El baloncesto brinda por Unicaja, campe¨®n de la Copa del Rey

Copa del Rey - final - jornada 1

La Laguna Tenerife

80 83

Finalizado

Unicaja

Qu¨¦ m¨¢s da que no jugara el Madrid. Y qu¨¦ si no estaba el Bar?a. La Copa se cerr¨® en Badalona con una final estupenda entre dos se?ores equipos, dos ejemplos de la buena salud deportiva del baloncesto espa?ol pese el abismo entre la hucha de los dos grandes futboleros y el resto de la ACB. Venci¨® el Unicaja M¨¢laga (80-83), que abroch¨® su segundo t¨ªtulo copero despu¨¦s del celebrado hace 18 a?os en Zaragoza. Pero hay que brindar tambi¨¦n por el Lenovo Tenerife, una muestra de que hacer bien las cosas suele tener recompensa. Nada que desmerecer al conjunto isle?o por mucho que su t¨¦cnico, Txus Vidorreta, se considere un Poulidor. A veces, ser segundo tambi¨¦n es ganar.

Era una final in¨¦dita, la primera en 14 a?os sin Madrid ni Bar?a, y la corona fue para el equipo que tumb¨® a los dos gigantes. MVP para Tyson Carter. Y ¨¦xito de Ibon Navarro, el t¨¦cnico vitoriano de 46 a?os que cumple su primera temporada en M¨¢laga tras varios cursos de aprendiz (ayudante de Ivanovic, Spahija y Scariolo, entre otros) y un recorrido por Baskonia, Manresa, Murcia y Andorra como entrenador principal.

Dos equipos lanzados chocaron en el Ol¨ªmpic. Para cada tropa era una oportunidad de oro, una cita con su historia. Las vitrinas no suelen abrirse en aquellos que pedalean a rueda de los grandes. Y tampoco abundar¨¢n las ocasiones en que Madrid y Bar?a doblen a la vez la rodilla con un t¨ªtulo sobre la mesa. Tenerife y Unicaja se entregaron en esos primeros minutos a un careo muy igualado, con peque?as rentas de ida y vuelta. Seguramente porque son conjuntos con un traje parecido, solidarios y hambrientos, poco dados a los egos, y la imagen de sus entrenadores. Cada uno sabe cu¨¢l es su papel. Todos conocen en qu¨¦ direcci¨®n hay que remar. Quienes mejor describen ese ADN gremial son tipos como Jaime Fern¨¢ndez, Alberto D¨ªaz y Dar¨ªo Brizuela, los tres campeones del Eurobasket. A su alrededor se movieron las dem¨¢s piezas. Kravish segu¨ªa enchufado tras sobrevivir en semifinales al coloso Tavares, Perry esprintaba ante Fitipaldo, Salin y Barreiro afilaban mu?eca, Fern¨¢ndez y D¨ªaz se picaban desde el triple (16-17).

Cada palmo se discut¨ªa por fuera (Marcelinho-D¨ªaz) y por dentro (Shermadini-Kravish). Brizuela intentaba despertar con su primera diana en un partido ¨¢gil, de un tablero a otro con pocos pasos y pases, directos al aro los dos conjuntos con su c¨®ctel de penetraciones, contragolpes y un veloz movimiento de bal¨®n en busca del tirador solitario. Era un bloque contra otro, un encuentro frente al espejo (23-24).

En el Unicaja el motor lo arrancaba Alberto D¨ªaz. Es un hombre para todo. El base pelirrojo corre, rebotea y anota. Parece que tiene cuatro manos. El Tenerife respond¨ªa con la batuta de Marcelinho, un joven de 39 a?os, y una defensa con pocas grietas que caus¨® una moment¨¢nea sequ¨ªa en los malague?os: dos puntos en tres minutos y medio (33-26). El grupo de Ibon Navarro carg¨® el triple hasta que Kalinoski cant¨® bingo y devolvi¨® el tuteo al encuentro. La tarde se mov¨ªa a rachas. A un arre¨®n respond¨ªa otro. En medio de esa partida de ajedrez, se premiaba que alguna pieza se despegara de la mano del entrenador y se moviera por iniciativa propia. Un triple de Marcelinho a lo Llull condujo al descanso con los canarios una pulgada por delante (39-37). Todo en el aire en la final¨ªsima de los modestos.

Brizuela emergi¨® con un par de chispazos, la marca de un jugador tan efervescente. En el Unicaja se agigant¨® Shermadini, multiplicado en una pintura y en la otra para el quite y la anotaci¨®n. El veterano gigante georgiano (33 a?os, 2,17m) tambi¨¦n persegu¨ªa su particular gloria en una carrera ya con muchos kil¨®metros. Como Marcelinho. El pe¨®n brasile?o se uni¨® a su colega para abrir otro peque?o bocado en el marcador (53-44). Vidorreta recompens¨® a sus guerreros con un poco de aire en el banquillo. Quedaba mucha pel¨ªcula y el tim¨®n lo hered¨® Fitipaldo. La resistencia malague?a fue cosa del inagotable sudor de Alberto D¨ªaz y de la punter¨ªa de Kalinoski y Carter. No hab¨ªa manera de que nadie diera un derechazo terminal: 60-60 para cerrar el tercer cuarto. El t¨ªtulo, en 10 minutos.

Punto arriba, punto abajo. El Tenerife ya viv¨ªa en las manos de Marcelinho, un velocista que se mov¨ªa por cada casilla persiguiendo una rendija para el jaque. El partido estaba en su cabeza. En sus tiros en suspensi¨®n y sus excursiones al coraz¨®n de la zona, y en sus conexiones con Shermadini. No perdon¨® una gota de esfuerzo hasta quedarse sin aliento. El equipo canario se hab¨ªa dejado el alma, pero en ese despliegue las piernas dejaron de llegar a cada esquina. Y Unicaja encontr¨® las baldosas libres. Carter, Barreiro y Osetkowski martillearon desde el per¨ªmetro para un demarraje con la meta a la vista (69-77 a falta de tres minutos). Regres¨® Marcelinho para aliarse con Jaime Fern¨¢ndez y Shermadini y dar otro golpe de orgullo. Pero enfrente estaba otro soldado. Uno a quien le gusta ayudar sin llevarse el reconocimiento. Tres acciones defensivas de Alberto D¨ªaz (un rebote, una falta provocada y un robo), de esas que no venden, de esas que no lucen en los v¨ªdeos, sostuvieron al Unicaja. Era el sello de un equipo campe¨®n.

Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.