Espa?a, finalista del Mundial femenino de balonmano por primera vez en su historia

Una Espa?a para la historia atrap¨® su primera final en un Mundial femenino de balonmano. Barri¨® a Noruega (22-28), tres veces campeona, y luchar¨¢ el domingo por el oro contra Holanda, que a primera hora fulmin¨® a la gran favorita, Rusia (32-33). La ganadora ir¨¢ directa a los Juegos. La cumbre que no pudo coronar la mejor generaci¨®n del balonmano espa?ol, leyendas como Marta Mangu¨¦, Macarena Aguilar y compa?¨ªa, la alcanz¨® un grupo de jugadoras en las que nadie hab¨ªa reparado hasta hace dos d¨ªas.

A una semana de volar a Jap¨®n, sufrieron la baja de una de sus almas, la estrella Carmen Mart¨ªn (221 internacionalidades y 751 goles). Su objetivo era clasificarse entre las siete primeras para acceder al preol¨ªmpico, una meta que tampoco se daba por hecha a la vista de los precedentes. En los tres ¨²ltimos torneos no hab¨ªan superado el und¨¦cimo puesto. Sin embargo, en Asia se destaparon a lo grande desde su estreno ante Rumania. Un adelanto de la proeza imprevista que estaba por venir.

La semifinal fue su obra perfecta. Sacudido el ataque de p¨¢nico que le entr¨® al equipo por el empate contra Suecia, tras desperdiciar una diferencia de nueve goles, y una vez dentro de las semifinales, Espa?a recuper¨® la versi¨®n coral que le dispar¨® en este campeonato. Dos de la vieja guardia, como Shandy Barbosa y Nerea Pena, mostraron el camino en el arranque. Lo continuaron tres integrantes de la clase media, Almudena Rodr¨ªguez (MVP del encuentro con seis dianas), Alicia Fern¨¢ndez y Marta L¨®pez. Y lo coron¨® bajo palos Silvia Navarro con una actuaci¨®n colosal (nueve intervenciones) a sus 40 a?os y tres medallas en el pecho. Veteranas y j¨®venes como met¨¢fora del ¨¦xito de la selecci¨®n. Enfrente, la poderosa Noruega, que hab¨ªa ganado a Espa?a 38 de los 45 duelos precedentes, se mostr¨® primero confusa y luego gripada. Siempre superada.?

De entrada, Espa?a se agarr¨® a sus mayores certezas en ataque para conectar con las terceras semifinales de su historia en un Mundial y espantar miedos. Shandy Barbosa, Nerea Pena y Ainhoa Hern¨¢ndez fueron las apuestas de inicio, con suerte desigual. Las dos primeras agujerearon la porter¨ªa n¨®rdica desde el exterior con lanzamientos de postal, sobre todo de la primera, que clav¨® sin fallo sus cuatro primeros intentos (cinco tantos en la primera parte y siete en total). El enlace con la pivote vasca result¨® m¨¢s espinoso porque Noruega cerr¨® bien las v¨ªas. Hasta tres p¨¦rdidas concedi¨® as¨ª la selecci¨®n.

Esos fueron los ¨²nicos errores que consintieron las Guerreras en la puesta en escena porque el funcionamiento general era ¨®ptimo. Espa?a se sent¨ªa mucho m¨¢s c¨®moda que su rival, desconectada en muchos tramos. Sus p¨¦rdidas evidenciaron la incomodidad ante una defensa gremial que no se dej¨® castigar por la velocidad de su oponente.

La aparici¨®n en pista de la segunda unidad no afloj¨® los reglajes. M¨¢s bien al contrario, Alicia Fern¨¢ndez y Almudena Rodr¨ªguez dispararon el marcador hasta el 6-10 en el minuto 20, lo que oblig¨® a pedir tiempo muerto a Hergeirsson. El t¨¦cnico noruego ajust¨® las tuercas y logr¨® afinar el ataque. Con Oftedal al tim¨®n ¡ªla estrella noruega estuvo m¨¢s acertada en asistencias (10) que en el lanzamiento (dos de siete)¡ª aplac¨® en ese momento a Espa?a. Produciendo desde los extremos, un caladero que la selecci¨®n apenas encontr¨® hasta el intermedio, fue mordiendo poco a poco la diferencia hasta el 13-13 en el descanso.

No se afligi¨® la selecci¨®n, que aceler¨® definitivamente a la vuelta de los vestuarios. Y lo hizo por donde no lo hab¨ªa hecho hasta entonces. Tres dianas sin fallo de Marta L¨®pez desde el ala derecha, la posici¨®n que dej¨® vacante la lesi¨®n de Carmen Mart¨ªn, pusieron una ventaja de cuatro tantos (17-21) en el minuto 44. Pidi¨® tiempo muerto Noruega, pero su m¨¢quina se hab¨ªa gripado y ya nunca m¨¢s volver¨ªa a arrancar.

Desde entonces, el festival de la selecci¨®n fue total, con Almudena Rodr¨ªguez castigando desde fuera, Alicia Fern¨¢ndez bailando en la posici¨®n de central y una defensa a la que no hab¨ªa manera de meterle mano. Apenas nueve tantos anotaron las n¨®rdicas en la segunda parte, la mitad de ellos cuando ya estaba todo sentenciado. Sus fallos desde los siete metros, unos estrellados en la madera y otros detenidos por Navarro y Zobqi, hundieron por completo el barco noruego. Los minutos finales fueron una fiesta. La gran fiesta que nadie esperaba.?