazados, a la altura del conjunto.
Pistas. Esta es su serie de novelas si han visto la extraordinaria Endeavour, pero tambi¨¦n si no la han visto y son aficionados a dramas intensos y cl¨¢sicos con respeto por el lector. Javier Mar¨ªas era su mayor fan.
Las furias, John Connolly (Tusquets, traducci¨®n de Mar Rodr¨ªguez y Vicente Campos). Es complicado llevar un personaje con br¨ªo m¨¢s all¨¢ de una trilog¨ªa. Muy complicado llegar vivo m¨¢s all¨¢ de las 10 novelas, pero hay casos como el de Charlie Parker donde eso se eleva a la m¨¢xima: aqu¨ª estamos ante la vigesimoprimera entrega y el personaje presentado por Connolly en aquella poderosa Todo lo que muere sigue por la senda tenebrosa de la lucha contra el mal. Muri¨® (?lo recuerdan?) y resucit¨® y aqu¨ª est¨¢, acompa?ado de nuevo por Angel y Louis, esa adorable pareja de delincuentes, cuya presencia en estos casos est¨¢ m¨¢s diluida. Tambi¨¦n nos encontramos a los dos gigantes Tony y Pauli Fulci, el m¨²sculo al que recurre Parker y, en definitiva, a la familia habitual. En la primera parte de este libro que son dos novelas, encontramos a nuestro h¨¦roe investigando un caso de robo de monedas de alto valor detr¨¢s del que hay ciertos elementos oscuros. Estamos lejos de malos como El Coleccionista, que tanto nos fascin¨® durante varias entregas, pero la cosa aguanta. Comparten las dos historias unidas en este volumen cierto humor negro y algunos personajes detestables, como ese conserje de un motel de mala muerte obsesionado con las pel¨ªculas malas del oeste. En la segunda, m¨¢s vibrante, tenemos una viuda de un mafioso (que se parece dolorosamente a Susan, la primera mujer de Parker, un pasado que siempre vuelve y no solo porque nuestro detective siga contactando con su hija, habitante del m¨¢s all¨¢) y un robo. Todo se complica, los fans nos entretenemos y, como no podr¨ªa ser de otra manera, esperamos a la siguiente. La pregunta sin respuesta la lanza el propio Parker al final de Las furias: ¡°?Qu¨¦ debe hacer uno cuando todas las opciones que se le ofrecen son malas, cuando cada compromiso que tenga que asumir le costar¨¢ un trozo de alma?¡± Por mucho que no queramos pensar en el final de Parker, sabemos que llegar¨¢. Mientras, Connolly nos tiene guardada todav¨ªa alguna gran historia. Seguro.
Pistas. Ideal para seguidores de la saga y amantes de las series llevadas en volandas por su protagonista y h¨¦roe. No viene de m¨¢s un gusto por lo sobrenatural.
La innombrable, Noem¨ª Trujillo y Lorenzo Silva (Destino). Tercera entrega de las aventuras de la inspectora Manuela Mauri, que llega tan combativa como siempre pero algo abrumada por la vida (?c¨®mo contarle a sus hijos que ella tampoco entiende un mundo sin su padre? ?c¨®mo explicar a su pareja actual que su trabajo es su vida, cueste lo que cueste?) y ante un caso que pone el dedo en la llaga de la peor lacra de nuestra sociedad. Sabemos desde el principio qu¨¦ ha pasado (una joven de 16 a?os muerta a manos de los proxenetas que la explotaban) y qui¨¦nes son los culpables (criminales y clientes, tan responsables unos como otros) y el inter¨¦s radica en c¨®mo la inspectora y su equipo construyen un caso contra ellos en un procedimental perfectamente armado. Tambi¨¦n acierta al posar la mirada en las v¨ªctimas y en los peores culpables: la clientela. A veces en su voz noto trazos del querido Bevilacqua (pueden ser igual de sabihondos, aunque a Mauri le guste m¨¢s todav¨ªa apoyarse en libros para explicar el mundo), pero Silva y Trujillo consiguen huir de la sombra de una de las grandes series de la novela negra contempor¨¢nea. A la inspectora la atraviesa la vida como un tren de mercanc¨ªas sin freno y esa parte, la enfermedad y la amenaza de muerte, salpimenta la trama criminal con acierto. Los interrogatorios a los culpables son pura delicia, donde mejor se desenvuelven todos los personajes, un acierto m¨¢s de una novela sin exteriores, sin mucha acci¨®n ni misterio pero no por ello menos entretenida. Al final, o casi al final, aparece Virginia Chamorro (s¨ª, s¨ª, la misma: la compa?era de Bevilacqua), un peque?o regalo.
Dos de ¡®cozy crime¡¯
Hemos hablado mucho del auge de este g¨¦nero (les dejo aqu¨ª el reportaje publicado en Babelia hace unos meses) y no dejan de llegar novedades. Por ejemplo, dos de las series con m¨¢s ¨¦xito (Agatha Raisin y el peluquero malvado, de M.C. Beaton y Asesinato con diamantes, de S.J. Bennett, ambas en Salamandra) o Muerte en el El Cairo, de Erica Ruth Neubauer (Maeva), pero hoy nos vamos a centrar en dos t¨ªtulos curiosos. Ah¨ª van.

El hu¨¦sped misterioso, Nita Prose (Duomo, traducci¨®n de ?ngela Esteller). Deja claro la autora lo que quiere desde la primera l¨ªnea: literatura de tono casi intimista, en primera persona, narrada por Molly Gray, a trav¨¦s de cuyos ojos vemos el mundo. Podr¨ªa parecer mo?as, juega con eso, pero no llega a serlo. Ella es jefa de camareras en un hotel de post¨ªn y su vida va bastante mejor que en la primera entrega (La camarera, pelotazo mundial que no llegu¨¦ a leer) hasta que un c¨¦lebre escritor de novelas de misterio (que cae autom¨¢ticamente mal) muere durante un evento en el suntuoso Regency Grand. Y justo antes de revelar un secreto. Cl¨¢sico, ?verdad? Pues s¨ª, pero aqu¨ª la fuerza est¨¢ en Molly (¡°Una hero¨ªna inolvidable, la m¨¢s estimulante (y adorable) que me he encontrado en mucho tiempo¡±, dice el maestro Stephen King) y en c¨®mo va Prose repartiendo la informaci¨®n: porque Molly conoce al muerto (esto mejor no se lo cuento, aunque se descubre pronto) y de ese hecho, de los matices de esa relaci¨®n, de las vueltas al pasado con las que se ilustra, puede salir la resoluci¨®n del crimen. Quienes se cruzan con ella cometen el error de subestimarla. No caigan en lo mismo. Durante la lectura, me he sobresaltado a veces con la aparici¨®n de t¨¦rminos como YouTube o selfi, porque el tono de Molly y el contexto que la rodea me hab¨ªan arrastrado inevitablemente al siglo XIX. La mala uva con la que est¨¢n retratadas las fans del escritor fallecido resulta muy divertida. Tiene la hero¨ªna de esta historia un complemento, la r¨¦plica perfecta: la detective Stark, una Lestrade bastante m¨¢s brillante que el polic¨ªa creado por Arthur Conan Doyle. El final sugiere nuevas aventuras. ?Tendr¨¢ Molly un p¨®dcast? Si quieren una novela reparadora, esta es la m¨¢s apropiada de la selecci¨®n.
Jane Austen investiga, Jessica Bull (Lumen, traducci¨®n de Ana Alcaina y Laura Mart¨ªn de Dios). Hay cierta tendencia actual a poner a escritores a investigar (en Espa?a, sin ir m¨¢s lejos, a Gonzalo de Berceo o Miguel de Unamuno) pero pocas veces con el acierto de Jessica Bull. El reto era interesante: Austen tiene una legi¨®n de seguidoras y atrae a las nuevas generaciones como pocas autoras. Pero la construcci¨®n del personaje es tan viva y compleja, tan veros¨ªmil, que la precisi¨®n hist¨®rica o qu¨¦ est¨¢ inventado y qu¨¦ no da un poco igual. Nos encontramos a Austen soltera y con miedo a convertirse en una solterona, a ser la ¨²nica de los ocho hijos del reverendo George Austen que se quede en el hogar familiar. Despu¨¦s de la fastuosa fiesta inicial, todo se va al garete para la joven Austen, quien ve c¨®mo el crimen cometido contra la sombrerera Renault desbarata sus planes amorosos. ?Y por qu¨¦? Pues porque el principal sospechoso, el hombre que va camino de la horca, es su hermano Georgy. Ella, convencida de su inocencia, lo deja todo para luchar por la justicia. Pero no crean que van a encontrar grandilocuencia o mucho drama: la novela tiene su punto de iron¨ªa que equilibra y las aventuras y pistas se suceden con acierto. Bull ha estudiado a fondo la vida de la autora y eso se ve mejor en la agudeza que Austen aplica a lo largo de la investigaci¨®n que en grandes rollos sobre su vida y milagros. Parece la primera de una serie de aventuras y lo celebramos.
Pistas: Perfecto para amantes del cozy crime de ambientaci¨®n hist¨®rica. ?Qu¨¦ tal los de C.A. Larmer en la misma editorial?
Fuera de juego
Dos novelas brutales e inclasificables que dejan al lector extra?ado, satisfecho con la lectura y conmovido con los finales.
Sopa de miso, Ryu Murakami (Malas tierras, traducci¨®n de Jaime Montes). Cuando un libro te llega por varias fuentes (y todas de fiar) sabes que las aguas se est¨¢n agitando. Y es lo que me pas¨® con la publicaci¨®n de este cl¨¢sico contempor¨¢neo de la literatura negra japonesa. Kenji, un joven que se dedica a guiar a los turistas extranjeros por la vida nocturna del centro de Tokio, se encuentra una noche de finales de diciembre de 1996 con un encargo inquietante: Frank, viajero estadounidense de rostro indescifrable y mente desquiciada, paga un buen dinero para ser conducido durante tres noches por el inmenso mundo de sexo y explotaci¨®n de la ciudad. Pero su presencia por el centro de la capital japonesa coincide con varios cr¨ªmenes. Llevado por una s¨®lida narraci¨®n en primera persona (nada c¨®moda, por otro lado, para el lector, puesto que la mirada del protagonista no est¨¢ exenta de cierto pesimismo y melancol¨ªa), pronto sientes el asco y la inquietud de Kenji hacia este mentiroso patol¨®gico y compartes con ¨¦l sus sospechas: es el asesino de la joven que han encontrado muerta y descuartizada en dos bolsas de basura. Pero nada es tan f¨¢cil en las obras del autor de Azul casi transparente. La paranoia y el p¨¢nico crecen a partes iguales a medida que avanza la narraci¨®n y notas c¨®mo Kenji se queda poco a poco atrapado en esa tela de ara?a. Lo que viene despu¨¦s es espeluznante y sorprendente pero, por razones obvias, no se lo voy a contar. Tras ese envite est¨¦tico y moral, terminar una novela es complicado; terminarla bien, casi imposible. Murakami lo consigue. La historia mancha y sigue con el lector varios d¨ªas despu¨¦s.
La ferocidad, Nicola Lagioia (Random House, traducci¨®n de Xavier Gonz¨¢lez). Hay libros que supuran maldad, en los que rozas lo turbio al pasar las p¨¢ginas y este de Lagioia, con el que gan¨® el Strega en 2015, es uno de ellos. Y uno de los buenos. Una familia poderosa sufre el rev¨¦s de la muerte (?suicidio?) de la hija mayor. El padre, un constructor todopoderoso, irrumpe desde el principio con una fuerza y una violencia, nunca expl¨ªcita, sobrenatural. La prosa de frase corta e introspecci¨®n con la que el autor nos va contando las miserias de estos pobres ricos es magistral. Lo que sigue en la parte central de la novela es un fresco de personajes hirientes y heridos, distintas formas de acercarse a la v¨ªctima y a la familia disfuncional que la rode¨® durante su existencia y, de manera casi imperceptible, a las causas de su muerte. El mal emana del padre y de su fortuna, de c¨®mo la consigui¨® y c¨®mo la va a mantener, de c¨®mo extiende su control a quienes lo rodean. Es una novela en torno a un crimen y plagada de inmoralidad, pero en esta selecci¨®n es un bicho raro (aviso, sobre todo, a los que buscan puro g¨¦nero: crimen-investigador-soluci¨®n). A Lagioia lo conocemos en Espa?a, sobre todo, por ser autor de la brutal La ciudad de los vivos. Esta novela no es aquella. Es igual de directa y descarnada, pero tiene otras connotaciones, m¨¢s estructura de ficci¨®n, dir¨ªa que incluso mejores personajes, no est¨¢ condicionada por un hecho real tan impresionante. Pasen, lean y ya me contar¨¢n.
Pistas: ?Les gustan las novelas con familias rotas o disfuncionales como Las correcciones de Franzen o las de A.M. Homes? Entonces, este es su (turbio) lugar.
Por si esto no ha sido suficiente, dejamos por aqu¨ª la selecci¨®n que hicimos para la Feria del libro o aquella de principios de a?o y que tan v¨¢lida sigue siendo.
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