Ni estilo, ni furia; Espa?a se duerme en Rusia
Ning¨²n futbolista supo sacar al equipo del aburrimiento, apenas hubo una jugada decente y el empeoramiento fue tan progresivo que Espa?a ha sido eliminada por un adversario menor
La selecci¨®n espa?ola ha sido siempre un equipo a corto plazo en Rusia. Lopetegui ten¨ªa fecha de caducidad desde que negoci¨® su fichaje con el Madrid. A Hierro se le ha visto hasta ahora como una soluci¨®n provisional despu¨¦s del arrebato de Rubiales. Y ya ten¨ªan dicho tanto Piqu¨¦ como Iniesta que dif¨ªcilmente seguir¨¢n con La Roja. La suplencia del manchego, titular ininterrumpido durante los ¨²ltimos once a?os, fue un mensaje inequ¨ªvoco de los nuevos tiempos de precariedad y ansiedad que corren en Espa?a. No hab¨ªa que jugar, sino ganar, sobre todo si se ten¨ªa en cuenta los futbolistas en n¨®mina y el cuadro que hab¨ªa quedado en la Copa despu¨¦s de la eliminaci¨®n de Alemania y Argentina.
El fin justificaba los medios y, por tanto, la selecci¨®n viv¨ªa pendiente del marcador, circunstancia que abon¨® un carrusel de cambios tan continuo y sin sentido que nunca se supo muy bien qui¨¦nes sobraban y los que faltaban, a excepci¨®n del portero y del delantero centro, De Gea y Diego Costa, siempre titulares con Hierro. No se quiso reparar en que ambos estiraban mucho al equipo y que costaba demasiado llenar la cancha con independencia de que el rival fuera Portugal, Ir¨¢n, Marruecos o Rusia. Aunque quiso ser Italia, no est¨¢ acostumbrada la selecci¨®n a dominar las ¨¢reas y sus repetidas concesiones defensivas le expusieron a caer en cada jornada hasta la derrota final en Mosc¨².
A Hierro, sensible a la corriente de opini¨®n que abonaba la inmediatez tan asumida por el madridismo como por el cholismo y ¨²ltimamente tambi¨¦n por el barcelonismo, le sali¨® un equipo h¨ªbrido, sin identidad e inanimado, m¨¢s est¨¦ril y pegapases que nunca, abatido finalmente en la rueda de los penaltis a pesar de que las estad¨ªsticas aseguran que el equipo que tira primero cuenta con el 60% de posibilidades de ganar, incluso en un Mundial. De Gea toc¨® hasta tres de los lanzamientos y no pudo neutralizar ninguno para suerte de la resistente Rusia. Los tiros desde los 11 metros fueron el ¨²nico momento de emoci¨®n del seguramente hasta ahora peor partido de la Copa.
Ning¨²n futbolista supo sacar al equipo del aburrimiento, apenas hubo una jugada decente y el empeoramiento fue tan progresivo que Espa?a ha sido eliminada por un adversario menor y peor pese a su condici¨®n de local, ya vencido por Uruguay. No supo qu¨¦ hacer con la pelota, nunca le dio velocidad, y el partido no tuvo el ritmo esperado con los cambios hechos por Hierro. Ten¨ªa que ser el d¨ªa de Isco y el madridista no diferenci¨® entre lo que es bonito y lo que resulta ¨²til, de manera que su actuaci¨®n redund¨® m¨¢s en las cuestiones individuales ¨Chabitualmente sobresalientes en el caso del malague?o¨C, que en las colectivas, el punto d¨¦bil de Espa?a.
Ni Asensio ni Silva ayudaron a Isco a coser a un equipo chato, falto de profundidad, desmarque y tambi¨¦n de riesgo, como si estuviera asustado, incapaz de da?ar al rival, empe?ado en tocar al pie, temeroso de que se le acabara el Mundial. La actitud fue la opuesta a la protagonizada en Brasil 2014. A la selecci¨®n le perdi¨® entonces la ambici¨®n, cuando se neg¨® a negociar un resultado contra Holanda y se entreg¨® a un martirio que acab¨® en goleada: 5-1. Ante Rusia, Espa?a jug¨® a c¨¢mara lenta, siempre muy apagada, sin ninguna emoci¨®n ni calidad, sin furia y tambi¨¦n sin estilo, ahora mismo en tierra de nadie: ya sin Xavi y tambi¨¦n sin Iniesta, los dos orillados en su ¨²ltimo partido con La Roja.
Las dudas, y tambi¨¦n la indefinici¨®n futbol¨ªstica, invitan a reflexionar despu¨¦s de la frustrante derrota en Mosc¨². Jugar a corto plazo por la condici¨®n de doble campe¨®n de Europa y del mundo exige ganar partidos como el de Rusia aunque nunca se haya derrotado al anfitri¨®n de un torneo, tampoco en la Eurocopa. El fracaso, sin embargo, estaba anunciado tarde o temprano en el Mundial. Espa?a necesita ser un equipo corto, compacto, tenso y que presione para facilitar la cohesi¨®n. Y hoy es un conjunto diseminado, sin liderazgo ni plan, lleno de reinos de taifas y que ha pasado inadvertido por la Copa del Mundo.
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