Letesenbet Gidey busca en el marat¨®n de Valencia un r¨¦cord que haga recordar a Abebe Bikila
El debut en la larga distancia de la et¨ªope, plusmarquista mundial de 5.000m, 10.000m y medio marat¨®n, ha generado la expectativa de un gran acercamiento a las marcas masculinas
Paco Borao y su amigo Toni Lastra inventaron en 1981 el marat¨®n de Valencia casi como un capricho, para correrlo ellos y sus amigos; 30 a?os despu¨¦s, cuando Borao fue elegido presidente de la asociaci¨®n mundial de maratones, la alcaldesa Rita Barber¨¢ puso el plano de la ciudad a sus pies, haz lo que quieras, y Juan Roig, el presidente de Mercadona, le dio un empuj¨®n econ¨®mico a trav¨¦s de la Fundaci¨®n Trinidad Alfonso, y este viernes, pasados ya 41 a?os del primer marat¨®n, ah¨ª est¨¢ Borao, aguantando la brisa fresqu¨ªsima en los sombreados bajos de los monstruos de Calatrava en la Ciudad de las Ciencias dici¨¦ndole a Letesenbet Gidey que se abrigue bien con el plumas, que hace fr¨ªo, que no puede agarrarse un catarro en la conferencia de prensa dos d¨ªas antes del gran d¨ªa.
Ser¨¢ el domingo (8.15, diferentes cadenas televisivas). Ser¨¢ el gran d¨ªa para 30.000 corredores aficionados de m¨¢s de 120 pa¨ªses, m¨¢s de medio mundo, que ya invaden la ciudad. Ser¨¢ algo m¨¢s. Ser¨¢ el debut m¨¢s esperado en la historia del marat¨®n. Ser¨¢ un gran d¨ªa, y no lo dice ¨¦l, Borao, aunque lo piensa, lo dice todo el mundo, no solo para el marat¨®n de Valencia, y su presupuesto de solo seis millones de euros, considerado ya como el s¨¦ptimo grande, el m¨¢s importante del mundo despu¨¦s de los seis majors a los que todos quieren imitar ¨CBoston, Londres, Nueva York, Chicago, Berl¨ªn y Tokio--, sino para el progreso del atletismo mundial. Ser¨¢, lo dicen todos, los expertos y los aficionados que a¨²n hablan y no paran, apasionadamente, de lo que hizo Gidey, atleta et¨ªope de 24 a?os, las otras dos ocasiones en las que compiti¨® en Valencia, el d¨ªa en el que en todo el mundo empiece a debatirse seriamente sobre la posibilidad de que la mujer se acerque casi hasta quemar a las marcas de los hombres en las carreras del fondo.
Le valdr¨¢ a Gidey simplemente con batir el actual r¨¦cord del mundo femenino, las 2h 14m 18s que marc¨® la keniana Brigid Kosgei en Chicago en 2019. ¡°Yo creo en ello, creo que lo puedo batir, aunque sea el primer marat¨®n que disputo. Me he entrenado muy bien para ello¡±, dice la inteligente Gidey, palabras justas, sin florituras, y mirada t¨ªmida a las costuras del plumas que la abriga o a su entrenador, Haile Eyasu, que parece dictarle y todo lo controla.
No solo eso. El calibre de los tres r¨¦cords mundiales que ya posee (14m 6,62s en los 5.000m, batido en la Valencia solitaria de la pandemia en octubre de 2020; 29m 1,03s en los 10.000m, en Hengelo, en 2021, y, sobre todo, el media marat¨®n, 1h 2m 52s, en Valencia, el oto?o del 21, a un ritmo de 2m 58s el kil¨®metro, a m¨¢s de 20 kil¨®metros por hora) es tal que el ¨²nico comentario de muchos es, sencillamente, que no solo lo batir¨¢, sino que conseguir¨¢ una marca de 2h 12m o 2h 13m, a un ritmo de 3m 9s o 10s el kil¨®metro. Podr¨ªa incluso rozar una de las marcas sagradas de la historia del atletismo en Etiop¨ªa, las 2h 12m 11s, r¨¦cord del mundo masculino entonces, con que gan¨® su segundo oro ol¨ªmpico, en Tokio 64, Abebe Bikila, el dios de la carrera de 42,195 kil¨®metros, el infatigable soldado del Negus, el atleta de los pies descalzos en Roma 60. Y ella y Bikila y el ¨²nico Haile Gebrselassie, forman ya la sant¨ªsima trinidad del atletismo et¨ªope.
¡°S¨ª¡±, a?ade Gidey, que se entrena en Addis Abeba a 2.700 metros de altitud, 240 kil¨®metros semanales a veces, y series de 20 kil¨®metros, 50 vueltas, en la pista de 400m, y ritmos infernales. ¡°Despu¨¦s de mi r¨¦cord de media mi m¨¢nager y mi entrenador me convencieron de que hab¨ªa que ir a por el r¨¦cord del marat¨®n¡±.
Su 1h 2m 52s es una marca propia de carreras masculinas, de campeonatos de Espa?a de media marat¨®n, de competiciones internacionales. ¡°?Son marcas de hombres!¡±. As¨ª se expresa Javi Guerra, uno de los mejores maratonianos espa?oles, que cuando disputaba la media marat¨®n valenciana, llegado al kil¨®metro 10, vio c¨®mo le alcanzaba a toda velocidad el tren de Gidey, la atleta et¨ªope y sus tres liebres masculinas en flecha. ¡°El ¨²ltimo kil¨®metro lo hizo a 2m 50s. Y me cost¨® engancharme¡±, reconoce el maratoniano segoviano que el domingo tambi¨¦n correr¨¢ en Valencia. ¡°Y yo me dec¨ªa, pero si estoy bien, estoy a un ritmo muy bueno, y me alcanza esta mujer¡ Viendo lo que he visto, no me extra?ar¨ªa que la mujer alg¨²n d¨ªa no muy lejano baje de 2h 10m¡±. Y habla Guerra de una cifra m¨¢gica, algo as¨ª como las dos horas redondas en hombres.
Y el fisi¨®logo Xabier Leybar asiente. ¡°Su 1h 2m 52s est¨¢ bien para un chico... La aproximaci¨®n hombre-mujer se dar¨¢, pero en una distancia m¨¢s larga que un marat¨®n¡±, dice Leybar, quien ha guiado la carrera de grandes atletas, como el marchador Chuso Garc¨ªa Bragado. ¡°Fisiol¨®gicamente las mujeres tienen una mejor utilizaci¨®n de las grasas cuando se acaba el gluc¨®geno, un combustible que permite ir m¨¢s r¨¢pido pero cuyos dep¨®sitos en el cuerpo son limitados mientras la grasa en inacabable. Cuando se acaba el gluc¨®geno se llega a la frontera, el llamado muro del marat¨®n, que no son los famosos 30 kil¨®metros, sino que se calcula en tiempo, y se habla de entre 75 y 90 minutos¡±.
El estilo de carrera de Gidey, muy econ¨®mica de movimientos, muy eficiente, regular como un metr¨®nomo, se combina con su inteligencia, con su capacidad de correr a lo Steve Cram, como cuenta Juan Botella, uno de los dirigentes de Correcaminos, el club que organiza la prueba valenciana, y que ha mantenido contacto casi diario con Gidey para saber c¨®mo iban sus entrenamientos, y a la que admira, y admira su personalidad, su capacidad para decir en su tierra, en la regi¨®n Tigray, tradicionalista, copta, la mujer condenada a casarse a los 16 a?os y olvidar todos sus sue?os, que ella quer¨ªa ser m¨¦dica o volar, y la admira casi tanto como a la carrera en s¨ª. ¡°Correr como Cram significa hacer la primera parte a un ritmo m¨¢s lento del que parece necesario para apretar luego al final. Y as¨ª har¨¢¡±.
¡°No solo ella corre as¨ª, siguiendo la llamada estrategia italiana, doblar restando, m¨¢s r¨¢pida la segunda media que la primera¡±, dice Leybar, quien explica que se puede calcular el tiempo de un maratoniano sumando cinco minutos al doble de su mejor media marat¨®n, lo que dar¨ªa e Gidey 2h 11m, extraordinarias. ¡°Es la ¨²nica forma de no darse con el temido muro. Y tambi¨¦n le favorece poder contar con liebres masculinas que aguanten su ritmo. Luego, las mujeres tienen desventajas respecto a los hombres. Fisiol¨®gicamente tiene m¨¢s grasa estructural, en las mamas, en las caderas, que no les permite adelgazar tanto como a los hombres, y luego el ¨¢ngulo Q, el que forma el cu¨¢driceps con la rodilla, m¨¢s abierto que el de los hombres porque sus caderas son m¨¢s anchas por la necesidad de dar a luz, y ese ¨¢ngulo molesta mucho en los ¨²ltimos kil¨®metros¡±.
Si el n¨²mero de corredores populares alcanza los 30.000 y no se puede aumentar por la limitaci¨®n de plazas hoteleras en Valencia, la carrera de elite contar¨¢ con cerca de 300 atletas. ¡°Habr¨¢ liebres para dos ritmos en la carrera masculina. Uno, para bajar de 2h 3m, que es el r¨¦cord de la prueba masculina [Evans Chebet, 2020] y romperlo es siempre uno de nuestros objetivos, y a ello aspiran Tamirat Tola, actual campe¨®n del mundo, y su compatriota et¨ªope Getaneh Molla¡±, dice Marc Roig, el encargado de seleccionar atletas. ¡°Luego habr¨¢ un ritmo de 2h 6m, con el que Ayad Lamdassem intentar¨¢ batir su r¨¦cord de Espa?a, de 2h 6m 25s¡±. En mujeres, Marta Galimany intentar¨¢ tambi¨¦n batir el r¨¦cord espa?ol (2h 26m 51s, de Ana Isabel Alonso, en 1995). La organizaci¨®n no sabe, sin embargo, el ritmo que llevar¨¢n las liebres, personales, las tres suyas de siempre, no suministradas por la organizaci¨®n de Gidey (los et¨ªopes Werkineh y Niguse, y el keniano Soi). ?A 3m 10s el kil¨®metro? ?A 3m 9s? Una referencia que intentar¨¢ evitar es la de la keniana Ruth Chepngetich, que comenz¨® at¨®mica el reciente marat¨®n de Chicago, a ritmos verdaderamente masculinos (15m 11s el pas¨® por el kil¨®metro cinco, 30m 4s por el 10, a ritmo de 2h 9m, y una media de 1h 5m 40s) y termin¨® reventada, en 2h 14m 18s, a 14s del r¨¦cord mundial, tras una segunda media de 1h 08m 38s. A la inversa de la l¨®gica inteligente de Letesenbet Gidey, la diosa que corre su primer marat¨®n, dram¨¢tica y grandiosa.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.