Neymar en Madrid
No entiendo a los t¨¦cnicos que tienen jugadores de un nivel tan superlativo y los desatienden de un modo tan flagrante
Ha dicho Mariano Rajoy en una visita al Diario AS que no ve a Neymar Jr. jugando en el Real Madrid, lo que bien podr¨ªa ser la confirmaci¨®n definitiva de que le queda medio suspiro en la Ciudad de la Luz. Semejante declaraci¨®n deber¨ªa servir para calmar la inquietud que despierta su hipot¨¦tico fichaje en cierto sector del madridismo pero, v¨¢lgame el cielo, buscar alivio en las palabras del actual presidente del Gobierno debe de ser algo as¨ª como confiar a Narciso la seguridad de un pantano: se puede, s¨ª, pero no se debe.
No hay futbolista como el paulista en todo el planeta, esa es la verdad. No es que me olvide de Messi que, como todos sabemos, viene de una galaxia muy, muy lejana, pero entre los censados como seres humanos es Neymar el mejor con una diferencia abismal sobre el siguiente. Esa medalla de bronce, por cierto, bien podr¨ªa corresponder al belga Kevin de Bruyne, un extremo natural al que Guardiola ha reconvertido en una especie de nuevo Zidane, mitad m¨¢quina, mitad ingenio.
En contra del brasile?o juega esa tendencia franciscana del hincha tipo, una obsesi¨®n casi enfermiza por exigir a los futbolistas que demuestren sus virtudes no solo en el campo sino tambi¨¦n fuera de ¨¦l. Hace pocas semanas que nos sorprend¨ªa la retirada definitiva de Ronadinho ¡ªal fin y al cabo solo llevaba dos a?os sin jugar un partido oficial¡ª y la noticia lleg¨® acompa?ada de un reguero de lamentos pregunt¨¢ndose qu¨¦ habr¨ªa sido del Gaucho de haberse cuidado m¨¢s, de haber llevado una vida espartana y dedicada en exclusiva al desempe?o del oficio. La respuesta es bien sencilla: habr¨ªa sido un bur¨®crata magn¨ªfico, un astronauta o un cirujano pl¨¢stico de primer nivel pero no Ronaldinho. Algo parecido sucede con un Neymar al que no se le exige que sea Neymar Jr. sino Chendo.
Su partido en el Bernab¨¦u fue una demostraci¨®n pr¨¢ctica de casi todas sus capacidades, pues le falt¨® la del gol aunque tambi¨¦n lo atesora. Abandonado a su suerte, como el personaje principal de una buena novela picaresca, se las arregl¨® para convertir cada mendrugo que le llegaba en una pelota de pan blanco, fresco, apetitoso. A Nacho, su marcador natural durante los noventa minutos, lo desbord¨® tantas veces y de formas tan diferentes que no ser¨ªa de extra?ar que el bravo defensa madrile?o se replanteara, en alg¨²n momento del partido, solicitar el cambio y retomar los estudios. Lo golpearon muchas veces, como corresponde a un futbolista de su categor¨ªa, pero ninguna patada le doli¨® tanto como el planteamiento de su entrenador.
No entiendo a los t¨¦cnicos que atesoran en sus plantillas a jugadores de un nivel tan superlativo y los desatienden de un modo tan flagrante. Unai Emery me recuerda cada vez m¨¢s al padre de un buen amigo m¨ªo que se compr¨® un Jaguar XJ de 90.000 euros y es incapaz de aparcarlo en cuesta sin recurrir a la vieja precauci¨®n de colocar una piedra en la rueda trasera. Futbolistas como Neymar se merecen mejores aliados en el banquillo, del mismo modo que yo creo merecer un presidente del Gobierno mejor que Rajoy pero, ya lo ven, nunca llueve a gusto de todos. Al menos tengo buena salud, creo; lo le¨ª esta ma?ana en mi hor¨®scopo.
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