Venus Williams, un mito contra viento y marea

Es un mito en activo, la mayor (37) y la que m¨¢s kilometraje acumula en sus piernas. Nadie, absolutamente nadie, ni siquiera Roger Federer (71), ha disputado tantos grandes torneos como ella (76). Debut¨® en el circuito profesional hace 23 a?os (1994), jug¨® su primer Grand Slam hace 20 (Roland Garros 1997) y alcanz¨® por primera vez el n¨²mero uno hace 15 (2002). Nueve temporadas despu¨¦s fue diagnosticada de un s¨ªndrome, el de Sj?gren, que fatiga y castiga su musculatura, fibrada y longil¨ªnea como pocas. Lo l¨®gico, tal vez, hubiese sido poner punto final a una carrera que entonces ya estaba hecha, ya lauread¨ªsima, pero Venus Ebony Starr Williams (ese es el nombre completo) decidi¨® seguir adelante y poner rumbo hacia la eternidad.

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Venus vence en el desprop¨®sito

Wozniacki da miedo

Una noche horrorosa

La estadounidense, escollo hoy (no antes de las 13.30, Teledeporte) entre Garbi?e Muguruza y las semifinales de la Copa de Maestras, representa uno de los casos m¨¢s extraordinarios en la historia del tenis. Y es que su longevidad no responde a un recorrido placentero y amable, ni mucho menos, sino que su fuerza motriz ha sido siempre la desdicha. Es decir, sin obst¨¢culos ni piedras en el camino, sin todas las barreras que ha sorteado, su figura hoy no tendr¨ªa el mismo sentido. Partiendo de sus or¨ªgenes humildes y su desgraciada historia familiar hasta desembocar en el episodio que le parti¨® el alma hace cinco meses, en junio, cuando se vio implicada de un accidente de tr¨¢fico que le cost¨® la vida a un anciano de 78 a?os.

Aunque en primera instancia el informe policial se?al¨® que hab¨ªa sido la responsable del siniestro, finalmente la exoner¨®, pero desde entonces su gesto fuera de la pista es de una profunda tristeza. En Wimbledon, durante su primera conferencia de prensa despu¨¦s de que trascendiera el asunto, rompi¨® a llorar enfrente de los periodistas. ¡°No tengo palabras, estoy destrozada¡±, expuso entonces la estadounidense, presa del desconsuelo, cabizbaja y desidiosa, mucho m¨¢s de lo que lo era antes. Un minuto, tres preguntas y 34 palabras es lo que dio de s¨ª su ¨²ltima comparecencia, despu¨¦s de batir a la jovencita Jelena Ostapenko (20) en 3h 13m.

Un partido que simboliz¨® muchas cosas. Vigencia, pujanza, resistencia al paso del tiempo y al empuje de la nueva generaci¨®n de jugadoras, que amenaza desde hace tiempo con dejarla a un lado y no puede, no todav¨ªa, no a¨²n. ¡°Esta pista es extremadamente lenta, as¨ª que se ver¨¢n partidos igualados y muy largos¡±, pronostic¨® antes del comienzo de un torneo que, por cierto, solo ha conquistado ella entre las ocho participantes; lo consigui¨® en 2008, contra Vera Zvonareva. Engloba ya cinco presencias en la cita maestra y 14 esta temporada, en la que su combatividad se est¨¢ convirtiendo en todo un elogio al amor propio y le ha guiado hacia lugares insospechados por muchos.

2011-2015: una laguna de cuatro a?os

De 2011 a 2015, castigada por Sj?gren, se produjo la decadencia competitiva. Atrap¨® en esa franja solo un par de recompensas (Luxemburgo y Dub¨¢i) y en los grandes no escal¨® hasta ninguna altitud del todo rese?able (cuartos de Australia y US Open, en 2015). Sin embargo, nunca se dio por vencida. Aunque se mueve de forma trotona y tarda un mundo en la arrancada, y le cuesta seguir el ritmo veloz de las ¨²ltimas hornadas, le queda cr¨¦dito.

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Por siempre Venus

Venus Williams viaja hacia la eternidad

¡°Honestamente, no s¨¦ qu¨¦ se dice de m¨ª ni de lo que estoy haciendo este a?o. No leo la prensa ni veo la televisi¨®n. Al final del d¨ªa mi objetivo es pegar lo mejor posible unos cuantos reveses y unas derechas. Solo quiero ganar partidos¡±, describe la norteamericana, la primera mujer negra que ascendi¨® al trono del tenis mundial, poseedora de cinco t¨ªtulos de Wimbledon y cuatro oros ol¨ªmpicos, entre muchos otros premios. Esta campa?a, una de las competidoras m¨¢s feroces del circuito: dos finales de Grand Slam (Australia y Wimbledon), las semifinales de Nueva York y cinco victorias contra top-5: Kerber (cuando la alemana gobernaba), Konta (2), Kuznetsova y Ostapenko. Se le ha resistido un trofeo, pero en los dos ¨²ltimos a?os gan¨® Auckland, Wuhan, Zhuhai y Kaohsiung.

¡°Amo Asia¡±, incide le vegana Venus, que compite medicada y que al igual que su hermana Serena juega para una marca, el vasto imperio de las Williams. Un binomio del que se lleva mucho tiempo barruntando su ca¨ªda y persiste, a pesar de que las j¨®venes aprietan, progresan y muerden, caso de Ostapenko. La letona, todo nervio, termin¨® agotada el pulso contra una tenista 17 a?os mayor que ella y que actualmente ocupa el quinto puesto del ranking.

¡°?El n¨²mero uno? No me interesa realmente¡­¡±, simplific¨® hace unos d¨ªas en Singapur, donde el triunfo de Wozniacki ante Halep (6-0 y 6-2) evapor¨® sus opciones y ahora le aguarda Muguruza. ¡°Tiene mucho m¨¦rito lo que est¨¢ haciendo¡±, explica esta. ¡°Yo no me veo jugando hasta tan tarde. Es incre¨ªble su nivel y el hambre que tiene para seguir haciendo historia. Jugar contra Venus supone hacerlo contra la historia¡±, agrega la espa?ola, que en los dos ¨²ltimos careos con ella (cuartos de Roma y final de Wimbledon) encontr¨® la llave correcta. No obstante, Garbi?e recela. Delante, Venus, otra vez el apellido Williams, tenis en toda su esencia. Un mito contra viento y marea.