La transici¨®n desplaza a la posesi¨®n
Un modelo en¨¦rgico, de velocidad y extremos, ha sido el m¨¢s utilizado en el pasado Mundial, donde tener el bal¨®n no ha determinado las victorias
Cada cuatro a?os la direcci¨®n del f¨²tbol suele zigzaguear para acomodarse a lo que ha llevado al equipo campe¨®n al t¨ªtulo. Todo el mundo, claro, tiende a copiarle desde el concepto de juego hasta el dibujo t¨¢ctico, s¨®lo que en este no va a ser posible porque, ?c¨®mo imitar a Argentina? Habr¨ªa que tener a Messi, a este extra?o Messi oto?al que maneja los partidos caminando, y rodearle de todo lo que mejor le convenga, que es lo que hizo Scaloni tras alguna prueba y error. Pero ?qui¨¦n tiene este Messi o algo parecido? La historia s¨®lo nos recuerda dos casos, el Pel¨¦ residual de M¨¦xico-70, que jug¨® as¨ª, y mutatis mutandis, aquel Roger Milla de Camer¨²n en Italia-92, casi cuarent¨®n, que repetir¨ªa, ya con 42, en Estados Unidos-96.
Casos aparte, claro. As¨ª que para buscar modelos hay que mirar m¨¢s abajo y lo primero que aparece es Francia, que se qued¨® a un pelo del t¨ªtulo. Mostr¨® un modelo en¨¦rgico, de veloz transici¨®n y extremos. Es lo que m¨¢s hemos visto en el Mundial, donde la posesi¨®n no ha determinado las victorias y s¨ª la energ¨ªa. Una evoluci¨®n que ya se anunciaba en los grandes expresos europeos. De hecho, ya est¨¢bamos viendo c¨®mo el Madrid va por esa l¨ªnea porque para la sustituci¨®n de sus reyes godos Modric-Casemiro-Kroos, que han marcado el ritmo estos ¨²ltimos a?os, est¨¢ preparando un tr¨ªo muy diferente, Valverde-Tchouam¨¦ni-Camavinga. Jugadores de buen pie aunque sin la excelencia de Modric y Kroos, pero muy superiores en energ¨ªa y movilidad. El Madrid estaba poniendo el reloj en hora antes de que este Mundial lo indicara.
Por lo dem¨¢s, hemos seguido viendo extremos a banda cambiada, casi todos mediapuntas sin sitio para su vocaci¨®n natural, reconvertidos en esa nueva funci¨®n en la que pueden tirar por la hipotenusa mientras abren paso al lateral correspondiente, una funci¨®n que nos muestra tipos capaces de esfuerzos repetidos a lo largo de cien metros y capacidad para defender y atacar. Jugadores extraordinarios, quiz¨¢ no tan valorados ni en la admiraci¨®n p¨²blica ni en los contratos como merecer¨ªan. Y eso que est¨¢n ah¨ª desde hace a?os, para comprobarlo basta echar la mirada atr¨¢s hasta los tiempos de Kaltz y Gordillo. Hoy se ve poco a los extremos jugar en su banda. A los que vivimos la ¨¦poca en que reinaban nos despert¨® a?oranza el papel de Di Mar¨ªa en la final, donde result¨® decisivo, pero ¨¦l mismo ha hecho la mayor parte de su carrera en la derecha.
Tambi¨¦n hemos visto mucho delantero centro m¨®vil, al modo de Kane. El irruente Giroud ha sido casi una excepci¨®n y est¨¢ claro que Deschamps le prefer¨ªa a Benzema porque le encajaba mejor en la f¨®rmula, con Dembel¨¦ y Mbapp¨¦ a los lados y Griezmann en la creaci¨®n. Pero se lleva m¨¢s, si se puede decir as¨ª, eso que los argentinos llamaron ya hace tiempo el nueve y medio, mitad diez y mitad nueve, capaz de retrasarse para combinar y meter el ¨²ltimo pase y tambi¨¦n de estar en la cita con el gol suficiente n¨²mero de veces.
Y hemos visto a los porteros jugar con el pie. Ya todos juegan con el pie, todo el mundo procura arrancar la jugada desde ellos, pero empieza a haber dudas con el fanatismo por la f¨®rmula, que ha regalado varios goles en el campeonato. Ya hay bastantes que en caso de peligro la revientan. En general fanatismos quedan pocos, tengo la impresi¨®n. Eso del modelo por encima de todo (¡°estoy contento porque MIS jugadores han efectuado MI plan a la perfecci¨®n¡±, ?les suena?) deja paso a la b¨²squeda de soluciones seg¨²n los jugadores de que se disponga, y no al rev¨¦s. El f¨²tbol es de los futbolistas, decir esto parece descubrir el Mediterr¨¢neo, pero conviene recordarlo frecuentemente. Hace poco Forl¨¢n se quejaba en entrevista en este peri¨®dico de que algunos entrenadores pretend¨ªan ser m¨¢s que los jugadores. Y ten¨ªa raz¨®n.
?Y qu¨¦ fue del tiqui-taca? A m¨ª me fascin¨®, desde luego, pero aquello se tej¨ªa en torno a Xavi, Iniesta y Silva, y ya no est¨¢n. Sin ellos, con otros y con el f¨²tbol acelerado de hoy, no pod¨ªa ser lo mismo. El Mundial nos lo ha dejado claro.
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