Per¨² busca su ¡®Maracanazo¡¯

Dicen en Brasil que hay un estilo para cada estado: los cariocas tienen un f¨²tbol alegre y ca¨®tico; los paulistas son t¨¦cnicos pero ordenados; los equipos del sur, la zona que ha tenido m¨¢s inmigraci¨®n alemana, son esencialmente t¨¢cticos. Hay quien justifica que ese es el motivo por el que los equipos de R¨ªo de Janeiro no triunfan en la Copa Libertadores. De los 18 campeones que ha generado Brasil (Argentina lidera la tabla con 25), solo dos han sido cariocas: Flamengo (1981) y Vasco da Gama (1998). R¨ªo, en cambio, ha criado talentos irrepetibles como el de Romario, Ronaldo y Garrincha. S?o Paulo presume de Pel¨¦ y Neymar, mientras que en Porto Alegre ha producido a los ¨²ltimos cuatro entrenadores de la Canarinha: Mano Menezes, Luiz Felipe Scolari, Dunga y Tite, que este domingo busca su primer t¨ªtulo ante Per¨² (22.00, DAZN), en la final de la Copa Am¨¦rica.

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¡°Eso es una simple casualidad¡±, justifica Dunga. ¡°Tiene que ver por c¨®mo se concibe el f¨²tbol en cada uno de los estados¡±, a?ade Tost?o. El ¨²ltimo t¨ªtulo en Am¨¦rica se lo dio casualmente Dunga en 2007 despu¨¦s de golear a la Argentina de Riquelme, Ver¨®n y Messi en la final (3-0). Antes Parreira (carioca, aunque no precisamente se?ado como un defensor del jogo bonito) gan¨® la Copa de 2004, mismo entrenador que en Estados Unidos 1994. La ¨²ltima Copa del Mundo la conquist¨® Scolari en 2002, para despu¨¦s sufrir la derrota m¨¢s humillante, en 2014, el 1-7 ante Alemania.

Brasil ha virado al pragmatismo. Y si de arranque Tite hab¨ªa ilusionado con el regreso al f¨²tbol alegre, hoy la Canarinha destaca precisamente por ser una roca en la zaga, imbatida en la Copa Am¨¦rica, con Alisson 683 minutos sin encajar (el r¨¦cord brasile?o es de Taffarel, 834). Aunque no est¨¢ c¨®modo Tite en el banquillo de Brasil. La ca¨ªda ante B¨¦lgica en el Mundial dej¨® tocado al t¨¦cnico, cuestionado por el juego pero tambi¨¦n por su permisividad a la hora de gestionar el grupo. Edu Gaspar, una de las personas m¨¢s cercanas al entrenador, ha dejado la Canarinha para sumarse al Arsenal como director deportivo. Estaba desgastada la relaci¨®n entre Edu y la Confederaci¨®n Brasile?a de F¨²tbol. La CBF juzgaba como demasiado permisiva la actitud de Edu con los familiares de los futbolistas en el Mundial, sobre todo con el padre de Neymar, muy activo en las concentraciones.

La baja de Edu no fue la ¨²nica. Tite perdi¨® a Sylvinho y a su analista Fernando L¨¢zaro. La CBF, sin embargo, no tiene pensado destituir al t¨¦cnico ga¨²cho, que suma el 82,1% de victorias, la mejor marca desde Santana entre 1980 y 1982 (84,21%). ¡°Manifestamos nuestra confianza en el trabajo de la Comisi¨®n T¨¦cnica y reafirmamos que el t¨¦cnico ser¨¢ mantenido con car¨¢cter permanente¡±, public¨® la CBF. ¡°Los n¨²meros de Tite hablan por s¨ª solos¡±, lo defendi¨® Casemiro. Misma f¨®rmula que Marquinhos: ¡°Cuenta con el cari?o y la confianza del grupo. Es un t¨¦cnico al que hay que mimar hasta el pr¨®ximo Mundial¡±.

A Tite, que lo tentaron de la China, le gustar¨ªa seguir al frente de La Canarinha. ¡°La selecci¨®n brasile?a es el techo de la monta?a¡±, dice. No hay nada mejor que Brasil para el t¨¦cnico ni una ratonera m¨¢s peligrosa que la final ante Per¨² en Maracan¨¢. Aunque la Confederaci¨®n lo niegue, una derrota dejar¨¢ tambaleando al t¨¦cnico. La victoria, sin embargo, no suma puntos extras. La Copa Am¨¦rica, indiferente para todos, puede convertirse en una picota para Tite.

Tiene trampa Maracan¨¢, sobre todo ante Per¨², una selecci¨®n que llega vac¨ªa de presi¨®n. Y Brasil ya sabe lo que es caer en casa ante la selecci¨®n inca. En cualquier caso; perdi¨® poco, muy poco. De los 17 partidos que se enfrentaron, Brasil gan¨® en 13, por dos empates y dos victorias para Per¨² (1975 y 1985). Justamente la derrota de 1975 fue uno de los dos duelos en los que cay¨® Brasil de local en la Copa Am¨¦rica. La Canarinha quiere estirar su racha en Brasil (siempre gan¨® el torneo continental cuando se disput¨® en su tierra) y Tite aferrarse al banquillo, a la espera de que Neymar se decida a decir presente en un gran torneo.