Se ha escrito un crimen (sin v¨ªsceras): ¡®cosy crime¡¯, la nueva ola amable de la novela negra
Misterios protagonizados por una detective ¡®amateur¡¯, ausencia de sangre, humor socarr¨®n y localizaciones id¨ªlicas. Son los ingredientes de un subg¨¦nero apacible del ¡®noir¡¯ que vive un momento de gloria en Espa?a
Una corriente amable se abre camino en la novela negra desde la orilla opuesta al gusto predominante por el crimen real, las v¨ªsceras, el investigador torturado y los psic¨®patas m¨¢s o menos fant¨¢sticos. El cosy crime o cosy mistery (tambi¨¦n escrito cozy) ha vivido una revitalizaci¨®n en los ¨²ltimos a?os hasta convertirse en la receta ideal para refrescar unas mentes abrumadas por el calor y la realidad pol¨ªtica de este verano. El lector busca refugio en periodos turbulentos y la literatura de g¨¦nero criminal ha ofrecido desde sus or¨ªgenes ese relato cerrado y reparador, aunque esa haya estado lejos de ser su misi¨®n esencial.
Pero empecemos por el principio: ?qu¨¦ es el cosy crime? Como la denominaci¨®n en ingl¨¦s indica, estamos ante novelas acogedoras con unas caracter¨ªsticas comunes: la investigadora (la inmensa mayor¨ªa son mujeres) es amateur (publicista jubilada, restauradora de libros, joven dama decimon¨®nica sin oficio, la reina de Inglaterra, etc¨¦tera) y utilizar¨¢ la l¨®gica para resolver el misterio; el escenario del crimen es una localidad apacible y una peque?a comunidad en la que todos se conocen; hay un juego con el lector, que se implica de lleno en la resoluci¨®n y un humor inteligente e integrado en el tono de las historias.
Resulta complicado, y posiblemente balad¨ª, buscar el origen exacto de este g¨¦nero que ahora puebla los estantes de las librer¨ªas espa?olas, pero se encuentra directamente relacionado con la primera edad dorada de la novela negra brit¨¢nica. Uno de los mejores ejemplos de esta conexi¨®n es Muerte bajo el sol, de Agatha Christie. A pesar de los pijamas de seda de los protagonistas y el impecable azul del cielo, no llega a ser exactamente un cosy mistery como lo conocemos ahora, pero Christie abri¨® con ella una senda que consolidar¨ªa con Miss Marple. Aqu¨ª la autora juega al despiste con el lector de la mano de H¨¦rcules Poirot en unas maravillosas playas de Devon (Inglaterra) que, sin embargo, cuando la novela se public¨® en 1941, se hab¨ªan convertido ya en zona de guerra. Volviendo a la ¨¦poca dorada, digamos que los autores tienen en cierto modo presente el dec¨¢logo de Knox (1929), donde se establec¨ªan unas normas para el escritor de novelas polic¨ªacas y de misterio que lo conminaban a ser justo y jugar limpio (menos el punto 5: ¡°Ning¨²n chino debe figurar en la historia¡±, absolutamente inexplicable).
Como aquellos momentos de tensi¨®n b¨¦lica, la pandemia marc¨® un punto de evoluci¨®n para un grupo amplio de lectores que viraron hacia este tipo de literatura. ¡°Hemos visto que el lector buscaba m¨¢s que antes una novela entretenida, m¨¢s ligera y menos violenta, aunque inteligente y bien construida, con personajes entra?ables. Una novela que en estos tiempos de pandemia y pospandemia nos permite evadirnos f¨¢cilmente y que, en poco tiempo, se ha hecho un hueco importante entre los lectores del g¨¦nero negro y de la ficci¨®n en general¡±, explica Anik Lapointe, editora de Salamandra, el sello que ha tra¨ªdo a las librer¨ªas espa?olas las aventuras de Agatha Raisin. Escrita por M. C. Beaton ¨C¨Cuno de los pseud¨®nimos de la prol¨ªfica Marion Chesney¨C¨C desde principios de los noventa, la serie es uno de los mejores ejemplos de las virtudes del g¨¦nero. Su ¨¦xito se apoya en la personalidad de su protagonista, una publicista prejubilada que abandona Londres para irse a un pueblecito en la primera entrega (Agatha Raisin y la quiche mortal, 2019) y que a lo largo de m¨¢s de 30 novelas ha prendado a los lectores con su humor no exento de rudeza, su determinaci¨®n, un extra?o atractivo y unas sutiles pero enternecedoras debilidades. En Espa?a acaba de salir la sexta, Agatha Raisin y la turista impertinente.
Jubilados y mandatarias retiradas
La explosi¨®n del cosy crime est¨¢ llena de casos de ¨¦xito en los ¨²ltimos a?os. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, Richard Osmand y su grupo de jubilados investigadores, una serie que empez¨® en plena pandemia con El club del crimen de los jueves (Espasa) a un ritmo de ventas que no se hab¨ªa visto en el Reino Unido desde el estreno de Harry Potter. En octubre llega El ¨²ltimo en morir, la cuarta entrega de una serie que ha sabido jugar con todas las virtudes del g¨¦nero. No es el ¨²nico caso con personajes de edad avanzada y, en general, retirados de la actividad p¨²blica. Ah¨ª tenemos a la propia Agatha Raisin o las novelas de S. J. Bennett, que convierte a Isabel II en una detective de lo m¨¢s peculiar y de la que Salamandra ha publicado este mes la tercera entrega, Un crimen entre la realeza. En este ¨¢mbito se encuentra Miss Merkel, de David Safier (Seix Barral). En este caso, la detective aficionada es la excanciller alemana, ahora retirada y aburrida de los pasteles y el senderismo; el entorno id¨ªlico, el del lago Dumpfsee, y el motivo disruptor de esa paz perfecta el habitual: el asesinato. En la segunda entrega, El caso del jardinero enterrado, su perrito Putin (tal cual) encuentra un cad¨¢ver y a partir de ah¨ª¡
En esta disrupci¨®n tranquila del cosy mistery, el lector juega varios papeles. Por un lado, como el aficionado a la novela fant¨¢stica o a la rom¨¢ntica, el lector de estos misterios acogedores demanda una serializaci¨®n, quiere quedarse con el personaje, desea m¨¢s. ¡°Las mujeres leen m¨¢s, tambi¨¦n en novela negra. Y en el cosy crime en torno al 70% son mujeres y de una edad a partir de los 35 a?os. Son lectoras muy ¨¢vidas y de ah¨ª que tengan que ser series. Salen hasta dos t¨ªtulos al a?o. Siempre quieren el siguiente, de manera que se replica un poco lo que pasa con las series en la televisi¨®n¡±, explica Mar¨ªa Fasce, editora de Alfaguara y Lumen, casa que acaba de publicar Un crimen con clase, de Julia Seales. Se trata de una novela muy brit¨¢nica a pesar de ser una autora de Kentucky, inmersa en la campi?a inglesa del siglo XIX, con una protagonista, Beatrice Steele, que sue?a con salir del cors¨¦ social de clase alta en el que est¨¢ atrapada y resolver los cr¨ªmenes reales sobre los que lee en los peri¨®dicos. Hay una pasi¨®n de la autora por Jane Austen que se ve aqu¨ª retorcida y ampliada desde la iron¨ªa, pero tambi¨¦n hay humor, atentos a la figura del padre, y buena literatura.
Juegos con el lector
Los autores juegan con la conexi¨®n que siente el lector con un protagonista que no es polic¨ªa, ni investigador privado o abogado, ni siquiera periodista, sino alguien alejado por completo del mundo del crimen, con su trabajo y su vida. Anthony Horowitz ¨C¨Cuno de los autores m¨¢s prol¨ªficos de los ¨²ltimos tiempos, creador de Alex Rider y autor de m¨¢s de cien novelas y libros de relatos¨C¨C se lanz¨® a este g¨¦nero con la serie protagonizada por Susan Rylan, de la que destaca la primera entrega, Un asesinato brillante (Ediciones B). En ella lleva m¨¢s all¨¢ el juego con el lector y la apelaci¨®n a su capacidad l¨®gica al incluir una trama libresca en la que hay un misterio dentro de otro misterio. Pero si alguien estira con habilidad los l¨ªmites de esa relaci¨®n con el lector es Janice Hallett, autora del sorprendente El c¨®digo Twyford, pero que antes hab¨ªa creado uno de los mejores cosy crime de los ¨²ltimos tiempos: La apelaci¨®n (?tico de los libros, como el anterior). Aqu¨ª directamente el lector est¨¢ implicado en la resoluci¨®n del crimen ocurrido en el id¨ªlico pueblecito de Lockwood. Hay 15 sospechosos y muchos rincones oscuros que vamos descubriendo gracias a una narraci¨®n organizada a trav¨¦s de correos electr¨®nicos, mensajes, listas de invitados¡
En la editorial Alma vieron pronto esa relaci¨®n directa con el lector y sab¨ªan que era un g¨¦nero bien afianzado en otros mercados, pero incluso as¨ª se sorprendieron del ¨¦xito inmediato de su apuesta. ¡°En marzo de este a?o tuvimos la primera sorpresa: cre¨ªamos que tendr¨ªamos que explicarlo m¨¢s, pero los libreros se apuntaron r¨¢pidamente. El p¨²blico enseguida compr¨® los libros y tuvimos un efecto en redes sociales, con muy buena respuesta en Instagram y TikTok, donde son muy activos¡±, comenta Josep Pi, uno de los editores de este peque?o sello con gusto por lo cl¨¢sico. Suyos son Crimen descatalogado (Miranda James), Unas galletas de muerte (Joanne Fluke) o Asesinato entre libros (Kate Carlisle), una primera novela de una serie que ha alcanzado bastante ¨¦xito y muy anclada en la columna vertebral del g¨¦nero, aunque esta vez trasladada a la zona m¨¢s acogedora de la costa de San Francisco.
Un humor especial
En un negocio en el que todo est¨¢ pensado, las portadas tambi¨¦n juegan su papel: ilustraciones amables, con un toque cl¨¢sico y hogare?o donde se retratan protagonistas y se describen situaciones donde prima el humor. Y ah¨ª est¨¢ la pieza restante del rompecabezas. No suele ser desternillante y en el equilibrio creado se basa su ¨¦xito. ¡°Un asesinato siempre es un acto de violencia extrema, se mire por donde se mire; pero si se comete a la manera decimon¨®nica, digamos que, por ejemplo, con ars¨¦nico por en medio, la atenci¨®n del lector se desv¨ªa m¨¢s a la resoluci¨®n del crimen y a la parte de juego que plantea la novela. En cualquier caso, creo que en la obra de los autores que destacan en este g¨¦nero el crimen no se banaliza; si as¨ª fuera estoy seguro de que crear¨ªa rechazo en los lectores. Eso no excluye que el humor tenga cabida, pero suele estar graduado adecuadamente; el absurdo tambi¨¦n tiene una presencia fundamental¡±, explica Fernando Paz, editor de AdN y Contraluz, que ha apostado en su caso por Finlay Donovan: una escritora de muerte, una obra que tiene mucho de ese humor preciso y respetuoso. ¡°En el caso del cosy crime, el humor no incide en los aspectos relacionados con la muerte o el crimen, sino que apunta de forma m¨¢s o menos amable o mordaz a la propia protagonista o a otros personajes o situaciones de la vida en esas peque?as comunidades cerradas de los pueblos¡±, insiste Lapointe para evitar cualquier malentendido. La violencia no es casi nunca expl¨ªcita y nunca gore: ¡°El asesinato en s¨ª nunca se describe c¨®mo, no hay morbo, sangre, nada. Eso permite trufarlo de un humor elegante, ingl¨¦s, que est¨¢ en la vida de las personas. Y queda muy bien unido con la trama¡±, explica Pi. Los di¨¢logos, r¨¢pidos, a veces banales, otras muy divertidos, completan el canon de este g¨¦nero.
Muchas veces, sin embargo, las razones del ¨¦xito de una corriente no son del todo ponderables. ¡°Es un hecho indudable que los g¨¦neros vienen y van en funci¨®n de circunstancias imprevisibles para las propias editoriales; y este podr¨ªa ser un buen ejemplo: un g¨¦nero que se consideraba algo olvidado acaba volviendo con mucha fuerza¡±, explica Paz. Lapointe contextualiza este resurgimiento en una tendencia m¨¢s general, junto a ¡°la vuelta de Ars¨¨ne Lupin, Sherlock Holmes y el modelo europeo de la novela de misterio¡±.
El aluvi¨®n de novedades continuar¨¢, pero parece que en un mercado m¨¢s maduro que el que ya vivi¨® la moda n¨®rdica, la de los psic¨®patas, el domestic noir, la novela negra rural y otros. Quiz¨¢s porque, como ocurre con la inagotable novela negra mediterr¨¢nea, el cosy crime hunde sus ra¨ªces en algo m¨¢s profundo. En enero de 2024 Lumen publicar¨¢ El club del crimen, de C.A. Lamer, y en mayo Jean Austen investiga, de Julia Golding. En Alma seguir¨¢n con las tres series abiertas y buscan nuevos mercados (¡°novelas para amantes del caf¨¦, o del ganchillo¡±) y se suman a la recuperaci¨®n de obras de Holmes en este gusto por el enigma cl¨¢sico al que se ha apuntado, por ejemplo, Arturo P¨¦rez Reverte con la muy holmesiana El problema final (septiembre). En Contraluz seguir¨¢n con la serie de Finlay Donovan y en Salamandra con la de Agatha Raisin (dos entregas en 2024), la de la reina Isabel II (cuarta novela en mayo) y la segunda parte de la deliciosa Los misterios de la taberna Kamogawa, del japon¨¦s Hisashi Kashiwai.
Aqu¨ª hablamos de libros, pero el universo se expande. Osman vendi¨® sus derechos audiovisuales de El club del crimen de los jueves a Spielberg; tambi¨¦n se adaptar¨¢ Un crimen con clase; la versi¨®n televisiva de Agatha Raisin ha sido un ¨¦xito y no es casualidad que La 2 de TVE haya recuperado Se ha escrito un crimen en formato marat¨®n: seis cap¨ªtulos las noches de los martes durante el verano. Los editores y agentes andan a la caza de cualquier joya con la que sumarse a la fiesta. Queda por ver en qu¨¦ pueblecito id¨ªlico de la Pen¨ªnsula se inaugurar¨¢ la tradici¨®n del cosy crime espa?ol.
10 recomendaciones bajo el sol
El club del crimen de los jueves, Richard Osman (Espasa)
La apelación, Janice Hallet (Ático de los libros)
Agatha Raisin y la turista impertinente, M.C. Beaton (Salamandra)
Asesinato entre libros, Kate Carlisle (Alma)
Un crimen con clase, Julia Seales (Lumen)
Un asesinato brillante, Anthony Horowitz (Ediciones B)
El nudo Windsor, S.J. Bennet (Salamandra)
Finlay Donovan: una escritora de muerte, Elle Cosimano (Contraluz)
Miss Merkel, David Safier (Seix Barral)
Muerte bajo el sol, Agatha Christie (Espasa)
Una deliciosa mirada juvenil
Hazel Wong y Daisy Wells son compañeras en un internado de Reino Unido en los años treinta del siglo pasado, son amigas del alma y las fundadoras y únicas socias de su club de detectives. Con esta serie de 11 libros que toma el título de la primera entrega, Murder Most Unlady Like, la británica Robin Stevens ha conseguido cautivar a millones de jóvenes que encuentran en las aventuras de esta pareja de detectives relatos con sabor a clásico, acción, y un toque de misterio a lo Agatha Christie y que nos lleva directamente a la edad de oro de la literatura de misterio en Reino Unido. Las portadas, además, son maravillosas.
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