El FC Barcelona y el mes perdido con Xavi
Nadie consigue parar la decadencia del conjunto azulgrana despu¨¦s del desgobierno y el despilfarro de la directiva de Bartomeu
Habr¨¢ un antes y un despu¨¦s de M¨²nich de acuerdo al diagn¨®stico de Xavi. El entrenador azulgrana busca tambi¨¦n el punto de inflexi¨®n a la anunciada ca¨ªda del equipo desde que empez¨® a salir goleado de los distintos campos de Europa. Nadie consigue parar la decadencia del Bar?a. El desgobierno y despilfarro de la directiva de Bartomeu han sido tan evidentes como la falta de competitividad de una plantilla que ha envejecido c¨®modamente sin m¨¢s amenaza que un pu?ado de j¨®venes de La Masia. Ninguno ha puesto en riesgo la continuidad de los adinerados titulares desde que Griezmann regres¨® al Atl¨¦tico y Messi se llev¨® los goles a Par¨ªs. La descapitalizaci¨®n ha sido improvisada futbol¨ªsticamente y condicionada por la quiebra econ¨®mica del Camp Nou.
Xavi no es ajeno a la eliminaci¨®n de la Champions. El partido del Allianz Arena era tan imposible como factible se presentaba la cita con el Benfica. Aquella noche los azulgrana no pasaron del empate a cero con los portugueses en el Camp Nou. El t¨¦cnico no ha logrado levantar al equipo de la lona en los cinco partidos que lleva en el Bar?a. El discurso optimista ha calado m¨¢s en la hinchada que en un equipo que aburre y est¨¢ cansado de s¨ª mismo, insensible a un plan que sintoniza con el estilo dise?ado por Cruyff: los extremos se abren y los interiores giran; se presiona por obligaci¨®n y hay que correr hasta desfallecer; y los h¨¢bitos vuelven a ser los de un equipo profesional despu¨¦s de un tiempo de abandono de la cultura del esfuerzo en el Camp Nou.
Las mejoras que se apreciaron en la cancha a partir de la aplaudida declaraci¨®n de intenciones de Xavi se desvanecieron contra el Betis y desaparecieron frente al Bayern. No es un problema de entrenador, sino de falta de futbolistas capaces de enfrentar a la clase media del f¨²tbol despu¨¦s de asumir que no se puede competir con la aristocracia de Europa. El Bar?a no tiene lateral derecho, el izquierdo reincide en las lesiones, nadie chuta ni mete un gol por la falta de un delantero centro y resulta una irresponsabilidad esperar que Demb¨¦l¨¦ sea mejor que Mbapp¨¦. As¨ª resulta complicado ganar cualquier partido, con o sin Ansu Fati. La aplicaci¨®n del Espai Bar?a es tan urgente como montar un equipo con garant¨ªas despu¨¦s de escuchar a Xavi.
El excapit¨¢n azulgrana lleg¨® con la temporada ya empezada y se encontr¨® con un plantel hecho, viciado y remendado por Koeman, un t¨¦cnico de club que fue v¨ªctima, precisamente, de un momento en que no hab¨ªa club por el traspaso de poderes de Bartomeu a Joan Laporta. El equipo de Koeman, en cualquier caso, no ten¨ªa margen de mejora a diferencia del de Xavi y, por tanto, no se discute de momento la apuesta siempre que no se le compare con Guardiola. No tiene a los futbolistas de entonces ni el club dispone de recursos para reforzarse, sino que se entrega sin condiciones al vivero de La Masia. No hay dinero ni jugadores ni m¨¢s remedio que vivir de una identidad futbol¨ªstica igual de cuestionada por los rivales que la marca Bar?a.
La pol¨ªtica de la apariencia y el ilusionismo practicada por Laporta ya no tiene m¨¢s recorrido, sino que se impone un ejercicio de responsabilidad m¨¢s que de soberbia. No es f¨¢cil moverse en la ci¨¦naga que supone el legado de Bartomeu. Tampoco se puede vivir de la improvisaci¨®n, por m¨¢s que el margen de maniobra del presidente haya quedado limitado por unos avalistas que salvaron al club de la repetici¨®n de elecciones en el ¨²ltimo momento despu¨¦s de la victoria en las urnas de Laporta. Nunca se ha sabido cu¨¢l era su apuesta deportiva y solo trascendi¨® que sus entrenadores de referencia eran Thomas Tuchel y Julian Nagelsmann.
La opci¨®n de Pep Guardiola result¨® tan imposible como la de Luis Enrique. As¨ª que Laporta prorrog¨® a Koeman para despu¨¦s entregarse a Xavi, cabeza de cartel de la candidatura de V¨ªctor Font, el rival electoral del presidente. La sensaci¨®n es que desde hace a?os se pierde el tiempo en el Camp Nou como si se tuviera que asumir la derrota de forma natural despu¨¦s de tanta gloria en la Liga y en la Champions. Aunque la junta directiva presuma de formar frente com¨²n con el poderoso Madrid para mejorar los ingresos en la Liga y dibujar la Superliga, no queda m¨¢s remedio que centrar el objetivo azulgrana en la clasificaci¨®n para la pr¨®xima Champions. El cuarto puesto en el campeonato espa?ol parece m¨¢s al alcance que la Liga Europa.
La racionalidad se impone a la emotividad, los cambios estructurales profundos son m¨¢s urgentes que las declaraciones grandilocuentes, o no habr¨¢ quien detenga a la trituradora del Camp Nou. Los buenos jugadores empeoran y los malos no encuentran competencia en un equipo desnortado, de manera que las advertencias de Xavi no servir¨¢n de mucho si no van acompa?adas de decisiones inequ¨ªvocas m¨¢s concretas que el ¡°hasta aqu¨ª hemos llegado¡± que se escuch¨® en M¨²nich. El entrenador ha tardado un mes en advertir que no se trata de ganar ni de combatir ninguna urgencia, sino de ser un equipo de f¨²tbol decente y digno, no ya de competir en la Champions sino de merecer el respeto del Camp Nou, un estadio grande y viejo, reflejo de los males del Bar?a.
Puedes seguir a EL PA?S DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.