El f¨²tbol espa?ol merece otra cosa
Rubiales no ha sabido gestionar que ahora se celebrara el retorno de Luis Enrique y el vuelo libre de Robert Moreno
Ni la tan deseada remontada de Luis Enrique merec¨ªa tantas turbulencias, ni su satisfactorio suplente Robert Moreno debi¨® salir nunca con l¨¢grimas por un pasadizo oscuro del Metropolitano. M¨¢s all¨¢ de las razones de cada parte, era a la Federaci¨®n a quien correspond¨ªa evitar semejante sainete. Pero Luis Rubiales, llegado a los despachos de Las Rozas desde el sindicato futbol¨ªstico, no se ha caracterizado por su diplomacia. Lo suyo es un marco de combusti¨®n permanente. Acostumbrado al frentismo, en 18 meses de mandato de Rubiales se han agitado todos los avisperos: Lopetegui, Tebas, Adidas, el f¨²tbol-sala, la liga femenina, Mediapro, Miami, Arabia Saud¨ª... Faltaba una pen¨²ltima refriega, esta vez con un entusiasta entrenador al que le lleg¨®, por una v¨ªa que jam¨¢s hubiera querido, la oportunidad de opositar a la ¨¦lite tras a?os de becario con su ¡°amigo¡± Luis Enrique.
Aunque se esgrima un supuesto berrinche juvenil de Moreno, a Rubiales, mucho m¨¢s experto en circunstancias extremas, le ha faltado tacto para gestionar la crisis. Nada de tino y templanza para sosegar a su ext¨¦cnico. Incluso si ya era consciente de la presunta repentina incompatibilidad entre Moreno y Luis Enrique. No se discute la reaparici¨®n ¡ªtan celebrada humanamente¡ª del gijon¨¦s. Y mucho menos la potestad de un presidente para elegir al seleccionador de turno. Pero todo requiere unos pasos, m¨¢xima transparencia, conocer al dedillo el tablero, ser receptivo a las sensibilidades ajenas y operar con la idea fija de salvaguardar a la instituci¨®n que se representa por encima de las cruzadas personales. Solo as¨ª se hubiera conseguido que hoy se celebrara el feliz resurgir de Luis Enrique y el vuelo dichoso de su exdisc¨ªpulo.
Sostuvo este martes Rubiales que fue Moreno quien rompi¨® la cuerda al ¡°exigir¡± que se aclarara su situaci¨®n. Por m¨¢s que pudiera aducirse que con su escasa graduaci¨®n no estaba en condiciones de requerir nada, resulta comprensible que el t¨¦cnico catal¨¢n quisiera conocer de inmediato su futuro. M¨¢xime cuando el eco de Luis Enrique ya era ensordecedor. Tan en fuera de juego se debi¨® de sentir Moreno que hasta lleg¨® a decir el domingo que se ve¨ªa s¨ª o s¨ª en la Eurocopa 2020. Seg¨²n Molina, director deportivo de la federaci¨®n, ¨¦l ya le hab¨ªa anticipado los hechos antes de que se mostrara en rueda de prensa convencido de su presencia en el Europeo. Es m¨¢s, Moreno lleg¨® a ensalzar su confianza en Rubiales y Molina. Por tanto, resulta poco cre¨ªble que horas antes se le hubiera expuesto una situaci¨®n tan cruda que acab¨® por desatar su congoja y desasosiego final. Tan abatido se sinti¨® Moreno que en la ma?ana del lunes dej¨® por escrito su deseo de aclarar su papel para no interferir en la vuelta de Luis Enrique. Mensaje que Rubiales ley¨® en su comparecencia una y otra vez. Era la coartada perfecta para descargar sobre Moreno y acelerar el regreso del preparador asturiano, su verdadero y leg¨ªtimo empe?o. Y no solo por su promesa de que el exentrenador del Bar?a retornar¨ªa a Las Rozas en cuanto se viera en disposici¨®n.
Desde los flojillos partidos en Noruega y Suecia de mediados de octubre ¡ªd¨ªas antes de la cita Rubiales-Molina-Luis Enrique en Zaragoza¡ª, en la federaci¨®n ya hab¨ªa murmullos sobre Moreno. Tras un ligero baj¨®n futbol¨ªstico en sus dos choques, ya hubo quien le quiso ver como un aprendiz demasiado permisivo con las demandas de los internacionales. En suelo ma?o, Rubiales encontr¨® la mejor respuesta posible de Luis Enrique en el momento de mayor duda sobre Moreno.
Abierta la opci¨®n de repescar al asturiano, Rubiales no dud¨® en concretar el regreso. En su explicaci¨®n de este martes se enred¨® al respecto. Por un lado, el retorno de Luis Enrique era una palabra dada desde su desgraciada salida. Sin embargo, a Moreno solo se le traslad¨® tiempo despu¨¦s que era ¡°una opci¨®n a valorar¡±. Literalmente: ¡°La eventual posibilidad de valorar si volv¨ªa Luis Enrique¡±. ?Valorar qu¨¦, no estaba convenido un regreso autom¨¢tico? Preguntado al respecto, Rubiales divag¨® tanto como antes el confuso y contradictorio Molina, balbuceante cuando se le record¨® que el mismo domingo dio por confirmado a Moreno en la Eurocopa ante un grupo de periodistas. Hecho que tambi¨¦n corrobor¨® en privado. Si Rubiales buscaba acentuar la ¡°transparencia¡± que tanto proclama, no le secund¨® Molina, proclive a atajos poco comprensibles por mucho que el puesto le obligue a cierta confidencialidad.
Por ahora, a la espera del verbo de Luis Enrique y Robert Moreno, la ¨²ltima trifulca con la federaci¨®n de por medio revela el nuevo proceder en Las Rozas, donde habita un presidente en un cuadril¨¢tero que no reh¨²ye ante nadie. Un presidente tan dispuesto al combate cuerpo a cuerpo que si hoy tiene que hacer de bombero-pir¨®mano en esta crisis se debe a su s¨²bita aparici¨®n del pasado viernes en la zona mixta del Carranza. Rubiales buscaba un altavoz para un golpe de pecho en su guerra eterna con Javier Tebas. Le acababa de ganar un pulso judicial por el partido frustrado en Miami. Y en un momento delicado, porque ¨¦l, Rubiales, estaba perdiendo por goleada ante la opini¨®n p¨²blica con su Supercopa en Arabia Saud¨ª. Pudo festejar la victoria ante el presidente de LaLiga, pero, de imprevisto, le estall¨® el caso Moreno. Consultado por su renovaci¨®n ¡ªconclu¨ªa contrato tras la Eurocopa¡ª, el directivo despej¨® el bal¨®n. Se?al inequ¨ªvoca de que Moreno no era un pretoriano. El asunto entr¨® en tal deriva que la federaci¨®n se qued¨® sin bridas y arrastr¨® a Luis Enrique y al propio Moreno. Rubiales, nada conciliador ¡ªdej¨® el embrollo a Molina¡ª encontr¨® una v¨ªa de escape en un mensaje privado del catal¨¢n. Y ¨¦ste, efectivamente, dio un paso lateral con un portazo y dej¨® el d¨ªa despu¨¦s a sus abogados. Rubiales, con el silencio moment¨¢neo de Moreno, tuvo el camino expedito para exponer su relato sin r¨¦plica de otros implicados. ¡°No se ha resuelto de forma suave, pero s¨ª coherente¡±, concluy¨® para s¨ª. Olvid¨® que Luis Enrique merec¨ªa otra cosa. Lo mismo que Moreno ¡ªque nada tram¨® a sus espaldas con otro club¡ª y la propia federaci¨®n. Mejor le ir¨ªa al f¨²tbol espa?ol con m¨¢s ¡°suavidad¡± y menos trincheras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.