Mal el Madrid, peor Lopetegui
El seleccionador no se puede arriesgar a dos d¨ªas del mundial a ser un pir¨®mano en la que a¨²n es su casa
Vaya. Resulta que la selecci¨®n ya no es de todos, como los corifeos de lo patrio y otras gaitas se han desga?itado en propagar durante a?os. Al menos no le ha cogido mucho apego Julen Lopetegui, pese a ser la atalaya que le ha encumbrado y por la que renov¨® hace apenas tres semanas. Nadie, por supuesto, est¨¢ obligado a perpetuarse de forma vitalicia y en el f¨²tbol los contratos son de plastilina. Pero a dos d¨ªas de un Mundial no se puede arriesgar a ser un pir¨®mano en la que a¨²n es su casa. A los t¨¦cnicos se les tiene por l¨ªderes y el ¨²ltimo ejemplo que debieran dar es anteponer su yo¨ªsmo al grupo. ?Y si Zidane hubiera oficializado por sorpresa su salida del Madrid dos d¨ªas antes de la final de Kiev?
Se puede entender que a sus 51 a?os, al vasco le vaya m¨¢s la marcha del d¨ªa a d¨ªa de un club. M¨¢xime si se trata del Madrid. Pero es reprochable que lo haga cuando forma parte nuclear de un colectivo que est¨¢ ante un reto extraordinario. Sin olvidar las suspicacias que levantar¨¢ su espantada. Ahora se mirar¨¢ con lupa a qui¨¦n alinea y a qui¨¦n no. Todo bajo sospecha. Y no digamos entre los rivales madridistas, que tambi¨¦n tienen convocados en Rusia. ?Y es posible evitar preguntarse d¨®nde ha tenido Lopetegui la cabeza estos d¨ªas de preparaci¨®n? Hasta su saludo o mirada con CR el viernes distraer¨¢ a m¨¢s de uno.
Tampoco el Madrid se ha movido con la m¨ªnima delicadeza debida a una selecci¨®n que tan bien le ha representado hist¨®ricamente y que est¨¢ a un parpadeo de su cita m¨¢s importante. Ni al club ni al entrenador le han preocupado un pimiento lo desestabilizador de su granada sobre los cuarteles de La Roja. Cabe suponer que el Real habr¨¢ estimado el doble riesgo que le supondr¨ªa un batacazo de Espa?a en Rusia. Muchos, incluidos entre sus feligreses, no se lo perdonar¨ªan. En caso de patinazo: ?C¨®mo ser¨ªa recibido Lopetegui en la casa blanca?
El Madrid ha jugado con fuego. Y Lopetegui ha sido Lopetegui. Tan de hadas ha sido su carrera deportiva que como jugador gan¨® una Liga con el Real tras jugar noventa minutos en dos temporadas. M¨¢s f¨¢cil lo tuvo con el Bar?a. Los azulgrana hicieron bingo en la Copa y la Recopa sin que ¨¦l, tercer portero, se quitara el ch¨¢ndal siquiera un minuto. Con una internacionalidad como sub 21 disput¨® 26 minutos con la absoluta de Clemente. Suficiente para ser alistado para el Mundial 94. En los banquillos, hasta llegar a la Roja, su cima en el f¨²tbol espa?ol la alcanz¨® con el Rayo en Segunda, cuando gan¨® al Ejido y al Terrassa antes de ser despedido en diez partidos.
Dos cursos despu¨¦s, en el Castilla (2?B), qued¨® el sexto y fue cortado. Bastante para ser contratado como comentarista televisivo. Hasta una llamada del Oporto, donde se despidi¨® de forma abrupta tras temporada y media. Suficiente para ser alistado por la federaci¨®n, primero en las inferiores y luego en la absoluta. Y sin haber llegado a debutar en una Eurocopa o Mundial, veinte partidos al frente de la Roja le han valido, por supuesto, para ser llamado por el campe¨®n de Europa. Por tanto, un triple salto nada novedoso en su trayectoria. No se puede discutir que Lopetegui ataja como nadie. Ahora, el Real y ¨¦l han ido demasiado lejos con su yo, yo, yo. Incluso aunque un segundo t¨ªtulo mundial ilumine a Espa?a... Mal el Madrid y peor Lopetegui.
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