En manos de Shane Larkin

Shane Larkin, base del Anadolu Efes, capaz de asaltar el pasado viernes el Palau Blaugrana desde sus 1,82m, colocando a su equipo como l¨ªder de la competici¨®n junto al Real Madrid, no es ni mucho menos el deportista m¨¢s reconocido en su familia. Tal honor le corresponde a su padre, Barry Larkin, que fue durante 20 a?os profesional de la Liga de B¨¦sibol en Estados Unidos, y pertenece al Sal¨®n de la Fama de ese deporte; los especialistas lo sit¨²an entre los 100 mejores de todos los tiempos. Lo defin¨ªan, adem¨¢s, como el perfecto jugador gana-partidos, si se nos permite la expresi¨®n, libremente traducida del concepto clutch player norteamericano. Curiosamente, esa es tambi¨¦n la fortaleza que est¨¢ mostrando Shane Larkin en estos dos ¨²ltimos a?os de profesi¨®n.

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El Efes de Larkin tiene muchas fortalezas como conjunto, pero ninguna se puede comparar al hecho de haberse convertido, para todos los rivales, en una amenaza dificil¨ªsima de encarar en los cinco ¨²ltimos minutos. Adem¨¢s de Larkin, el equipo turco tiene a Micic, otro jugador igual de determinante en las posesiones de la verdad.

?Se puede ense?ar a ganar un partido? ?O es el deportista el que nace con esa fortaleza, sin apenas intervenci¨®n por parte de sus formadores? Mi experiencia me dice que es m¨¢s habitual esta segunda opci¨®n. Los entrenadores pueden ayudarnos a mejorar mucho la t¨¦cnica; pueden meternos en la cabeza la estrategia; incluso hay entrenadores que pueden contagiarnos su energ¨ªa. Pero creo que no es posible transmitir la determinaci¨®n: eso suele venir de serie.

Hemos le¨ªdo unas declaraciones de Larkin hablando de la imposibilidad de encajar en la NBA. Durante su a?o en los Celtics, los entrenadores le ped¨ªan un tipo de trabajo y ¨¦l se empe?aba en llevarlo a cabo. Pero en ese trabajo no se inclu¨ªa la posibilidad de ser el protagonista del partido, el jugador determinante.

De la manera en la que se plantean ahora mismo los partidos, los llamados jugadores exteriores tienen much¨ªsimas opciones para ser muy protagonistas, y tambi¨¦n para estar en la pista en momentos decisivos y esconderse absolutamente, evitando tomar una sola decisi¨®n. Durante los primeros 35 minutos del partido, no siempre ser¨ªamos capaces de adivinar, como espectadores la jerarqu¨ªa de ese grupo. Sin embargo, cuando se forma parte de ¨¦l, pr¨¢cticamente se adivina en el primer entrenamiento. Larkin ha encontrado en el Efes la posibilidad de tener al equipo en sus manos; de poner ¨¦l la presi¨®n sobre la defensa en los minutos de la verdad.

Estamos solamente en la fase regular, y queda toda una segunda vuelta por delante. Pueden darse circunstancias complicadas para los equipos en forma de lesiones. Es pronto, por tanto, para pronosticar nada. Dicho lo cual, y del modo en que se gana la Euroliga (con una ag¨®nica Final Four), los equipos que no dudan sobre sus jerarqu¨ªas, que saben d¨®nde y con qui¨¦n van a encarar los minutos decisivos del partido, tienen mucho terreno abonado. Larkin y el Efes lo saben como nadie. ¡°Sal ah¨ª fuera y juega con pasi¨®n, para que no te arrepientas de nada¡±, le dec¨ªa Barry Larkin, el bueno de la familia. Y para no arrepentirse, el chaval se ha puesto a un equipo a la espalda, que es lo que adem¨¢s le divierte.