El cannabis que salta de las tripas al cerebro y hace correr la San Silvestre

Bailan las tripas. No paran de trabajar los intestinos de Joshua Cheptegei, campe¨®n ol¨ªmpico de 5.000m, de Francine Niyonsaba, estrella del medio fondo y del fondo, de Mo Katir, Carlos Mayo y Fernando Carro, de los mejores fondistas espa?oles, de los miles de aficionados que apuran las horas dando vueltas por el Retiro a todo correr a 24 horas de la San Silvestre Vallecana. Los bichos de sus tripas, bacterias, virus, microbios, las del ugand¨¦s que piensa batir el r¨¦cord de la prueba, unos 10 kil¨®metros, de 26m 41s, las de los espa?oles profesionales, las de la burundesa Niyonsaba, gran rival de Caster Semenya en los 800m hasta que la federaci¨®n internacional prohibi¨® a ambas correr en esa distancia porque su condici¨®n de DSD (desarrollo sexual diferente) les daba, supuestamente ventaja, las de los aficionados, se afanan en devorar y metabolizar todo lo que cae.

Son un laboratorio qu¨ªmico que fabrica cannabis a partir de las grasas que digieren y ¨¢cidos de cadena corta al tragarse el lactato que se genera corriendo y los hidratos de carbono. Son, las bacterias, llamadas microbiota, o flora bacteriana, piensan algunos investigadores, una de las claves tanto de la adicci¨®n que la carrera a pie genera entre los runners populares como del alto rendimiento de los profesionales. Son las reinas de San Silvestre, por supuesto.

Todo en la vida tiene que ver con el cerebro, y con las tripas, con las que est¨¢ conectado por l¨ªnea directa a trav¨¦s del nervio vago. Y cuantas m¨¢s bacterias vivan en las tripas, y m¨¢s variadas, m¨¢s en forma se est¨¢, y m¨¢s rinde el cuerpo. ¡°El ejercicio fabrica un microbioma m¨¢s variado y diverso¡±, explica Luc¨ªa. ¡°Pero no por tener mejor microbioma se logra mejor rendimiento, sino por el entramado celular y las mitocondrias. No hay microbioma del campe¨®n¡±.

Lo experimentan los deportistas, lo intuyen los cient¨ªficos que han medicado a ratones con antibi¨®ticos para eliminar su flora bacteriana, y luego los han destripado en el laboratorio y lo explica Blanca Bermejo, doctora en biolog¨ªa molecular y responsable de gen¨¦tica y ¨®micas en el centro de salud y deporte RX2, en Madrid. ¡°En el cerebro hay sobre 15 millones de neuronas, pero en el intestino hay m¨¢s de dos millones de neuronas que reaccionan frente a los metabolitos que est¨¢n produciendo las bacterias tras digerir diferentes cosas. Las neuronas del intestino reaccionan enviando una se?al al cerebro¡±, dice Bermejo, que empez¨® a investigar en este campo hace m¨¢s de 10 a?os. ¡°Y desde el cerebro, cuando hay una alteraci¨®n, tambi¨¦n las neuronas mandan otras ¨®rdenes. Cuando una persona hace ejercicio, produce dopamina, el llamado neurotransmisor de la felicidad, y endorfinas, morfina end¨®gena. El placer de correr nace ah¨ª. El ejercicio manda la se?al y produce dopamina. Y estas bacterias del intestino que producen los metabolitos que enervan las neuronas, lo activan tambi¨¦n. Con lo cual lo que haces es aumentar la cantidad de dopamina, y las ganas de seguir haciendo ejercicio¡±.

¡°El ejercicio es necesario pero no placentero. Nos cuesta hacer ejercicio porque lo vemos como un trabajo. Lo tenemos en los genes como un sistema de recompensa para nutrirnos desde los tiempos prehist¨®ricos: si corr¨ªas cazabas animales, si no corr¨ªas, los animales te cazaban a ti¡±, explica Alejandro Luc¨ªa, fisi¨®logo de la Universidad Europea. ¡°As¨ª que todas las sustancias placenteras que hace el organismo fluir en la sangre del deportista, el cannabis, las endorfinas, son un intento de convencernos de que estamos mejor corriendo¡±.

En este mecanismo interviene tambi¨¦n la producci¨®n end¨®gena de cannabis, otra sustancia adictiva que produce el cuerpo para afianzar h¨¢bitos, seg¨²n han publicado los investigadores en la revista Nature. ¡°Cogen a los ratones que hacen ejercicio y tienen muy buena flora, y se la van matando con antibi¨®ticos. Entonces ah¨ª han visto que hab¨ªa dos bacterias, eubacterium y copro cocoide, que producen en el metabolismo de los l¨ªpidos, comiendo grasas, muchos endocannabinoides, que son los que mandan la se?al a las neuronas del intestino que luego le piden al cerebro que active la dopamina¡±, a?ade la doctora Bermejo. ¡°S¨ª que se puede aumentar el n¨²mero de bacterias que aceleren la producci¨®n de dopamina, pero todav¨ªa falta mucho¡±.

La microbiota pesa un kilo, m¨¢s o menos, una buena masa que bien hacen en cuidar tambi¨¦n los ciclistas, recuerda la doctora Bermejo, con quien ya se han puesto en contacto nutricionistas de equipos que meditan desde hace tiempo en c¨®mo conseguir que la dieta de un ciclista durante una etapa del Tour, en la que, tan necesitado est¨¢ de energ¨ªa para poder mover los pedales a la mayor velocidad, tiene que ingerir mientras pedalea miles de calor¨ªas, tambi¨¦n haga hueco a alimentos que mejoren la flora bacteriana. ¡°Los ciclistas toman muchos hidratos de carbono, lo que tambi¨¦n gusta a algunas bacterias. Hay dos bichos espec¨ªficos en dietas ricas en hidratos de carbono, y lo que hacen es producir uno de ellos muchos ¨¢cidos grasos de cadena corta, ¨¢cido propi¨®nico, con lo cual est¨¢ favoreciendo el rendimiento porque el ¨¢cido graso tambi¨¦n pasa a favorecer todo lo que es el metabolismo¡±, dice Bermejo, quien recuerda que en otro art¨ªculo de Nature, unos investigadores que analizaron a cientos de maratonianos del marat¨®n de Boston descubrieron que los mejores de entre ellos ten¨ªan gran cantidad de una bacteria llamada veillonella. ¡°Esa bacteria se traga el lactato, el residuo de la quema de gluc¨®geno en el m¨²sculo, que si aumenta mucho paraliza al deportista, y duele, y lo agota¡±, dice Bermejo.

Y si los especialistas cuentan que quiz¨¢s la gran revoluci¨®n del deporte, la que permite Ultra Trails del Mont Blanc en 20 horas, maratones en dos, Alpe d¡¯Huez con una media de vatios impensable hace nada, haya sido justamente esta, la de la nutrici¨®n, que ha transformado el metabolismo, ya de s¨ª pluscuamperfecto, de los mejores deportistas y dado lugar a que, por ejemplo, Eliud Kipchoge resista corriendo dos horas con 4 milimoles de lactato en la sangre, cuando siempre se pensaba que el l¨ªmite era una hora, quiz¨¢s el conocimiento de la acci¨®n de la microbiota tenga algo que ver. O el r¨¦cord de la San Silvestre, por Albufera arriba.

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