El mariachi feliz de Carlota Ciganda
La golfista navarra consigue en M¨¦xico su segundo triunfo en un mes en el circuito de la LPGA
Para ganar su primer mill¨®n de d¨®lares en el circuito americano de golf (LPGA), el de las mejores, Carlota Ciganda necesit¨® casi tres a?os. Para el segundo no ha precisado ni de siete meses, y solo en las ¨²ltimas cuatro semanas se embols¨® medio mill¨®n para un total de ganancias en el a?o de 1.099.963 d¨®lares, de 2.307.720 d¨®lares en sus cuatro a?os en la LPGA. As¨ª de fulgurante est¨¢ siendo el final de temporada de la golfista navarra, que el domingo logr¨® en M¨¦xico la segunda victoria de la temporada un mes despu¨¦s de conseguir en Corea la primera. As¨ª de buena es Ciganda, de 26 a?os, la n¨²mero 11 por puntos en el circuito, la 13? por ganancias, la 23? del r¨¢nking mundial. Con el sombrero mexicano de campeona en la cabeza, solo le falt¨® marcarse un mariachi en el green para mostrar su alegr¨ªa.
Todos estos n¨²meros podr¨ªan quedarse peque?os incluso la pr¨®xima semana, despu¨¦s de la disputa del torneo final del circuito en Naples (Florida), en el campo del Tibur¨®n, en el que Ciganda ya qued¨® segunda en 2014.
Despu¨¦s de su victoria en Corea, Ciganda reflexionaba sobre el putt, el golpe que m¨¢s le hace sufrir, y la cabeza en el blog que mantiene en ten-golf.es. El gesto t¨¦cnico de mantener quieta la cabeza hasta terminar de dar el golpe le serv¨ªa como imagen de lo que debe ser la actitud como jugadora: mantener quieta la cabeza, en su sitio, no alocarse, saber que las victorias llegan, no se buscan, no se anticipan. Es la madurez de una jugadora que desde infantiles era la mejor en todo, lo ganaba todo, gracias, fundamentalmente a su drive largo y recto, inigualable.
El mundo que hab¨ªa construido a su alrededor cuando en 2011, a los 21 a?os, se hizo profesional tras estar dos a?os triunfando en el circuito universitario de Estados Unidos se le vino abajo a finales de 2014, cuando falleci¨® Rogelio Echeverr¨ªa, su entrenador de toda la vida, el hombre con el que gan¨® el British Amateur y termin¨® primera en la lista de ganancias en el circuito europeo el a?o de su debut, el maestro que la empuj¨® a disputar el circuito americano.
En 2015, Ciganda, que como buena navarra se rige por los principios de prudencia y justicia hechos piedra en la fachada del ayuntamiento de Pamplona, emprendi¨® la reconstrucci¨®n de su equipo. En 2016 ha comenzado a recoger los frutos despu¨¦s de unos Juegos Ol¨ªmpicos a los que acudi¨® cargada de optimismo y sali¨® hundida.
A Rogelio Echeverr¨ªa le sustituy¨® como entrenador Jorge Parada, un instructor de golf espa?ol que se ha establecido en Florida, donde se ha convertido en uno de los mejores t¨¦cnicos de Estados Unidos. Con ¨¦l, Ciganda puede mantener su estrategia de base, casi su ¨²nica manera de entender el golf, tirar para adelante lo m¨¢s fuerte posible sin pensar en el riesgo, su juego natural, sin complicaciones. ¡°Es agresiva jugando¡±, dice su compa?era Azahara Mu?oz, una de las cinco espa?olas que forman parte de la LPGA. ¡°Pero como persona es un osito de peluche¡±.
El caddie de Sorenstam
Tambi¨¦n cambi¨® de caddie la jugadora navarra de la que, cuando empez¨® a destacar internacionalmente, a los 13 a?os, siempre se recordaba que era la sobrina del futbolista de Osasuna y el Athletic Cuco Ziganda. El hombre que le lleva la bolsa, y que a veces la centra y la frena en los momentos de duda, es Terry McNamara, quien largos a?os llev¨® los palos de la sueca Annika Sorenstam, quiz¨¢s la mejor golfista de la historia.
Y cuentan que es tan humilde Ciganda que hasta le sorprendi¨® que McNamara le dijera que s¨ª, que le interesaba el trabajo. Fue, evidentemente, una decisi¨®n de la que no se arrepienten ni el caddie ni Ciganda, la golfista del mill¨®n de d¨®lares.
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